¿Quién ha visto al Padre y al Hijo?

¿Quién ha visto al Padre y al Hijo?

por Bruce R. McConkie
Liahona, Septiembre 1951


“. . . vi en el aire arriba de mí a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción. Uno de ellos me habló, llamándome por mi nombre, y dijo, señalando al otro: Este es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!1. José Smith, hijo.

Muchos profetas han visto a Dios José Smith vió al Padre y al Hijo juntos, mirándolos como personajes glorificados, hombres exaltados, presentes personalmente con él en la Arboleda Sagrada.

Los Santos de los Últimos Días naturalmente han pensado si esta aparición de los dos Gobernantes Supremos del universo fué una revelación reservada para esta última dispensación o si profetas y videntes anteriormente han tenido semejante honor de Dios.

Nuestro conocimiento de apariciones personales y otras manifestaciones de Dios al hombre caen en estas categorías:

1. Vimos y conocimos a ambos, el Padre y el Hijo en la preexistencia.

El Padre es el padre personal de nuestros espíritus. Nacimos a Su imagen él teniendo un cuerpo de carne y huesos, nosotros un cuerpo de materia espiritual. Cristo es nuestro hermano mayor el Primogénito Hijo en Espíritu del Padre.

Brigham Young dijo:

… si pudiéramos ver a nuestro Padre que mora en los cielos, aprenderíamos que somos tan bien conocidos a él como a nuestros padres terrenales; y él sería tan conocido a nosotros en su semblante y estaríamos listos para abrazarlo y besarlo, si tuviéramos el privilegio. 2

Nosotros también vimos al Hijo en la preexistencia. “Entonces sabréis que me habéis visto”, él dijo, y este conocimiento volverá en aquel día cuando los fieles “comprenderéis aun a Dios.” 3

2. Varios profetas, en visión han visto al Padre y al Hijo en los cielos.

Por ejemplo: Esteban, al tiempo de su martirio.

. . . Estando lleno del Espíritu Santo, puesto los ojos en el cielo, vió la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios.

Y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está a la diestra de Dios. 4

José Smith y Sidney Rigdon, “vieron la gloria del Hijo, a la diestra del Padre”. Ellos.

…vieron a los santos ángeles, y aquellos quienes están santificados ante su trono, adorando a Dios, y el Cordero, quienes lo adoran para siempre y siempre.

Entonces registraron este testimonio de Cristo:

¡Qué Vive!

Porque lo vimos, aun a la diestra de Dios; y oímos la voz testificar que él es el Unigénito del Padre.5

Y relatando de parte de la efusión del Espíritu que presidió la dedicación del Templo de Kirtland, el Profeta escribe:

. . .y contemplando vi el reino celestial de Dios y la gloria de él, si estuve en el cuerpo o no, no puedo decir. Vi la hermosura sobresaliente de la puerta por donde pasarán los herederos de ese reino, que era semejante a llamas de fuego; también el ardiente trono de Dios, donde estaban sentados el Padre y el Hijo.6

3. El Padre y el Hijo se han manifestado a muchos, sin una aparición personal, o en visión de su gloria o reino.

La manera principal proveída para este testimonio es por “el Espíritu Santo-, que da testimonio del Padre y del Hijo.” 7. Este es el testigo, es el Espíritu hablando al espíritu; no se puede negar la pequeña voz que viene a la mente. .

Por Su propia voz, claramente, el Padre se ha manifestado a profetas individuales y a multitudes. Al bautismo de Su Hijo, 8 en el Monte de Transfiguración, 9 y a miles de Nefitas reunidos en este continente 10 él hablo introduciendo Su Hijo.

A Nefi, después que ese profeta había señalado las condiciones de salvación citando directamente al Hijo, le habló confirmando la doctrina. “Oí una voz del Padre”, escribió Nefi, diciendo: “Sí, las palabras de mi Amado son verdaderas y fieles; aquel que perseverare hasta el fin, es el que se salvará.” 11

4. Cristo es el Padre y también el Hijo.

Jesucristo es el Hijo de Elohím espiritualmente y también su progenie carnal; eso es decir, Elohím es literalmente el Padre del espíritu de Jesucristo y también del cuerpo con que Jesucristo desempeñó su misión en la carne.12

Sin embargo a Cristo se le aplican los dos títulos, “Hijo” y “Padre”. Al hermano de Jared le dijo: “…He aquí que yo soy Jesucristo; y soy el Padre y el Hijo.13 La significancia de esto es digna de cuidadosa consideración. La Iglesia reconoce tres sentidos en el cual el Hijo es también el Padre.14

Él es el Padre de los cielos y de la tierra, dando a entender que él es su Hacedor, Organizador, y Creador; por esto, tales pasajes que refieren a él como “Jesucristo, el Hijo de Dios, el Padre de los cielos y la tierra, y todas las cosas que en ellos hay.” 15

Él es el Padre de aquellos quienes cumplen con su Evangelio. Por su obediencia ilimitada a las leyes y ordenanzas del Evangelio, los fieles se convierten en “los hijos de Cristo, sus hijos y sus hijas”. Él llega a ser Padre de ellos son “engendrados de nuevo”, de él.16

Él es el Padre por divina envestidura de autoridad. Eso es, el Padre ha puesto su nombre y autoridad sobre él para que él pueda obrar y hablar en la primera persona como si él fuera el Padre.

En una declaración oficial la Primera Presidencia y los Doce explican la investidura de autoridad así:

En todas sus comunicaciones con la familia humana Jesús el Hijo ha representado y todavía representa a Elohím su Padre en poder y autoridad… De este modo el Padre puso su nombre sobre el Hijo; y Jesucristo habló y ministró en y por medio del nombre del Padre; y por lo que es concerniente al poder, autoridad y divinidad sus palabras y hechos eran y son aquellos del Padre. 17

Por esa razón el Hijo dijo:

. . .Yo estoy en el Padre, y el Padre en mí, y el Padre y yo somos uno. El Padre porque me dió de su plenitud, y el Hijo porque estuve en el mundo e hice de la carne mi tabernáculo, y habité entre los hijos de los hombres. 17a

Como el Padre ha puesto su nombre sobre el Hijo: frecuentemente habla como si fuera el Padre. En la misma revelación a veces habla en su propio nombre y en el nombre de su Padre.

Escuchad la voz de Jesucristo, vuestro Redentor, el Gran YO SOY, cuyo brazo, de misericordia expió vuestros pecados…                .

. . .niños pequeños quedan redimidos desde la fundación del mundo, mediante mi Unigénito. 18

5. El Padre estaba en Cristo manifestándose al mundo.

Sin un conocimiento de Dios no puede haber salvación; la fórmula de vida eterna esta predicada en conocer “el sólo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual” has enviado.19 En conformidad el Padre mandó el Hijo al mundo para que los dos pudieran ser conocidos. Y por eso el Hijo dijo:

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conocierais: y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.

Dícele Felipe: Señor, muéstranos el Padre y nos basta.

Jesús le dice: ¿Tanto tiempo ha que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto al Padre; ¿Cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? 20

Así Pablo escribió del Hijo “es la imagen del Dios invisible; 21 también” el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia.22

Ambos seres son gloriosos, fuera de descripción; cada uno es un personaje exaltado; Sus poderes y majestades no tienen límite.

6. Aquellos que llegarán al mundo Celestial, verán al Padre y al Hijo.

Estos morarán en la presencia de Dios y de su Cristo para siempre jamás.23

7. La promesa que los justos puedan ver a Cristo mientras estén en la mortalidad incluye una seguridad que “aun él manifestará el Padre.”

¿Qué promesa mayor que esta podría haber, cualesquiera persona que se santifique por obediencia a la amplitud de las leyes del evangelio verá al Señor aun en la carne?

“El velo se hendirá y me veréis y sabréis que yo soy”,24 El Señor prometió estos a ciertos élderes en noviembre de 1831, si ellos se hicieran dignos. Entonces en mayo de 1833, la misma promesa fué extendida para todo hombre:…” Acontecerá” decía la voz del Hijo, “que toda alma que deseche sus pecados y viniere a mí, e invocare mí nombre obedeciere mí voz y guardare mis mandamientos, verá mi faz, y sabrá que yo soy.”25

El hermano de Jared es uno que hizo esto. Por su “perfecto conocimiento del Señor,” según el registro de Moroni, “fué imposible impedirle que viera dentro del velo, por lo que vió Jesús, el que ministró.26

“Esteban, al tiempo de su martirio estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vió la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios.”

Cristo les prometió a sus apóstoles de la antigüedad que les mandaría “otro Consolador,” eso es un consolador además del Espíritu Santo. “No os dejaré sin Consolador”, les dijo,

Vendré a vosotros.

Aun un poquito, y el mundo no me verá mas, empero vosotros me veréis…

El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquél es el que me ama; y el que me ama, será amado de mí Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él.

Dícele Judas, no el Iscariote: Señor, ¿qué hay por qué te hayas de manifestar a nosotros, y no al mundo?

Respondió Jesús, y dijóle: El que me ama, mí palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. 27

José Smith dió esta interpretación inspirada al último versículo citado: Juan 14:23—La vista del padre y el Hijo, en este versículo, es una manifestación personal; y la idea que el Padre y el Hijo moran en el corazón de un hombre es una antigua noción sectaria, y es falso.28

José Smith y Sidney Rigdon, también, “vieron la gloria del Hijo, a la diestra del Padre.”

El Profeta, también, después de citar el pasaje de Juan dijo esto: ¿Ahora qué es éste otro consolador? No es más ni menos que el Señor Jesucristo mismo; y esta suma substancia de todo el asunto; que cuando cualquier hombre obtiene este último consolador, el tendrá la personalidad de Jesucristo para atenderle, o aparecerse de cuando, en cuando, y aun Él manifestará el Padre a él, y ellos harán su morada con él, y las visiones de los cielos serán abiertas para él, y el Señor lo enseñará cara a cara, y puede tener un perfecto conocimiento de los misterios del Reino de Dios; y en éste estado y lugar que poseían los antiguos Santos cuando ellos recibían tales visiones — Isaías, Ezequiel, Juan en la Isla de Patmos, San Pablo en los tres cielos, y todos los Santos quienes tenían comunión con la asamblea general y la Iglesia del Primogénito.29

En esto se debe observar que:

El poder y la autoridad del Sacerdocio mayor, o sea el de Melquisedec, consiste en tener las llaves de todas las bendiciones espirituales de la iglesia.

Tener el privilegio de recibir les misterios del reino de los cielos, ver manifestados los cielos, comunicarse con la asamblea general y la iglesia del Primogénito, y gozar de la comunión y la presencia de Dios el Padre y de Jesús, el mediador del nuevo convenio. 30

8. El Padre aparece para testificar del Hijo.

A Dios nadie le vió jamás: el unigénito Hijo que está en el seno del Padre, él le declaró. 31

Así dice la Biblia de la versión del Rey Santiago. La Versión Inspirada lo corrige para que se lea así:

Y ningún hombre ha visto a Dios, excepto que el haya dado testimonio del Hijo; porque si no fuera por él ningún hombre pudiera salvarse. 32

Parecería, entonces, que Dios el Padre se ha visto por unos cuando ha sido oportuno que él aparezca para dar testimonio del Hijo. Esta conclusión está en harmonía con la declaración del Profeta que ciertos justos profetas y santos en dispensaciones anteriores lograron el segundo Consolador, significando que ellos tenían el personaje de Jesucristo para atenderle, para visitarles de vez en cuando y aun para “manifestarles el Padre.”

Uno no puede echar de menos la conclusión, por ejemplo, leyendo la abreviada narración que tenemos de las visiones de Enoc, el vió ambos, él Padre y el Hijo. La mayor parte de las palabras registradas son del Padre, sin embargo ya hemos visto, la persona que realmente estaba hablando era Cristo actuando en el nombre del Padre por divina envestidura de autoridad. Pero todavía hay declaraciones como está: “Enoc fue enaltecido y elevado hasta el seno del Padre y del Hijo del Hombre.” 33

La magnitud de las visiones de Abrahán y Moisés parecen ser semejantes Y cuando Adán estaba aun en el jardín del Edén él, por su puesto vió ambos el Padre y el Hijo, el Padre diciéndole al Hijo al tiempo de la expulsión de Adán que “el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal.” 34

Además: Sabiendo como sabemos el modo en que el Señor revela y administra el mismo evangelio, en la misma manera y por los mismos modos, en una dispensación tras otra, es lógico suponer que el Padre y el Hijo han aparecido, juntos, como Personajes glorificados, a cada cabeza de la dispensación, y que después de eso los asuntos pertenecientes a la dispensación han sido relacionados y administrados por el Hijo.

Sin embargo; no tenemos ningunos datos de apariciones que pueda compararse con las de José Smith una condición que está es nuestra dispensación y él es el profeta por el cual vendrá la salvación, si viene, a todos los hombres de los últimos días.

Jame E. Talmage, Jesús El Cristo Pag. 39 dice; Consideración en forma general la evidencias de las escrituras, se llaga a la conclusión que Dios el Padre Eterno Padre se ha manifestado en muy  pocas ocasiones a los profetas o reveladores terrenales, y en estos casos ha sido principalmente para testificar la divina de su Hijo Jesucristo.El Padre se reveló a Adán, Enoc, Noé, Abrahán y Moisés para atestiguar la divinidad del Cristo, y el hecho de que el Hijo era el Salvador designado del género humano.


Notas

  1. Perla de Gran Precio, José Smith 2:17.
  2. J. D. 8:30 25 de Marzo de 1860.
  3. Véase Doc. y Conv. 88:47-50.
  4. Hechos 7:55-56.
  5. Doc. y Conv. 76:21-23.
  6. José Fieldin Smith, “Enseñanzas del pro­feta José Smith” pág. 107.
  7. 2 Nefi 31:18.
  8. Mateo 3:17.
  9. Mateo 17:5.
  10. 3 Nefi 11:7.
  11. 2 Nefi 31:15.
  12. El Padre y el Hijo: Una exposición doc­trinal por la primera presidencia, y los doce, citado en (Santiago E. Talmage). Artículos de Fe, pág. 466.
  13. Ether 3:14.
  14. Véase el artículo entero citado en la no­ta 12.
  15. Ether 4:7.
  16. Mosíah 5:7.
  17. Véase pág. 470-471 del artículo citado en la nota 12. 17a. Doc. y Con. 93:3-4.
  18. Doc. y Con. 29:1, 46.
  19. Juan 17:3.
  20. Juan lb:6-9.
  21. Col. 1:15.
  22. Heb. 1:3.
  23. Doc. y Con. 76:62.
  24. Doc. y Con. 67:10.
  25. Doc. y Con. 93:1.
  26. Eter 3:20.
  27. Juan 14:16-23.
  28. Doc. y Con. 130:3.
  29. José Fielding Smith, Enseñanzas del Pro­feta José Smith. pág. 150-151.
  30. Doc. y Con. 107:13-19.
  31. Juan 1:18.
  32. José Smith, Sagradas Escrituras, Juan 1:19.
  33. Moisés 7:24.
  34. Moisés 4:28.
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