C. G. Octubre 1976
Adquisición y dirección de proyectos de producción
por el obispo H. Burke Peterson
Primer Consejero en el Obispado Presidente
Queridos hermanos, esta mañana quisiera hablar algo más sobre el desafío del obispo Brown a los obispos y presidentes de estaca, para que éstos se involucren en los proyectos de producción de bienestar tan pronto como sea posible. Si vuestros barrios no se encuentran involucrados actualmente, aseguraos de que lo hagan durante el período en que vosotros estéis en vuestro cargo.
Habrá que considerar con sumo cuidado que el tipo de proyecto que se encara sea el adecuado, que provea los artículos necesarios para los almacenes de vuestros obispos, ayudando así al área correspondiente a ser autónoma en el cuidado de sus pobres y necesitados; si los barrios están ya involucrados en estos proyectos ya sea a nivel de barrio o de estaca, aseguraos de que los miembros tengan suficientes oportunidades de participar en ellos y que los mismos se operen en forma adecuada. Como sabréis, los proyectos de bienestar pueden organizarse en un barrio, con varios barrios o con toda la estaca. La clave de este desafío se encuentra por supuesto, en lograr la realización de la tarea durante el tiempo en que estéis desempeñando vuestros cargos. Mi propósito esta mañana, es ofrecer suficientes ideas para lograr esta meta; con ese fin, pongamos estos proyectos en su verdadera perspectiva, contestando algunas preguntas básicas:
¿Cómo se cuida con la Iglesia, de los pobres, los necesitados y las personas que tienen problemas? En D. y C. 83: 4 – 5, el Señor dice lo siguiente:
«Todos los niños tienen el derecho de recibir el sustento de sus padres hasta que sean mayores de edad.
Y después, si sus padres no tienen con qué darles heredades, pueden pedirlo a la Iglesia, o en otras palabras, al alfolí del Señor».
Cuando un individuo no puede cuidar de sí mismo, su familia debe proveerle la asistencia necesaria para su recuperación, tanto material como de cualquier otra índole; una vez que la familia de la persona necesitada haya hecho todo lo posible para proveerle el dinero o los artículos que le hagan falta, será entonces obligación del obispo asistirla en sus necesidades. De acuerdo con el Manual de los Servicios de Bienestar, el obispo de cada barrio tiene el deber de cuidar de los pobres y necesitados de la Iglesia… El es el único responsable de determinar a quién, cuándo, cómo y cuánto se dará de los fondos de la Iglesia, tratándose de cualquier miembro de su barrio. Esa es su grande y solemne obligación, impuesta por el Señor mismo; a pesar de la ayuda que reciba para llevar a cabo este servicio, él continuará siendo el único responsable. Los obispos deben recordar que se encuentran bajo la sagrada obligación de seguir en forma detallada todo el programa de los Servicios de Bienestar que se relaciona con el servicio que se les preste a los pobres y necesitados. Uno de los principales elementos que a menudo se deja de lado, es la vital necesidad de que todos participen en el programa establecido de trabajar al máximo de su capacidad. Los directores del sacerdocio que tengan un mínimo de comprensión, jamás olvidarán este principio básico; se puede destruir el alma cuando lo que se recibe no esté condicionado con lo que se da.
¿De dónde provienen los fondos y los artículos de primera necesidad que usa el obispo para ayudar a los pobres y los necesitados? De las ofrendas de ayuno cuando lo que se necesita es dinero, y de los almacenes cuando hay carencia de comestibles u otros artículos.
Con respecto a las ofrendas de ayuno, quisiera decir que recientemente hemos aprendido que algunos miembros de la Iglesia no están seguros de cómo pueden ayudar financieramente. Quisiéramos reafirmar el hecho de que la forma en que pueden contribuir con dinero a la Iglesia, para que la misma esté en condiciones de cuidar a aquellos que pasan necesidades, es mediante el pago de una generosa ofrenda de ayuno. Quisiera repetir las palabras del presidente Kimball al respecto, quien dijo: «Creo que cuando tenemos dinero suficiente, como muchos de nosotros lo tenemos, debemos ser más generosos. En lugar de la suma ahorrada por nuestras dos o más comidas de ayuno, deberíamos entregar tal vez mucho más, siete veces más, por supuesto, siempre que estemos en posición de hacerlo». Ciertamente, el miembro fiel de la Iglesia no esperará a que se presente una necesidad dramática para seguir este consejo, sino que responderá con generosidad a este llamado del Profeta ungido del Señor.
¿Dónde consiguen los almacenes los artículos necesarios para llenar las órdenes de los obispos? Mediante donaciones de bienestar y trabajo voluntario llevado a cabo en los proyectos de producción los miembros ayudan a producir alimentos y artículos varios que serán colocados en los almacenes de los obispos. en toda la Iglesia. Cada obispo tiene que tener a su disposición un almacén, para estar en condiciones de emitir artículos que puedan ayudar a los necesitados, haciéndolo mediante la utilización de los formularios correspondientes. En aquellos casos donde haya almacenes disponibles, el obispo debe como norma, utilizar primero los artículos que se encuentren a su disposición, antes de recurrir a los fondos de las ofrendas de ayuno. Muchas son las razones para así hacerlo: nuestra base de producción es de esa manera adecuadamente mantenida y utilizada: el costo para la Iglesia se reduce cuando son utilizados primero los artículos de los proyectos, en lugar de recurrir a los fondos de las ofrendas de ayuno para comprar con ellos en los almacenes o mercados regulares, donde por lo general los precios son más altos; finalmente, para permanecer independientes del abastecimiento comercial, que no siempre puede ser asegurado en su disponibilidad al público.
¿Cuáles son los propósitos básicos de los proyectos de producción? Primero, el de proveer alimentos y artículos varios para los pobres y necesitados. Segundo, brindar a los miembros la oportunidad de compartir parte de su abundancia con otras personas, mediante la generosa contribución de dinero y trabajo. Tercero, producir eficientemente el número suficiente de artículos o de dinero en efectivo, para cumplir con el presupuesto de producción de artículos asignados, y para cumplir con los costos anuales de operación. Cuarto, proveer oportunidades de trabajo para aquellos que reciban asistencia de la Iglesia. Quinto, promover una producción local autónoma, para estar en condiciones de cuidar de los necesitados. Sexto, proveer reservas de tierra, obreros y directores entrenados y experimentados, y si fuera posible un abastecimiento anual de semillas, fertilizantes, combustibles, alimentos, etc., para que estos artículos puedan estar disponibles en el futuro para los necesitados. Séptimo, proveer a los individuos las familias y los quórumes, experiencias relacionadas con la hermandad y con la producción de alimentos básicos. Octavo, proveer un modelo de dirección y operación eficaz para la comunidad, a fin de que los proyectos sean de éxito y presenten una imagen positiva de la Iglesia.
Finalmente, ¿cómo pueden un barrio o una estaca, adquirir un proyecto de producción? Teniendo en cuenta la necesidad de que los miembros trabajen y mejoren un proyecto de producción, el obispo o presidente de estaca debe asignar a su consejero encargado de la producción, la responsabilidad de estudiar el asunto en forma completa: éste. a su vez debe trabajar con la consejera de la Sociedad de Socorro asignada para representar a la presidencia en todos los asuntos relativos a la producción. Podría también ser adecuado obtener ayuda de una de las personas que generalmente llamamos «de recursos» tal como un agrónomo cuyos antecedentes y experiencias lo califiquen pura ayudar en él desarrollo técnico del proyecto propuesto, o un hombre de negocios que pueda asistir con un estudio que sea considerado realizable. La propuesta debe ajustarse a los propósitos de los proyectos de producción tal como se encuentran aquí bosquejados, y se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- ¿Es el proyecto adaptable al área?
- ¿Es compatible con otros proyectos locales? ¿Hay demasiados del mismo tipo? ¿Se ajusta el proyecto al plan total de bienestar?
- ¿Cuáles son los cálculos de las obligaciones financieras así como de tiempo, que se requerirán de los miembros del barrio y de la estaca?
- ¿Cuáles son las fechas proyectadas para la aprobación y operación?
- En los bosquejos del plan de operación deberá incluirse un cálculo de producción, costo de producción. ingresos netos, potencial de involucración de los recipientes del programa de bienestar, y si el proyecto podrá ser ajustado al presupuesto de producción de artículos que habrán de ser asignados.
- El plan propuesto debe responder a preguntas tales como:
- ¿Será el proyecto propuesto accesible a los miembros de la Iglesia? (Por ejemplo, un proyecto de barrio puede ser una alternativa mejor que uno de estaca o regional, cuando la estaca cubre una extensa zona geográfica.)
- ¿Se ajusta la dimensión y el tipo de proyecto a los miembros de barrio y estaca? (Tanto la habilidad como el talento necesarios para. dirigir el proyecto, deben ser factores disponibles en el momento de preparar el plan. Debe también haber suficiente gente para mantenerlo en operación eficiente.)
- ¿Existe un antecedente de buena producción del artículo que involucra el plan? (Es importante que se sigan las prácticas agrícolas y mercantiles que hayan sido probadas como eficaces en la localidad comprendida en el plan.)
- ¿Será el artículo de naturaleza tal que promueva la autonomía local? (Un área determinada llega a ser autónoma con respecto a los alimentos, cuando se produce localmente artículos como los productos lácteos, granos, vegetales, fruta, miel, carnes, huevos, grasas y aceites, productos cítricos o sus substitutos, y raciones para el ganado.
Debe existir una necesidad básica por el producto que se planee producir. Después de llevar a cabo una discusión total de la propuesta, los líderes del sacerdocio responsables del proyecto, deben decidir al respecto bajo la influencia de la oración. Una vez que la unidad haya tomado una decisión, la misma debe ser discutida en la reunión apropiada del Comité de Servicios de Bienestar, tal como está bosquejado en el manual; se necesitará la aprobación del barrio y de la estaca, o de la estaca solamente. Después que se hayan llevado a cabo todas las discusiones y aprobaciones locales, se preparará la solicitud con el Comité de Servicios de Bienestar General de la Iglesia.
Todos los proyectos de producción deben ser aprobados por el Comité de Servicios de Bienestar General. Los formularios de solicitud y de información necesarios, pueden obtenerse mediante solicitud escrita a las Oficinas Generales de la Iglesia.
Al prepararos para enfrentar el desafío y preparar una propuesta para la consideración del Comité de los Servicios Generales de Bienestar, es indudable que os enfrentaréis con preguntas relacionadas con la financiación. Aun cuando los proyectos de producción de bienestar pertenecen completamente (100%) a la unidad local, siempre que sea necesario se podrá recurrir a préstamos que se encuentran a disposición del Comité de Servicios Generales de Bienestar, para la adquisición de proyectos que se llevan a cabo de acuerdo con las necesidades existentes, para la operación, mejoras de capital y expansión. Los préstamos para adquisiciones pueden obtenerse en proporción de hasta un 75% del precio de compra del proyecto. El pago del préstamo se determinará en base a cada caso, de modo que no exceda los cinco años. Recordad que los costos de adquisición no deben ser provistos o amortizados por las entradas o presuntas ganancias del proyecto, sino por las contribuciones de los miembros, las cuales representan una de las formas de vivir nuestro convenio de consagración.
Recordemos también que nuestra firma es un documento de promesa con el Comité de Servicios Generales de Bienestar, un compromiso que os obliga a vosotros y a vuestros miembros, a obedecer términos y condiciones específicos.
Hemos tenido la experiencia de que mientras discutimos con los miembros locales los planes de adquisición y operación de proyectos, los líderes del sacerdocio a menudo se comprometen con sus miembros para que hagan contribuciones dentro de un plazo fijo, diciéndoles cuándo podrán finalizar y que la granja se pagará para una fecha determinada; en muchos casos esto es imposible de predecir y por lo tanto, difícil de cumplir. Es más conveniente para los líderes del sacerdocio reconocer que la contribución para el Plan de Bienestar es parte de la ley de sacrificio y que la consagración es un proceso que jamás finaliza. Con el desarrollo de la Iglesia y la necesidad de expandir y mejorar los proyectos de bienestar, es mucho mejor explicar a los miembros que tendrán una oportunidad continua de contribuir al programa. Los líderes del sacerdocio deben leer el manual y enseñar los principios del mismo tal como están allí explicados. Si vuestros miembros aprenden todo lo relacionado con estos principios,, sentirán la influencia del poder redentor de contribuir y cuidar de sus semejantes de acuerdo con sus convenios, y el poder proveniente de impartir de su substancia para el cuidado de los pobres y necesitados, de acuerdo con la forma prescrita por el Señor.
Veamos ahora lo relacionado con la dirección del proyecto. Aquí discutiremos principios de dirección que tendrán la virtud de mejorar cualquier proyecto. El factor principal para el éxito de los proyectos de bienestar es la actitud asumida por los líderes del sacerdocio.
Los hermanos que estén ansiosos de seguir fielmente estas instrucciones, los que piensen positivamente y sean entusiastas, llevarán a cabo eficazmente el trabajo y tendrán un éxito total. Estos proyectos existen para producir alimentos, por lo cual será menester mantenerse dentro de los principios básicos o fundamentales. No estamos abocados a la administración de granjas experimentales, por lo cual no debemos embarcarnos en métodos que no sean probados y eficaces. A menudo los proyectos se enfrentan con problemas financieros cuando cambian de la producción de alimentos básicos a la explotación de ramos tales como la cría de razas exóticas, la variedad de cosechas experimentales y la aplicación de una tecnología todavía no comprobada. Nuestros proyectos deben permanecer siempre dentro de los límites de resultados probados y con los programas de producción existentes para el ganado. Recordemos que nos encontramos abocados al negocio de la producción de alimentos. Para decirlo con las palabras del presidente Kimball:
«Seamos eficiente, en nuestras operaciones de producción para no ser movidos sólo por la inercia de tener granjas de bienestar en funcionamiento. Llegará el día en que necesitemos todos los productos y mucho más aún, de nuestros proyectos, aún más de lo que ahora disponemos.»
Además hermanos, debemos recordar que los proyectos deben dirigirse en forma eficiente y económica. El presidente Kimball también ha dicho:
«Haced todo lo posible porque vuestros proyectos sean económicamente viables, para que no tengamos que poner excusas ni decir que son buenos simplemente porque hacen trabajar a las personas en forma unificada, aún reconociendo esto, es indudable que podemos lograr tanto la hermandad de la labor, como la eficiencia económica.»
Teniendo presente estas generalidades, quisiera explicar seis técnicas específicas de dirección.
- Organización: Es necesario establecer un Comité competente, con un director y con la representación de todas las unidades que operan en el proyecto. Cuando sea necesario habrá que llamar a un director capaz de operar dicho proyecto. Los miembros del comité deben tener firmes experiencias doctrinales, técnicas y prácticas, para llevar a cabo sus responsabilidades. Este comité debe ser tan permanente como sea posible, a los efectos de asegurar la continuidad de la dirección. En general, el director debe tener la responsabilidad de tomar las decisiones diarias. La función del comité es similar a la de la mesa de directores. Si se empleara un director, el mismo debería dedicar la mayor parte de su tiempo a las actividades básicas de producción que den como resultado los artículos alimenticios.
- Planificación: Hay que desarrollar y dirigir un plan de presupuesto de operación anual que detalle lo siguiente: qué, cuándo, por qué y cómo habrán de ser producidos y vendidos los artículos; cuánto capital de operación será necesario, cuándo se adquirirá el mismo, cómo y dónde puede pagarse si se tratara de dinero prestado. Un plan cuidadosamente preparado y seguido, asegurará que el proyecto sea económica y operacionalmente firme, así como eficientemente operado.
- Operaciones: Es sumamente importante para alcanzar el éxito en los proyectos agrícolas, que los planes de producción se lleven a cabo a tiempo. Las buenas prácticas de dirección así como la tecnología reconocida y aprobada, son importantes puntos que deben aplicarse en la agricultura moderna. Es indudable que hay un tiempo para plantar y otro para cosechar. La planificación sabia y diligente consiste en preparar cuidadosamente cada proyecto. Nuevamente quisiera repetir que es necesario llevar a cabo proyectos agrícolas locales cuyo éxito esté asegurado mediante experiencias locales anteriores.
- Registros: Será necesario nombrar a un secretario financiero competente que mantenga los registros en forma precisa, y también habrá que abrir una cuenta bancaria separada para el proyecto. El secretario debe preparar los informes mensuales para Salt Lake City y también los registros de producción que serán utilizados por el comité para determinar la eficiencia, el costo de operación, la ganancia, etc. La preparación a tiempo, el estudio y el uso de los informes financieros, mejorarán el control del proyecto y serán factores que indicarán que en verdad honráis vuestra mayordomía. La teneduría de libros tiene que ser un esfuerzo conjunto que involucre tanto al director como al secretario del proyecto.
- Ventas: Una parte importante en la planificación de las operaciones de bienestar y que muy a menudo se descuida, es la venta de los artículos de descarte de la granja. El Departamento de Operación y Distribución de Bienestar ha establecido un programa para asegurarse la calidad de los productos, mediante el cual se establece que solamente los productos de calidad sean aceptados por las plantas envasadoras y los almacenes. Todos los excedentes de producción deben venderse en forma sabia y eficaz; el desafío principal que esto presenta es el de vender artículos de calidad en el tiempo adecuado y al mejor precio posible, para asegurar así una condición financiera viable.
- Servicios voluntarios: Un factor muy peculiar de la producción de bienestar, es la labor voluntaria proveniente de los miembros. Es necesario una planificación y un control eficientes, a los efectos de lograr la máxima eficacia en la utilización de la labor voluntaria; además, en muchos casos los proyectos pueden beneficiarse utilizando recursos voluntarios locales tales como el personal de los proyectos de extensión agrícolas, hombres de negocios como así también experimentados operadores de granjas. El entrenamiento y la supervisión del trabajo voluntario en un proyecto, por parte de un miembro del comité o del líder del sacerdocio, permitirán que el director dedique su tiempo en forma casi absoluta a otras operaciones verdaderamente críticas.
Si estos seis principios se practican en forma consistente, asegurarán el éxito de los proyectos y generarán la satisfacción que siempre produce llevar a cabo el plan del Señor. Siguiendo este enfoque, vosotros los líderes, seréis capaces de enfrentar con seguridad el desafío: «Mientras seáis los líderes, haced que vuestros barrios y estacas se involucren en el trabajo o la mejora de un proyecto de producción a nivel de barrio o estaca.»
Algunos quizás penséis que lo dicho es aplicable solamente a los proyectos que se llevan a cabo en los Estados Unidos y Canadá; quisiéramos aseguraros que estos principios tienen también aplicación internacional. Es de destacar el hecho de que ya tenemos proyectos de producción establecidos en Inglaterra, Gales, Samoa Occidental, Samoa Americana, Tonga, Australia y Corea. Alentamos por lo tanto a los directores del sacerdocio en todo el mundo, a aceptar el desafío del obispado y llevar a cabo estos proyectos.
A los efectos de llenar los requisitos para llegar al reino celestial debemos estar en condiciones de obedecer las leyes de un orden celestial; una de éstas y es cuidar de los pobres y necesitados en la forma en que el Señor lo desea, y los proyectos de producción nos ayudan a llevar a cabo esta obligación, produciendo artículos que serán distribuidos mediante los almacenes del obispo. También nos ayudan a lograr la autonomía y la preparación para enfrentar cualquier tipo de emergencia.
Aun cuando son muchos los desafíos que debemos enfrentar cuando encaramos proyectos de producción, grandes son también las bendiciones para aquellos que participan en los mismos; éstos encontrarán oportunidades para trabajar en la causa común y valiosa de bendecir la vida de los pobres y necesitados. En este tipo de experiencias, los hombres de edad proveen ejemplos dignos para los jóvenes, y los hombres maduros; padres e hijos, madres e hijas, todos pueden trabajar en comunión; en ese proceso se aprende y asimila la disciplina, el sacrificio y la obediencia. Los que tienen diferentes ocupaciones aprenden a trabajar juntos; carpinteros, plomeros, maestros, abogados, médicos, gentes de todas las profesiones trabajan de común acuerdo y al unísono. Se desarrolla el deseo de cooperar, de hermanar y de hacer obra misional, de fortalecer el quórum, la familia, los amigos y las relaciones entre los vecinos; se brinda la oportunidad de desarrollar las habilidades y el aprecio por el trabajo de los demás. Los proyectos de producción proveen también increíbles oportunidades de desarrollo físico.
Considerando también el hecho de que todos somos consumidores, los proyectos de producción ayudan a que los miembros aprendan los hechos reales y científicos de la elaboración de nuestra comida, así como todo lo relacionado a los problemas de su producción. Entonces podremos apreciar más plenamente la ley de la cosecha, aquella que dice que lo que el hombre siembre y cuide. eso mismo cosechará. Todos nuestros proyectos proveen a los miembros el tiempo necesario para la oración y desarrollo espiritual. De esta forma se desarrolla la oportunidad de comprender mejor la obra del Señor, tal como aparece y podemos apreciarla en la naturaleza.
Estas son recompensas inmediatas. Hay otras que se reciben a largo plazo y la más importante de las cuales es producir artículos que ayuden a los pobres y necesitados. Cuando se llegue a comprender plenamente los proyectos de producción de bienestar, se sentirá el deseo de participar en ellos.
Emprendamos ahora la marcha con el poder de enfrentarnos al desafío que tenemos por delante. Hermanos, aseguraos que todos los barrios de la Iglesia se vean involucrados directamente en proyectos de producción, en el término que comprenda vuestro cargo y mayordomía como obispos o presidentes de estaca.
Que el Señor os bendiga para así hacerlo, ruego en el nombre de Jesucristo. Amén.
























