Si me amáis
Por la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes
El lema anual de 2019 para los jóvenes también es un llamado a actuar; una invitación personal de nuestro Salvador. ¿Estás totalmente comprometido? ¿Lo amas? ¿Estás dispuesto a seguir Sus pasos?
Nuestro Salvador Jesucristo hizo algo por nosotros que de ninguna manera podíamos hacer por nosotros mismos. ¿Qué nos pide a cambio? Nos pide que guardemos Sus mandamientos a fin de que seamos bendecidos al tener siempre Su Espíritu con nosotros (véase Moroni 4:3).
Los mandamientos son una dádiva de amor. El Salvador dijo de manera sencilla: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”, pero, ¿por qué? ¡Porque te ama! Él desea que tú seas feliz. Él desea que tu vida esté llena de gozo y de posibilidades innumerables. Él desea que tú estés seguro y protegido de los males del mundo. Él desea derramar bendiciones sobre tique son tan grandiosas “… que no haya donde contenerla[s]” (3 Nefi 24:10). Él desea que tú regreses y vivas con Él nuevamente y seas partícipe de todas las bendiciones prometidas del Padre Celestial.
Recuerda siempre cuánto ama el Padre Celestial a Sus hijos. Él tiene un amor perfecto por ti. Puedes demostrar tu amor por Él al guardar Sus mandamientos. Tus acciones justas traerán enormes bendiciones para ti y para quienes te rodean.
Como nuestro profeta, el presidente Russell M. Nelson dijo: “Los necesitamos con nosotros en este batallón de jóvenes del Señor. ¡No será lo mismo sin ustedes! Él los invitó a [que] “se destaquen [y] sean diferentes del mundo” al vivir las normas de Para la Fortaleza de la Juventud y al guardar los mandamientos —a fin de “que luzcan, que hablen, que actúen y se vistan como un verdadero discípulo de Jesucristo” (“Juventud de Israel” [Devocional mundial para los jóvenes, 3 de junio de 2018], pág. 9, HopeOfIsrael.lds.org).
A medida que te esfuerces por obedecer al Señor y a Sus profetas, el poder del Espíritu Santo te llenará con el amor de Dios y te testificará de tu identidad divina como hijo o hija de Dios. Esas bendiciones incrementan conforme te esfuerzas por vivir rectamente. El Señor y el profeta confían en ti. Te amamos. Te prometemos que la seguridad, la confianza en uno mismo y el consuelo vienen cuando obedeces y guardas los mandamientos.
Guardad mis mandamientos
Por la Presidencia General de los Hombres Jóvenes
¿Alguna vez has pensado: “¿Cómo puedo mostrarle al Padre Celestial que en realidad deseo que conteste mis oraciones y me bendiga?”. El Salvador Jesucristo nos dio una clave cuando dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).
En otras palabras, mostramos nuestro amor al Padre Celestial al guardar Sus mandamientos.
En ocasiones, las respuestas no vienen cuando o como las esperamos, y podemos estar tentados a rendirnos o a dejar de ser obedientes. Sin embargo, si somos pacientes y escuchamos, el Señor responderá en Su propio tiempo y manera. Él siempre responde las oraciones justas. Siempre bendice a los obedientes (véase Mosíah 2:21–24).
El mundo enseña que el amor no lleva consigo responsabilidades, pero la verdad es lo opuesto. Nuestro amor por Dios se demuestra con nuestra disposición y diligencia para guardar Sus mandamientos.
El Salvador enseñó: “… la verdad os hará libres” (Juan 8:32). El profeta Alma además declaró: “… la maldad nunca fue felicidad” (Alma 41:10). Y mediante el profeta José Smith, el Señor enseñó: “Hay una ley, irrevocablemente decretada en el cielo antes de la fundación de este mundo, sobre la cual todas las bendiciones se basan; y cuando recibimos una bendición de Dios, es porque se obedece aquella ley sobre la cual se basa” (D. y C. 130:20–21).
La felicidad, las bendiciones y la guía vienen mediante la obediencia. El Padre Celestial desea que seas feliz y libre porque te ama, y esa es la razón por la que da mandamientos. A fin de hallar la paz que no se encuentra en este mundo, debemos aprender que someter nuestra voluntad a la del Padre Celestial es el único camino hacia la felicidad.
El Padre Celestial quiere que encuentres la felicidad eterna. Sus profetas desean que encuentres gozo inmenso. Queremos que encuentres la paz que hemos hallado al seguir al Salvador; que camines por Su senda (véase “Señor, yo te seguiré”, Himnos, nro. 138). Decide ser obediente. Tu disposición a obedecer conducirá a la libertad y a la felicidad verdadera.
























