La crisis religiosa de hoy en día

Elsie Talmage Brandley (1896–1935) tenía una gran facilidad de expresión, cultivada por herencia. Su madre, May Booth Talmage, crio a siete hijos, prestó servicio en la Mesa Directiva General de la Asociación de Mejoramiento Mutuo de las Damas Jóvenes (YLMIA, por sus siglas en inglés) durante treinta y ocho años, fue editora del Young Woman’s Journal durante diecinueve meses, y una líder del movimiento sufragista en Utah1. James E. Talmage, su padre, era geólogo, decano de la universidad, prolífico autor de libros sobre teología y miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles2. Cuando era niña, la hermana Brandley entró de noche a hurtadillas en el estudio de su padre y volcó un bote de tinta que se derramó sobre su camisón. Cuando su madre la vio, le preguntó: “¿No crees que te mereces un azote?”, a lo que Elsie respondió: “Preferiría un abrazo”3.

La relación de la hermana Brandley con la tinta resultaría duradera. Cuando estudiaba en la Universidad Brigham Young fue vicepresidenta del consejo de estudiantes y editora adjunta de White and Blue, un periódico estudiantil4. En 1923, seis años después de su graduación y su matrimonio con Harold Brandley, se convirtió en editora adjunta del Young Woman’s Journal5. Madre de siete hijas, zurcía medias entre párrafo y párrafo cuando escribía o leía las pruebas para la revista6. Era editora general en 1929, cuando la revista se fusionó con Improvement Era, una publicación periódica dirigida a lectores tanto varones como mujeres. Con el fin del Young Woman’s Journal, la hermana Brandley se convirtió inmediatamente en editora adjunta del Improvement Era, y prestó servicio en ese cargo hasta su muerte en 19357.

​El servicio de la hermana Brandley en la Mesa Directiva General de la YLMIA abarcó once años, durante las presidencias de Mattie Horne Tingey y Ruth May Fox8. Se unió a la Mesa Directiva en 1924 y, además de trabajar en las revistas, ayudaba a escribir manuales, obras de teatro, canciones, programas y otros materiales9. También era una popular oradora10. E. E. Ericksen, con quien colaboró en comités de la Asociación de Mejoramiento Mutuo (MIA, por sus siglas en inglés), dijo que su idea de salvar almas era mejorar todas las habilidades que estas poseían: culturales, morales y espirituales. “Para ella, la personalidad humana era sagrada, y su desarrollo era el gran objetivo espiritual”, dijo11. También abogaba por que los jóvenes preguntaran y encontraran las respuestas a sus propias preguntas. “Ustedes son aquellos cuya responsabilidad es asegurar la fe y la inquebrantable confianza en el Evangelio, que es su herencia”, escribió12.

Muchas personas sentían que, en la década de 1930, el mundo atravesaba una crisis moral, política y económica, en parte por el desencanto luego de la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión. En particular se consideraba que los jóvenes estaban en crisis. Con el comienzo de la Gran Depresión, la tasa de abandono escolar aumentó sustancialmente, el desempleo juvenil ascendió de manera brusca y, para 1932, doscientos mil jóvenes habían abandonado la desesperada situación de su hogar para deambular por el país13. Los líderes de los jóvenes Santos de los Últimos Días hablaban de esa crisis religiosa y moral en sus reuniones de la Mesa Directiva General. Por ejemplo, unas semanas antes de esta conferencia, la presidenta Ruth May Fox exhortó a los miembros de la Mesa Directiva a orar constantemente: “Vivimos tiempos críticos, y todo aquello que pueda estar en conmoción, lo estará”14. Las personas que hablaron en esta conferencia eran optimistas en cuanto al modo en que la Iglesia fortalecía a los miembros para resistir tales desafíos15.

En la década de 1930, la YLMIA y la Asociación de Mejoramiento Mutuo de los Hombres Jóvenes (YMMIA, por sus siglas en inglés) trabajaron estrechamente mediante conferencias conjuntas, reuniones, comités y programas coordinados (incluso concursos y bailes)16. Ambas organizaciones se hallaban en un momento de transición desde un enfoque en la recreación y la educación en el servicio social de los jóvenes hacia un mayor énfasis en Jesucristo y en las enseñanzas del Evangelio17. En 1934, la YLMIA también adoptó un nuevo nombre, pasando a ser la Asociación de Mejoramiento Mutuo de las Mujeres Jóvenes (YWMIA, por sus siglas en inglés) ya que se consideraba que mujeres era una descripción más digna que damas18. La hermana Brandley pronunció el siguiente discurso en el Salón de Asambleas de la Manzana del Templo después de que la MIA llevase a cabo el estudio “Actitudes de la juventud”, en el que dos grupos de hombres y mujeres jóvenes hicieron presentaciones ante los miembros de la Mesa Directiva de la MIA en cuanto a sus desafíos19. Cuatro miembros de la Mesa Directiva —la hermana Brandley, Joseph Fielding Smith, Oscar A. Kirkham y Melvin J. Ballard— respondieron a los asuntos planteados por aquellos jóvenes en la primera sesión general de la conferencia de junio de la MIA20. La sesión fue enormemente popular, y la revista Improvement Era publicó los discursos21. Los discursos de la hermana Brandley y del élder Ballard también se reimprimieron en el Millennial Star22.


Notas

  1. Merry May Booth Talmage Papers, págs. 1–2, Biblioteca de Historia de la Iglesia (CHL, por sus siglas en inglés); Andrew Jenson, Latter-day Saint Biographical Encyclopedia: A Compilation of Biographical Sketches of Prominent Men and Women in the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 4 tomos (Salt Lake City: Andrew Jenson History Co., 1901–1936), tomo IV, pág. 267. James E. y May Booth Talmage tuvieron ocho hijos, pero uno de ellos murió durante su infancia. (John R. Talmage, The Talmage Story: Life of James E. Talmage—Educator, Scientist, Apostle [Salt Lake City: Bookcraft, 1972], pág. 241).
  2. Talmage, Talmage Story, págs. 124, 176, 181.
  3. Clarissa A. Beesley, “Elsie Talmage Brandley”, Improvement Era, tomo XXXVIII, nro. 9 (septiembre de 1935), pág. 558.
  4. White and Blue se publicó entre 1897 y 1923. (Beesley, “Elsie Talmage Brandley”, pág. 558).
  5. Jenson, LDS Biographical Encyclopedia, tomo IV, pág. 254.
  6. Con frecuencia hacía también de las tareas del hogar un juego para involucrar a sus hijas en ellas. (Beesley, “Elsie Talmage Brandley”, pág. 559).
  7. Jenson, LDS Biographical Encyclopedia, tomo IV, pág. 254; Harrison R. Merrill, “Elsie Talmage Brandley—Editor and Friend”, Improvement Era, tomo XXXVIII, nro. 9 (septiembre de 1935), pág. 560. La hermana Brandley murió a causa de una enfermedad repentina unas semanas antes de cumplir treinta y nueve años; su hija menor tenía cuatro años de edad. (Talmage, Talmage Story, pág. 241).
  8. Mattie Horne Tingey fue Presidenta General de la YLMIA desde 1905 hasta 1929. Ruth May Fox sirvió como Presidenta General de la YLMIA (posteriormente YWMIA) desde 1929 hasta 1937.
  9. Beesley, “Elsie Talmage Brandley”, pág. 559; Jenson, LDS Biographical Encyclopedia, tomo IV, pág. 254; Thomas C. Romney, “Representative Women of the Church: Elsie Talmage Brandley”, Instructor, tomo LXXXV, nro. 11 (noviembre de 1950), pág. 324.
  10. Jenson, LDS Biographical Encyclopedia, tomo IV, pág. 254.
  11. “Funeral Services in Honor of Elsie Talmage Brandley”, Capilla del Barrio Veinte, Salt Lake City, Utah, 5 de agosto de 1935, en posesión de la familia. E. E. Ericksen colaboró con la hermana Brandley durante su cargo en la Mesa Directiva General de la YMMIA. La hermana Brandley trabajó para el nuevo departamento de adultos mayores (para jóvenes adultos de 23 a 35 años), al que se llamó como presidente al hermano Ericksen el 8 de abril de 1931. (Scott Kenney, “The Mutual Improvement Associations: A Preliminary History, 1900–1950” [manuscrito inédito, enero de 1976], pág. 37, CHL; Romney, “Representative Women of the Church: Elsie Talmage Brandley”, pág. 324; E. E. Ericksen, Memories and Reflections: The Autobiography of E. E. Ericksen, edición de Scott G. Kenney [Salt Lake City: Signature Books, 1987], págs. 93–94).
  12. Elsie Talmage Brandley, “Peace on Earth”, Improvement Era, tomo XXXIII, nro. 2 (diciembre de 1929), pág. 102.
  13. Jon Savage, Teenage: The Prehistory of Youth Culture, 1875–1945 (New York: Penguin Books, 2007), págs. 277–280.
  14. Young Women General Board Minutes [Actas de la Mesa Directiva General de las Mujeres Jóvenes], tomo XIII, 1934–1937, 28 de marzo de 1934, pág. 26, CHL.
  15. Melvin J. Ballard, “Morality and the New Day”, Improvement Era, tomo XXXVII, nro. 9 (septiembre de 1934), pág. 515.
  16. Marba C. Josephson, History of the YWMIA (Salt Lake City: Young Women’s Mutual Improvement Association, 1955), págs. 174–199, 201–202.
  17. Kenney, “The Mutual Improvement Associations”, págs. 28–31.
  18. Young Women General Board Minutes [Actas de la Mesa Directiva General de las Mujeres Jóvenes], 28 de marzo de 1934, pág. 25, y cartas adjuntas del 24 de mayo de 1934 y el 29 de mayo de 1934.
  19. Improvement Era, edición especial de la conferencia de junio (junio de 1934), pág. 7; Young Women General Board Minutes [Actas de la Mesa Directiva General de las Mujeres Jóvenes], 24 de enero de 1934, pág. 10; 7 de febrero de 1934, págs. 13–14; 21 de febrero de 1934, pág. 17; 14 de marzo de 1934, pág. 19; 21 de marzo de 1934, pág. 21; Young Men’s Mutual Improvement Association General Board Minutes [Actas de la Mesa Directiva General de la Asociación de Mejoramiento Mutuo de los Hombres Jóvenes], tomo XXVIII, 1933–1935, 21de febrero de 1934, págs. 106–111; 28 de febrero de 1934, págs. 111, 135–136; 7 de marzo de 1934, págs. 154–156, CHL; Elsie T. Brandley, diario, 24 de febrero, 16 de marzo de 1934, en posesión de la familia; véase Elsie Talmage, KWCF-N9P, Memorias. Accedido: 1º de febrero de 2016, familysearch.org.
  20. Young Women General Board Minutes [Actas de la Mesa Directiva General de las Mujeres Jóvenes], 2 de mayo de 1934, pág. 39; 9 de mayo de 1934, pág. 43. Véase Improvement Era, tomo XXXVII, nro. 8 (agosto de 1934), como sigue: Henry A. Smith, “Glimpses of June Conference”, pág. 454; Oscar A. Kirkham, “Latter-day Saint Youth and the New Day”, págs. 463–464, 497; Joseph F. Smith, “The Glorious Possibilities for Us of the Religious Crisis”, págs. 465–466, 495–496; y Elsie Talmage Brandley, “The Religious Crisis of Today”, págs. 467–468, 496–497; véase también Ballard, “Morality and the New Day”, págs. 515–516, 527.
  21. La hermana Brandley escribió: “Después de la reunión, al menos cincuenta personas (yo conté treinta y cuatro) me pararon para preguntar dónde podrían adquirir copias de los discursos… Más de ochenta y cinco personas, según el recuento real, vinieron o llamaron a la oficina para conseguir copias de los discursos del sábado por la mañana”. (Brandley, diario, 9 y 11 de junio de 1934; véase Talmage, Memorias).
  22. Elsie Talmage Brandley, “The Religious Crisis of Today”, Latter-day Saints’ Millennial Star, tomo XCVI, nro. 36 (6 de septiembre de 1934), págs. 561–566; Melvin J. Ballard, “Morality and the New Day”, Latter-day Saints’ Millennial Star, tomo XCVI, nro. 39 (27 de septiembre de 1934), págs. 609–612.
  23. La hermana Brandley escribió en un editorial: “Ser líder de la juventud es ser una especie de creador, porque la nueva visión, la nueva determinación, la nueva actividad, inspiración y ambición llegan a la vida en presencia del verdadero liderazgo”. (Elsie T. Brandley, “The Art of Leadership”, Improvement Era, tomo XXXIII, nro. 12 [octubre de 1930], pág. 790).
  24. Véase James Russell Lowell, The Vision of Sir Launfal (Cambridge, UK: John Bartlett, 1849), pág. 26.
  25. Las tres generaciones a las que la hermana Brandley hace referencia parecen ser los jóvenes, los participantes y líderes de entre veinte y cuarenta años, y los líderes mayores. En esta época, la YWMIA tenía los siguientes departamentos, separados por grupos de edades: Abejitas (12–14 años), Jóvenes Menores (15–16 años), Espigadoras (17–23 años) y Jóvenes Mayores (24–35 años). (“Report of the Committee on M.I.A. Survey”, en Young Women General Board Minutes [Actas de la Mesa Directiva General de las Mujeres Jóvenes], marzo de 1934, pág. 10).
  26. Joseph Fielding Smith, que llegó a ser miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles en 1910 y prestaría servicio como Presidente de la Iglesia entre 1970 y 1972, habló después de la hermana Brandley. Él enseñó: “La verdadera genialidad del mormonismo es su interpretación de la verdad para el bienestar humano inmediato, y la provisión de técnicas para llevar esas interpretaciones a la práctica. Esta es la esencia de la revelación: interpretar la verdad en lo que concierne a las condiciones del mundo actual para el beneficio inmediato de la humanidad… La verdad debe recibir para siempre una nueva interpretación”. Muchos miembros prominentes de la Iglesia hacían hincapié en la relación entre la práctica de los Santos de los Últimos Días y los desarrollos del mundo de aquella época. (Smith, “The Glorious Possibilities for Us of the Religious Crisis”, pág. 466; véase también, por ejemplo, John A. Widtsoe y Leah D. Widtsoe, The Word of Wisdom: A Modern Interpretation [Salt Lake City: Deseret Book, 1937]. Para obtener más información en cuanto a cómo los miembros de la Iglesia veían su fe conectada con las ideas de la época, véase Matthew Bowman, The Mormon People: The Making of an American Faith [New York: Random House, 2012], págs. 152–183).
  27. Véase Doctrina y Convenios 1:24.
  28. Para leer una explicación de los cambios acaecidos en las décadas de 1920 y 1930, véase Lynn Dumenil, The Modern Temper: American Culture and Society in the 1920s (New York: Hill and Wang, 1995).
  29. Véase, por ejemplo, Isaías 11:12. La escuela de finales del siglo XX determinaba que las personas educadas de la época de Colón creían que la tierra era redonda, aunque contextos del relato de Colón similares al de la hermana Brandley habían sido ampliamente aceptados por muchos años. (William D. Phillips Jr. y Carla Rahn Phillips, The Worlds of Christopher Columbus[New York: Cambridge University Press, 1992], pág. 140).
  30. Véase, por ejemplo, Génesis 3:16. Las preocupaciones religiosas sobre el uso de la anestesia surgieron entre algunos creyentes cuando se administró por primera vez a una mujer durante el parto, en la década de 1840. Para principios del siglo XX, muchas mujeres y reformadores progresistas reclamaban que los nacimientos tuvieran lugar en un hospital, porque creían que podía ser más seguro para la madre y para el hijo, y proporcionar un mayor alivio del dolor, aunque no siempre era el caso. Durante la década de 1920 todavía existía cierto debate sobre la oposición religiosa a la anestesia. (Richard W. Wertz y Dorothy C. Wertz, Lying-In: A History of Childbirth in America, edición ampliada [New Haven, CT: Yale University Press, 1989], págs. 116–117, 133–135; Howard Wilcox Haggard, Devils, Drugs, and Doctors: The Story of the Science of Healing from Medicine-Man to Doctor [London: William Heinemann, 1929], págs. 97–98, 116).
  31. James E. Talmage, The Earth and Man: Address Delivered in the Tabernacle, Salt Lake City, Utah, domingo, 9 de agosto de 1931 (Salt Lake City: The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 1931), pág. 6.
  32. Chicago llevó a cabo una feria mundial entre 1933 y 1934. Fue una celebración del centenario de Chicago y se la llamó “Un siglo de progreso”. (Cheryl R. Ganz, The 1933 Chicago World’s Fair: A Century of Progress [Chicago: University of Illinois Press, 2008]).
  33. Robert Morss Lovett, “Progress—Chicago Style”, Current History, tomo XXXIX, nro. 4 (1º de enero de 1934), págs. 434–435, 437–438. La cita de la hermana Brandley no se ajusta palabra por palabra al artículo de Lovett.
  34. Albert Edward Bailey, “New Churches for Old”, Christian Century, tomo LI (24 de enero de 1934), págs. 116–118. La cita de la hermana Brandley no se ajusta palabra por palabra al artículo de Bailey.
  35. Glenn Frank, “The Will to Doubt”, Deseret News, 20 de julio de 1928. La hermana Brandley no insertó puntos suspensivos cuando se saltó fragmentos del artículo de Frank. El artículo fue publicado en varios lugares en esa fecha a través del Sindicato de Prensa McClure.
  36. Un artículo de 1950 resumía los sentimientos de la hermana Brandley de este modo: “Ella insistía en que se les permitiera, e incluso se les instara a pensar por sí mismos, y a no aceptar como verdad un supuesto emitido por otras personas sin investigar”. (Romney, “Representative Women of the Church: Elsie Talmage Brandley”, pág. 324).
  37. Talmage, Earth and Man, pág. 14.
  38. En un editorial, la hermana Brandley escribió: “Aunque las antiguas formas tienen sus defectos y sus ventajas, al igual que las nuevas, es evidente que la belleza de ambas sobrepasa las características negativas. Uno de los mejores cursos que una persona puede estudiar en la escuela o fuera de ella es un curso en apreciación de otras generaciones”. (Elsie T. Brandley, “Autumn Color”, Improvement Era, tomo XXXV, nro. 12 [octubre de 1932], pág. 706).
  39. Bryant S. Hinckley, “James E. Talmage”, Latter-day Saints’ Millennial Star, tomo XCIV, nro. 30 (28 de julio de 1932), pág. 468. La cita de la hermana Brandley no se ajusta palabra por palabra a la original de Talmage.
  40. Edward W. Tullidge, “Daniel Spencer”, en History of Salt Lake City, sección de biografías (Salt Lake City: Star Printing, 1886), pág. 168. La cita de la hermana Brandley no se ajusta palabra por palabra a la original de Tullidge.
  41. “Challenge to Middle-Age”, Harper’s Magazine, tomo CLXIX (junio de 1934), págs. 113–119.
  42. La hermana Brandley escribió en un editorial: “La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tiene en su interior la verdad que es de toda belleza. La luz de la revelación ha disipado la neblina que por tanto tiempo envolvió al género humano, y ha explicado el de dónde y el hacia dónde de nuestras vidas. Más grande que todas las posesiones materiales de la tierra es el conocimiento de que Jesús es el Cristo y que amó tanto a Sus semejantes que dio Su vida para que pudieran vivir eternamente. Con ese conocimiento como vela que ilumina el camino llega todo el color y el ritmo y la simetría que hacen de la vida una armonía llena de propósito, y una gloriosa garantía de salvación”. (Elsie Talmage Brandley, “What Is Beauty?” Improvement Era, tomo XXXIII, nro. 3 [enero de 1930], pág. 182).
  43. Elsie Talmage Brandley afirmó en un editorial: “Vivan hoy con esperanza en el mañana y con fe en el futuro. Día tras día extraiga de la vida todo lo que esta tiene para ofrecer, y si no es tan dulce al gusto como querrían, busquen en su amargura la cualidad medicinal de las hierbas. Pocas experiencias en la vida están desprovistas de posibilidades de crecimiento; y la satisfacción provendrá de buscar esas experiencias día a día. Si no llega a causa de la facilidad y la felicidad, lo hará a pesar de ellas”. (Elsie T. Brandley, “Day by Day”, Improvement Era, tomo XXXV, nro. 9 [julio de 1932], pág. 515).
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