No «traspasar lo señalado»

Conferencia General Octubre 1987logo 4
No «Traspasar Lo Señalado»
por el élder Dean L. Larsen
de la Presidencia del Primer Quórum de los Setenta

Dean L. Larsen«Es sumamente importante que mantengamos los ojos puestos en las cosas que son fundamentales y que tendrán las mayores consecuencias eternas para nosotros.»

Cuando yo era joven, me gustaba mucho tomar parte en diversas competencias de atletismo. No fui nunca un atleta destacado, pero esto no hacia disminuir mi interés ni la satisfacción que sentía al participar en ellas. Había algunas que me interesaban en particular. En mis años de estudiante tome parte en las carreras de vallas, en el lanzamiento de bala y en el lanzamiento de disco. Para estos dos últimos el competidor tenía que colocarse en un círculo que estaba marcado en el suelo. Con tal de que se mantuviera dentro de ese circulo al hacer el lanzamiento, se calificaba para que se le midiera la distancia del tiro; pero si se salía de él, se le descalificaba por cometer una falta. Generalmente, se permitían tres intentos preliminares en cada uno de estos eventos, y otros tres a los que por la distancia de su lanzamiento se clasificaban para las finales. Si el competidor cometía una falta en cada intento, quedaba eliminado.

Los que participábamos en las competencias aprendimos la importancia de mantenernos dentro de la marca.

Hace poco, leyendo el capitulo cuatro de Jacob, en el Libro de Mormón, empece a recordar aquellas experiencias de mi juventud. En el Jacob nos habla de los israelitas de la antigüedad que atrajeron sobre sí grandes aflicciones: »Despreciaron las palabras de claridad, y mataron a los profetas, y procuraron cosas que no podían entender. Por tanto, a causa de su ceguedad, la cual vino por traspasar lo señalado, es menester que caigan» (Jacob 4:14; cursiva agregada).

Generalmente, el sentido figurado como el de la expresión que utiliza Jacob-»traspasar lo señalado»- indica un sentido que es común y familiar para aquellos a quienes se dirige. Todo idioma tiene expresiones similares.

Me he preguntado que estaría pensando Jacob al mencionar esto de «traspasar lo señalado» para describir una falta que era común en Israel. Como lo comente, la expresión de Jacob me trae a la memoria las experiencias de mis actividades en ciertos eventos de atletismo, en los que era sumamente importante no traspasar la marca.

En esas competencias atléticas, todo el esfuerzo, la habilidad y capacitación de un participante perdían su valor si no se mantenía dentro del circulo marcado.

Jacob habla de personas que se pusieron en graves peligros en lo espiritual porque no estaban dispuestas a aceptar principios de verdad que son básicos y sencillos y porque se interesaron en «cosas que no podían entender» y que les intrigaban. Parece que padecían de un supuesto refinamiento y una arrogancia que les daba un sentido falso de superioridad sobre los que les llevaban las «palabras de claridad» del Señor. Ellos traspasaron la marca de la prudencia y es obvio que no pudieron mantenerse dentro del circulo de las verdades fundamentales del evangelio que son un cimiento para la fe. Deben de haberse complacido en asuntos hipotéticos y especulativos que les empanaron las verdades fundamentales del espíritu. Al dejarse seducir por esas »cosas que no podían entender», perdieron la comprensión y la fe que tenían en el poder redentor de un verdadero Mesías, y el propósito de la vida se les volvió confuso. El estudio de la historia de Israel confirma las afirmaciones de Jacob.

Creo que toda generación enfrenta los problemas de »traspasar lo señalado». El apóstol Pablo se preocupaba por aquellos a los que había ayudado a obtener un testimonio de Jesucristo. A Tito le aconsejó: »Evita las cuestiones necias. . . y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho» (Tito 3:9). Y escribió esto a Timoteo:

»Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

»Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonaran maestros conforme a sus propias concupiscencias,

»y apartaran de la verdad el oído y se volverán a las fábulas» (2 Timoteo 4:2-4).

Antes ya le había aconsejado diciéndole que no prestara »atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas mas bien que edificación de Dios que es por fe» (1 Timoteo 1:4).

Al pensar en como podríamos protegernos para evitar traspasar la marca, he resuelto hacer varias cosas, y quiero compartir con vosotros lo decidido para que lo apliquéis, si así lo deseáis.

Voy a dedicar mas tiempo y atención al estudio y la meditación de las Escrituras mismas, mas bien que a los comentarios y criticas de los que han escrito sobre ellas. Y al hacerlo me abriré todo lo que pueda al Espíritu del Señor para poder entender por mí mismo. Jacob dijo: »Porque el Espíritu habla la verdad, y no miente. Por tanto, habla de las cosas como realmente son, y de las cosas como realmente serán; así que estas cosas nos son manifestadas claramente para la salvación de nuestras almas» (Jacob 4:13)

Me interesa mucho más comprender las admoniciones de  Samuel el Lamanita cuando se subió a la muralla de la ciudad de Zarahemla y llamo a los rebeldes nefitas al arrepentimiento, que localizar en nuestros mapas cual era el lugar exacto donde se encontraba la ciudad.

Me interesa mucho más saber lo que el Padre y el Hijo le encomendaron a José Smith, y los frutos de sus labores proféticas, que el hecho de sí menciono a uno o a dos personajes divinos en su relato inicial de la Primera Visión.

Voy a hacer un esfuerzo mayor por ser digno del oficio al que he sido ordenado en el Sacerdocio de Dios, y ocuparme menos de confirmar la fecha y el lugar exactos donde Pedro, Santiago y Juan aparecieron para restaurar ese divino poder y autoridad.

Creo que tratare de ser mas constante en tener presente el modelo perfecto de  relaciones humanas que estableció el Salvador con su propia vida, y de hacer un esfuerzo mayor por imitar ese modelo de interés, amor y sacrificio.

Trataré de estar más ansioso por enseñar lo que el Salvador quiere que enseñe y preocuparme menos de ventilar mis propias teorías. Si voy a influir en otros, deseo inclinarlos hacia aquello que promueva la fe en lugar de inquietarlos con especulaciones y dudas que no podemos resolver.

No quiero contener un apetito sano por el saber, por obtener nuevas perspectivas de comprensión. Pero, al avanzar hacia estos horizontes nuevos, siempre voy a querer volver al circulo de mi fe ya establecida, y voy a nutrir continuamente esa fe con el estudio de las verdades reveladas de Dios y con la oración.

En las muchas horas que pase de joven practicando con el fin de perfeccionar mi habilidad para lanzar la bala a una distancia cada vez mayor, a veces me salía del circulo para practicar una técnica o un detalle. Sin embargo, aprendí que la nueva técnica no tenía ningún valor para mí a menos que me permitiera estar del lado de adentro de la marca cuando estuviera en la competencia.

Las analogías rara vez son perfectas y la que he empleado tal vez este mas lejos de la perfección que la mayoría de ellas; pero a veces es bueno analizar nuestra situación estableciendo una comparación sencilla.

Hay otras formas en que podemos «traspasar lo señalado». A veces centramos gran parte de la atención y energías en nuestros deseos temporales, no solo para entretenernos y gratificar los apetitos físicos, sino también para lograr reconocimiento, posición y poder. Podemos hundirnos en la búsqueda de esas cosas hasta el punto de sacrificar la dulzura y la perdurable paz mental que se hallan en el bienestar espiritual, en las relaciones familiares bien nutridas y en el amor y respeto de los amigos y conocidos.

Permitimos demasiado que la naturaleza limitada de nuestra rutina diaria empane el aprecio que sentimos por la belleza de las creaciones de Dios y las influencias refinadoras que nos rodean. Nos privamos de sentir la satisfacción que se recibe al desarrollar los dones y el talento con que se nos ha investido. Y no nos acercamos al Señor bastante para conocerlo y sentir su amor que redime.

En el mundo complejo de hoy, con sus diversas exigencias y con sus voces variadas que a veces nos apartan de la senda, es sumamente importante que mantengamos los ojos puestos en las cosas que son fundamentales y que tendrán las mayores consecuencias eternas para nosotros.

Que Dios nos ayude a hacerlo así y a evitar traspasar esa marca, lo pido de corazón en el nombre de Jesucristo. Amén.

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1 Response to No «traspasar lo señalado»

  1. Avatar de Desconocido Anónimo dice:

    tengo k haceer mi tarea de seminario

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