La ley de consagración
(D. Y C. 19; 29; 42; 51; 56;58; 64; 70; 72; 78; 82-83; 92; 97; 104-105; SALMO 24; HECHOS 2; 4; MOISÉS 7)
UN PUEBLO DE SIÓN DEBE CONSAGRARSE
En febrero de 1831, poco después de que los Santos comenzaran a reunirse en Kirtland, Ohio, el Señor reveló que debían comenzar a vivir la ley de consagración. Esto es consistente con lo que el Señor ha hecho en cada dispensación donde Él ha reunido a un grupo de gente elegida. Inmediatamente les ofrece la oportunidad de convertirse en un pueblo de Sión Hizo esto con el pueblo de Enoc, y aceptaron su oferta y fueron transladados.1 Lo hizo nuevamente con el pueblo de Melquisedec con el mismo resultado, fueron transladados.2 Lo probó con los hijos de Israel en el Monte Sinaí, pero rechazaron Su oferta y trajeron sobre sí mismos la sociedad restrictiva de la Ley Mosaica.3 Lo probó entre los nefitas después de Su visita a ellos, y funcionó durante unos 200 años (cuatro generaciones), luego se vino abajo.4 Ahora, en febrero de 1831, el Señor estaba tratando de unir a los Santos de los Últimos Días como un pueblo de Sión. Y como en dispensaciones anteriores, hubo resultados mixtos.PARA QUE SEÁIS IGUALES
• D. y C. 78:3 — La necesidad de orden en la consagración. En marzo de 1832, el Señor reveló que debe haber una organización para regular y administrar la ley de consagración entre Su pueblo. El sistema no puede funcionar correctamente en un contexto informal o caótico. • D. y C. 78:3-4 — Establecimiento de almacenes para los pobres.En esta revelación, recibida en Kirtland, Ohio, en marzo de 1832, el Señor ordenó a los Santos que establecieran almacenes de obispos tanto en Kirtland como en Misuri (v. 3). Este procedimiento de almacenar bienes “para los pobres de mi pueblo” debía ser “un establecimiento y orden permanente y eterno para mi iglesia, para promover la causa, que habéis abrazado, para la salvación del hombre y para la gloria de vuestro Padre que está en el cielo” (vv. 3-4], Desde ese día, la Iglesia ha gastado enormes cantidades de tiempo y dinero para construir y mantener tales almacenes. Se han convertido en el centro de los esfuerzos humanitarios y de bienestar de la Iglesia en todo el mundo. D. y C. 78:5-7 — El propósito de la ley de consagración.El almacén era una parte de la ley de consagración. Esta ley fue establecida “para que seáis iguales en los vínculos de cosas celestiales, sí, y de las cosas terrenales también, a fin de obtener cosas celestiales. Porque si no sois iguales en las cosas terrenales, no podéis ser iguales en la consecución de cosas celestiales; pues si queréis que os dé un lugar en el mundo celestial, es preciso que os preparéis, haciendo lo que os he mandado y requerido” D. y C. 78:17-18 — Somos “niños pequeños” en nuestra comprensión de las cosas celestiales.Hablando a los primeros santos, que eran todos conversos a la Iglesia y entendían poco de sus funciones y destino, el Señor les recordó gentilmente: “Sois niños pequeños, y todavía no habéis entendido cuán grandes bendiciones el Padre tiene en sus propias manos y ha preparado para vosotros; y no podéis sobrellevar ahora todas las cosas; no obstante, sed de buen ánimo, porque yo os guiaré. De vosotros son el reino y sus bendiciones, y las riquezas de la eternidad son vuestras.” D. y C. 78:19-22 — Los fieles heredarán todas las cosas. “El que reciba todas las cosas con gratitud será glorificado; y le serán añadidas las cosas de esta tierra, hasta cien tantos, sí, y más” (v. 19). El Señor ha preparado todas las cosas para nosotros antes de que Él nos lleve a casa a vivir con Él (v. 20). Aquellos que habitan en su reino celestial son conocidos como “la iglesia de Primogénito”, y serán “arrebatados… en una nube, y señalará a cada hombre su porción (v. 21). Y la porción que se ha sido reservada para “un mayordomo fiel y sabio” es “todas las cosas” que tiene el Padre. Recibiremos esta herencia como coherederos con Jesucristo.¿Por Qué Es Necesaria la Consagración de los Santos?
En abril de 1832, mientras el Profeta José Smith estaba en Misuri, el Señor explicó con más detalle por qué se requiere la consagración de los santos. Necesitaban estar más unidos y ser menos competitivos entre sí. Además, si se convirtieran en un pueblo de Sión, se les exigiría cosas más grandes. • D. y C. 82:1-4, 7 — Cuando se da mucho, se requiere mucho. Había necesidad de una mayor unidad entre el liderazgo en Sión y los líderes en Kirtland. El Señor recordó a los Hermanos, que “cuanto os habéis perdonado el uno al otro vuestras transgresiones, así también yo, el Señor, os perdono” (v. 1). También dijo que “hay entre vosotros algunos que han pecado extremadamente; sí, todos vosotros habéis pecado; más de cierto os digo, tened cuidado de aquí en adelante y absteneos de pecar, no sea que desciendan graves juicios sobre vuestra cabeza” (v. 2). De un pueblo de Sión se espera un estándar más alto. “Porque de aquel a quien mucho se da, mucho se requiere; y el que peque contra mayor luz, mayor condenación recibirá” (v. 3). Estos eran los ministros ordenados de la Iglesia de Cristo, y estaban recibiendo revelaciones del Señor. Pero “si no observáis mis palabras que os doy, os hacéis transgresores; y justicia y juicio son el castigo que prescribe mi ley” (v. 4). Si se arrepienten de sus pecados, “el Señor… no os imputará ningún pecado; id y no pequéis más; pero los pecados anteriores volverán al alma que peque, dice el Señor vuestro Dios” (v. 7). • D. y C. 82:9-10 — “Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que digo.” Debido a que el Señor hace todo lo que Él hace con nosotros por medio de un pacto, podemos literalmente “obligar” al Señor a bendecirnos si guardamos Sus mandamientos “Os doy instrucciones en cuanto a la manera de conduciros delante de mí, a fin de que se torne para vuestra salvación”, dijo Él (v. 9). “Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; más cuando no hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis” (v. 10). • D. y C. 82:14 — Sión debe aumentar en belleza y santidad. ”Sus fronteras se han de ensanchar; deben fortalecerse sus estacas; sí, de cierto os digo, Sión se ha de levantar y vestirse con sus ropas hermosas.” La Iglesia en ese momento era pequeña y estaba aislada. Pero el Señor declaró que crecería y se extendería, y sus miembros dignos “se han de levantar y vestirse con sus ropas hermosas” al recibir las ordenanzas y los convenios del templo. Vemos que esta profecía se está cumpliendo hoy, ya que millones de personas se han unido a la Iglesia y más de 150 templos salpican la tierra. Y se nos dice que esto es solo el comienzo. • D. y C. 82:15, 17 — “Debéis ser iguales.” El Señor exigía a Sus primeros Santos de los Últimos Días que “se unan ellos mismos mediante este convenio,… conforme a las leyes del Señor… Y seréis iguales” (w. 15, 17). Debían recibir “propiedades” como “mayordomías, cada hombre según sus carencias y necesidades si estas son justas” (v. 17).LA ORDEN UNIDA
• D.y C. 92:1-2 — La orden unida. En marzo de 1833, el Señor organizó el sistema de consagración en lo que Él llamó la “orden unida” • D. y C. 104:78-86 — Instrucciones adicionales sobre la orden unida. Un año más tarde, en abril de 1834, la Iglesia y el Profeta se encontraron con una gran deuda. El Señor dijo lo siguiente sobre las deudas de la Iglesia y la necesidad de la consagración para pagarlas:— El Señor quiere que los de la orden unida paguen todas sus deudas. ”Humillaos delante de mí”, dijo, y luego pueden “obtener esta bendición por vuestra diligencia y humildad y la oración de fe” (w. 78-79).
— Él “ablandará los corazones” de vuestros deudores hasta que os pueda “enviar medios para liberaos” (v. 80). Él le dice a José Smith que escriba a sus deudores en Nueva York “de acuerdo con lo que dictare mi Espíritu”, y si lo hacéis “haré para que sea quitado de sus mentes el deseo de afligiros” (v. 81).
— Él los liberará “por esta vez de [su] esclavitud [financiera]”, siempre y cuando “seáis humildes y fieles e invoquéis su nombre” (vv. 82-83).
— Él les dio permiso para pedir dinero prestado “por cientos, o miles, incluso hasta obtener lo suficiente para libraros de la servidumbre” (v. 84). Para hacer esto, ellos pueden “Hipotecar los bienes que he puesto en vuestras manos por esta sola vez, firmando de común acuerdo o de otra manera, como os parezca bien” (v. 85).
— La solución definitiva es vivir la ley de la consagración (“procedéis a hacer las cosas que he puesto delante de vosotros, de acuerdo con mis mandamientos,”). Les recuerda que “todas estas cosas son mías, y vosotros sois mis mayordomos, y el amo no permitirá que sea desbaratada su casa” (v. 86).
LOS PRIMEROS SANTOS NO PUDIERON CONSAGRAR
Este concepto no fue bien entendido por los Santos, y mucho menos por sus enemigos. La ley de consagración fue la doctrina que parece haber lanzado a algunos mafiosos a la acción, especialmente a aquellos que eran miembros de la Iglesia que sentían que el Profeta estaba tratando de robarles su herencia. Justificaron sus acciones como defensa de la propiedad privada. Otros factores incluyen, su simple codicia y celos. • D. y C. 105:4-5 — En junio de 1834, los Santos todavía no vivían esta ley. El Señor dijo que “no estaban unidos según la unión requerida por la ley del reino celestial” (v. 4). El Señor dejó en claro que “Sión no puede ser edificada a menos que sea por los principios de la ley del reino celestial; de otra manera no la puedo recibirla para mí mismo” (v. 5). • D. y C. 105:34 — La ley de consagración se suspendió temporalmente en junio de 1834 hasta el momento de la futura redención de Sión. Había varias razones por las cuales el Señoría suspendiera:— El Señor da y revoca Sus mandamientos según sea necesario (véase D. y C. 56:4).
— Las promesas del Señor están condicionadas a la obediencia (véase D. y C. 58:31-33). El Señor siempre guarda su parte de los convenios que hace con nosotros. El problema es que los hombres no son obedientes. “Ordeno y los hombres no obedecen”, dijo, y por lo tanto “revoco y no reciben la bendición” (v.32). Pero entonces, como los niños egoístas, “dicen en sus corazones: esta no es la obra del Señor, porque sus promesas no se cumplen” (v. 33). No logran ver la conexión entre guardar sus convenios y recibir las bendiciones adjuntas a esos convenios.
— Los Santos de Misuri, entonces, no estaban viviendo la ley de consagración ni guardaban los mandamientos (véase D. y C. 105:2-4). Eran culpables de adulterio, deshonestidad y división, además de no vivir la ley de consagración.
— Debido a esto, los Santos “deben ser castigados hasta que aprendan la obediencia, si es menester, por las cosas que padecen” (D. y C. 105:6).
— El resultado fue que fueron expulsados del lugar central de Sión (Condado de Jackson, Misuri) por sus enemigos. Los Santos simplemente no eran dignos de Sión.
Desobediencia y Codicia en Kirtland
En Kirtland, Ohio, el fracaso de la consagración se debió principalmente a la codicia. Tan pronto como el Señor introdujo este principio celestial, Satanás respondió con un duro golpe. En el Templo de Kirtland durante los “días de Pentecostés”, se mostraron grandes signos y maravillas, incluida la aparición de ángeles, lenguas de fuego ardiente e incluso el Señor Jesucristo. Los Santos se unieron como nunca antes o después, y muchos esperaban que la Segunda Venida de nuestro Señor fuera inminente. Pero aún no eran un pueblo de Sión y no estaban dispuestos a vivir la ley de consagración. El Profeta José Smith profetizó sobre su debilidad: Poco después de que el [Templo de Kirtland] fue terminado,… José [Smith] tuvo una visión que duró hasta que suplicó al Señor que se la quitara, ya que le mostró cosas que le resultaron muy dolorosas de contemplar. Pero volvió inmediatamente y permaneció ante sus ojos hasta cerca de la mitad de la mañana…. [Al día siguiente] predicó como estaba acostumbrado a hacerlo, [y lo siguiente es parte de sus comentarios:] “[Hermanos, me alegro de veros, y no tengo dudas que vosotros os alegráis de verme.] Ahora bien, estamos casi tan felices como podemos estarlo en la tierra, porque hemos logrado más de lo que podíamos suponer cuando comenzamos. Nuestra encantadora y hermosa casa está terminada, y el Señor la ha reconocido derramando Su Espíritu sobre nosotros aquí y revelándonos mucho acerca de Sus propósitos con respecto a la obra que Él está a punto de realizar. Además, tenemos todo lo necesario para nuestra comodidad y conveniencia, y a juzgar por las apariencias, uno no supondría que pudiera ocurrir algo que rompiera nuestra amistad entre nosotros o nos afligiera en algo. “Pero, hermanos, tended cuidado, porque os digo en el nombre del Señor que hay un mal en esta misma congregación, la cual, si no se arrepiente, resultará en una tercera parte de vosotros que estáis aquí hoy tan enemigos míos que tendréis el deseo de quitarme la vida; e incluso lo haríais, si Dios permitiera el hecho. “Pero, hermanos, os invito ahora a que se arrepientan, mientras haya lugar para el arrepentimiento, y cesad en toda vuestra dureza y apartaos de esos principios de deshonestidad y muerte que estáis abrigando en vuestros senos, antes de que sea eternamente demasiado tarde, porque todavía hay espacio para el arrepentimiento.” Continuó trabajando de esta manera con ellos, apelando a ellos de la manera más sentimental y solemne, hasta que el esfuerzo de su mente y la fatiga de hablar lo agotaron, y se sentó, dejando a casi todos en la casa llorando. La semana siguiente fue muy dada a las conjeturas y especulaciones sobre quiénes serían los traidores y por qué deberían serlo.5 ¿Cuál era ese gran mal de sus corazones? La codicia y el egoísmo. El Profeta José Smith escribiría: El espíritu de especulación en tierras y propiedades de todo tipo, que era tan frecuente en toda la nación, estaba echando raíces profundas en la Iglesia. Como fruto de este espíritu, sucumbieron con rapidez las suposiciones erróneas, la búsqueda de fallas, la desunión, la disensión y la apostasía, y parecía que todos los poderes de la tierra y el infierno unían su influencia de una manera especial para derrocar a la Iglesia de inmediato, y darle un final definitivo…. El enemigo en el extranjero, y los apóstatas en medio de nosotros, se unieron en sus planes, la harina y las provisiones se dirigieron hacia otros mercados, y muchos se sintieron descontentos hacia mí como si yo fuera la única causa de esos males contra los que yo luchaba enérgicamente.6 El presidente Heber C. Kimball cuenta cómo, al regresar de su misión al este: … Nos sentimos muy afligidos a nuestra llegada a Kirtland, al ver el espíritu de especulación que prevalecía en la Iglesia. El comercio y el tráfico parecían absorber el tiempo y la atención de los Santos. Cuando salimos de Kirtland, un lote en la ciudad valía alrededor de $ 150; pero a nuestro regreso, para nuestra sorpresa, se dijo que el mismo lote valía de $ 500 a $ 1000…. De hecho, todo en el lugar parecía moverse con gran prosperidad, y todos parecían decididos a enriquecerse…. Esta apariencia de prosperidad llevó a muchos de los Santos a creer que había llegado el tiempo de que el Señor los enriqueciera con los tesoros de la tierra, y creyéndolo así, los estimulaba realizar grandes esfuerzos.7 Esta fue la auto justificación misma para la especulación contra la cual habían sido advertidos al principio. Creían que todo lo que mejorara su situación temporal estaba justificado, sin importar a quién perjudicara, incluidos los recién llegados y los Santos pobres. “Luego vino el derrumbe de 1837, provocado por esos mismos hombres de negocios astutos y resueltos.”8 “Durante este tiempo”, recordaría el presidente Kimball, “tuve muchos días de dolor y luto, y mi corazón se enfermó al ver la terrible medida en que las cosas se estaban poniendo de manifiesto.”9 Muchos apostataron y “también entraron en combinaciones para obtener riquezas por medio del fraude y todos los medios que eran viles”10 Más tarde, el presidente Kimball volvió a Kirtland nuevamente después de una misión en Inglaterra. El élder Orson F. Whitney notó algunos de los cambios que tuvieron lugar en Kirtland mientras el presidente Kimball estaba en Inglaterra: La Iglesia había sufrido terriblemente por los estragos de la apostasía…. Las mafias de Ohio, las persecuciones de Misuri, el martirio, el éxodo, ni todo lo que la causa de Sión ha sufrido desde entonces, la han puesto en peligro ni la mitad de lo que sucedió cuando Mammón y el amor de Dios lucharon por la supremacía en los corazones de Su pueblo.11 Esta apostasía de los principios de Sión destruyó a la Iglesia en Kirtland. Cualquiera que no quisiera levantar su pie contra el Profeta ponía su vida en peligro, incluso El presidente Brigham Young. Los justos tuvieron que huir a Misuri por su seguridad.Maldad y Avaricia en Misuri
Su destino, el lejano Oeste, Misuri, se convirtió rápidamente en una ciudad en auge. En medio de toda la compra y venta de granjas y la construcción de edificios, los Santos fueron nuevamente superados por el espíritu de la especulación financiera. Al parecer, habían aprendido muy poco de su experiencia en Kirtland. El Profeta se paró debajo del marco de una escuela en construcción e hizo otra profecía inquietante: Hermanos, nos estamos reuniendo en esta hermosa tierra, para edificar “Sión.”… Pero desde que estoy aquí percibo el espíritu de egoísmo. La codicia… existe en los corazones de los Santos…. Aquí están los que comienzan a esparcirse comprando toda la tierra que pueden, con exclusión de los más pobres que no están tan bendecidos con los bienes de este mundo, pensando en sentar las bases solo para ellos mismos, mirando a sus propias familias individuales y a quienes los seguirán…. Ahora quiero decirles que Sión no se puede construir de esta manera…. Se están introduciendo esquemas especulativos [y] este es el camino del mundo, ciertamente Babilonia, y les digo en nombre del Dios de Israel, si no hay arrepentimiento… y un cambio de tal impiedad, codicia y voluntad propia, serán divididos y dispersados de esta tierra elegida a los cuatro vientos del Cielo.12 El presidente Brigham Young explicaría cómo los Santos se excusaron de los requisitos de la consagración: Cuando se dio la revelación… en 1838, estuve presente…. Los hermanos quisieron que yo fuera entre las iglesias y descubriera qué excedentes de propiedad tenía la gente, con el cual avanzar en el edificio del templo que comenzábamos en el lejano oeste. En consecuencia, fui de un lugar a otro a través del país. Antes de comenzar, le pregunté al hermano José: “¿Quién será el juez de lo que es la propiedad excedente?” Dijo él: “Que sean ellos los jueces, porque no me importa si no dan un solo centavo.”13 Este es un principio importante de la consagración. Es enteramente una ofrenda voluntaria. Nadie está obligado a cumplirla. “Al igual que en la [antigua] Israel, la cantidad de la ofrenda que se daba por propia voluntad se dejaba totalmente a cargo del donante, ya que era él quien estaba siendo probado. La ofrenda era necesaria pero la cantidad dependía de él. Los resultados, según informara El presidente Brigham Young de su viaje, daban risa: ¡nadie tenía ninguna propiedad excedente!”14 Los miembros de la Iglesia debían entender que vivir solo para sí mismos e ignorar la ley de consagración no era aceptable para el Señor. Ningún pueblo de Sión se ha establecido sin vivir esta ley. Pero una y otra vez, en los primeros días de esta Iglesia, los Santos volvían a los principios de Babilonia. Los Santos de Misuri no se arrepintieron y, de hecho, fueron expulsados del estado.Mundanalidad en Nauvoo
Al llegar a Nauvoo en una condición de humildad, algunos Santos no tardaron en regresar a los caminos de Babilonia. La especulación en tierras, el vicio que ya los había metido en una trampa en Kirtland y en Misuri, levantó de nuevo su horrible cabeza. Alarmado, el Profeta José Smith habló enérgicamente contra tales prácticas malvadas: “Si hay alguno de vosotros que aspira a su propio engrandecimiento y busca su propia opulencia, mientras vuestros hermanos están gimiendo en la pobreza,… no pueden ser beneficiados por la intercesión del Espíritu Santo.”15 El Profeta continuaría: Una organización de grandes [organizaciones] sobre principios de acciones comunes… abre un campo tan espantoso para los avariciosos, los indolentes y los corruptos de corazón que se aprovechan de los inocentes, virtuosos y honestos…. [Son hombres ambiciosos]… que no tienen la sustancia de la piedad sobre ellos.16 Todo hombre que es… codicioso… caerá en una trampa.17 Ahora, en este mundo, la humanidad es naturalmente egoísta, ambiciosa y se esfuerza por sobresalir unos sobre otros…. Algunos buscan sobresalir. Y este fue el caso con Lucifer cuando se cayó.18 Las mayores bendiciones temporales y espirituales que siempre fluyen de la fidelidad y el esfuerzo concertado nunca provienen del esfuerzo individual o empresa.19 Los sentimientos de las partes, los intereses separados y los diseños exclusivos deben perderse de vista en la única causa común, en interés del conjunto, [ver 1 Corintios 12:21, 26].20 Como observara El doctor Hugh W. Nibley, “Fue el Lejano Oeste una y otra vez.”21 El 18 de junio de 1842, en una arboleda cerca del Templo de Nauvoo, “José, el profeta, se levantó y habló con gran claridad sobre la corrupción y la maldad de John C. Bennett. También profetizó que si los mercaderes de la ciudad y los ricos que no abrieran sus corazones ni contribuyeran a los pobres, serían maldecidos por la mano de Dios y separados de la tierra de los vivos.”22 Pero sus advertencias fueron en vano porque “el pueblo en esos días,… Como el Israel de antaño asociaba… el éxito mundano… con la justicia y las desgracias mundanas con sus ideas del mal.”23 En otras palabras, si eres rico, eres justo. Para cuando los Santos fueron expulsados de Nauvoo, El presidente Brigham Young declaró que “los Santos se estaban volviendo perezosos y codiciosos, y gastarían sus recursos en finas casas para sí mismos antes que ponerlas en una Casa del Señor.”24 Por el egoísmo de algunos, que es idolatría, a través de su codicia, que es lo mismo, y el deseo lujurioso de sus mentes, fueron arrojados y expulsados de sus hogares.”25Un Mejor Éxito en Utah
Cuando cruzaban las Llanuras a Utah, los Santos entraron en razón y, de acuerdo con el presidente Heber C. Kimball, la hambruna que los afligió en 1848 se evitó solo “por el ejercicio de la más alta sabiduría y la caridad más amplia, y la observancia parcial del principio de la Orden Unida, que los Santos habían tratado de introducir antes, y que aún tienen dentro de su misión establecer. A la gente les pusieron raciones, todos compartiendo lo mismo, como miembros de una gran familia.”26 El élder Matthias F. Cowley observó que los Santos incluso entregaban libremente su escaso grano a los hambrientos indios Pawnee. “El espíritu engendrado portal acto de generosidad abrió los corazones de los Santos… y los adaptó más perfectamente para la adoración de Dios.”27 El élder Cowley también observaría: El designio del presidente Young [en Utah] fue que no debería permitirse ninguna especulación en tierras por parte de los hermanos, por lo que los primeros en llegar deben enriquecerse a expensas de los hermanos que deben seguirlos…. Este arreglo impidió que un solo hombre fuera dueño de una gran extensión [de tierra] cerca de la ciudad, y al hacerlo se impidió la especulación del individuo en detrimento de toda la comunidad…. En otras palabras, el interés del conjunto tenía que estar en primer lugar en la mente de cada hombre, y el espíritu de codicia y avaricia rara vez se afirmó por parte de aquellos nobles fundadores de la gran comunidad de Utah.28 “La cuestión de la consagración se presentó [en la conferencia de abril de 1854]. El presidente Heber C. Kimball dijo; “Quiero todo lo que tengo para estar asegurado en el Reino de Dios.” Conocían los peligros y las tentaciones de la riqueza, el egoísmo que engendra, así como su destrucción del amor fraternal.”29 “Lo principal sobre lo que insistía el Hermano Brigham en su nuevo hogar era que superaran la ilusión de independencia económica personal.”30 Pero fue de corta duración. Para 1851, se sintió triste al ver a tantos de los Santos que corrían a California, principalmente detrás del Dios de este mundo, y no pudo enfrentarlos.31 El presidente Brigham Young preguntaría: “Por qué no… día a día, ¿nos observamos y nos castigamos? “En lugar de eso, cada uno” se siente tan absorto en su mejora y e incremento, que se olvida de por qué vino aquí, [y] que las manos sobre las Obras Públicas necesitan alimentos para sostener la vida, que después todo lo que él es sólo un administrador a lo sumo…. Mientras que otro, aún más culpable en cuanto a que no produce nada, se esfuerza por acumular riqueza y hacerse de un nombre convirtiéndose en un simple comerciante, y con demasiada frecuencia en un comerciante fino, y, por supuesto, él también pronto está imbuido de la pasión dominante del egoísmo.”32¿Qué Pasa Hoy?
Bien podríamos preguntarnos si hoy somos diferentes. Es fácil ver con qué facilidad los primeros Santos cayeron en la mundanalidad a expensas de establecer Sión. Pero somos tan propensos a ser codiciosos y egoístas como ellos. El presidente Brigham Young diría en 1857: Tengo más miedo de la codicia en nuestros Élderes que de las hordas del infierno. ¿Hemos salido hombres de esa clase? Eso creo. Tengo miedo de tales espíritus, porque son más poderosos y perjudiciales para esta gente que todo el infierno fuera de nuestras fronteras. Todos nuestros enemigos en los Estados Unidos o en el mundo, y todo el infierno por ellos organizado contra nosotros, no podrían causarnos la herida que la codicia en los corazones de esta gente podría causarnos, ya que es idolatría.33 Y en 1858, agregaría: “Ya sea que lo vean o no, sé que este pueblo es más o menos propenso a la idolatría, porque veo ese espíritu manifestarse todos los días, y escucho de él en casi todos los barrios.”34LA LEY DE CONSAGRACIÓN AÚN REQUIERE DE UN PUEBLO DE SIÓN
El hecho de que los primeros Santos no hayan vivido con éxito como un pueblo de Sión no revoca la ley de consagración para siempre. Como veremos en el siguiente capítulo, se requerirá que los Santos regresen y fortalezcan a Sión una vez más. Y cuando lo hagan, se les exigirá que vivan la ley de consagración. • D. y C. 105:5-6 — La ley de consagración es una ley celestial, y un pueblo de Sión debe vivirla. El Profeta José Smith enseñaría: Cualquier persona que sea exaltada a la mansión más alta tiene que cumplir una ley celestial, y también toda ley. Pero ha habido una gran dificultad para poner algo en la cabeza de esta generación…. Incluso los Santos son lentos para entender.35LOS PRINCIPIOS SUBYACENTES DE LA CONSAGRACIÓN
Si somos lentos en comprender, una pequeña instrucción sobre los principios de Sión y la consagración podría ayudar • D. y C. 104:13-14 — La tierra es del Señor. La voluntad de una persona de consagrar resulta del reconocimiento de que la tierra y todo lo que hay en ella pertenece al Señor (vean el Salmo 24:1). Aquellos que no creen esto no se verán a sí mismos como “administradores” de las bendiciones que poseen, sino como la única fuente de las circunstancias logradas por sí mismos. • D. y C. 104:15-16 — El camino del Señor es exaltar a los pobres y humillar a los ricos. No debemos malinterpretarlo. Esto no es socialismo, ni gravar a los ricos para que proporcionen dádivas a los pobres. El camino del Señor proporciona un crecimiento personal tanto para los ricos como para los pobres en la medida en que se unen por el vínculo de un pacto. Los pobres deben trabajar por lo que reciben, y cada hombre debe contribuir con su exceso al bien común del conjunto. • D. y C. 29:34-35 — La consagración es una ley espiritual, no solo un programa temporal o económico. Ayuda a los participantes a prepararse para la vida eterna en un reino celestial, cuyos habitantes viven la ley de consagración. • D. y C. 19:26 — No debemos “codiciar” nuestras posesiones. Este es un uso interesante de la palabra codicia, ya que normalmente pensamos que es incorrecto que deseemos tener los medios o circunstancias de otra persona. Pero tampoco debemos codiciar nuestras propias posesiones. • D. y C. 64:34 — La consagración debe hacerse voluntariamente, no a regañadientes ni por la fuerza. De acuerdo con todas las leyes espirituales, la participación en la consagración es voluntaria, no forzada. Dios insiste en que todo hombre “debe ser un agente para sí mismo” (D. y C. 29:35). En el tema de la consagración, “el Señor exige un corazón y una mente dispuesta”, y solo el “que está dispuesto” y el “obediente” pueden participar en este programa celestial entre un pueblo de Sión.La Consagración No Es Ni Socialismo Ni Comunismo
Algunos han sugerido que la ley de consagración y el sistema de la orden unida son una clase religiosa de socialismo o comunismo. Estas suposiciones son falsas. La consagración no fue un llamado al socialismo. La Iglesia no tendría ningún derecho de propiedad. Más bien, un sistema de mayordomías haría posible que “todo hombre mejore su talento, y cada uno gane otros talentos, sí, hasta cien tantos, para guardarlos en el almacén del Señor, para que lleguen a ser bienes comunes de toda la iglesia” (D. y C. 82:18), con el propósito de cuidar a las viudas, huérfanos y pobres [véase D. y C.83:6]. El presidente J. Reuben Clark Hijo declararía Generalmente la orden unida no ha sido comprendida…. La orden unida no era un sistema comunitario… la orden unida y [comunismo / socialismo] no son sinónimos. El comunismo es la falsificación de Satanás de la orden unida. No hay ningún error al respecto y aquellos que nos dicen lo contrario, o no lo saben o no lo han entendido o lo están tergiversando deliberadamente.36 El Profeta José Smith asistió a una presentación sobre el socialismo en septiembre de 1843 en Nauvoo. Su respuesta fue declarar que él “no creía en la doctrina.”37 Más tarde, ese mismo mes, informó: “Prediqué en el estrado aproximadamente una hora sobre el segundo capítulo de Hechos, con el objetivo de mostrar la locura de las reservas comunes [tener propiedades en común]. En Nauvoo, cada uno es mayordomo sobre su [propiedad].”38EL PROCESO DE CONSAGRACIÓN
Para apreciar plenamente la diferencia entre un estado de bienestar y la ley de consagración, debemos examinar el proceso mediante el cual se lleva a cabo la consagración bajo el plan del Señor. Se puede considerar como un proceso de cuatro pasos: Paso No. 1: Consagrar las Posesiones- Los miembros de la Iglesia consagran voluntariamente sus posesiones a la Iglesia mediante un acto legal [véase D. y C. 42:30-32], Este es el primer paso y quizás el que requiere más fe. Para ser efectiva, y para permitir la emisión de la mayordomía, esta tenía que hacerse voluntariamente (v. 31; véase también D. y C. 64:34] y con una escritura legal de propiedad, que garantizara que la propiedad de las propiedades fuera segura y “no se pueda sacar de la iglesia” (v. 32). Por lo tanto, no todo estaba consagrado, solo aquellas cosas que tenían un valor real (por ejemplo, la propiedad) o que podían usarse para ganarse la vida (por ejemplo, animales de granja, herramientas), más dinero y bienes que podrían usarse para ayudar a los pobres.
- Estas propiedades consagradas se “ponen ante el obispo” (D. y C. 42:31). El obispo era, pues, el agente a través del cual se hacía la consagración. Un obispo tenía que ser un hombre de carácter poco común, un hombre cuyo “corazón es puro ante mí.”… [y] en quien no hay engaño” (D. y C. 41:11).
- A cambio, el obispo devuelve los bienes del hombre con un pacto de mayordomía (véase D. y C. 42:32). El Señor dijo: “Todo hombre será hecho responsable ante mí, un mayordomo sobre su propiedad” (v. 32; énfasis agregado). ¿Por qué la propiedad era traspasada al obispo y luego transferida devuelta? La respuesta es el pacto de mayordomía. Cuando la recibo de vuelta, lo hago con un pacto y prometo cuidar de ella y usarla para la bendición y el beneficio de todos.
- La propiedad de la mayordomía es propiedad de los destinatarios (véase D. y C. 51:4). Esto es propiedad privada, no propiedad comunitaria. Se les entrega con una escritura de propiedad para que cada miembro sea completamente responsable y responsable de administrarla.
- Las mayordomías vienen con un pacto de responsabilidad por su uso y gestión (véase D. y C. 104:11-13).
- El tamaño de la mayordomía depende de las circunstancias, deseos y necesidades de la familia (véase D. y C. 42:32). En todos los casos, debía recibir “suficiente para él y su familia” (v. 32). Esto significaba que el tamaño y la naturaleza de las mayordomías variarían de acuerdo con el tamaño y las necesidades de cada familia individual. Al obispo se le ordenaba que “asignara a este pueblo sus porciones, a cada hombre igual según su familia, según sus circunstancias y sus deseos y necesidades” (D. y C. 51:3; énfasis agregado). Observen que el obispo debía tener en cuenta los “deseos” justos de la familia siempre y cuando fueran “justos” y no egoístas (véase D. y C. 82:17).
- El obispo y el miembro deciden por mutuo consentimiento cuánto es suficiente. El Profeta José Smith enseñaba “El asunto de la consagración debe hacerse por mutuo consentimiento de ambas partes; porque dar poder al obispo para decir cuánto debe tener cada hombre, y estar obligado a cumplir con el juicio del obispo, es darle al obispo más poder que el que tiene un rey; y, por otro lado, dejar que cada uno diga cuánto necesita, y que el obispo esté obligado a cumplir con su juicio, es arrojar a Sión a la confusión y hacer del obispo un esclavo. El hecho es que debe haber un equilibrio o balance de poder, entre el obispo y la gente, y así la armonía y la buena voluntad pueden ser preservadas entre vosotros.”39
- La mayordomía también depende de la capacitación, habilidades, conocimientos, talentos e intereses particulares del receptor, reconociendo la singularidad de cada individuo. Un herrero recibía lo que se necesitaba para operar una herrería. Una impresora recibía una imprenta. Un panadero recibía una panadería. Por ejemplo, las mayordomías individuales se otorgaban a los líderes de la Iglesia en Kirtland, en función de sus habilidades y deseos personales (véase D. y C. 104:19-46).
- Los participantes deben ser justos para poder participar (véase D. y C. 51:4). Si un mayordomo “transgrede y no es considerado digno”, ya no es elegible para participar. En tales casos, al participante se le devuelve el dinero y la propiedad que él consagró y se le exige que abandone el sistema (vea D. y C. 51:5; 56:10).
- Los delegados deben informar regularmente al obispo sobre sus mayordomías (véase D. y C. 72:3-4). Este proceso de “devolución e informe” se puede ver a lo largo del plan de salvación. Mediante este proceso, el Señor puede determinar “quién es fiel y sabio” tanto en este mundo como cuando “heredamos las mansiones preparadas para [nosotros] por mi Padre” (v. 4).
- Los delegados consagran al obispo cualquier excedente que hayan generado (véase D. y C. 42:33).
- El obispo coloca todos los bienes y los excedentes en el almacén de un obispo (véase D. y C. 51:13).
- Los perezosos e indolentes no reciben una mayordomía (véase D. y C. 42:42, 53). El sistema premia a quienes estén dispuestos a trabajar con los medios para ganarse la vida. No proporciona dádivas a los perezosos e indolentes.
- Los participantes pagan por lo que obtienen el uno del otro (véase D. y C. 42:54). La gente no debía pedir prestado a sus vecinos, sino pagar lo que recibieran de cualquier otro. De esta manera, la mayordomía de cada persona es productiva, y nadie se aprovecha del trabajo de otra persona. Cada uno tiene una empresa rentable desde la cual pueden generar los medios para comprar de los demás lo que necesite.
- Los nuevos mayordomos participan como todos los demás mayordomos (véase D. y C. 42:53, 55).
- El excedente se utiliza para proporcionar nuevas mayordomías a otros (véase D. y C. 42:33).
- El obispo también usa el excedente para cuidar de los pobres, construir casas de culto y otros propósitos dignos (véase D. y C. 42:34-35).
UN EJEMPLO DE CÓMO FUNCIONA LA CONSAGRACIÓN
Para ilustrar este principio celestial y cómo podría funcionar entre gente justa, tomemos un ejemplo imaginario de un joven que ha alcanzado la mayoría de edad para recibir su propia mayordomía. Quiere ser dentista y se ha preparado para esta mayordomía asistiendo a la escuela dental, graduándose y obteniendo una licencia para ejercer. ¿Cómo procede ahora? Paso No.1: Consagrar las Posesiones. El almacén del obispo ya contiene suficiente dinero y equipo para instalar a este joven en su consultorio dental. Tal vez un miembro cuya mayordomía está fabricando ya ha donado el equipo necesario. 0, si no, los fondos del almacén se pueden utilizar para comprar el equipo a un proveedor. Además, debido a las consagraciones que se han realizado, los terrenos y los materiales de construcción están disponibles para construirle una oficina. El joven solo necesita acudir a su obispo y consagrar al sistema todo lo que posea de valor y expresar el deseo de recibir una mayordomía. Paso No. 2: Recibir una Mayordomía. Al ver que está plenamente calificado, es digno y está dispuesto a entrar en su mayordomía con un pacto, el obispo se encarga de que reciba su mayordomía, todo lo necesario para que practique la odontología. Él hace un pacto con el obispo para administrar y mantener su mayordomía lo mejor que pueda, y para consagrar al almacén cualquier excedente que pueda generar de su profesión. Él y el obispo están de acuerdo en cuanto a cuáles son las necesidades y los deseos de su familia, y todo lo que esté por arriba se considerará “excedente.” Recibe su propiedad y equipo con una escritura, hace su solemne alianza de mayordomía y comienza el ejercicio de su profesión. Paso No. 3: Administración de Mayordomías y Contribución de Excedentes. Para entender el genio de este sistema, deberíamos hacernos tres preguntas en este punto: — Primero, ¿cuánta deuda tiene el joven? No tiene ninguna. El terreno y el edificio y el equipo están pagados. También lo está su casa y su automóvil. Todos fueron recibidos como parte de su mayordomía. Así que comienza su mayordomía libre de deudas y es capaz de concentrarse en administrar su práctica y pasar mucho tiempo con su familia. Él es verdaderamente libre. — Segundo, ¿Cuán caros deberán ser sus honorarios para que pueda ejercer? No muy caros. Las personas pueden obtener sus servicios dentales por un costo razonable que no tiene que cubrir el costo de su equipo o instalaciones. Tampoco tiene que generar sumas de dinero irracionales para satisfacer su estilo de vida deseado. Eso ya ha sido negociado y acordado con su obispo, y su casa y automóviles, etc., están todos pagados. Toda la comunidad se beneficia de los servicios dentales a un precio muy razonable. — Tercero, ¿cuánto exceso generará del ejercicio de su profesión? Bastante, ya que no tiene que hacer ningún pago. Después de cumplir con lo que él y el obispo acordaron que debía cumplir para satisfacer las necesidades y deseos de su familia, le devuelve al almacén todo el exceso que genera cada año. Podría decirse con seguridad que al menos la mitad de lo que genera estará en exceso, si no más. Una gran cantidad de dinero regresa al almacén de este joven cada año de su vida, proporcionando los medios para establecer a otros en sus propias mayordomías. Paso No. 4: Manejo de los Excedentes. No debería ser difícil imaginar cómo una comunidad entera se beneficiaría de un sistema así. Nadie está en deuda. Todos tienen lo que necesitan y la historia de este joven se multiplica por miles de personas, de todos los ámbitos de la vida, que son consejeros consagrados. Por lo tanto, No es sorprendente, que las sociedades que han vivido esta ley hayan sido extremadamente bendecidas como pueblo. Todos se hacen ricos, juntos. Y todos se centran en las cosas más importantes de la vida: la familia, la iglesia y el bienestar de sus vecinos. De hecho, se convierten, en un pueblo celestial.LOS PROPÓSITOS DE LA CONSAGRACIÓN
El objetivo del sistema no es solo “enriquecerse”, sino formar a una gente en una sociedad de Sión donde tienen “todas las cosas en común” (Hechos 4:32] y no hay “pobres entre ellos” (Moisés 7:18). Tanto temporal como espiritualmente, están unidos, sin restricciones y bendecidos. Así, la consagración logra una serie de cosas importantes para quienes la vivieronRazones Temporales para la Consagración
• Para atender a los pobres y necesitados (véase D. y C. 42:31). • Para enseñarnos a ser diligentes y evitar la ociosidad (véase D. y C. 42:42). En nuestra sociedad moderna vemos miles de “pobres ociosos” que se sienten con derecho a la atención de otros sin tener en cuenta su propia productividad. Ese no es el camino del Señor. Los pobres deben trabajar por lo que reciben, tanto como su forma de contribuir a las bendiciones de los demás como también por su propia dignidad. • Para hacernos “iguales” frente a las oportunidades terrenales (véase D. y C. 51:3, 9). El obispo Edward Partridge estaba encargado de “asignar a este pueblo su porción, a cada hombre igual, según su familia, conforme a sus circunstancias, carencias y necesidades” (v. 3). Esto no significaba que todos recibirían porciones idénticas, sino que cada mayordomo tendría todo lo que necesita y desea en justicia. • Para proporcionar un conjunto común de recursos para ayudar a la gente (véase D. y C. 82:18). Observen que lo que entra en el almacén se convierte en propiedad común, y no en la propiedad privada de la gente. Cada mayordomía se considera propiedad privada. Esto no es comunismo sino capitalismo conjunto. • Para que sea posible centrarse en cosas espirituales (véase D. y C. 78:5-6). La gente que está atada por un yugo desigual a las preocupaciones del mundo será capaz de prestar atención a las cosas espirituales. • Para mejorar nuestros talentos en beneficio de todos (véase D. y C. 82:18). Mientras toma una mayordomía sobre sí mismo y aprende a manejarla “en beneficio de la iglesia del Dios vivo” “cada hombre puede mejorar su talento, y…. ganar otros talentos, sí, incluso cien tantos.” • Para comprar terrenos y construir edificios (véase D. y C. 42:35). La Iglesia necesita lugares de culto, templos y edificios administrativos en todo el mundo. Por lo tanto, el dinero y los bienes que están consagrados al Señor pueden usarse para estos fines. • Para apoyar a los funcionarios y trabajadores de la Iglesia a tiempo completo (véase D. y C. 42:70-73). Los que trabajan a tiempo completo en la administración de los asuntos de la Iglesia tienen derecho a recibir un pago por su servicio o recibir bienes del almacén del obispo. • Para ayudar a la Iglesia a “mantenerse independiente sobre todas las demás criaturas” (D. y C. 78:14). Los eventos traumáticos de estos últimos días serían mucho peores si la Iglesia y su gente fueran financieramente insolventes.Razones Espirituales Para la Consagración
• Para ayudarnos a superar el orgullo (véase D. y C. 42:40). • Para enseñarnos a ser honestos (véase D. y C. 51:9). Este es un sistema que requiere que las familias declaren sus necesidades y deseos al obispo. En un sistema así existen todo tipo de oportunidades para la codicia y el egoísmo. El Señor dijo mientras implementaba este plan: “Y trátense honradamente todos los hombres.” • Para enseñarnos a ser responsables, fielesy sabios (véase D. y C. 51:19). La gestión de una mayordomía que nos obliga a informar de sus resultados nos enseña a ser responsables. Ser responsables y coherentes nos hace fieles. Y aprender a tomar las decisiones correctas en el camino nos hace sabios. Todas estas son características divinas que debemos obtener si deseamos ser exaltados. • Para enseñarnos a ser desinteresados (véase D. y C. 70:14). Consagrar en contra de nuestra voluntad o con una mala actitud no nos bendecirá. También podríamos no dar la donación porque no habrá recompensa por dar a regañadientes. • Para enseñarnos a ser justosy ecuánimes (véase D. y C. 82:17). Mientras vivan esta ley, “tendréis el mismo derecho a los bienes, para el mejor manejo de los asuntos de vuestras mayordomías, cada hombre según sus carencias y necesidades si estas son justas.” En otras palabras, debemos aprender a ser justos y equitativos en nuestros reclamos del sistema, no a la codicia y al servicio de uno mismo. • Para proporcionar la salvación de los Santos (véase D. y C. 78:3-4). El Señor pretendía que esta práctica fuera “permanente y eterna” y que “promoviera la causa” de Sión (v. 4). Su propósito era proveer “la salvación del hombre” y “la gloria de vuestro Padre que está en los cielos” (v. 4). ¿Cómo hace esto la consagración? Al enseñarnos cómo mantener y administrar la riqueza sin destruirnos espiritualmente. • Para aprender a vivir un principio celestial mientras aún están en la tierra (véase D. y C. 78:7). La consagración es una ley celestial, los habitantes del mundo celestial viven de acuerdo con esta ley. Por lo tanto, “si queréis que os dé un lugar en el mundo celestial, es preciso que os preparéis, haciendo lo que os he mandado y requerido” (es decir, consagrar). • Para mantener nuestra “mira puestaúnicamente en la gloria de Dios” (D. y C. 82:19). En lugar del autointerés y el auto engrandecimiento, la consagración alienta a “buscar cada cual el bienestar de su prójimo, y haciendo todas las cosas con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios.” Es la caridad en acción.COMO PODEMOS CONSAGRAR HOY
Aunque no vivimos la ley de consagración como pueblo, aun así, se nos pide que consagremos como individuos. Hemos hecho convenios para hacerlo. Pero ¿cómo podemos vivir la ley de consagración en un momento en que no hay un proceso organizado para que lo hagamos como pueblo?- Hacer los sacrificios que el Señor requiere ahora, nuestro tiempo, talentos y posesiones, para la edificación del reino de Dios sobre la tierra y para el establecimiento de Sión.
- Pagar los diezmos y hacer ofrendas de ayuno, y dar generosamente de otras formas a los necesitados. Al hacer esto, podemos ayudar a cuidar a los pobres y llevar a cabo las importantes actividades de la Iglesia. Por lo tanto, cada uno de nosotros podría, individualmente, calcular el excedente de nuestros medios y entregarlo voluntariamente a la Iglesia en apoyo de cualquiera de sus programas vitales.
- Servir voluntariamente en la Iglesia. El Señor ha advertido a cada persona a que “aprenda su deber y actúe en el puesto que se le designe, con toda diligencia” (D. y C. 107:99).
- Servir como misionero a tiempo completo. El élder Robert D. Hales observaba: “Ir a una misión os enseña a vivir la ley de consagración. Puede ser la única vez en vuestra vida en la que podáis dar al Señor todo vuestro tiempo, talentos y recursos. A cambio, el Señor os bendecirá con su Espíritu para estar con vosotros. Estará cerca de vosotros y os fortalecerá.”40
- Desarrollar el amor semejante al de Cristo hacia los demás, “buscando cada cual el bienestar de su prójimo” (D. y C. 82:19) es el fundamento de la ley de consagración.
- Esforzarse por consagrar de buena gana. Debemos consagrar de buena gana, no hacerlo a regañadientes. Las revelaciones nos dicen que “el Señor requiere el corazón y una mente bien dispuesta; y los de buena voluntad y los obedientes comerán de la abundancia de la tierra de Sión en estos postreros días” (D. y C. 64:34). La voluntad se manifiesta por nuestra actitud, así como por nuestras acciones.
LA CONEXIÓN ENTRE CONSAGRACIÓN Y SIÓN
• D.y C.82:19-21 — Sión es “buscando cada cual el bienestar de su prójimo.” No conozco una definición más precisa de Sión que esta, que todo hombre debería buscar “el interés de su prójimo y [hacer] todas las cosas con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios” (v. 19). Este es el orden de las cosas que el Señor ha “dado como orden sempiterna a vosotros y a vuestros sucesores” (v. 20). Cristo no vendrá hasta que un pueblo de Sión esté preparado para recibirlo. Y nunca nos convertiremos en un pueblo de Sión hasta que perdamos la tendencia a cuidar solo de nosotros mismos sin tener en cuenta el bienestar de nuestro prójimo, tanto miembros como no miembros. El egoísmo y el aislamiento no pueden tener lugar en Sión. Y el que “endurece su corazón contra de [esta ley],… será entregado a los bofetones de Satanás hasta el día de la redención” (v. 21). • D. y C. 97:18-20 — Sión se volverá “muy gloriosa” y “muy grande.” La promesa del Señor con respecto a Sión es segura: “He aquí, si Sión hace estas cosas, prosperará, y se ensanchará y llegará a ser gloriosa en extremo, y muy grande y muy terrible. Y las naciones de la tierra la honrarán y dirán: Ciertamente Sión es la ciudad de nuestro Dios, e indudablemente Sión no puede caer ni ser quitada de su lugar, porque Dios está allí, y la mano del Señor está allí; y él ha jurado por el poder de su fuerza ser su salvación y su alto refugio.” • D. y C. 97:21 — Sión es “los puros de corazón.” Sión no es solo un lugar, sino también una condición. El Señor declara que una persona digna de Sión es una que es “de corazón puro.”41Hyrum Smith caracterizaba a Sión como “le honesta y pura de corazón que escuchará el pacto eterno.”42Notas
- Véase Moisés 7:17-21, 67-69.
- Ver la Traducción de José Smith, Génesis 14:25-40 (en el apéndice de la Biblia],
- Véase Doctrina y Convenios 84:23-25.
- Ver 4 Nefi 1:2-3,15-16,22-26.
- José Smith, en “Lucy Mack Smith, Historia, 1844-1845, Páginas [6-7), pág. libro 14, »pp. [6-7), pág. libro 14, Los Escritos de José Smith,consultado el 9 de agosto de 2017, http://www.josephsmithpapers. org/paper summary/lucy mack-smith-history-1844-1845 / 172.
- José Smith, en Historia de la Iglesia,2:487, 488.
- Heber C. Kimball, en El élder Orson F. Whitney, Vida de Heber C. Kimball,(1945), 99.
- Hugh W. Nibley, Acercándose a Sión,editado por Don E. Norton (1989), 347.
- Heber C. Kimball, en El élder Orson F. Whitney, Vida de Heber C. Kimball,101.
- Heber C. Kimball, en El élder Orson F. Whitney, Vida de Heber C. Kimball,101.
- El élder Orson F. Whitney, en Vida de Heber C. Kimball,181.
- José Smith, en Edward Stevenson, La Vida e Historia del élder Edward Stevenson(n.d)., 40-41.
- El president Brigham Young, “Discurso”, Noticias de Deseret20 de junio de 1855,117.
- Acercándose a Sión,349-50.
- Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith(2007), 427.
- José Smith, en Historia de la Iglesia,3:301.
- José Smith, en Historia de la Iglesia,3:391.
- Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith,213.
- Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith,278.
- Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith,144.
- Acercándose a Sión,353
- El president Wilford Woodruff, en El president Wilford Woodruff: Historia de su vida y labores como se registra en sus diarios,editado por Matthias F. Cowley (1909), 166.
- El president Wilford Woodruff, en El president Wilford Woodruff: Historia de Su Vida y Labores como se Registra en Su Agenda Diaria,169.
- El president Brigham Young, en El president Wilford Woodruff: Historia de Su Vida y Labores como se Registra en Su Agenda Diaria,320.
- Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: El president Brigham Young(1997), 114.
- Heber C. Kimball, en El élder Orson F. Whitney, Vida de Heber C. Kimball,389.
- Matthias F. Cowley, en El president Wilford Woodruff: Historia de Su Vida y Labores como se Registra en Su Agenda Diaria,328-29.
- Matthias F. Cowley, en El president Wilford Woodruff: Historia de Su Vida y Labores como se Registra en Su Agenda Diaria,317.
- Heber C. Kimball, en El president Wilford Woodruff: Historia de Su Vida y Labores como se Registra en Su Agenda Diaria,356.
- Acercándose a Sión,356.
- De Historia del Manuscrito de El president Brigham Young(Archivos Históricos de la Iglesia).
- El president Brigham Young, “A los Santts en Utah”, Noticias de Deseret,14 de septiembre de 1854, 96. También en Estrella Milenaria,24 de febrero de 1855,120.
- El president Brigham Young, “Observaciones”, Noticias de Deseret,18 de noviembre de 1857, 291.
- El president Brigham Young, “Discurso”, Noticias de Deseret,17 de febrero de 1858, 396.
- El élder J. Reuben Clark Hijo, en Informe de la Conferencia, octubre de 1943,11.
- José Smith, en Historia de la Iglesia,6:33.
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- José Smith, en Historia de la Iglesia, 1:364.
- El élder Robert D. Hales, Si Quieres Entrar en la Vida, Guarda los Mandamientos” Revista Liahona,mayo de 1996, 36.
- “Sección 97” Esta es Sión: los Puros de Corazón”, Doctrina y Convenios, Manual para el Estudiante, 2-edición (Manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2001], 230.
- Hyrum Smith, en Historia de la Iglesia,6:320.

























