Confiemos en el Señor

Conferencia General Abril 1995
Confiemos en el Señor
Andrea Alien
Barrio Forest Hills, Estaca Brigham City, Utah

«Si buscamos ayuda y soluciones con deseo sincero y de todo corazón, recibiremos guía y dirección del Señor.»

U na amiga mía está pasando por momentos muy difíciles. A comienzos del año se encontraba tratando de superar sus problemas, y yo no sabía cómo ayudarla. En mis oraciones, le pedí a mi Padre Celestial que la bendijera y que a mí me ayudara a ser una buena amiga. Un día, ella se enojó mucho conmigo y yo no sabía porqué; tampoco sabía qué hacer. No quería decir nada que pudiera destruir nuestra amistad, en especial porque en esos momentos ella me necesitaba. Sin embargo, después que se enojó conmigo, pensé que sería demasiado difícil seguir adelante con nuestra amistad, y al sentirme desalentada, estuve tentada a darme por vencida.
Una tarde, en la clase de seminario, encontré un pasaje de Mosíah que decía:
«Y ahora bien, si Dios, que os ha creado, de quien dependéis por vuestras vidas y por todo lo que tenéis y sois, os concede cuanta cosa justa le pedís con fe, creyendo que recibiréis, ¡oh cómo debéis entonces impartiros el uno al otro de vuestros bienes!» (4:21.)
Me di cuenta de que ella necesitaba de esos «bienes» que yo podía impartirle: mi amistad y mi testimonio, y decidí que no dejaría sola a mi amiga. Le hablo todos los días, ruego por ella en mis oraciones y tengo fe en que algo positivo resultará de mis esfuerzos. Me siento muy agradecida de haber orado y recibido esa guía por medio de las Escrituras.
Nosotras, las jóvenes, nos enfrentamos a problemas, opciones y situaciones difíciles; muchas veces pensamos que somos bastante fuertes para resolverlos nosotras mismas.
Pero no es así, no somos en realidad tan fuertes, menos aún si lo intentamos solas. Pero si buscamos ayuda y soluciones con deseo sincero y de todo corazón, recibiremos guía y dirección del Señor. Es necesario que le permitamos a Él ayudarnos; debemos confiar en El y hacer Su voluntad. Si así lo hacemos, encontraremos verdadero gozo y felicidad, y sabremos que lo que hemos hecho está bien. Tengan la bondad de abrir las Escrituras en Proverbios, capítulo 3, versículos 5 y 6; leeremos y aprenderemos juntas que nuestro Padre Celestial desea que confiemos en Él:
«Fíate de jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
«Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus veredas.»
Tengo un testimonio de las Escrituras; sé que si nos fiamos del Señor y las leemos con espíritu de oración, recibiremos dirección y guía para saber qué hacer en circunstancias difíciles. Sé que si seguimos esa dirección, sentiremos el amor que el Salvador tiene por nosotras. En el nombre de Jesucristo. Amén.

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