Debemos ser reverentes

Debemos ser reverentes

Spencer W. Kimballpor el presidente Spencer W. Kimball

Es indudable que somos una gente sumamente bendecida, ya que el Señor nos lo ha dado todo: el evangelio de Jesucristo, la luz, el sacerdocio, el poder, las promesas, los convenios, los templos, nuestras familias, la verdad.

Tendríamos que ser la gente más feliz sobre la faz de la tierra, al igual que la más reverente. Pero creo que en este aspecto cada individuo y cada familia deberían examinarse a sí mismos. ¿Somos gente reverente? ¿Muestran nuestros hechos, tanto en el hogar como en la Iglesia, reverencia por nuestro Creador?

Algunas veces me pregunto si así es. Asistimos a reuniones sacramentales y conferencias donde los niños andan desenfrenadamente por los pasillos; durante los servicios notamos a adultos conversando con sus vecinos, gente dormitando y jóvenes reunidos a la entrada de la capilla.

Vemos familias que llegan tarde, y ocupan ruidosamente sus asientos, y grupos entretenidos en rumorosa conversación en la capilla después de la reunión.

Nos preocupa el efecto que esto tiene en investigadores, amigos y en aquellos cuyos testimonios son frágiles y están en estado de desarrollo. ¿Son nuestras reuniones los poderosos instrumentos misionales que podrían ser, donde el Espíritu del Señor reina y penetra los corazones? ¿O a fin de sentir el Espíritu debemos primero quitar de nuestro camino una infinidad de vanas distracciones?

“Y así vimos la gloria de lo celestial que sobrepuja todas las cosas—donde Dios, aun el Padre, reina sobre su trono para siempre jamás;

Los que moran en su presencia son la Iglesia del Primogénito; y ven como

Examinemos la reverencia, pero no sólo su significado e importancia en la vida de los Santos de los Últimos Días, sino también algunas maneras en las que podríamos enseñarla a nuestros hijos y mejorar nuestra propia conducta.

El significado e importancia de la reverencia
La reverencia se ha definido como un “sentimiento o actitud de profundo respeto, amor y asombro, como por algo sagrado”. Otra manera de expresar el significado de la reverencia es describiéndola como devoción a Dios.

Muchos de nuestros líderes en el mundo han expresado su opinión en cuanto a la reverencia, como una de las cualidades más sublimes del alma, indicando que requiere una verdadera fe en Dios y en su justicia, una elevada cultura y gran amor por las cosas más bellas de la vida.

Reverencia a Dios
En las revelaciones modernas, el Señor nos ha ayudado a comprender el significado y la importancia de la reverencia.

En esa oportunidad, parecería indicar que la reverencia hacia el Padre y el Hijo es una cualidad o característica esencial de aquellos que logran el Reino Celestial. En la Sección 76 de Doctrinas y Convenios, conocida como “La Visión”, dada a José Smith y Sidney Rigdon en febrero de 1832, encontramos: son vistos, y conocen como son conocidos, habiendo recibido de su plenitud y de su gracia;

Y los hace iguales en poder, majestad y dominio”, (D. y C, 76:92-95.) Reverencia por el nombre de Dios Otra revelación moderna nos dirige a reverenciar el nombre de Dios; se nos advierte no profanar el nombre del Padre, y aun evitar el uso frecuente del mismo (D. y C. 107:2-4).

Debemos recordar que uno de los Diez Mandamientos dice:

“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano,” (Éxodo 20:7.)

Aparentemente, esa reverencia por Dios y su nombre es una de las cualidades más importantes que podemos desarrollar.

Reverencia por la Casa del Señor El Señor nos ha instruido mediante la revelación moderna, en otro aspecto sumamente importante: que debemos guardar la reverencia adecuada en su Santa Casa. En la importante revelación dada a José Smith, conocida como la oración dedicatoria del Templo de Kirtland, se hizo la indicación de que tanto aquel como todos los demás sagrados templos erigidos al Señor, debían ser un lugar de reverencia para El (D. y C. 109:13, 16-21).

En un sentido muy real, lo que se ha dicho con respecto a los sagrados templos de la Iglesia, es también aplicable a toda “Casa del Señor”, ya sea una capilla o cualquier recinto donde los santos se reúnan para adorar a Dios, del mismo modo que cualquier hogar de Santos de los Últimos Días.

La reverencia genera felicidad Tal como sucede con los demás principios del evangelio, éste también produce un aumento de gozo.

Debemos recordar que la reverencia no es ese comportamiento sombrío y temporal que adoptamos los domingos; la verdadera reverencia genera felicidad, así como amor, respeto y gratitud a Dios, Es una virtud que debe formar parte integral de nuestro modo de vida; en realidad, los Santos de los Últimos Días deberían ser la gente más reverente de la tierra.

La reverencia y el hogar
Por lo tanto, ¿dónde comienza la reverencia y cómo podemos lograrla? El hogar es el lugar donde ésta se origina, tal como sucede con cualquier otra virtud divina.

Permitidme recalcar la importancia de enseñar a orar a los hijos. Es durante las oraciones personales y familiares que los pequeños aprenden a inclinar la cabeza, cruzar los brazos y cerrar los ojos mientras se dirigen a nuestro Padre Celestial.

El comportamiento que se aprende en el hogar determina el de las reuniones de la Iglesia. Un niño que ha aprendido a orar en el hogar, pronto aprende que durante los servicios religiosos debe permanecer quieto y callado mientras se dice la oración.

Asimismo, cuando las noches de hogar forman parte de la vida hogareña, los niños aprenden que hay ocasiones especiales, no sólo en la Iglesia, sino también en el hogar, en que aprendemos acerca de nuestro Padre Celestial y es necesario que todos se comporten de la mejor manera posible.

La música es un deleite especial para los niños. Los himnos que frecuentemente se cantan en la capilla pueden también hacerse familiares en el hogar. Los niños pequeños podrían beneficiarse especialmente si los padres les ayudaran a aprender himnos sencillos en el hogar; de este modo esperarían ansiosamente el momento para cantar durante la reunión sacramental, así como en todas las demás.

Reverencia en la Iglesia
Naturalmente, los padres deberían asistir a las reuniones dominicales con sus hijos. El padre y la madre deben trabajar juntos para asegurar que la preparación para las reuniones sea una experiencia familiar agradable; las prisas de última hora para arreglar a los niños y apresurarse para llegar a la capilla, destruyen el espíritu de reverencia.

Cuando las familias caen en esa rutina, frecuentemente llegan tarde a la capilla, a menudo se expresan duras palabras y se hieren los sentimientos, y los niños por lo general se encuentran inquietos durante la reunión.

¡Cuanto más reverente es la familia que se prepara con suficiente tiempo para asistir a las reuniones, que llega a la capilla mucho antes de que empiece el servicio, que se sienta junta para escuchar el preludio y dejar a un lado las preocupaciones mundanas!

Muchas veces los padres con hijos pequeños tienen dificultades en ayudar a sus hijos a apreciar las reuniones y evitar que causen interrupciones. La perseverancia, firmeza y preparación en el hogar, son ingredientes esenciales para el éxito. Si tienen dudas en cuanto al trato que deben dar a sus hijos en la Iglesia, los padres jóvenes deberían buscar el consejo de una pareja con más experiencia en el barrio.

Frecuentemente, antes y después de las reuniones, los miembros de la Iglesia se reúnen en la capilla para intercambiar saludos. Parte de la aparente irreverencia se debe al inocente hecho de que somos una gente amigable y que el día de reposo es un tiempo muy apropiado para conversar, hacer amistades y conocer a los miembros nuevos.

Los padres deben dar el ejemplo a la familia conversando en los pórticos u otras partes, afuera de la capilla, antes o después de las reuniones. Después de la reunión, los padres pueden ayudar a llevar al hogar el espíritu de servicio religioso discutiendo con sus hijos un pensamiento, un número musical o algún otro aspecto positivo de la reunión.

Un esfuerzo para mejorar la reverencia
Hemos discutido la importancia de la reverencia y examinado algunos de sus significados; hemos también ofrecido algunas sugerencias con respecto a la promoción de la reverencia en el hogar y la Iglesia.

No obstante, la verdadera mejoría en los hechos de la gente, se llevará a cabo cuando tanto los líderes locales como las familias, combinen sus esfuerzos para vencer sus problemas específicos relacionados con la reverencia. Podemos percibir un esfuerzo general por parte de la Iglesia, a fin de mejorar nuestra reverencia; apoyamos este esfuerzo, y esperamos proporcionar aliento y los materiales necesarios a fin de apoyarlo.

La verdadera reverencia es una cualidad vital que está desapareciendo rápidamente del mundo, a medida que las fuerzas del maligno esparcen su influencia. Nuestra mente no podría comprender el poder benéfico de que podríamos disponer si los millones de miembros de la Iglesia verdadera de Cristo sirvieran como modelos de un comportamiento reverente; no podemos imaginarnos el número adicional de vidas que podríamos convertir.

Quizás aún más importante: no podemos imaginarnos la gran consecuencia espiritual que tendría sobre nuestras familias si llegáramos a ser la gente reverente que sabemos debemos ser, Ruego que nos esforcemos para lograr una reverencia mayor en nuestra vida.

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