Busquemos lo hermoso

Conferencia General Abril 1985logo 4
Busquemos lo hermoso
élder Keith W. Wilcox
del Primer Quórum de los Setenta

Keith W. Wilcox«Conforme vivimos vidas rectas, nos convertimos en personas hermosas, al igual que los santos templos.»

Hace poco, en un discurso de clausura de cursos en la Universidad Brigham Young en Hawai el presidente Gordon B. Hinckley amonestó a los graduados: «Dejad de buscar las tormentas y gozad mas plenamente de los días soleados». (Church News, 3 de julio de 1983, pág. 10.) Señaló que podemos ser negativos y buscar lo indeseable en la vida, las faltas y fracasos de los que nos rodean, o podemos desarrollar actitudes positivas y ver lo hermoso en la vida, y lo bueno, lo fuerte, lo decente y virtuoso en las personas, lo cual brinda gozo y felicidad. Todo depende de la actitud.

Poco después de haber empezado tres años de servicio como presidente de misión, se me hizo un recordatorio en cuanto a mi actitud hacia el mundo y las personas que lo habitan. Una noche vi que mi hija de trece años se encaminaba hacia mi escritorio. Se detuvo, me miró fijamente, y con las manos en la cintura me dijo: «Papi, creo que por fin he descubierto cómo eres». Ahora tenia toda mi atención. Continuo: «Toda tu vida la has dedicado a las cosas hermosas, ¿verdad?». Pense por unos momentos y le respondí: «Si, Carole, por fin has descubierto cómo soy. Gracias».

Agradezco las enseñanzas de mi madre y mi padre por medio del ejemplo. Por quince años mi madre fue presidenta de la Sociedad de Socorro. Después que recibí mi licencia de conducir, ella me pedía que la llevara a entregar artículos del Plan de Bienestar a los necesitados. Cuando era diácono, mi padre me hacia pulir las bandejas de la Santa Cena, llevaba los manteles a casa para lavarlos. Honraba el sacerdocio. Cuando el estuvo en el obispado, tuvo a su cuidado las afueras del edificio, y nosotros, los muchachos del Sacerdocio Aarónico, lo ayudábamos

Por mucho tiempo, mi querida esposa y nuestras seis hijas habían estado conscientes de mi interés en la belleza de los edificios expresada en mi profesión de arquitecto, así como también en mi interés por las cosas bellas de este mundo, como lo expresan mis pinturas de paisajes. Carole correctamente había llegado a la conclusión de que yo tenia un interés aún mayor en la creación de personas hermosas, la clase de belleza que emana de un recto vivir y de aceptar el evangelio de Jesucristo tal como nuestros misioneros lo enseñan.

En meses pasados, durante mis viajes a diferentes partes del mundo, he observado esa misma belleza y resplandor espiritual en muchas de las personas a las que he conocido.

Durante estos viajes también he observado diferentes tipos de edificios, y cada vez me convenzo mas de la semejanza que existe entre los edificios y las personas. Los edificios mas hermosos que he visto han sido nuestros sagrados templos.

El Señor nos ha dicho que podemos ser tan hermosos como un templo. En 1 Corintios declaró:

«¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en  vosotros?»(1 Cor. 3:16.)

En 2 Corintios leemos:

«Vosotros sois el templo del Dios viviente. . .» (2 Cor. 6:16).

Cuando el Señor Jesucristo finalizó su inmortal Sermón del Monte, comparó edificios y personas para hacer hincapié en la importancia que los cimientos tienen para ambos.

«Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le comparare a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

«Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

«Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le. comparare a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

«y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.» (Mateo 7:24-27.)

Un cimiento firme es la parte mas importante de un edificio o de una persona. El presidente Benson ha recalcado que en el Sermón del Monte «se nos dice que seamos una luz para los demás, que controlemos nuestra ira, que nos reconciliemos con nuestro hermano . . ., que amemos a nuestro enemigo. . . Mas adelante se nos instruye sobre la manera de orar y ayunar y la forma de establecer nuestras prioridades». (Come Unto Christ [Salt Lake City: Deseret Book Co., 1983], pág. 37.)

A medida que vivimos los principios del Sermón del Monte, edificamos cimientos sólidos en la roca, sobre la cual nuestras vidas se pueden construir firmemente.

El Señor, el Gran Arquitecto, nos ha dado planos y especificaciones perfectos para guiarnos en la edificación de nuestras vidas. Estos planos son las Sagradas Escrituras; contienen las palabras del Señor y deben leerse y meditarse con frecuencia.

Si buscamos al Señor por medio de la oración, y a través de sus Santas Escrituras, aprendemos a buscar lo bello y a desarrollar actitudes positivas. Adquirimos la dirección para la edificación de nuestros cimientos y nuestras vidas.

Conforme vivimos vidas rectas y sin egoísmo, el Espíritu del Señor penetra nuestras almas e irradia de nosotros. Nos convertimos en personas hermosas, al igual que los santos templos. Y en capacidad de misioneros podemos ayudar a otros a convertirse en personas hermosas . » Cuan hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas!» (Is. 52:7; Mos. 12:21; 3 Ne. 20:40.)

Os dejo mi testimonio de que se que esta es la Iglesia restaurada de Jesucristo, con un mensaje para toda la humanidad. Jesús es el Cristo. Nos guía un profeta del Señor, el presidente Spencer W. Kimball. Nuestra Iglesia provee los planos para que cada uno de nosotros construya lo que es verdaderamente hermoso -una vida cristiana- que brinda gozo y felicidad ahora y en las eternidades. En el nombre de Jesucristo. Amén.

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1 Response to Busquemos lo hermoso

  1. Avatar de Clara Clara dice:

    Hermoso mensaje..creo que en verdad nuestros cuerpos son templos,los cuales fueron construidos por el mejor arquitecto, nuestro Señor y Redentor Jesucristo

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