Conferencia General Octubre 1970
Fortalezcamos a la Familia
por el élder Ezra Taft Benson
del Consejo de los Doce
Como pueblo, poseemos tres importantes lealtades: lealtad a Dios, lealtad a la familia y lealtad a la patria.
Hoy día, me dirijo a vosotros con una súplica para fortalecer a nuestras familias.
Muy acertadamente se ha declarado que la «salvación es un asunto de familia… y que la unidad familiar es la organización más importante temporal o eterna».
En gran parte, la Iglesia fue creada para ayudar a la familia, y mucho después de que la Iglesia haya efectuado su misión, el orden patriarcal celestial continuará funcionando. Esta es la razón por la que el presidente Joseph F. Smith dijo: «El ser un buen padre o una buena madre es de más importancia que el ser un gran general o un sobresaliente estadista. . . «, y el presidente McKay agregó: «Cuando alguien antepone los negocios o el placer a su hogar, desde ese momento empieza la degradación del alma de esa persona.»
Y es por eso que el presidente Harold B. Lee comentó apenas ayer: «La Iglesia debe hacer más por ayudar al hogar a llevar a cabo su misión divina.»
El presidente Joseph Fielding Smith ha dicho que nunca «en la historia de la Iglesia ha habido tantas tentaciones, tantos peligros, tantos riesgos que alejen a los miembros de la Iglesia del sendero del deber y la justicia, como los hay en la actualidad» (Take Heed to Yourselves, pág. 127). Y también ha dicho: «este mundo no se está mejorando. . . la iniquidad va en aumento» (Ibid., Pág 207).
El diablo nunca ha estado tan bien organizado, y nunca ha tenido tantos poderosos emisarios en su servicio como ahora. Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para fortalecer y proteger el hogar y la familia.
El adversario sabe que «el hogar es el lugar principal y el más eficaz para que los niños aprendan las lecciones de la vida: la verdad, el honor, la virtud, el autodominio; el valor de la educación, del trabajo honrado y el propósito y privilegio de la vida. Nada hay que pueda reemplazar al hogar en la educación e instrucción de los hijos, y ningún otro éxito puede compensar el fracaso en el hogar» (Presidente David O. McKay, Manual de la noche de hogar para la familia, 1969-1970).
De manera que hoy, la destrucción del hogar y la familia va en aumento, con Satanás trabajando diligentemente para destituir al padre como la cabeza del hogar, y crear rebelión entre los hijos. El Libro de Mormón describe esta condición cuando declara: «Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres los gobiernan.» Y luego siguen estas palabras, las cuales quisiera que considerarais seriamente cuando penséis en esos líderes políticos que están promoviendo el control de la natalidad y el aborto: «Oh pueblo mío, los que te guían te hacen errar, y destruyen el curso de tus sendas» (2 Nefi 13:12). Y permitidme prevenir a las hermanas, a aquellas de vosotras que os sometáis a un aborto o una operación que os impida tener más hijos sanos, estáis arriesgando vuestra exaltación y vuestro futuro derecho de entrar al reino de Dios.
Los padres son directamente responsables de criar bien a sus hijos y esta responsabilidad no se puede delegar con seguridad a los parientes, amigos, vecinos, la escuela, la Iglesia o el estado.
«Me dirijo a vosotros padres, no déis nada por sentado respecto a vuestros hijos», dijo el presidente J. Reuben Clark, hijo. «Naturalmente, la gran mayoría de ellos son buenos, pero algunos de nosotros no nos damos cuenta cuándo empiezan a alejarse del sendero de la verdad y rectitud. Vigilad cada día y cada hora; nunca dejéis de preocuparos o ser cuidadosos. Si deseáis que vuestros hijos sigan por el buen camino, gobernad tiernamente en el espíritu del Evangelio y el espíritu del sacerdocio, pero gobernad.» Los padres permisivos son parte del problema.
Como atalaya en la torre, siento la inspiración de amonestaros de que uno de los medios principales de engañar a nuestra juventud y destruir la unidad familiar, es a través de nuestras instituciones educativas. El presidente Joseph F. Smith se refirió a las falsas ideas educativas como uno de los tres peligros amenazantes entre los miembros de la Iglesia. Existe más de una razón por la que la Iglesia está aconsejando a los jóvenes a que asistan a las universidades cerca de sus hogares donde hayan institutos de religión a su alcance. Esto les provee a los padres la oportunidad de permanecer cerca a sus hijos, y si han estado alerta e informados, como el presidente McKay amonestó el año pasado, estos padres pueden ayudar a poner al descubierto algunas de las decepciones de hombres como Sigmud Freud, Charles Darwin, John Dewey, Karl Marx, John Keynes y otros.
Actualmente hay cosas mucho peores que le pueden suceder a un hijo que el no obtener una educación universitaria; de hecho, algunas de las cosas más horribles les han sucedido a nuestros hijos mientras asistían a universidades dirigidas por administradores que toleran la subversión y la inmoralidad.
Karl G. Maeser dijo: «Prefería que mi hijo fuera expuesto a la viruela, el tifus, el cólera y otras enfermedades malignas y mortales, que a la influencia degradante de un maestro corrupto. Es mucho mejor llevar el riesgo con un maestro ignorante pero limpio, que con el filósofo más ilustre e impuro.»
Un número considerable de padres de familia está considerando para sus hijos la educación vocacional, los cursos por correspondencia o el establecerse en algún negocio de la familia.
En la actualidad, la Universidad Brigham Young es la institución educativa privada más grande en los Estados Unidos de América. Los padres de familia de regiones cercanas o alejadas están dirigiendo su atención a la mencionada universidad como nunca.
Ahora, ya sea que vuestro hijo asista o no a esta clase de escuela, es importante que permanezcáis cerca de ellos, y si es posible revisad diariamente lo que hayan aprendido en la escuela y repasad sus libros de texto.
El presidente José Fielding Smith ha declarado que no sabe de ninguna escuela pública, en ningún lugar, donde los libros que traten de ideologías no contengan estupideces. (Take Heed to Yourselves, pág. 3.)
Conozco a un buen padre que repasa regularmente con sus hijos lo que se les ha enseñado, y si es que le ha inculcado alguna falsedad, entonces los niños y el padre investigan juntos la verdad. Si a vuestros hijos se les requiere en los exámenes que escriban las falsedades que se le han enseñado, entonces quizás puedan seguir el consejo del presidente Joseph Fielding Smith, de comenzar la respuesta con las palabras » el maestro dice» o podrían decir «usted nos enseñó» o » el texto declara».
Recientemente, unos padres publicaron en un periódico una carta que le dirigían al director de la escuela de su hijo. En parte, decía:
«Por medio de la presente, le notificamos que nuestro hijo, (Fulano de Tal) no tiene el consentimiento de sus padres de participar o ser objeto de instrucción en cualquier enseñanza o educación sexual, desarrollo biológico humano, desarrollo de la actitud, comprensión de sí mismo, vida personal y familiar, terapia de grupo, entrenamiento sensitivo, crítica de sí mismo o cualquier combinación o grado de los mismos, sin la autorización por escrito de los abajo firmantes.
«Es nuestra intención retener y ejercer nuestros derechos paternales para guiar a nuestro hijo en los asuntos concernientes a la moralidad y el comportamiento sexual, sin ninguna intervención o contradicción impuesta por el personal docente.
«A nuestro hijo se le ha enseñado a reconocer el formato del entrenamiento sensitivo, la terapia de grupo, la crítica de sí mismo, etc., de la manera que tan extensamente se está aplicando, degradando las normas de moralidad y reemplazando la responsabilidad individual con dependencia y conformidad a la opinión general del vulgo o el concepto de colectivismo
«Se le ha prevenido para que inmediatamente abandone cualquier clase en donde sea expuesto a la mencionada indoctrinación, y nos informe tocante a cualquier caso omiso de la presente.»
El Señor sabía que en estos últimos días, Satanás trataría de destruir la unidad familiar; sabía que por el edicto del tribunal, llegaría a prosperar la pornografía.
Cuán agradecidos debemos estar de que Dios inspiró a su Profeta hace más de medio siglo, para instituir el programa semanal de la «Noche de Hogar para la Familia». Esta es la vanguardia para hacer que los padres asuman la responsabilidad de enseñar a sus hijos. Un gran número de fieles miembros de la Iglesia están efectuando más de una Noche de Hogar u omitiendo partes del manual conforme lo dicte el Espíritu.
Diseñado para fortalecer y proteger a la familia, el programa de la Noche de Hogar para la Familia (una noche por semana) debe ser apartado por los padres para reunir a sus hijos a su alrededor. En ella se hacen oraciones, se entonan himnos y otras canciones, se leen escrituras, se discuten temas familiares, se exhiben talentos, se enseñan los principios del evangelio y frecuentemente se preparan juegos y se sirven refrigerios.
He aquí las bendiciones prometidas para aquellos que realicen la noche de hogar cada semana:
«Si los Santos obedecen este consejo, prometemos que recibirán grandes bendiciones. El amor en el hogar y la obediencia a los padres aumentará. La fe se desarrollará en el corazón de la juventud de Israel y adquirirán poder para combatir las influencias y tentaciones perversas que los acosan» (Primera Presidencia, 27 de abril de 1915, Improvement Era, Vol. 18, pág. 734).
¿Y qué sucede con respecto al tipo de diversión que se ha puesto al alcance de la juventud en la actualidad? ¿Estáis siendo minados en vuestros propios hogares a través de la televisión, la radio, las revistas inmorales y los discos de música estridente? Gran parte de este tipo de música está diseñada para contribuir a la inmoralidad, las drogas, la revolución, el ateísmo y el nihilismo, a través de un lenguaje que muchas veces tiene doble sentido y con el cual muchos padres no están familiarizados.
Los padres informados pueden prevenir a sus hijos contra el desmoralizante y escandaloso ritmo de la música del «rock», la cual amortigua y entorpece los sentidos: el ritmo de la selva que enciende el salvajismo interior.
El presidente J. Reuben Clark, hijo, dijo:
«Quisiera que pensarais por un momento en el hecho de que una gran cantidad del arte moderno, de la literatura y la música moderna, así como del drama que tenemos en la actualidad, es total y completamente desmoralizador … Vuestra música, bueno, no sé cuán diferente sea del tun-tun de la selva, pero no es demasiado diferente…
«Debéis vigilar todas estas cosas; todas tienen su efecto en los hijos. Haced vuestra vida en el hogar tan semejante a los cielos, como os sea posible» (Relief Society Magazine diciembre de 1952, pág. 798).
Líderes de la juventud, ¿mantenéis en alto vuestras normas a las habéis desechado por el más bajo común denominador, a fin de aplacar a los engañados y viles dentro de la Iglesia? ¿Son los bailes y la música en vuestros salones de recreo algo virtuoso, bello, de buena reputación o digno de alabanza, o representan a una Sodoma moderna con faldas cortas, ruidos escandalosos, luces apagadas y penumbra?
¿Aceptarán nuestros líderes de la juventud las normas que la madre del joven John Wesley estableció para él? Escuchad su sabio consejo:
¿Juzgarías la legalidad o legalidad del placer? Adopta esta regla: toma nota de que todo aquello que debilita tu intelecto, obstaculiza la ternura de tu conciencia, oscurece tu creencia en Dios, te disminuye el deseo de las cosas espirituales, cualquier cosa que aumente la autoridad del cuerpo para ti, no obstante cuán inocente parezca.»
¿Hemos «mancillado la santa Iglesia de Dios», como Moroni nos amonestó? (Mormón 8:38). Las organizaciones auxiliares de la Iglesia deben ser una ayuda, no un obstáculo para los padres y el sacerdocio, quienes luchan para conducir a sus familias de nuevo hacia Dios. ¿Lleva o exhibe alguno de nosotros la cruz quebrada, una señal anticristiano, que es el símbolo del adversario para el así llamado «movimiento para la paz»?
«Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento», se lamentó Oseas. (Oseas 4:6.) En la actualidad, a causa de que algunos padres han rehusado informarse y entonces tampoco informan a sus hijos, están presenciando la gradual destrucción física y espiritual de su posteridad. Si hemos de llegar a ser como Dios, sabiendo el bien del mal, entonces es mejor que busquemos lo que nos está minando, la manera de cómo evitarlo y lo que podemos hacer al respecto.
Es tiempo de que el corazón de los padres se vuelva hacia sus hijos, y el corazón de los hijos se vuelva hacia sus padres, o ambos seremos condenados. Frecuentemente se siembran las semillas del divorcio y se privan de las bendiciones de tener hijos porque las esposas trabajan fuera del hogar. Las madres que trabajan deben recordar que generalmente, sus hijos necesitan más de ella que del dinero.
A medida que las condiciones mundiales continúan empeorándose, es absolutamente imperioso que la familia se una en justicia y que se establezca la solidaridad familiar. Como alguien ha dicho: «Hay muchas cosas que nos alejan del hogar hoy día. Debemos de considerar seriamente si hay o no muchas actividades e intereses que demandan demasiado tiempo y atención y nos alejan de nuestras familias, nuestros hijos y de aquellos a quienes el Señor Dios nos dio para amar, nutrir, enseñar y ayudar en la vida.»
De modo que fortalezcamos a la familia. La oración familiar e individual cada mañana y noche, puede invitar a las bendiciones del Señor en el hogar. Las horas de comida proveen un tiempo maravilloso para revisar las actividades del día y no sólo para nutrir el cuerpo sino también el espíritu, junto con los miembros de la familia, tomando turnos para leer las Escrituras, particularmente el Libro de Mormón. La noche es un momento oportuno para que el padre ocupado se acerque al lado de la cama de cada hijo, hable con ellos, responda a sus preguntas y les diga cuánto los quiere. En tales hogares no existe la «brecha de la comunicación». Esta frase engañosa es otro instrumento para debilitar al hogar y la familia. Los hijos que honran a sus padres y los padres que aman a sus hijos pueden hacer del hogar un refugio de seguridad y un pedacito de cielo.
Dios nos bendiga para fortalecer a nuestras familias, evitando los designios astutos del adversario y siguiendo los caminos nobles del Señor, a fin de que en el debido tiempo podamos informarle a nuestro Padre Celestial en su hogar celestial, que todos estamos ahí: padre, madre, hermana y hermano, quienes se estiman mutuamente. Cada silla está ocupada, todos estamos de nuevo en el hogar.
En el nombre de Jesucristo. Amén.

























