La salud, una clave para la vida feliz

Conferencia General Octubre 1978logo pdf
La salud, una clave para la vida feliz
Hermana Barbara B. Smith
Presidenta de la Mesa General de la Sociedad de Socorro

 Barbara B. Smith«El estado de nuestra salud afecta  cada aspecto de nuestra vida; el bienestar personal, la actitud hacia el trabajo, nuestra vida social, e  incluso el servicio al Señor.»

El poeta Browning dijo: »Dios esta en el cielo . . . y en la tierra todo esta bien» (Pippa passes: A drama, p. I, líneas 227-28). Esto se entiende mejor cuando se goza de buena salud, una bendición que todos deseamos.

El estado de nuestra salud afecta cada aspecto de nuestra vida: el bienestar personal la actitud hacia el trabajo, nuestra vida social, e incluso el servicio al Señor.

Las enfermedades que afectan nuestro cuerpo son una realidad de la vida; no obstante, el Señor dijo:

«Existen los hombres para que tengan gozo.» (2Nefi 2:35.)

Y para afirmar esta declaración, nos ha revelado instrucciones relacionadas con la salud; si las seguimos, prolongaremos nuestra existencia y nuestro gozo.

Entre las escrituras mas conocidas sobre la salud, tenemos la sección 89 de Doctrinas y Convenios, en la que el Señor detalla las sustancias buenas para el uso del hombre y también las que son dañinas.

La investigación científica ha comprobado sin lugar a dudas los efectos nocivos que tienen el té, el café, el tabaco, y el alcohol, aun para el desarrollo del feto.

Los profetas y la ciencia nos han advertido de los peligros del uso indebido de las drogas, e incluso del de algunas medicinas para las cuales no se necesita prescripción medica. Si bien los remedios combaten las enfermedades, algunos contienen ingredientes que, si se usan en exceso o combinados con otras substancias, pueden causar efectos secundarios y hasta llegarse a la dependencia o la adicción.

Gran parte de la Palabra de Sabiduría menciona específicamente los alimentos sanos que son «para el uso del hombre» (D. y C. 89:1 0).

Los minicursos de la Sociedad de Socorro enseñan a la mujer a preparar este tipo de alimentos de un modo apetitoso.

Una amiga me dijo una vez que al servir en la cena un plato de verduras, un joven invitado le dijo: »Yo creía que no me gustaba la espinaca, pero esta, con crema, ¡es deliciosa!» Como muchos de nosotros, mi amiga puso en práctica el consejo del presidente Kimball, y cultiva verduras, Las mismas que luego prepara y sirve con gran habilidad culinaria; quienes prueban sus comidas, aprenden a gustar de los alimentos sanos.

El Señor nos promete lo siguiente si guardamos estos mandamientos:

‘Y correrán sin cansarse y no desfallecerán al andar.» (D. y C. 89:20, cursiva agregada.)

El Señor tal vez estuviera tratando de ponemos también en guardia en cuanto a la importancia del ejercicio físico. Ejercicios tales como caminar, trotar (correr) y otras actividades de acción rítmica, son vitales para el buen funcionamiento cardiovascular.

En nuestras vidas ocupadas a veces nos sentimos inclinados a dar excusas por no hacer los ejercicios apropiados, diciendo que no tenemos tiempo ni oportunidad para ello. Conozco a una atareada joven señora, que hace ejercicios mientras escucha lecciones grabadas o memoriza escrituras. Casi todos podemos hacer esto.

También se nos aconseja:

»Acostaos temprano, para que no os fatiguéis; levantaos temprano, para que vuestros cuerpos y vuestras mentes sean vigorizados.»(D. y C. 88:124.)

Y en el mismo pasaje se nos dice: »Cesad de ser inmundos». Esto debe aplicarse al cuerpo, a la casa y al vecindario. Por ejemplo, es necesario que seamos extremadamente limpias al preparar y servir la comida, tanto personalmente como respecto al lugar y los utensilios que utilizamos.

En la sección 59 de Doctrinas y Convenios el Señor dice que los productos de la tierra han de «usarse con juicio, mas no en exceso . . .»(Vers. 20). Los expertos dicen que la obesidad constituye un serio problema de salud. El exceso de peso aumenta el riesgo de contraer enfermedades y produce molestias físicas, así como problemas sociológicos.

Deberíamos estar agradecidos porque las investigaciones y la practica de la medicina han dado como resultado una vida mas larga, una salud mejor, mas vitalidad, y gran reducción en la mortalidad infantil. Un aspecto conmovedor de la historia es la frustración que sentían los padres de antaño, ante la imposibilidad de sanar a sus hijos enfermos.

Actualmente, las vacunas constituyen una gran bendición. Algunas de las enfermedades más peligrosas han desaparecido casi totalmente, gracias a la inmunización.

En la Sociedad de Socorro se enseñan cursos de primeros auxilios y otras técnicas para el cuidado de la salud en el hogar.

Con el elevado costo de la atención medica, también seria conveniente que las mujeres comprendieran el valor de tener algún tipo de seguro medico. Esto es esencial, tanto para la salud física como para el aspecto económico.

En resumen, nuestras metas en cuanto a la salud debieran ser las siguientes:

  1. Obedecer la Palabra de Sabiduría.
  2. Mantener un peso adecuado y un buen estado físico, mediante el ejercicio regular, el descanso adecuado y una dieta equilibrada.
  3. Mejorar y mantener la higiene personal y de la vivienda.
  4. Tomar medidas preventivas para conservar la salud.
  5. Aprender y practicar las técnicas de salud en el hogar.

Que la aplicación de estos principios nos ayude a vivir de un modo más feliz, lo ruego en el nombre de Jesucristo. Amén.

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