Una vida sin trabajo es una vida sin crecimiento

Hace algunos años, un joven de 17 años de edad pasó un largo y caluroso verano haciendo labores de jardinería. Era un trabajo arduo totalmente distinto a las actividades normales de alguien de su edad. Excavó zanjas, colocó césped, arregló canteros, plantó árboles y arbustos, y cortó gramas. Otros jóvenes que trabajaban con él se fueron agotando y dejaron el trabajo. Para ellos ese no era el modo de disfrutar las vacaciones. Pero ese joven se mantuvo firme hasta el final del verano.

Hoy, él se siente agradecido por su perseverancia aquel verano de tanto esfuerzo. Aprendió que puede hacer cosas difíciles y que al hacerlo, de hecho, se siente muy complacido. Al final de cada jornada volvía a su casa exhausto, pero satisfecho por haber dado todo de sí y por haber hecho una buena contribución. Una palada a la vez había hecho que el mundo fuera mejor.

En este mundo lleno de automatización, es común pensar en el trabajo como algo que se debe evitar. A veces se define el éxito en base al tiempo de expansión del que uno dispone. Si bien es bueno ser eficientes, y la diversión siempre es saludable, la verdad es que una vida sin trabajo es una vida sin crecimiento. No hay sustituto para el trabajo, ya que este refuerza nuestra determinación y nos fortalece más que ninguna otra cosa. El trabajo honrado nos hace mejores física, emocional y hasta espiritualmente. Algunos trabajan con las manos y otros con la mente, pero todo buen trabajador lo hace con el corazón.

El ex Presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge elogió el trabajo de este modo: “Todo crecimiento depende de nuestra actividad. La vida requiere acción. Nunca habrá desarrollo físico ni intelectual sin esfuerzo, y esfuerzo significa trabajo”. Todo lo bueno que acontece en este mundo es producto del trabajo. Ya sea cortar céspedes o inspirar mentes, edificar una casa o forjar una amistad; ya sea en una oficina, en un comercio, en un salón de clase o en una conversación, el trabajo honorable nos edifica a nosotros y nuestro futuro.