Cultivar los valores de la vida eterna

Mary Jacobs Wilson (1896–1990) tenía una amplia experiencia de servicio en la Sociedad de Socorro cuando fue asignada a la Mesa Directiva General en noviembre de 19461. Había sido presidenta de dos sociedades de socorro de barrio, consejera en dos sociedades de socorro de estaca y presidenta de la Sociedad de Socorro de estaca, todo ello en la zona de Ogden, Utah2. La hermana Wilson y su esposo, David, tuvieron cinco hijos3. Cuando le dieron la bienvenida a la Mesa Directiva General de la Sociedad de Socorro, su compañera en la Mesa, Maureen C. Neilsen, dijo que el hogar que la familia Wilson había creado gozaba de una “agradable hospitalidad, música, risas, humor y el Espíritu del Señor”4. La hermana Wilson había estudiado música y arte dramático en el Colegio Superior Weber, y prestó servicio como vicepresidenta del consejo estudiantil5.

La hermana Wilson prestó servicio en la Mesa Directiva de la Sociedad de Socorro durante los primeros años de la presidencia de Belle S. Spafford, junto con otras dieciséis hermanas (sin incluir a las cuatro que componían la presidencia)6. Además de servir en los comités de música, literatura y concursos de poesía, ella representaba a la Sociedad de Socorro en el Consejo Legislativo de las Mujeres, el cual analizaba problemas estatales y asuntos legislativos. En diciembre de 1946, la Sociedad de Socorro recibió el encargo de desarrollar el programa de la noche de hogar con la ayuda de sus asesores del Cuórum de los Doce Apóstoles: Joseph Fielding Smith y Mark E. Petersen7. La hermana Wilson presidía el comité de la noche de hogar de la Sociedad de Socorro. Cuando la hermana Wilson comenzó su servicio, los miembros de la Mesa Directiva estaban realizando recaudaciones de fondos a fin de construir un edificio para la Sociedad de Socorro8.

Durante los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, muchos estadounidenses, incluso los Santos de los Últimos Días de las montañas del Oeste, disfrutaban de oportunidades profesionales y educativas que se expandían. Durante la posguerra se puso también mayor énfasis en una visión del núcleo familiar que incluía funciones específicas para los hombres y las mujeres. Aunque muchos estadounidenses gozaban de creciente prosperidad, otros —particularmente las minorías raciales y étnicas— encontraban barreras que dificultaban su movilidad económica. Los vecindarios y las escuelas estaban segregadas, y el racismo institucionalizado impedía las posibilidades de progreso9. Esos cambios sociales y culturales después de la Segunda Guerra Mundial forman el contexto en el que la hermana Wilson pronunció el siguiente discurso sobre dar prioridad a la salvación eterna por encima de las riquezas.

Notas

  1. Relief Society General Board Minutes, tomo XXVI, 1946–1947, 13 de noviembre de 1946, págs. 137–138, CHL.
  2. Maurine C. Neilsen, “Mary Jacobs Wilson Called to General Board”, Relief Society Magazine, tomo XXXIV, nro. 1 (enero de 1947), pág. 23.
  3. Mary y David contrajeron matrimonio el 31 de mayo de 1916. (“Death: Mary J. Wilson”, Deseret News, 31 de mayo de 1990).
  4. Neilsen, “Mary Jacobs Wilson Called to General Board”, pág. 24.
  5. Neilsen, “Mary Jacobs Wilson Called to General Board”, pág. 23.
  6. Relief Society Magazine, tomo XXXIV, nro. 1 (enero de 1947), cabecera.
  7. Relief Society General Board Minutes, tomo XXVI, 1946–1947, 11 de diciembre de 1946, pág. 155, y lista de comités permanentes de la Mesa Directiva General, págs. 169, 403–404; tomo XXVII, 1948–1949, 5 de octubre y 9 de noviembre de 1949, págs. 340, 365, y lista de comités permanentes, págs. 211–212, 401–402. Las actas de 1948 a 1949 contienen también uno de los primeros folletos de la hora familiar; véase la página 30a. La hora familiar pasó a llamarse noche de hogar para la familia en torno al año 1965. (Matthew O. Richardson, “Family Home Evening”, en Encyclopedia of Latter-day Saint History, edición de Arnold K. Garr, Donald Q. Cannon y Richard O. Cowan [Salt Lake City: Deseret Book, 2000], págs. 360–361).
  8. Relief Society General Board Minutes, 5 de enero de 1949, pág. 224.
  9. Elaine Tyler May, Homeward Bound: American Families in the Cold War Era (New York: Basic Books, 1988), págs. xviii–xx; Robert J. Norrell, The House I Live In: Race in the American Century(New York: Oxford University Press, 2005), págs. 162–186.
  10. La primera línea del original dice: “El cielo no se alcanza de un solo brinco”. (Josiah G. Holland, “Step by Step”, en Hymns for All Christians, composición de Charles F. Deems y Phoebe Cary [New York: Hurd and Houghton, 1869], pág. 195).
  11. Henry Wadsworth Longfellow, “Builders”, en The Seaside and the Fireside (Boston: Ticknor, Reed, and Fields, 1850), pág. 56.
  12. Otra traducción de principios del siglo XX interpreta esta línea de este modo: “Él es eso sin lo cual no se puede vivir”. (Leo Tolstói, My Confession: Critique of Dogmatic Theology, traducido por Leo Wiener [Boston: Dana Estes, 1904], pág. 69).
  13. Marie Curie hizo avances teóricos cruciales en sus estudios de la radiactividad, un término que ella acuñó. Su trabajo dio como resultado el aislamiento de dos elementos nuevos: el polonio y el radio. En 1903 compartió el Premio Nobel de Física con Henri Becquerel y Pierre Curie, su esposo. El comité del Nobel le otorgó también un premio de Química en 1911. (Marilyn Bailey Ogilvie, Marie Curie: A Biography [Westport, CT: Greenwood Press, 2004], págs. ix–xiii).
  14. 1 Nefi 17:50.
  15. Los padres de la hermana Wilson eran Emma Rigby y Henry Charitan Jacobs. (Neilsen, “Mary Jacobs Wilson Called to the General Board”, pág. 23).
  16. Santiago 2:26.
  17. Véanse Mosíah 2:17; y Mateo 25:40.
  18. Véase Hechos 10:38.
  19. “Acres de diamantes” se refiere al famoso discurso en el que Russell H. Conwell habló de numerosos hombres de negocios que vendieron sus casas y sus tierras para ir a otro lugar en busca de riquezas, solo para descubrir que las tierras que vendieron valían millones por causa del petróleo, el oro o los diamantes que ellos no habían sabido reconocer en sus propios jardines. Este discurso, uno de los más populares de la historia estadounidense, fue uno que influyó mucho en la prosperidad de la tradición del Evangelio. Conwell lo repitió miles de veces durante toda su vida. (Agnes Rush Burr, Russell H. Conwell and His Work: One Man’s Interpretation of Life [Philadelphia: John C. Winston, 1917], pág. 313).
  20. Michael Pupin, “From Immigrant to Inventor”, Scribner’s Magazine, tomo LXXII, nro. 3 (septiembre de 1922), pág. 264. En la cita original leemos: “Hijo mío, si deseas salir al mundo del que tanto has oído hablar en las reuniones del vecindario, debes proveerte de otro par de ojos: los ojos de la lectura y de la escritura. En el mundo hay mucho conocimiento y aprendizaje maravillosos, los cuales no puedes obtener a menos que sepas leer y escribir”.
  21. Benjamin Franklin parafraseaba dichos comunes y luego los publicaba en Poor Richard’s Almanack. Este dicho es de Richard Saunders, Poor Richard, 1746: An Almanack for the Year of Christ 1746, junio de 1746. (J. A. Leo Lemay, The Life of Benjamin Franklin, Volume 2: Printer and Publisher, 1730–1747 [Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 2006], pág. 194).
  22. Charles William Eliot comenzó a publicar una biblioteca de cincuenta tomos de literatura universal, los clásicos de Harvard, en 1909, hacia el final de su ejercicio como rector de Harvard. Eliot creía que cualquier persona que pudiera leer esos clásicos durante quince minutos al día tendría un sólido sustituto a una educación humanista. (John T. Bethell, Harvard Observed: An Illustrated History of the University in the Twentieth Century [Cambridge, MA: Harvard University Press, 1998], pág. 41).
  23. Véanse 1 Nefi 2:20; y 2 Nefi 1:5.

 

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