El Otorgador de Paz
Cómo Cristo Ofrece A Sanar Nuestros Corazones Y Hogares
James L. Ferrell
“El Otorgador de Paz es un libro profundo, y profundamente útil, exploración de cómo el Señor ofrece a liberarnos de las garras de cualquier pensamiento, sentimiento, creencia y hábito impuro. Yo realmente valoro este libro”.
STEVE YOUNG
“Un libro invaluable de esperanza y descubrimiento—sobre Cristo, sobre otros, y sobre nosotros mismos—diferente, yo pienso, a cualquier otro libro que jamás hayas leído”.
C. TERRY WARNER
“La rica y fortalecedora experiencia del alma que viene al leer El Otorgador de Paz ha bendecido profundamente mi vida. ¡Yo recomiendo grandemente este libro extraordinario!”
ARDETH GREENE KAPP
“’Mi paz os doy’, el Salvador declaró. El Otorgador de Paz explora en una manera personal lo que debemos hacer para recibir la paz que Él está dispuesto a darnos.
“El Otorgador de Paz es un número 10. Profundamente conmovedor, es un libro que deben tener aquellos con un interés en relaciones amistosas, en su matrimonio, y de cómo Cristo trae curación al corazón humano y al alma”.
JAMES MICHAEL PRATT
“El Otorgador de Paz derrama una luz preciosa sobre la expiación y de cómo poner en práctica la expiación en nuestras vidas personales. Ha sembrado un mensaje imborrable sobre mi corazón”.
ROBERT L. MILLET
CONTENIDO
Prefacio
PARTE I EL REGALO DE ABIGAIL
1 – Una Tormenta en el Alma
2 – Memorias
3 – Marchando hacia Carmel
4 – Almas en Guerra
5 – Una Ofrenda de Paz
6 – La Expiación
7 – El Perdón
PARTE II LAS IMPLICACIONES DE NÍNIVE
8 – La Tormenta Continua
9 – La Causa de la Tormenta
10 – Quienes Somos
11 – Lo Que Merecemos
12 – Una Pregunta Misericordiosa
13 – La Misericordia en Balance
14 – Esperando una Respuesta
PARTE III LAS CADENAS DEL PECADO
15 – Un Nuevo Día
16 – La Tormenta Reanudada
17 – Un Rayo de Luz
18 – Cadenas
19 – El Albedrío en Balance
20 – El Pecado
21 – El Arrepentimiento
PARTE IV LOS MILAGROS DEL GETSEMANÍ
22 – Luz en la Oscuridad
23 – Una Agonía
24 – Recuperación
25 – Los Convenios
—— Epílogo
PREFACIO
Vivimos en un mundo en guerra. No solamente me refiero a guerras entre países, pero también entre antiguos amigos, hermanos, cónyuges, padres e hijos. Los conflictos entre países son quizás más dramáticos, pero las guerras enardecidas y frías que se enconan en los corazones de los miembros de la familia, vecinos y amigos traen más dolor y sufrimiento a esta tierra en un solo día que todas las armas del mundo desde el principio del tiempo. Si es que algún día deseamos tener paz en la tierra, debemos primero encontrar la manera de tener paz en nuestros corazones y hogares.
“Yo soy el camino”, el Señor declaró. “Después de tu tribulación, yo te buscaré”, él prometió. “Y si no se obstina su corazón ni se endurece su cerviz en contra de mí, yo lo sanaré”. Nada es más importante entender de que la expiación del Señor no solamente es la respuesta a nuestros diarios y dolorosos dilemas, pero cómo es la respuesta. Este libro es una explicación de cómo el Señor “siente después de nosotros para poder sanarnos”, y lo que debemos hacer para recibir la paz de su curación. Es la historia de un esposo y esposa cuyo matrimonio está en problemas. También podría ser la historia de un padre e hijo que no se hablan, o de vecinos que se enfurecen sobre la invasión a su propiedad. La expiación llega a lo más profundo de los problemas cotidianos y al fondo de cada riña y de cada sentimiento herido. Al dilema de un corazón duro, él ofrece la promesa de uno nuevo. Al dolor de los sentimientos heridos, él ofrece el bálsamo de su amor. A la absoluta soledad, él ofrece la compañía de los cielos.
Su nacimiento fue anunciado con las palabras “paz y buena voluntad para con los hombres”, porque es su expiación lo que hace que la paz y la buena voluntad sean posibles. Ya sea que vivamos en un hogar o en un refugio, el camino a una paz verdadera, profunda y duradera es solamente por medio del Príncipe de Paz. “Él es nuestra paz”, declaró Pablo, porque por medio de la expiación, él ha “derribando la pared intermedia de separación entre nosotros, aboliendo en su carne la enemistad”.
Hay demasiados dilemas en nuestros corazones y hogares y demasiada enemistad entre nosotros. Pero el carpintero de Nazaret ha construido para nosotros la paz. Mi deseo es explorar con ustedes cómo.

























