Elegid este día

C. G. Abril 1970
Elegid este día
por el élder Eldred G. Smith
Patriarca de la Iglesia

Eldred G. SmithDeseo expresar mi gratitud por ese voto de sostenimiento dado a mi favor esta mañana.  Oro porque me sea otorgada la ayuda necesaria para poder cumplir totalmente con esta responsabilidad.  Deseo expresar personalmente mi voto de sostenimiento a favor del presidente Joseph Fielding Smith y todas las Autoridades Generales, incluyendo a las nuevas que hoy han sido sostenidas.

El Señor siempre ha dado a su pueblo profeta y líderes para guiarnos y darnos consejos.

Hablando a Enoc, quien solamente perteneció a la sexta generación de seres mortales en esta tierra, el Señor le declaró: «Di a este pueblo: Elegid este día para servir a Dios el Señor, quien os hizo» (Moisés 6:33).

Ha sido necesario que los profetas de Dios llamen al arrepentimiento desde el principio y así continuarán a través del resto de la mortalidad, aun hasta que el Salvador venga a reinar en la tierra por mil años.

Muchos de nosotros pensamos que podría ser fácil servir al Señor y guardar sus mandamientos, si se nos permitiera vivir durante el gran reino milenario, que vendrá cuando Cristo esté aquí y Satanás sea atado.

Juan escribió: «Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.  Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años» (Apocalipsis 20:1-3).

Muchas otras escrituras se refieren a esos mil años de maravillosas y gloriosas condiciones de la tierra, porque Lucifer, Satanás el diablo, será atado.

Las Escrituras dicen que él será «atado con cadenas» y «puesto en un pozo sin fondo».  Para mí, esos son términos simbólicos.  Yo no puedo concebir cadenas de acero o pozos que puedan retener a Satanás.  El único poder que yo conozco, que puede atar a Satanás o dejarlo sin poder, es una vida justa.

La guerra que comenzó en el cielo, no ha terminado aún y no terminará hasta que cada uno haya probado su grado de resistencia a Satanás.

Aun Jesús tuvo que atar a Satanás cuando fue tentado en el desierto.  Satanás no tuvo poder sobre El, porque Jesús resistió sus tentaciones.  Por lo que se ha registrado:  se apartó de él por un tiempo» (Lucas 4:13).

Cuando se ha resistido a la tentación hasta que ya no es tentación, es entonces cuando comprobamos que en esa medida Satanás ha perdido su poder y en tanto uno no se rinda a él, hasta ese grado él estará atado.

Por ejemplo, si se ha aprendido a pagar diezmos, hasta que no es una carga ni una tentación real el no pagarlos; entonces en esa medida se ha atado a Satanás.  Lo mismo ocurre con la palabra de Sabiduría o con la ley de castidad o las otras leyes del evangelio.  Satanás llega a ser importante en cada uno de esos terrenos.

Así que, paso a paso se puede atar a Satanás ahora, y no es necesario esperar hasta el reino milenario.

Esto tiene que empezar primero individualmente, luego con un grupo, luego con varios grupos y así sucesivamente, hasta que toda la tierra esté llena de rectitud.

Así es como yo creo que serán desarrolladas las condiciones descritas para el reino milenario.

Hoy es el tiempo de prepararnos para darle entrada a ese tiempo glorioso sobre la tierra.  Esta es la razón por la que el evangelio ha sido restaurado con el plan, las llaves y la autoridad para administrarlo.

Por consiguiente, con cada individuo atando a Satanás a través de una vida recta, podremos tener preparadas las gloriosas condiciones que deben existir durante el reino milenario.

Nosotros hemos tenido tales condiciones sobre la tierra, con el objeto de probarnos a nosotros mismos, porque eso puede hacerse. Cuando el Señor le dijo a Enoc: «Elegid este día, para servir a Dios el Señor, quien os hizo», él hizo precisamente eso.  Caminó y habló con Dios; predicó el arrepentimiento y muchos lo siguieron, y en sus días, el registro nos aclara: «. . . edificó una ciudad que se llamó la Ciudad de santidad, aun SION» (Moisés 7:19).

«Y fueron todos los días de Sión en tiempo de Enoc, trescientos sesenta y cinco años.

«Y Enoc y todo su pueblo anduvieron con Dios, y él habitó en medio de Sión; y aconteció que Sión no fue más, porque Dios la llevó a su propio seno, y desde entonces se extendió el dicho: SION HA HUIDO» (Moisés 7:68-69).

En el Libro de Mormón se registra otra ocasión similar.  Después de la Resurrección, Cristo visitó a los habitantes de este continente.  Estableció su Iglesia y reinó entre ellos, y el registro en el Libro de Mormón nos dice que ellos vivieron rectamente por unos doscientos años. (4 Nefi 22.) Sin duda Satanás fue atado en aquel entonces, gracias a la vida recta de este pueblo.

A través de todas las edades el Señor nos ha dicho continuamente lo que debemos hacer para atar a Satanás y recibir las bendiciones que El nos tiene reservadas.  Cada orador en esta conferencia nos ha dicho cómo podemos atar a Satanás y yo os recomiendo que leáis esas predicaciones; que las releáis y las estudiéis y literalmente las hagáis parte de vuestra propia vida.

Por esta razón el mensaje de Enoc, es tan apropiado hoy como lo fue entonces, si no es que más.

El dijo: «He aquí, Satanás ha venido entre los hijos de los hombres, y los ha incitado a que lo adoren; y los hombres se han vuelto carnales, sensuales y diabólicos; y desterrados están de la presencia de Dios.

Mas Dios ha hecho notorio a nuestros padres que todos los hombres deben arrepentirse.  Y por su propia voz llamó a Adán, nuestro padre, diciendo: Yo soy Dios; yo hice el mundo y los hombres, antes que existiesen en la carne.  Y también le dijo: Si te volvieres a mí y escuchares mi voz, y creyeres y te arrepintieras de todas tus transgresiones, y te bautizares, aun en el agua, en el nombre de Jesucristo, mi Hijo Unigénito, lleno de gracia y de verdad, el único nombre que se dará debajo de¡ cielo mediante el cual vendrá la salvación a los hijos de los hombres, recibirás el don del Espíritu Santo, pidiendo todas las cosas en su nombre, y te será dado cuanto pidieres» (Moisés 6:49-52).

Así es como debe ser preparada la vía para la venida del Salvador.  Su reino debe quedar establecido en la tierra como preparación de su venida.

El nos ha dado la parábola de las diez vírgenes, simbólica de su venida; las cinco vírgenes prudentes que estaban preparadas y las cinco que fueron insensatas; las diez vírgenes se refieren a aquellos que aceptaron a Cristo con el bautismo; sólo el cincuenta por ciento de ellas estaban realmente listas.

Si El fuera a venir hoy, estaríamos entre el 50% de los miembros de su reino que estaban preparados, o entre el 50% que estará sólo parcialmente preparado; entre los que no seremos contados en su reino de ninguna manera, esperando el tiempo en que Satanás sea atado, en lugar de atarlo nosotros mismos.

Elegid este día para servir al Dios que os hizo.

Yo os testifico que su reino ha sido establecido sobre la tierra en estos, los últimos días, en el nombre de Jesucristo.  Amén.

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