Diciembre de 1982
Antes del llamamiento
Por David R. Mickel
Algunos presidentes de misión aconsejan cómo prepararse para una misión regular
Se siente un magnetismo especial en la casa de la misión a la llegada de nuevos élderes y hermanas. Los recién llegados se notan ansiosos y el personal de la misión está entusiasmado ante la posibilidad de ayudarles a adaptarse rápidamente dentro del sistema del proselitismo. El presidente de la misión está ansioso también por asegurarse de que para cada misionero la misión sea una hermosa y compensadora experiencia al servicio del Señor.
El presidente de la misión hace entrevistas personales a los nuevos élderes y hermanas, y rápidamente se da cuenta de que algunos están entusiasmados y otros preocupados, algunos son tímidos y otros se sienten orgullosos, pero todos demuestran interés en saber la mejor forma de cumplir sus llamamientos. A medida que aprenden y progresan, casi todos se van transformando en buenos misioneros.
Hay algunos que parecen estar excepcionalmente bien preparados ya desde el comienzo de su misión. Si un presidente tuviera la oportunidad de compartir sus observaciones sobre sus trabajadores más eficaces, ¿qué diría?
Entrevistas hechas a varios presidentes y ex presidentes de misión en el mundo indican que muchos de aquellos misioneros que son más felices y tienen mayor éxito comienzan a prepararse para su servicio mucho antes de que el sobre de las Oficinas de la Primera Presidencia, en Salt Lake City, Utah, llegue a su casa. Hablamos con el presidente Roland R. Wright de la Misión Nueva York—Ciudad de Nueva York, con el presidente Marión C. Robinson de la Misión Uruguay—Montevideo, con el presidente Ben E. Lewis de la Misión Inglaterra—Londres, con el presidente Lindsay R. Curtís de la Misión California—Oakland, y con el presidente R. Dean Robinson de la Misión Francia—París. He aquí un resumen de sus sugerencias a aquellos que se preparan para «embarcarse en el servicio de Dios”.
¿Existen algunas características personales específicas que la gente joven que planea servir en una misión regular deba tratar de desarrollar?
El presidente Lewis dice:
“Deben tener el deseo de servir al prójimo. Deben desarrollar una actitud de optimismo y felicidad, y ser capaces de ver las cosas buenas en la gente y no sus fracasos y faltas. Necesitan ser obedientes a los mandamientos del Señor y no tratar de oponerse a los reglamentos. Necesitan obtener un firme testimonio del Salvador y pasar cierto tiempo preparándose para conocer a fondo las Escrituras.”
El presidente Dean Robinson está de acuerdo.
“Mis mejores misioneros tienen fe en que el Señor les dirigirá en sus esfuerzos si se imponen metas. Literalmente invocan los poderes del cielo.” (Véase D. y C. 121:36.)
Agrega que los buenos misioneros han aprendido a llevarse bien con su Padre Celestial, y lo hacen a menudo durante el día.
El presidente Lewis también explica que los élderes y hermanas que desempeñan bien su deber son los que parecen haberse sobrepuesto a la nostalgia, porque saben cómo hacerlo.
“A veces”, dice, “un corto período de la universidad les ayuda a obtener un panorama más amplio sobre otras gentes y culturas; pero nunca deben ir a la universidad en vez de cumplir una misión, en el caso de personas que están capacitadas para servir.”
Todos los presidentes están de acuerdo en que la dignidad es esencial.
“Los misioneros deben vivir una vida recta antes de llegar a la misión; deben aprender cómo mantenerse a sí mismos bajo control”, el presidente Lewis dice. “El vocabulario y los hábitos personales deben ser irreprochables”.
¿Qué más deben hacer para prepararse aquellos que desean salir como misioneros?
“Los cinco puntos básicos deberían comprender la obediencia, el sacrificio, el trabajo intensivo, la oración y la fe. La fe hace posibles las cosas imposibles; abre el entendimiento y las puertas cerradas. Hasta que los misionemos no aprenden a entender y a andar por la fe, (véase 2 Corintios 5:7) no son eficaces”, dice el presidente Dean Robinson.
“¡Deben darse cuenta de que una misión representa, trabajar intensivamente!”, aconseja el presidente Curtis. “Deberían tratar de adquirir experiencia en el campo de la enseñanza y una comprensión de la naturaleza del Espíritu. Algunos jóvenes están convencidos de que no tienen un testimonio, cuando en realidad lo tienen, aun cuando éste sea frágil y requiera ser nutrido.”
El presidente Marión Robinson recalca que los misioneros necesitan tener un conocimiento más profundo de las Escrituras y saber cómo estudiarlas. Y el presidente Lewis lo confirma.
“Deben haber leído el Libro de Mormón y haber orado para adquirir un testimonio de su veracidad”, dice. “Necesitan aprender a estudiar, llegar a ser fluidos en la lectura, en la escritura y en ortografía. También deben poseer un conocimiento de lo que es el Espíritu Santo, cómo actúa, y cómo recibir bajo su influencia la confirmación que están buscando.”
Luego agrega que la mejor forma de prepararse para poder expresar su testimonio en el campo misional es hacerlo ahora, siempre que se tenga ocasión para ello. Además, aconseja a los futuros misioneros que éste es el momento de aprender a ser responsables y cumplir con sus obligaciones.
El presidente Curtis recuerda a aquellos que consideran la posibilidad de ser misioneros, que la preparación física y emocional también es importante.
“Los jóvenes que están sobrepasados en su peso deben normalizarlo antes de llegar al campo misional”, dice. “Todos los futuros misioneros deben ocuparse de adquirir buenos modales, de tener una buena apariencia personal y una agradable forma de vestir. Cualquier problema emocional debe solucionarse antes de salir del hogar.”
Y el presidente Wright agrega que es vital que los misioneros tengan “una comprensión de la importancia de la rectitud y de la disciplina, como también de la necesidad de ser totalmente honrados consigo mismos así como con los demás, y especialmente ser sinceros con su obispo y presidente de estaca”.
“En el caso especial en que un misionero no haya confesado alguna transgresión a su obispo, y se haya arrepentido, lleva a su misión una carga de falta de arrepentimiento”, advierte el presidente Curtís. “Este tipo de carga hace imposible seguir los impulsos del Espíritu Santo, compartir el testimonio y sentirse bien con uno mismo, por lo que la obra se hace difícil.”
¿Qué aconsejan sobre la situación económica?
El presidente Curtís dice:
“Sugiero que antes de que el misionero salga de su hogar, los padres se sienten a conversar con él para planear un presupuesto y dejar bien en claro cómo se manejarán los ingresos.”
Hay información disponible sobre la cantidad de dinero que se necesita por mes y la mejor forma de hacerlo llegar al misionero; esta información se incluye en la carta que el Departamento Misional le envía.
El presidente Lewis da su opinión, que comparten los cinco presidentes, cuando dice:
“Deben empezar a trabajar y abrir una cuenta bancaria de ahorros, con el objeto de guardar dinero para la misión y de esa manera poder costearla hasta el máximo posible. Esto contribuye a que la misión adquiera mayor significado para el joven.”
¿Cómo pueden trabajar unidos los jóvenes y sus padres a fin de prepararse para una misión? ¿Cómo pueden alentar a los misioneros los padres y los amigos?
“Los padres deben hacer un mayor esfuerzo por desarrollar en sus hijos, desde que son pequeños, sentimientos de confianza y buenas costumbres, aconsejándoles sobre la gran bendición que se logra viviendo rectamente”, dice el presidente Wright. “Me he dado cuenta de que muchos jóvenes nunca han sido aconsejados por sus padres, pues éstos esperan que los líderes del sacerdocio lo hagan por ellos.”
“Creo que todos los padres deberían estar al tanto de lo que se necesita para ser un buen misionero y luego enseñárselo a sus hijos”, agrega el presidente Dean Robínson. “Además, después que sus hijos están en la misión, deben seguir esforzándose por instarlos a ser buenos misioneros y obedientes.”
“Deben exhortar al misionero a que apoye a su compañero y a sus líderes, y se mantenga cerca de los miembros. Si les escribe diciendo que tiene problemas con su compañero, en vez de manifestar aprobación o desacuerdo con él, deben pedirle que se haga una evaluación personal y aconsejarle algunas formas en que esa relación podría mejorar”, recomienda el presidente Curtis.
“Los padres deberían hacer todo lo que esté de su parte para transportarse a la misión con su hijo (por intermedio de las cartas) en lugar de tratar de ‘llevar el misionero a la casa’ ”, dice el presidente Lewis. “Yo aconsejaría no escribirles más de una vez a la semana, pero que sean constantes en hacerlo todas las semanas. Deben tratar de mantener amor y armonía en el hogar y transmitirlos al misionero”, añade el presidente Marion Robinson. “Pienso que éste necesita saber hasta cierto punto cómo están las cosas en su hogar, pero sus padres no deben describir con detalles todas sus dificultades. Nada le ayuda más que el apoyo que le hace llegar la familia.”
“Es necesario hablarles más de los programas misionales, los investigadores y sus actividades misionales, que de lo que sucede en el hogar”, recomienda el presidente Curtis. “No le ayudará mucho contarle sobre los planes de ir a pescar, a cazar u otro tipo de actividades que va a hacer la familia y que puede ponerlo nostálgico. Deben escribirle sobre lo que sucede en la Iglesia, mensajes que hayan escuchado en las reuniones, ideas sobre formas de mejorar el proselitismo. Aconsejaría a los padres que no lo llamen por teléfono (a menos que se trate de una emergencia, y una vez que cuenten con la aprobación del presidente de la misión), y que no visiten a su hijo mientras está en el campo misional, y que en lo posible dejen que el misionero vuelva solo al hogar en vez de planear un viaje de regreso juntos.
Después de prepararse adecuadamente, ¿qué puede hacer un misionero para mantener una buena actitud después de llegar a su lugar de trabajo?
“Obedecer hasta las reglas que parecen más insignificantes”, dice el presidente Dean Robinson. “Trabajar con ahínco y evitar estar pensando en sí mismos constantemente.”
“Si un misionero extraña su hogar o su novia, es muy fácil que se desanime”, declara el presidente Lewis. “La crítica y el hecho de encontrar faltas en las demás personas también tiende a desanimarlos. Los misioneros deben estar dispuestos a sacrificarse.”
“Cierto élder que conocí se impuso como meta el desempeñar su deber durante el día de tal forma que en la noche no tuviera remordimientos sobre su comportamiento”, dice el presidente Wright. “Está en realidad fue una pauta fácil de seguir, y lo llevó a ser un excelente misionero.”
¿Qué consejo darían a los jóvenes de ambos sexos cuyos novios van a la misión?
“Los novios pueden ser una buena o una mala influencia. Una novia que apoye al misionero e insista en que el joven mantenga el interés en su trabajo puede ser una influencia positiva. Aquellas que escriben muy seguido o muy apasionadamente tienden a distraerlo. No ayuda en nada a un misionero el que la novia le diga que lo extraña mucho; sería mucho mejor que le dijera lo orgullosa que se siente porque está en la misión, y demostrara interés en sus investigadores, en los bautismos que efectúa, en sus compañeros y los programas misionales”, dice el presidente Curtís.
El presidente Marion Robinson dice que a veces un misionero necesita “probar que puede dedicarse totalmente a la obra”, y ese cometido a menudo se hace difícil cuando constantemente se preocupa por alguien que ha dejado atrás.
El presidente Wright dice que a los nuevos misioneros él les pide que lean el discurso del presidente Kimball “Lock your heart (Pon llave a tu corazón)”.
“Hasta que los misioneros no aprenden a llevar su corazón al campo misional —me refiero a sus sentimientos— generalmente limitan sus propias habilidades de progreso espiritual. Es difícil que puedan mantener demasiado interés en alguien que ha quedado esperando y al mismo tiempo dedicarse de lleno a la obra misional”, comenta el presidente Wright.
Ya sea que alguien esté o no esperando al misionero, los presidentes están de acuerdo en que éstos se desenvuelven mejor cuando han aprendido autodisciplina: escriben a su familia una vez a la semana, a los amigos de vez en cuando, se dan cuenta de que habrá tiempo más que suficiente para salir con jóvenes después de la misión y resisten el impulso de soñar y el de gastar dinero comprando “recuerdos”, para que cuando vuelvan, la gente sepa dónde han estado.
¿Qué consejo darían a las jóvenes que se preguntan si deberían ir a una misión algún día?
El presidente Wright aconseja que “aprendan a disciplinar su vida y a obtener el testimonio espiritual de la veracidad del evangelio. A medida que aprendan a entender el evangelio y la poderosa influencia que el Espíritu Santo puede ejercer en su vida, encontrarán la guía y la certeza que necesitan para saber si deben dedicar parte de su existencia a servir como misioneras regulares”.
“El profeta nos ha recordado que todos los miembros somos misioneros, de manera que mi consejo sería que las hermanas se prepararan para una misión”, dice el presidente Lewis. “Pero si la oportunidad no llega y tienen posibilidad de casarse, y de hacerlo en el templo, deberían considerar esto como la misión más importante y dejar su misión de proselitismo para más adelante, cuando con su esposo puedan servir juntos.
“Quisiera recordar a la joven que cuando se prepara para una misión se está preparando realmente para el matrimonio, y que todas las cosas que aprenda de la obra misional pueden ser de provecho en su vida conyugal. Le aconsejo que se mantenga espiritualmente dispuesta y que guarde los mandamientos del Señor para poder así ser digna de casarse en el templo o de ir en una misión. Se debe mantener moralmente limpia y evitar cualquier clase de prácticas que puedan perjudicar su virtud,
“También le recordaría, tanto a ella como a cualquier persona que vaya en una misión, que no la consideren como una forma de escapar de algo o de alguien. La misión es un trabajo difícil y abnegado; y para los que no se hayan preparado va a ser aún más arduo. Deben estudiar las Escrituras y adquirir un testimonio del Salvador y del profeta José Smith, como también de nuestro Profeta actual; y luego, el Señor les ayudará a saber si deben aceptar un llamamiento misional.”
¿Qué otra guía o sugerencias dañan a la juventud de la Iglesia en cuanto a prepararse para la obra misional?
“Haría todo lo que estuviera en mi poder por convencerlos de la necesidad de que acepten un llamamiento misional”, indica el presidente Marion Robinson. “Les aconsejaría mantenerse cerca del obispo, seguir los consejos del Profeta, guardar los mandamientos, y orar al Señor para recibir la gula necesaria a fin de que, cuando llegue el llamamiento, puedan estar completamente preparados espiritual, moral, mental, física y económicamente. Creo que el programa misional es la mejor forma en la tierra hoy día de preparar a la gente joven para puestos de liderazgo en todos los aspectos de la vida, y en especial en la Iglesia y en el matrimonio. Estos son beneficios que se reciben además de las bendiciones por servir a nuestros semejantes compartiendo el evangelio.”
El presidente Curtis declara:
“Primero, les diría que se preparen sin vacilar para una misión. Segundo, que recuerden, sin duda alguna, que ésta exige un trabajo denodado, y que aun cuando trae mucho gozo, también trae algunas desilusiones y dolores. Pero lo más importante es la actitud, el deseo de ser buenos misioneros y la dedicación al trabajo. Por último, y más fundamental, deben aprender a obedecer los reglamentos. Los misioneros que obedecen todas las reglas gozan del Espíritu y’ generalmente son excelentes misioneros.”
El presidente Lewis dice:
“Yo les diría que guarden los mandamientos, que asistan a la Iglesia, que participen todos los años en los seminarios, que oren, y que estudien las Escrituras, especialmente el Libro de Mormón. Si se mantienen cerca de la Iglesia y de sus enseñanzas, evitarán aquellas situaciones que les pueden hacer abandonar la Iglesia y sentirse indignos de servir. Deben vivir dignamente, especialmente en lo que concierne a la castidad, y no hacerse a la idea de que pueden hacer todo lo que les parezca y luego arrepentirse.”
“Deberían habituarse a llevar un diario personal”, continúa, “a dar importancia a las clases que les ayuden a hablar en público para aprender cómo expresarse con confianza al enseñar el evangelio. Si de vez en cuando preparan un discurso, aun cuando sea corto, les servirá para aprender cómo hacerlo. Les recomendaría que escribieran a un misionero que conocieran con el fin de tratar una relación directa con alguien que esté en la misión.
“Sería prudente que aprendieran algo sobre nutrición, la clase de alimentos que son recomendables y aquellos que se deben evitar. Deben aprender a cocinar comidas sencillas y nutritivas, y aprender a coser. Deben guardar la Palabra de Sabiduría, tener un programa regular de ejercicios, dormir las horas suficientes, y mantenerse en buenas condiciones físicas. Si tienen interés en algún deporte, les recomendaría que participaran y aprendieran las reglas que rigen en ese deporte.”
“Al hablar a los adolescentes hoy día”, agrega el presidente Wright, “desearía ayudarles a entender cuán importante es planificar sus vidas de manera que después no tengan que lamentarse por la elección. Servir como misionero regular es algo que indudablemente deben planear hacer”.
“Quisiera que la juventud de la Iglesia supiera cuán bendecida es por pertenecer a ella y gozar de las bendiciones del evangelio”, expresa el presidente Dean Robinson. “Estos jóvenes han sido elegidos para ayudar a establecer el reino del Señor sobre la faz de la tierra, en todas las naciones. Tienen la gran responsabilidad de ser leales a la confianza que el Señor ha puesto sobre ellos. Él nos necesita y está esperando que pongamos nuestra vida en orden para luego darnos inspiración y guía. El espera que esta generación real se levante y se vista con ‘toda la armadura de Dios’ (Efesios 6:11). La juventud necesita medir esta responsabilidad personalmente y prepararse para cumplir con sus metas.”
Como el hombre es, Dios una vez fue; como Dios ahora es, el hombre puede llegar a ser.
Presidente Lorenzo Snow























