Seis maneras de ser misionero digital
Faith Sutherlin Blackhurst
¡Nivela tu juego de misionero digital con estos consejos!
Te sudan las manos; te muerdes los labios de la ansiedad. Casi envías el mensaje que has estado escribiendo y volviendo a escribir por la última media hora. ¿Es una locura pensar que tu vecino, quien es estrella de fútbol, podría estar interesado en los jóvenes guerreros?
¡No puede ser!
¡Todo el mundo necesita el Evangelio: tus amigos, compañeros de clase, maestros, compañeros de equipo, vecinos e incluso los extraños! A medida que crece tu amor por ellos, tu deseo de revelarles la verdad y las bendiciones aumentan. A diferencia de ti, puede que ellos no sepan que son hijos de Dios o que tienen potencial divino. Esa es tu oportunidad. Cuando el Espíritu te inspire a compartir algo, ¡sigue esa impresión de inmediato!
La obra misional a veces puede ser abrumadora, pero no es tan difícil como parece. Si tienes acceso a las redes sociales, esta es una manera fácil de empezar conversaciones con amigos y familiares. ¡Tú puedes ser misionero al agregar el Evangelio a las redes!
Estos consejos pueden ayudarte a saber qué hacer, de principio a fin:
- Orar para escoger a personas específicas con quienes compartir el Evangelio.
Cuando ores, dile al Padre Celestial que deseas compartir el Evangelio. Pregúntale a quién Él desea que tú tiendas una mano. Después de orar para saber a quién debes contactar, prueba buscar a través de tu lista de amigos o seguidores. Una vez que se destaque el nombre de alguien, ¡es el momento de enviarle un mensaje! Aunque no le hayas hablado a alguien en años, puedes volver a contactarlo y con el tiempo trata de compartir un mensaje del Evangelio. Los amigos rara vez se ofenden si tienes un interés verdadero. - No dejar que pase el momento.Una vez que has recibido inspiración, ¡actúa de inmediato! Mientras más esperes, más fácil será que lo olvides o te dé flojera. El Espíritu Santo te ha inspirado en un momento específico por una razón, ¡así que hazlo! Podrías ayudar a un amigo cuando más lo necesita.
- Adaptar tu mensaje a las necesidades de una persona en particular.
Si contactas a un amigo con un mensaje específico adaptado a él, se sentirá querido y especial. Considera sus circunstancias actuales, ¿qué podría ser alentador que escuchara? Por ejemplo, si la abuela de tu amigo falleció recientemente, puede que sea de consuelo escuchar sobre la resurrección del Salvador o las familias eternas. - Buscar puntos en común.¿Qué tienen ustedes en común? Utiliza eso como punto de partida para la conversación. Si tu amigo y tú tienen pruebas similares, comparte Escrituras u otras ideas que te han dado esperanza. Si a tu amigo le encanta pasar tiempo con la familia, invítalos a una noche de hogar en tu casa. Si eres parte de un coro o un grupo musical con amigos, toquen canciones del sitio web para los jóvenes SUD que ellos podrían disfrutar.
- Incluir al Espíritu.
Siempre incluye al Espíritu Santo en cada paso de tu aventura misional. Puede que no siempre sepas lo que las personas necesitan, pero Dios lo sabe y Él te lo puede decir a través del Espíritu. El Espíritu puede ayudarte a saber a quién contactar, qué decir y cómo decirlo, así que asegúrate de prestar atención a cualquier impresión que puedas tener durante la conversación. Realiza una pausa antes de presionar Enviar. ¿Hay algo que el Espíritu Santo desea que agregues o cambies? - Compartir un testimonio sencillo pero poderoso.Recuerda, cuando testificas de la verdad, el Espíritu Santo puede enseñar con poder y tocar el corazón de tu amigo. Comparte lo que sabes en pocas palabras como: “Sé que todos somos hijos de Dios y que Él nos ama”.
A veces las redes sociales parecen ser el lugar con menos posibilidades de que los misioneros tengan éxito, pero en realidad, hay muchas personas que esperan escuchar la verdad, ¡sin importar dónde la encuentren! Sé valiente y pide que el Espíritu te guíe a los amigos que necesitan apoyo espiritual. Nunca se sabe; ¡puedes cambiarles el día!
Cómo compartir el Evangelio
Élder M. Russell Ballard
Del Cuórum de los Doce Apóstoles
Cuando contamos con la compañía del Espíritu Santo, podemos hacer algunas cosas muy sencillas para ayudar a los miembros menos activos de la Iglesia y a los que no son miembros a obtener un mejor entendimiento del Evangelio en su vida. No necesitamos un nuevo programa para hacer esto; no necesitamos tener un manual, un llamamiento ni una reunión de capacitación. Lo único que se necesita es que los buenos miembros de la Iglesia aprendan a confiar en el poder del Espíritu Santo y, con ese poder, tiendan una mano e influyan en la vida de los hijos de nuestro Padre. No podemos prestar mejor servicio que el de compartir nuestro testimonio personal con aquellos que carecen de un entendimiento del Evangelio restaurado de Jesucristo.
Así que, hermanos y hermanas, ¿estamos listos para hacer algo? ¿Puede cada uno de nosotros decidirse hoy a incrementar su propia preparación espiritual procurando la guía del Espíritu Santo y, entonces, con la compañía de Su poder, bendecir a otros hijos de nuestro Padre Celestial con el entendimiento y el conocimiento de que la Iglesia es verdadera?
Yo doy testimonio de que el Salvador vive y de que bendecirá a cada uno de nosotros si hacemos todo lo posible para que progrese la gran obra de Su Iglesia. Ruego que cada uno de nosotros tome la determinación de hacer algo más.


























