Preparad todo lo que fuere necesario

Conferencia General Abril 1971

Preparad todo lo que fuere necesario

Howard W. Hunter 1

Por el élder Howard W. Hunter
Del Consejo de los Doce


Los comerciantes dicen que la clientela es motivada a comprar, por la manera en que son exhibidos los productos o por cómo han sido empacados.  El color del envase, el atractivo de la envoltura o la forma del paquete ejercen mucha influencia sobre la decisión del cliente respecto a lo que va a comprar.  La imagen visual, muchas veces, hace que se logre o pierda una venta.  Un helado gusta a casi todos; pero muchas veces mejora si le ponen chocolate derretido, crema batida alrededor, una poca de nuez picada y una cereza encima.  Se ve más apetitoso y se saborea más con cada nuevo sabor.  Este mismo principio se aplica a la enseñanza de lecciones. Las buenas ayudas visuales y los materiales de instrucción, aumentan el interés y ayudan en el proceso del aprendizaje.

Ya existen bibliotecas en los centros de reuniones y están siendo dotadas de material de instrucción, para que los maestros de la Iglesia los usen, con el fin de aumentar el interés por las lecciones, para exhibirlas en una forma que sea atractiva, a fin de vender la idea, visualizar el punto, y enseñar el evangelio.  Las bibliotecas de los centros de reuniones, agregan el chocolate, las nueces y ponen la cereza encima. La enseñanza puede ser excelente, pero los materiales de la biblioteca aumentan su interés.  Las ideas abstractas son difíciles de entender, pero cuando los principios son demostrados visualmente a los estudiantes, ellos los entienden con más rapidez.

Es interesante hablar sobre los viajes de Pablo; pero los nombres como Chipre, Galacia, Macedonia, Efeso o Tesalónica, muchas veces no se fijan en nuestra mente

Imagínense a un maestro con un grupo de entusiastas alumnos alrededor de un gran mapa coloreado. Al mismo tiempo que se relata la historia. ellos ponen alfileres en los puntos a donde va llegando Pablo; luego extienden estambres de diferentes colores entre los alfileres, para mostrar sus diferentes viajes misioneros y su última jornada en Roma.  Ahora, la lección se ha vuelto fascinadora.  Una fotografía vale más que mil palabras.  Los publicistas y los comerciantes saben esto, pero nadie lo sabe mejor que el maestro,  o la maestra, que está interesado en sus alumnos.

El Señor ha sido explícito en nuestros días acerca de la responsabilidad que tienen los poseedores del sacerdocio de enseñar el evangelio.  La Iglesia tenía menos de un año de restaurada cuando el Señor dio una revelación a través del Profeta José Smith en Kirtland, en la cual mencionó la enseñanza con estas palabras:

«Y además, los élderes, presbíteros y maestros de esta iglesia enseñarán los principios de mi evangelio que se encuentran en la Biblia y el Libro de Mormón, que contiene la plenitud de mi evangelio.

«Y observarán los convenios y reglamentos de la Iglesia para cumplirlos, y así enseñarán, conforme los dirija el Espíritu» (D. y C. 42:12-13).

En la sección 88 de Doctrinas y Convenios, encontramos esta declaración del Señor:

«Y por cuanto no todos tienen fe, buscad diligentemente y enseñaos el uno al otro palabras de sabiduría; sí, buscad palabras de sabiduría de los mejores libros; buscad conocimiento, tanto por el estudio como por la fe» (D. y C. 88:118).

Después del requerimiento de enseñar el uno al otro, de buscar sabiduría de los mejores libros, y buscar la manera de aprender, el Señor dio instrucciones y sugirió, en muy pocas palabras, que el programa fuera establecido para llevar a cabo estas responsabilidades.  Así es como Él dijo que debía hacerse: «Organizaos; preparad todo lo que fuere necesario. . .» (D. y C. 88:119).

Si vamos a enseñarnos uno al otro a buscar sabiduría y aprender por medio del estudio y la fe, debemos organizarnos y preparar todo lo que sea necesario.  Estas palabras forman la base sobre la cual la idea de las bibliotecas en los centros de reuniones fue concebida para «preparar todo lo que fuere necesario» para una enseñanza más eficaz.

De los versículos que acabo de leer y de muchos otros que podrían citarse, varias cosas resultan bastante claras:

  1. Cada poseedor del sacerdocio, dentro de su esfera de influencia y responsabilidad, debe enseñar el evangelio por precepto y por ejemplo. Esto es, debe enseñar mediante el ejemplo de vivir el evangelio y también por medio de palabras, experiencias de aprendizaje y materiales de instrucción.
  2. Cada poseedor del sacerdocio debe prepararse a sí mismo para ser un maestro eficaz, mediante el estudio, fe y oración.
  3. Cada poseedor del sacerdocio debe buscar la dirección del Espíritu para que lo guíe en su propia vida y para que lo inspire en sus esfuerzos de enseñanza. 4. Cada poseedor del sacerdocio tiene una sagrada mayordomía en el reino de Dios. Nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestra propiedad, nuestros llamamientos en el sacerdocio, forman parte de esta mayordomía.

Así, en nuestra responsabilidad de enseñar, somos bendecidos con la oportunidad de participar en el plan divino de salvar las almas de los hombres.  A medida que servimos, estamos creciendo en nuestros llamamientos y debemos ser completamente responsables de nuestra mayordomía cuando seamos llamados.  El programa de bibliotecas en los centros de reuniones, están diseñados para ayudarnos a ser más eficaces en nuestra responsabilidad de enseñanza.

El Comité coordinador de las bibliotecas de la Iglesia fue organizado en 1968, bajo la dirección de la Primera Presidencia y se le dio la responsabilidad de coordinar los métodos y procedimientos que se seguirían en todas las funciones de las bibliotecas de la Iglesia.

Este comité supervisa el programa de bibliotecas de los centros de reuniones, el cual ha estado en operación sólo por un corto tiempo.

Durante el primer semestre del año pasado, se llevaron detalles de este programa a todas las áreas de la Iglesia; además se han editado un gran número de publicaciones concernientes al establecimiento y operación de este programa, entre ellas: el Boletín de la Biblioteca del Centro de Reuniones, el manual de Biblioteca del Centro de Reuniones y el Manual Técnico de la Biblioteca del Centro de Reuniones.

Permítanme repasar brevemente las instrucciones esenciales, la supervisión y las cosas más sobresalientes del programa.

  1. La Primera Presidencia estableció que debe haber una biblioteca en cada centro de reuniones de la Iglesia. No importa el número de barrios o ramas que se reúnan en el edificio; una biblioteca es suficiente para todas ellas. Los planes y especificaciones para tal facilidad deben estar en poder del Departamento de Construcciones de la Iglesia.  Hay cinco planes alternados que hace posible tener una biblioteca del centro de reuniones, en cada edificio de la Iglesia.
  2. El programa, como se relaciona con la estaca, será supervisado por el presidente de estaca a través de un director de biblioteca de estaca.
  3. La biblioteca del centro de reuniones, será supervisada por un bibliotecario. Cuando más de un barrio o rama usen el edificio, se llamarán bibliotecarios adjuntos. Con el fin de ayudar a las organizaciones individuales, pueden llamarse a asistentes de biblioteca, como miembros del personal de la misma.
  4. La biblioteca del centro de reuniones, tendrá todo el equipo y el material instructivo necesario para una enseñanza adecuada. El equipo debe incluir: proyectores de película, de transparencias y de altura (overhead); tocacintas y tocadiscos, retroproyector, una pantalla, un mimeógrafo y otros equipos que se necesiten. Deben incluirse materiales de instrucción tales como: libros, revistas, manuales, instructivos, prontuarios, artículos impresos, fotografías, litografías, cartas, mapas, transparencias, tiras de película, transparencias para proyector de altura, rollos de película y otro tipo de material de instrucción que puedan utilizar los maestros.

El programa de bibliotecas de centros de reuniones, es ahora un programa permanente de la Iglesia, que tiene como fin ayudar a mejorar la enseñanza de los principios del evangelio.  La calidad de la enseñanza mejorará un cien por ciento a causa de la implantación de materiales de instrucción en esta biblioteca y se hará necesaria en cada centro de reuniones.  Las estadísticas presentadas ayer, en la junta de Representantes Regionales de los Doce, indica que el 72 por ciento de nuestros centros de reunión, tiene ahora tales bibliotecas. Urgimos con toda nuestra fuerza a todos aquellos que habéis sido lentos en ir hacia adelante, hacedlo tan rápidamente como os sea posible.

Ahora llegamos a la parte del programa que hace de la biblioteca una parte vital de la enseñanza.  Acaba de publicarse este folleto que sostengo en mi mano.  No estáis lo suficientemente cerca como para ver su contenido, pero permitidme explicároslo.  Esto es conocido como Catálogo de Materiales de Instrucción.

En esta publicación hay fotografías en miniatura de todas las ilustraciones relacionadas con los tópicos que se están enseñando en las clases del sacerdocio y organizaciones auxiliares, asimismo se incluyen todas aquellas que se enseñarán durante el próximo año.  Todos los paquetes de ilustraciones para las lecciones del año 1972-73 serán eliminados y será necesario, para los materiales normalmente proporcionados mediante paquetes, ordenarlos, registrarlos, y ponerlos en circulación a través de la biblioteca del centro de reuniones, para que sean usados en las clases.

En este catálogo, a cada uno de los cuadros se le ha dado un número de identificación con el cual podrán ser ordenados por su Centro Local de Distribución de la Iglesia.  Los manuales de lecciones, harán referencia, en cada lección, a los materiales que deben usarse por el número de almacén.  El catálogo está disponible para todas las bibliotecas y todos los maestros.  Los escritores de lecciones tendrán esta obra a la mano mientras preparan futuras lecciones, de manera que puedan anotar los materiales que debe haber en la biblioteca.  Por lo tanto debe referirse a estas ayudas visuales que contienen los manuales de lecciones, por su número de almacén.

El Catálogo de Materiales de Instrucción viene en forma de hojas sueltas, así que puede ser expandido para incluir materiales adicionales para lecciones futuras.  Muchos otros tipos de materiales pueden también agregarse, tales como transparencias para proyector alto, rollos y tiras de películas, transparencias, cintas, discos y otros. “Este es un gran programa que dará a los maestros la ayuda necesaria para hacer su enseñanza más eficaz. Una biblioteca bien organizada, adecuadamente almacenada y competentemente atendida, vendrá a ser el pilar del barrio o rama, para la mejor enseñanza.  Ahora podéis ver por qué es tan importante ir hacia adelante en cada centro de ‘reuniones, para «preparar todo lo que fuere necesario», como se establece en la revelación del Señor, para lograr uniformidad en toda la Iglesia respecto a la enseñanza en todas las organizaciones auxiliares y del sacerdocio.  Exhortamos a cada miembro del sacerdocio a hacer uso de la biblioteca del centro de reuniones.  Su propósito es proveer, tanto a vosotros como a las hermanas que tienen funciones de enseñanza dentro de la Iglesia, de materiales y equipo, que aumenten la calidad de vuestra enseñanza.

Testifico que el programa de bibliotecas de centros de reuniones está inspirado divinamente, que está guiado por la mano de nuestro Padre Celestial, para hacer más eficaz la enseñanza en la Iglesia, y que tiene la promesa inmediata de aumentar la actividad de la congregación de la Iglesia, a fin de hacer de los mensajes del evangelio algo vital para nuestra vida.  Ruego que podamos tener éxito en este esfuerzo de «preparar todo lo que fuere necesario», en el nombre de Jesucristo.  Amén.

Esta entrada fue publicada en Sin categoría y etiquetada , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario