1977 Conferencia de Área en la ciudad de Santiago, Chile
La felicidad eterna
por el élder Robert D. Hales
del Primer Quórum de los Setenta
Sesión para madres e hijas
En esta conferencia de área, el élder McConkie dijo que Chile es Sión y que en el futuro se construirá un Templo santo de Dios aquí; si los miembros viven rectamente y cumpliendo los mandamientos de Dios, esta promesa se cumplirá. Un templo es muy importante en vuestra vida, porque os abre el camino a la vida eterna.
Hace más de dos mil quinientos años, el gran profeta Nefi pronunció estas palabras: “Y aconteció que vivimos de una manera feliz”. ¿Cuál es la manera feliz de la que había Nefi? ¿Hay alguien aquí que no desee ser feliz? En el mundo actual hay millones de hijos de Dios que frenéticamente andan buscando la felicidad, pero no logran más que sentirse desanimados y frustrados, porque andan buscando en lugares errados. La felicidad no se encuentra en los placeres mundanos, sino por medio de la obediencia a los principios del evangelio de Jesucristo. El profeta José Smith dijo:
“La felicidad es el objeto y propósito de nuestra existencia; y también será el fin de ella, si seguimos el camino que nos conduce a la felicidad; y este camino es virtud, justicia, fidelidad, santidad, y obediencia a todos los mandamientos de Dios.” (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 312.)
Quisiera hablar hoy con vosotros más particularmente, acerca de la gran felicidad que viene cuando uno es obediente a los mandamientos del nuevo y sempiterno convenio del matrimonio. El Señor quiere que estemos con nuestras familias no sólo en esta vida sino en la venidera, y a fin de lograr esta felicidad debemos aceptar y regirnos por las ordenanzas y condiciones que la harán posible.
En una revelación dada al profeta José Smith, el Señor le dijo claramente:
“Porque he aquí, te revelo un nuevo y sempiterno convenio; y si no cumples con él serás condenado, porque nadie puede rechazar este convenio y entrar en mi gloria.” (D, y C. 132:4.)
En el mismo sentido que el arrepentimiento y el bautismo son enseñanzas esenciales para nuestra salvación, en igual manera es esencial para el estado de exaltación y plenitud de gozo en el mundo celestial, el ser unidos en el Orden del Sacerdocio conocido como el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio, que frecuentemente llamamos matrimonio en el templo.
Aquellos de vosotros que aun no hayáis recibido esta gran bendición, debéis prepararos para recibirla. En vista de que todas las bendiciones que se nos prometen en un matrimonio en el templo dependen de nuestra obediencia, se hace necesario que nosotros demostremos obediencia a los principios del evangelio antes de que se nos permita entrar en el Santo Templo, Antes de entrar en el templo, será necesario que recibáis lo que se llama una recomendación; a fin de obtener esta recomendación, tendréis una entrevista primero con vuestro obispo y luego con el presidente de la estaca.
Primeramente os preguntarán: “¿Tiene usted un testimonio del evangelio?” La segunda pregunta será: “¿Apoya usted a sus directores locales y Autoridades Generales? ¿Sostiene usted al presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como Profeta, Vidente y Revelador?” Tercera: “¿Acepta usted seguir las enseñanzas y programas de la Iglesia?” Cuarta; “¿Guarda usted la Palabra de Sabiduría absteniéndose del té, café, tabaco y uso de drogas nocivas?” Quinta: “¿Se halla usted moralmente limpio? ¿Se haya libre de adulterio, fornicación, homosexualidad, y todas las demás transgresiones morales cuyas tentaciones tiene usted que enfrentar en esta vida?” Sexta: “¿Paga usted un diezmo completo entregando la décima parte de sus ingresos al Señor?” Séptima: “¿Es usted enteramente honrado en el trato con sus semejantes?” Octava: “¿Usará o usa usted con regularidad los garments del templo, si es que ya ha entrado en el templo?” Novena: “¿Es usted un miembro digno de la Iglesia, y con eso queremos decir si se esforzará sinceramente por cumplir con sus deberes en la Iglesia, así como por asistir a su reunión sacramental, su reunión de sacerdocio y otras y se esforzará por obedecer las reglas, leyes y mandamientos de la Iglesia de Dios?” Décima: “¿Se encuentra usted libre de enredos legales?” Undécima: “¿Se considera usted digno en todo respecto de ir al templo?”
Después de recibir la recomendación se debe ir al templo para recibir la investidura, lo cual es necesario antes de poder ser sellados como esposos. ¿Qué es la investidura del templo? En los discursos de Brigham Young leemos:
“Vuestra investidura consiste en recibir en la Casa del Señor todas estas ordenanzas que son necesarias para vosotros después de que hayáis salido de esta vida, para regresar a la presencia del Padre. Después de recibir la investidura, podréis participar en el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio, lo cual os dará derecho a ser una familia eterna.”
La felicidad viene a un matrimonio que es sellado por el poder del sacerdocio y se basa en la permanencia. El matrimonio es algo así como ascender una montaña; uno se ata por medio de la cuerda a un compañero y empieza a escalar la montaña de la vida. A medida que van llegando los niños, éstos se atan al padre y la madre y continúa la jornada. Las cuerdas podrán sostener firmemente a los que van ascendiendo la montaña; sin embargo, hay muchos elementos tales como el viento, la lluvia, el hielo y todos los elementos de oposición en el mundo que os combatirán para que no escaléis esa montaña eterna. ¿Cómo se llega a la cumbre si el padre o la madre cortan la cuerda que los ata el uno al otro? Existe la posibilidad de que uno de los dos se caiga de la montaña y en su caída tal vez lleve arrastrando tras de sí a algún otro miembro de la familia. La familia entera podría caerse de esa montaña del evangelio y no llegar a esa cumbre eterna. El padre que ama a su esposa e hijos y dirige con bondad, amor y devoción, conducirá a su familia por las sendas que llevan a ese gozo y felicidad que de ninguna otra manera se pueden hallar.
Esforcémonos por vivir esta gran bendición, por llegar a ser una familia eterna. Aquellos de vosotros que ya habéis sido sellados en el templo, debéis esforzaros aún más por guardar los mandamientos y vivir de tal manera que seáis dignos de las bendiciones prometidas. Los que aún estáis por recibir esta bendición, debéis prepararos. Os traerá una gran felicidad. Por medio de un matrimonio en el templo, podréis vivir sobre la tierra de acuerdo con las leyes celestiales, a fin de prepararos para vivir en la presencia de Dios.
Mis queridos hermanos, deseo expresaros mi testimonio otra vez. En mi corazón yo sé que Dios vive, sé que Jesucristo es el Hijo de Dios, sé que el presidente Spencer W. Kimball es hoy el Profeta de Dios, quien guía la Iglesia por medio de revelación; sé que el Espíritu Santo vive con nosotros en nuestro corazón si cumplimos los mandamientos de Dios, Los mandamientos nos protegen y fortalecen; al participar de los sacramentos cada domingo, su espíritu estará con nosotros siempre. ¡Ojalá que todos cumplamos con sus mandamientos! Es mi oración en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Amén.
























