Al hablar en la conferencia de la Asociación de Mejoramiento Mutuo en 1916, Annie Emma Dexter Noble (1861–1950) describió su experiencia de adquirir un testimonio personal del evangelio de Jesucristo; más tarde escribió: “Una cosa es creer y otra tener un conocimiento seguro”1. La hermana Noble era la décima de los trece hijos de Abigail Tryphosa Dick y Walter Dexter nacidos en Friezland, Inglaterra, donde su padre era un consumado encajero2. La familia se trasladó a Brooklyn, Nueva York, por dos años, y luego regresó a Inglaterra, dejando a Annie al cuidado de una amiga de su congregación cristiana local. Allí experimentó una conversión personal a Jesucristo. Ella regresó a vivir con su familia en Inglaterra a los diecisiete años de edad3.
La hermana Noble se casó con Abraham Noble, de la religión bautista, el 26 de mayo de 1885 en Nottingham, Inglaterra, y tuvieron siete hijos. En 1906, Abraham cayó en una grave depresión que le afectó físicamente durante varios años. El matrimonio viajó por toda Inglaterra y finalmente fue a los Estados Unidos en busca de ayuda médica. En un momento dado, mientras visitaban a unos amigos en Gainsborough, Inglaterra, la familia Noble conoció a dos jóvenes misioneros mormones, un encuentro que permaneció en la memoria de Annie. Poco tiempo después, en Brooklyn, ella oró fervientemente para saber si su esposo llegaría a curarse algún día. Ella recordaba que escuchó una voz: “Tu esposo será completamente restaurado, y predicará el Evangelio”. La experiencia marcó un cambio transformador; no solo Abraham comenzó a mejorar, sino que la hermana Noble comenzó a buscar un mayor contacto con lo divino. Dos años y medio más tarde, un misionero mormón dejó un folleto del Evangelio en su hogar en Nottingham. Después de dos años de estudio, Annie y una de sus hijas se bautizaron el 5 de noviembre de 1910. Su esposo y sus otras hijas se bautizaron quince meses después4. La familia emigró a Utah en 19125.
Aproximadamente un año después de que la familia llegara a Utah, el obispo de la hermana Noble le pidió a esta que presidiera en el barrio la Asociación de Mejoramiento Mutuo de las Mujeres Jóvenes (YLMIA, por sus siglas en inglés). Ella recordaba: “Fue una gran sorpresa y sentí profundamente mi incapacidad, y también sentí que otras personas podían ocupar ese puesto mucho mejor que yo”. A pesar de sus sentimientos de ineptitud, el obispo insistió y ella fue nombrada presidenta de la YLMIA del Barrio Cinco de Ogden el 28 de octubre de 1914 y prestó servicio durante siete años6.
En su función como presidenta de la YLMIA del barrio, la hermana Noble asistió a la conferencia anual de 1916 para oficiales de las Asociaciones de Mejoramiento Mutuo de Hombres y Mujeres Jóvenes que se celebró en Salt Lake City. La sesión del domingo por la mañana consistió en una reunión de testimonios en el Salón de Asambleas de la Manzana del Templo7. Las actas del consejo recogen que “la reunión fue todo un éxito”; asistieron el presidente Joseph F. Smith y la Presidenta General de la YLMIA, Mattie Horne Tingey, así como Heber J. Grant, superintendente de la Asociación de Mejoramiento Mutuo de los Hombres Jóvenes (YMMIA, por sus siglas en inglés)8. Según las actas, “muchas personas compartieron poderosos testimonios sobre la obra del Señor, y los presentes disfrutaron enormemente del espíritu del Evangelio, derramándose el Espíritu Santo en gran medida sobre quienes hablaban, así como sobre aquellos que escuchaban”9. Los testimonios de veintiún líderes de diversas estacas, tanto hombres como mujeres, se imprimieron en la revista Young Woman’s Journal, entre ellos uno de la “hermana Noble, Estaca Weber”10.
Notas
- Annie Emma Dexter Noble, “Some Sacred Experiences in the Life of Annie Emma Dexter Noble, 1931–1940”, pág. 14, Biblioteca de Historia de la Iglesia.
- Noble, “Some Sacred Experiences”, pág. 1.
- Los integrantes de la familia Dexter eran miembros activos de la Iglesia de Cristo en Inglaterra, pero cuando vivían en Brooklyn asistían a una iglesia cristiana vecina cuyas prácticas de adoración eran similares. La hermana Noble recordaba que, a los catorce años de edad, escuchó a Dwight L. Moody, un famoso predicador, hablar a la congregación local de Brooklyn. En su esfuerzo por adquirir un testimonio personal de Jesucristo, oró para confiar en Dios “e inmediatamente fue como si me quitaran una pesada piedra del corazón; el cuarto era como una luz brillante y yo fui llena de un gozo y una felicidad indescriptibles”. (Noble, “Some Sacred Experiences”, págs. 3–5, 38, 60–67).
- Annie Noble se unió a la iglesia bautista cuando se casó con su esposo. Después de conocer a los misioneros Santos de los Últimos Días, se bautizó en los baños de Nottingham en 1910; su esposo se bautizó en los baños de Leicester. (Noble, “Some Sacred Experiences”, págs. 8–13, 69, 71, 73, 80).
- La familia Noble se fue de Liverpool y llegó a Montreal. La hermana Noble recordaba que recibió la impresión espiritual de que prestaría servicio en una misión, y de hecho la familia Noble regresó más tarde a su ciudad natal de Nottingham, Inglaterra, de 1920 a 1922, para predicar el Evangelio. (Manifests of Passengers Arriving at St. Albans, VT, District through Canadian Pacific and Atlantic Ports, 1895–1954, Records of the Immigration and Naturalization Service, National Archives Microfilm Publication M1464, 27 de octubre de 1912; Noble, “Some Sacred Experiences”, págs. 26–28, 33–37).
- Noble, “Some Sacred Experiences”, pág. 33; Ogden Fifth Ward, Weber Stake, Young Women’s Mutual Improvement Association Minutes and Records, tomo IV, 1909–1915, 28 de octubre de 1914, pág. 161, Biblioteca de Historia de la Iglesia.
- Se pidió a los asistentes que compartieran sus sentimientos “acerca de la divinidad de esta obra… Deseamos escuchar testimonios breves de la bondad del Señor hacia nosotros como hijos Suyos, como miembros de Su Iglesia y de estas Asociaciones de Mejoramiento”. (“Officers’ Notes”, Young Woman’s Journal, tomo XXVII, nro. 10, octubre de 1916, pág. 618).
- Young Women General Board Minutes, documento mecanografiado, tomo VIII, 1914–1917, “Twenty-First General Annual Conference of the Y.M. and Y.L.M.I.A.”, 8–11 de junio de 1916, pág. 58, Biblioteca de Historia de la Iglesia.
- Young Men Minutes, documento mecanografiado, tomo XVI, 1916, “The Twenty-First General Annual Conference of the Y.M. and Y.L.M.I.A.”, pág. 100.
- “Officers’ Notes”, págs. 618–629.
- Años más tarde, la hermana Noble escribió en cuanto a los acontecimientos que condujeron a su conversión. Describió el temor y la confusión que sintió antes de decidir ser bautizada, y recordó una voz de inspiración que habló paz a su alma. También describió las bendiciones que recibió por pagar su diezmo, así como su capacidad para encontrar cosas perdidas, lo cual ella consideraba un don del Señor. (Noble, “Some Sacred Experiences”, págs. 75–78, 15–16, 20–22).
- La hermana Noble había sido muy activa en su iglesia bautista. “Cantaba mucho en conciertos y en reuniones de la Iglesia, y era la soprano principal en el coro de la iglesia bautista”, recordaba. Cuando contempló la posibilidad de unirse a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, le preocupaba ofender a su esposo, a su familia y amigos que siguieron siendo fieles bautistas. (Noble, “Some Sacred Experiences”, págs. 29, 76–77).
- Después de su bautismo, la hermana Noble normalmente asistía a la iglesia bautista con su esposo y luego iba a las reuniones de los Santos de los Últimos Días por la tarde. (Noble, “Some Sacred Experiences”, págs. 78–79).
- La hermana Noble registró: “Algunos podrían pensar que es extraño que una persona se una a la iglesia mormona sin un testimonio de que José Smith fue un verdadero profeta. Pero en mi caso yo creía con toda sinceridad que José Smith fue autorizado para establecer esta Iglesia; de otro modo no podría haberme unido a ella”. (Noble, “Some Sacred Experiences”, pág. 14).
- También relató esta experiencia en su autobiografía: “La primavera después de unirme a la Iglesia en el mes de noviembre anterior, iba caminando por la calle Muster’s Road camino a la casa de un miembro donde tendríamos una reunión espiritual, aproximadamente a las 19:30 h. Estaba sola. El aire era suave y las hojas de los árboles que crecían a lo largo de una milla junto al camino eran frescas y verdes. En mi corazón surgió el profundo anhelo de saber algo más de lo que ya sabía, y dirigí a Dios el deseo sincero y la súplica de que yo, como el resto de los santos, pudiera ser capaz de decir en esa reunión que sabía también sin duda que José Smith fue un profeta de Dios. En un momento el Espíritu susurró: ‘Lo sabes’, ¡y lo he sabido desde entonces! Al continuar caminando comprendí, como nunca antes había comprendido, el significado de las palabras de Cristo a Nicodemo: ‘El viento sopla por donde quiere, y oyes su sonido; pero no sabes de dónde viene ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu’. Se me impusieron las manos para que recibiera el Espíritu Santo, habiendo sido así nacida del Espíritu, y teniendo por tanto derecho a recibir (no sé exactamente cómo) ¡un conocimiento seguro!”. (Noble, “Some Sacred Experiences”, pág. 14).
























