Guía de estudio del Libro de Mormón
La Doctrina de Cristo
(2 Nefi 31-33)
Haciendo las cosas preciosas simples
Randal S. Chase
Los capítulos finales de los escritos de Nefi son algunos de los más poderosos en todas las escrituras. Yo recuerdo bien la primera vez que tuve un banquete de éstas (lo opuesto a simplemente leerlas) mientras servía mi misión en las tierras centrales de Inglaterra. Fui profundamente conmovido por el testimonio de Nefi del Salvador, poderoso pero humilde. Fui también conmovido por la belleza de su lenguaje, y recuerdo que pensé: «Éstas no son las palabras de José Smith. Éstas son las palabras de un profeta maduro, sabio y poéticamente dotado.» En el tiempo que José Smith tradujo estas palabras él «ni podía escribir o dictar una palabra coherente o bien escrita; mucho menos dictar un libro como el Libro de Mormón.»1
Las palabras de Nefi compiten con las palabras finales de Moroni en cuanto a su poder y consecuencia para los lectores. Los lectores no pueden leer y rechazar a este testigo sin un profundo riesgo para su salvación. Y los lectores no pueden aceptar y creer las palabras de Nefi sin que éstas cambien sus vidas para siempre.
NEFI ENSEÑA CON SENCILLEZ
• 2 Nefi 31:1-3 Nefi se deleita en la sencillez. Cuando Nefi empezó a concluir su registro, él se disculpó por incluir en las planchas sólo una pequeña parte de sus enseñanzas y aquellas de su hermano Jacob (versículos 1-2). Nefi había consumido mucho tiempo y espacio en el grabado explicando las profecías de Isaías; precisamente porque él quería hacerlas más sencillas—y más fáciles para que nosotros las entendiéramos. Él deseó concluir con lo que él llamó la «Doctrina de Cristo» (v. 2) y explicarla con sencillez. «Porque mi alma se deleita en la claridad; porque así es como el Señor Dios obra entre los hijos de los hombres. Porque el Señor Dios ilumina el entendimiento; pues él habla a los hombres de acuerdo con el idioma de ellos, para que entiendan» (v. 3).
Esto es un concepto importante de entender—que Dios usa el lenguaje de la gente a la cual Él le está hablando para que ellos sean capaces de entenderlo. Así, por ejemplo, Él le habló a José Smith en un inglés del siglo XIX—usando palabras con un significado particular al lugar y al tiempo de la revelación. Cuando Él dijo: «Deja que la virtud engalane tus pensamientos incesantemente» (D&C 121:45), usó la palabra engalanar en una época en la cual significaba infundir una cosa con algo más; como ponerle ajo al puré de papas para penetrarlo con ese sabor. Para nosotros, hoy en día, en el siglo veintiuno, engalanar significa «decorar»; como cuando ponemos un ramita de perejil en el plato para hacer que una comida luzca más colorida. Entonces, podríamos pensar que el Señor quiso decir que debemos incluir pensamientos virtuosos entre aquellos que ocupan nuestras mentes. Pero lo que Él estaba realmente diciendo era que nuestros pensamientos deben ser penetrados con virtud—una pequeña, pero importante diferencia. El problema se vuelve aún más profundo cuando estamos leyendo revelaciones que fueron originalmente dadas en un lenguaje diferente al de la Biblia.
• 2 Nefi 31:13,15 (3 Nefi 11:31-40) Nefi explica la doctrina de Cristo. Nefi quería que nosotros entendiéramos claramente lo que la «doctrina de Cristo» significa. Incluye (1) creer en Cristo, (2) arrepentirse, (3) ser bautizado (4) recibir el don del Espíritu Santo y (5) perseverar hasta el fin. Dicho con sencillez, esto es lo que el Señor invita a hacer a cada persona; que deVéase venir a Él. No es complicado.
El bautismo y Espíritu Santo
• 2 Nefi 31:4-7,9-10 Nefi enseña lo concerniente al bautismo de Jesús. Nefi enseñó que Jesús fue bautizado «para cumplir con toda justicia» (v. 5) y después explicó qué significa eso: (a) Él se humilló ante el Padre (v, 7); (b) Él entró en un convenio con el Padre de obedecerlo y guardar Sus mandamientos (v. 7) (c) Él entró por la puerta por la cual todos tienen acceso al reino celestial (v. 9); y (d) Él puso un ejemplo para que el resto de nosotros siguiéramos (v. 10).
El Presidente Joseph F. Smith dijo: «cumplir con toda justicia» significa «cumplir con la ley,»2 y el bautismo era parte de la ley de la religión judía y de la práctica de la época de Jesús. «El bautismo era practicado en el antiguo judaismo (hasidico o Esenio) primero como un medio de penitencia … para recibir el espíritu de Dios, o para ser permitido estar en presencia de Dios un hombre debe tomar el bautismo.»3 Es importante notar que «este [bautismo] es sólo válido cuando es hecho por inmersión en una fuente natural o riachuelo o en una apropiadamente construida [pileta]. Esta regla era, por supuesto, también preservada en el templo de Jerusalén.»4
El élder Bruce R. McConkie dijo: «Cumplir con toda justicia» aún Jesucristo tenía que someterse a la ordenanza del bautismo «esto es algo que los hombres no inspirados no comprenden. Verdaderamente, Él era el Señor Omnipotente antes de que el mundo fuese; verdaderamente Él fue como el Padre en la vida premortal; verdaderamente Él fue el hijo de Dios aquí en la tierra—y aún, como todos los hijos espirituales del mismo Padre, Él también estaba sujeto a todos los términos y condiciones del plan del Padre. Él también nació en la tierra para pasar por la probación mortal, para morir, para levantarse de nuevo en gloria inmortal, para ser juzgado de acuerdo a Sus obras, y para recibir Su lugar de gloria infinita en el reino eterno de Su Padre Eterno.»5
El profeta José Smith dijo: «El bautismo es una señal para Dios, para los ángeles, y para los cielos de que nosotros hacemos la voluntad de Dios, y no hay otra manera bajo los cielos, por la cual Dios ha ordenado al hombre venir a Él para que sean salvados, y entren en el reino de Dios, excepto teniendo fe en Jesucristo, arrepentimiento, y bautismo para la remisión de los pecados, y cualquier otro camino es en vano. Entonces tiene la promesa del don del Espíritu Santo.»6
• 2 Nefi 31:9,13,17 Nefi explica la necesidad del bautismo. Nefi identificó cuatro razones por las cuales somos bautizados:
— Para recibir el don del Espíritu Santo (v. 13).
— Para recibir una remisión de los pecados (v. 17).
— Para entrar por la puerta del sendero a la vida eterna (v. 17).
— Para recibir una membrecía en la Iglesia del Señor (D&C 20:37, 71-74).
El Señor mismo fue bautizado, y nosotros debemos » [seguir] al Hijo con íntegro propósito de corazón, sin acción hipócrita y sin engaño ante Dios» (v. 13). El bautismo no sólo nos califica para entrar en el reino, sino que también nos califica para obtener sus más grandes bendiciones. El profeta José Smith enseñó que «si un hombre obtiene una plenitud del sacerdocio de Dios, él lo tiene que obtener de la misma manera que Jesucristo lo obtuvo y es guardando todos los mandamientos y obedeciendo todas las ordenanzas de la Casa de Señor.»7 La «plenitud del sacerdocio» incluye la bendición más alta que el sacerdocio puede conferir—matrimonios y familias eternas.
• 2 Nefi 31:14,17-18; 32:5-8 Nefi explica los roles del Espíritu Santo. Nefi da una lista de siete roles que cumple el Espíritu Santo:
— Él bautiza con fuego para la remisión de los pecados (31:17).
— Él nos da poder para «hablar con … la lengua de ángeles» (31:14).
— Él es un testigo del Padre y del Hijo (31:18).
— Él le muestra a los hombres «todas la cosas» que ellos deben hacer para obtener la vida eterna (32:5).
— Él detiene las declaraciones de los profetas cuando es necesario por motivo de la incredulidad del hombre (32:7).
— Él nos enseña a orar (32:8).
— Él lleva la palabra de verdad con poder a los corazones de los oyentes (2 Nefi 33:1-2).
Los miembros de la Iglesia que han recibido al Espíritu Santo, están tan acostumbrados a tener las muchas otras bendiciones del Espíritu Santo con ellos que podrían tender a subestimarlo—eso es hasta que por algún medio pierden este don; y cuando el don se va, se hace muy claro para ellos que se están perdiendo una gran bendición.
Algunas veces pudiéramos sentir la influencia del Espíritu y no estar al tanto que lo que estamos experimentando viene del Espíritu Santo. Mi memoria más temprana de la vida es estar acostado en un banco de madera con mi cabeza en el regazo de mi madre durante una reunión sacramental, a mediados de los años cincuenta. En ese entonces, yo tenía sólo cinco o seis años de edad. Mientras estaba tendido allí escuchándola cantar el himno sacramental, miré hacia arriba; a mi padre sentado en el púlpito como consejero del obispado de ese barrio. Me sentí lleno de un brillo tibio y maravilloso que penetró cada parte de mi pequeño cuerpo. Fue años más tarde que me di cuenta de lo que fue—una manifestación del Espíritu Santo. Cometemos un error si pensamos que los niños pequeños no sienten el Espíritu Santo a una edad muy temprana; porque yo lo sentí muy distintivamente, y aun hoy recuerdo el sentimiento.
El Presidente Boyd K. Packer dijo: «El Espíritu Santo habla con una voz que usted siente, más de lo que oye. Es descrito como ‘una voz apacible.’ Y mientras nosotros hablamos de ‘escuchar’ los susurros del Espíritu, la mayoría de las veces uno describe una incitación espiritual al decir ‘tuve un sentimiento’… La revelación viene como palabras que sentimos; más que las oimos.»8
Ninguna persona en estos últimos días ha recibido más revelación por medio del Espíritu, que el Profeta José Smith. Sus palabras sobre este tema son interesantes e instructivas: «Una persona podrá beneficiarse si percibe la primera impresión del espíritu de la revelación; por ejemplo,, cuando usted siente que le fluye inteligencia pura, podría darle impactos repentinos de ideas, entonces al notarlas, podría verlas cumplirse el mismo día o muy pronto. Estas cosas que fueron presentadas en su mente por el Espíritu de Dios, sucederán; y por ende, al aprender del Espíritu de Dios y entendiéndolo, usted podrí crecer en el principio de revelación, hasta que usted se vuelva perfecto en Jesús Cristo.»9 Aprendemos con el tiempo a discernir cuando estos susurros a nuestras mentes son de Dios, particularmente cuando ellos son acompañados de las manifestaciones del Espíritu a nuestros corazones (D&C 8:2).
Seguir hacia Adelante y Perseverar hasta el Final
• 2 Nefi 31:19-21 Cómo obtener vida eterna. Con su sencillez típica, Nefi luego da una lista de los requisitos para la vida eterna después de que hayamos sido bautizados y recibido el Espíritu Santo. Debemos seguir adelante con una constancia en Cristo—una determinación fija de seguirlo y servirle. Debemos mantener un fulgor de esperanza— creer que nuestros esfuerzos no serán en vano y obtendremos la vida eterna que buscamos. Debemos amor a Dios y a todos los hombres. Todos esto significa demostrarlo en nuestros corazones, mentes y comportamientos. Debemos participar del banquete de las palabras de Cristo—no sólo leerlas, sino estudiarlas cuidadosamente y valorar lo que nos enseñan. Y si nosotros perseveramos en hacer estas cosas hasta el fin, la promesa es segura: «he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna» (v. 20). Nefi concluye asegurándonos que ésta es la doctrina de Cristo, y no hay ninguna otra manera o nombre por el cual podamos obtener la exaltación (v. 21).
En cuanto a participar del banquete de las palabras de Cristo, El élder Neal A. Maxwell dijo: «Necesitamos participar del banquete de las palabras de Cristo en las escrituras ya que estas palabras vienen a nosotros de profetas vivientes. Sólo mordiquear ocasionalmente no basta (2 Nefi 31:20 and 32:3). Participar del banquete significa participar con disfrute, deleite, y saboreo—no atiborrándonos esporádicamente en un hambre negligente, sino participando con gratitud, comiendo con deleite, en una suntuosa variedad preparada con cuidado y con amor… así a lo largo de los siglos.10 Y después de haber obtenido las palabras de Cristo, el Señor dice que debemos «[atesorarlas] constantemente en nuestras mentes las palabras de vida» (D&C 84:85)».
• 2 Nefi 32:1-6 Entender cómo obtener la vida eterna. Para aquellos que todavía se preocupan acerca de lo que deben hacer para obtener la vida eterna, Nefi dijo: «las palabras de Cristo os dirán todas las cosas que debéis hacer» (v. 3). Él añadió que si la gente no entiende, es porque ellos no han participado del banquete apropiada y suficientemente. También añadió que a aquellos que han sido bautizados «el Espíritu Santo … les mostrará todas las cosas que deben hacer» (v. 5). Ésta es la pura y simple doctrina de Cristo, y no habrá nada más necesario o dado hasta que Él aparezca en la carne (v. 6).
• 2 Nefi 32:7-9 Busque y ore para comprender. Nefi se lamentó que la gente no pondrá un esfuerzo en «buscar conocimiento, ni entender el gran conocimiento, cuando les es dado con claridad, sí, con toda la claridad de la palabra» (v. 7). Él nos insistió en seguir las indicaciones del Espíritu que nos insta a orar. «Porque si escuchaseis al Espíritu que enseña al hombre a orar, sabríais que os es menester orar; el espíritu malo no enseña al hombre a orar, sino le enseña que no debe orar» (v. 8). Nefi observó que debemos «orar siempre, y no desmayar» ore por todo lo que haga, en el nombre de Cristo, y al hacer esto, busque la consagración de Dios de todos nuestros esfuerzos (temporales y espirituales) para el beneficio de nuestras almas (v. 9).
El Testimonio Final de Nefi
• 2 Nefi 33:1-5 Las palabras de Nefi serán «de gran valor» para los justos. Este humilde profeta se preocupaba de si su palabra escrita era lo suficiente poderosa para conmover a la gente de la misma manera que su prédica podría haberlo hecho: «no soy tan poderoso para escribir como para hablar; porque cuando un hombre habla por el poder del Espíritu Santo, el poder del Espíritu Santo lo lleva al corazón de los hijos de los hombres», (v. 1). Él observó que aquellos que son duros de corazón pueden fácilmente poner de lado la palabra escrita. «Mas yo, Nefi, he escrito lo que he escrito; y lo estimo de gran valor, especialmente para mi pueblo» (v. 3). Nefi oró continuamente y con lágrimas por su pueblo, con la esperanza de que «las palabras que he escrito en debilidad serán hechas fuertes para ellos; que los persuadan a hacer el bien; les hagan saber acerca de sus padres; y hablen de Jesús, y los persuadan a creer en él y a perseverar hasta el fin, que es la vida eterna» (v. 4). Ninguna persona estará enojada con sus palabras o las rechazará a menos que «sea del espíritu del Diablo» (v. 5).
El profeta José Smith dijo: «Los hombres que carecen del principio de rectitud, y cuyos corazones están llenos de iniquidad, y no tienen deseo por los principios de verdad, no entienden la palabra de verdad cuando la oyen. El diablo toma la palabra de verdad de sus corazones, porque no hay deseo de rectitud en ellos.»11
• 2 Nefi 33:6 Nefi expresa su amor por Cristo. Nefi expresó su amor por todos nosotros— lamanitas, judíos y gentiles. Él después añadió estas profundas palabras personales: «Me glorío en la claridad; me glorío en la verdad; me glorío en mi Jesús, porque él ha redimido mi alma del infierno.” Estas son las palabras que tan profundamente me tocaron como un joven misionero. Nótese la profunda referencia personal que él hizo hacia el Salvador—»Mi Jesús» —querevela cuán íntimo él había conversado con el Señor a través de su vida; cuán personalmente él dependía de Él para su redención y exaltación personal. Todos haríamos bien en tratar de igualar su nivel de amor y humilde gratitud por el Maestro.
• 2 Nefi 33:7-11 Nefi testifica que sus palabras son las palabras de Cristo. Nefi amaba a su gente (sus descendientes) y creía que muchos se encontrarían con él «sin mancha» en el día del juicio (v. 7). Esto demuestra su «fulgor de esperanza» (la cual el recomendaba a todos nosotros en 2 Nefi 31:20), a pesar de haber visto a su gente completamente destruida en una visión. Nefi también expresó su amor por aquellos en Jerusalén («aquellos de quienes vine») y por los gentiles (versículos 8-9). Sin embargo, él se lamentó, «para ninguno de éstos puedo tener esperanza, a menos que se reconcilien con Cristo y entren por la puerta angosta [bautismo], y caminen por la senda estrecha que guía a la vida, y continúen en la senda hasta el final del día de la prueba» (v. 9). Reconociendo esto, Nefi estaba decidido a dar su testimonio.
El testimonio de Nefi es extraordinariamente sencillo y va directo al meollo:
«Escuchad estas palabras y creed en Cristo»
«y si no creéis en estas palabras, creed en Cristo.»
» Y si creéis en Cristo, creeréis en estas palabras, porque son las palabras de Cristo, y él me las ha dado; y enseñan a todos los hombres que deben hacer lo bueno.»
«Cristo os manifestará con poder y gran gloria que son sus palabras; y ante su tribunal nos veremos cara a cara, vosotros y yo, y sabréis que él me ha mandado escribir estas cosas, a pesar de mi debilidad.» (versículos 10-11)
No hay ninguna manera de malentender o discutir este testimonio. Es directo, sencillo y personal. La gente pudiera no creer, pero no pueden desaprobar a tal testigo. Y al final, ellos encontrarán para su gozo eterno o lamento, que es verdad.
• 2 Nefi 33:12-15 La despedida final de Nefi y una advertencia para el mundo. Nefi no deseaba condena para ninguna persona. Él oró «para que muchos de nosotros, si no todos, nos salvemos en su reino, en ese grande y postrer día» (v. 12). Y se despidió «como la voz de uno que clama desde el polvo» hasta ese día del juicio final (v. 13). Para aquellos que no recibirán el testimonio del Cristo nacido de la Biblia y del Libro de Mormón, ni las palabras de Cristo dadas por cualquier otro medio, Él dijo lo siguiente: «Me despido de vosotros para siempre, porque estas palabras os condenarán en el postrer día. Pues lo que selló en la tierra será presentado contra vosotros ante el tribunal del juicio; porque así me lo ha mandado el Señor, y yo debo obedecer. Amén.» (versículoss 14-15).
Notas
- Emma Smith, citada en José Smith III, «El último testimonio de la Hermana Emma,» Saints’ Advócate 2 (Octubre de 1879), pág. 51.
- En Reporte de La Conferencia, abril de 1912,9.
- La enciclopedia Judía, 12 volúmenes, 1902-1906, 2:499.
- La enciclopedia Judía, 1:68-69.
- «El misterio la divinidad,»discurso pronunciado en la Universidad Brigham Young, 15.a charla fogonera de estaca, enero de 6,1985.
- Enseñanzas del Profeta José Smith,escogidas y arregladas por Joseph Fielding Smith, 1976, pág.
- Enseñanzas del profeta José Smith,pág. 308.
- En Reporte de La Conferencia, octubre de 1994, pág. 77; o revista Ensign,noviembre de 1994, pág. 60.
- Enseñanzas del profeta José Smith,pág. 151.
- «Por tanto, debéis seguir adelante,»1977, pág. 28.
- Enseñanzas del profeta José Smith,pág. 96.
























