He Aprendido por Mí Mismo
Enseñando la Primera Visión a la Generación Emergente
Jess Jones
Jess Jones es coordinador de seminario y director de instituto en Berkeley, California. Este artículo fue presentado en el Simposio de Educación Religiosa de BYU 2025 en honor a Sidney B. Sperry.
Resumen: Los jóvenes Santos de los Últimos Días que aprenden sobre la Primera Visión de José Smith pueden hallar inspiración y valor en su ejemplo de “pedir a Dios”, como lo indica Santiago, y buscar sabiduría celestial. Pero la fe de José no terminó con esa experiencia singular en la arboleda—aunque haya cambiado el mundo. En lugar de ello, se apoyó en las Escrituras, en recuerdos sagrados personales y en las relaciones familiares para construir la resiliencia espiritual que lo sostuvo a lo largo de su vida. Aquellos que abandonan la Iglesia pueden recurrir a arcos narrativos de su pasado religioso abandonado, encontrando paralelismos en los sentimientos de confusión, descontento, discordia e incertidumbre de José respecto a la verdad. Por lo tanto, los maestros deben enfatizar que el camino de José hacia Dios no fue un paso único, sino una búsqueda de toda la vida.
Palabras clave: conversión, revelación, restauración del evangelio, José Smith, enseñanza del evangelio, juventud

¿Cómo se forma un testimonio—ya sea el propio o el de otra persona?
¿Qué papel juegan las narrativas y los símbolos en ese proceso de formación? ¿Qué impacto tienen sobre la fe o la identidad religiosa de una persona? Para los jóvenes Santos de los Últimos Días, la narrativa de la Primera Visión de José Smith en 1820 proporciona un modelo conmovedor que puede fortalecer o debilitar su fe, dependiendo de cómo la comprendan. Si las narrativas no se enseñan en su contexto, pueden dañar la identidad religiosa en lugar de fortalecerla. Como ejemplo de esto, el siguiente análisis considerará por qué y cómo debe enseñarse la Primera Visión dentro del contexto de la restauración en curso. Más allá de buscar revelación, José se arraigó espiritualmente al buscar modelos de las Escrituras, relaciones familiares fuertes y revelación continua. Sugiero que estas estrategias y detalles son esenciales para fortalecer los testimonios de nuestros jóvenes y fomentar la resiliencia espiritual que necesitan para recorrer su propio camino religioso.
En todo el mundo, los jóvenes miembros de la Iglesia que asisten a Para la Fortaleza de la Juventud (FSY) son recibidos con la invitación profética del presidente Russell M. Nelson de seguir el ejemplo de José Smith. Él dice: “Hagan lo que hizo el joven José Smith cuando tuvo una pregunta. . . . Si preguntan con sinceridad, con gran humildad, les prometo que el Señor les hará saber la respuesta por medio de los susurros del Espíritu. Las respuestas tal vez no lleguen de inmediato, pero llegarán”. La búsqueda de la verdad por parte de José Smith es el prototipo de la conversión personal y de la revelación moderna. Cada miembro de la Iglesia debe obtener un testimonio personal de que Dios es su amoroso Padre Celestial, que Jesucristo es su Salvador personal y que José Smith es el profeta de Dios que tradujo el Libro de Mormón y restauró la Iglesia de Cristo. Como observó J. Reuben Clark, estas verdades marcan la “latitud y longitud” por las que todos los miembros de la Iglesia deben guiarse en la vida—especialmente nuestros jóvenes Santos. Aunque la experiencia de la Primera Visión de José Smith es el modelo supremo para buscar la verdad, los maestros sabios también deben incluir los detalles adicionales del crecimiento personal de José después de su experiencia en la Arboleda Sagrada. Antes de considerar esto, primero examinaremos cómo las narrativas moldean la identidad religiosa y exploraremos ejemplos en la historia de José que pueden influir en los adultos jóvenes de hoy.
El papel de las narrativas en la formación de la identidad religiosa
La forma en que las personas comparten su historia influye en cómo llegan a verse a sí mismas, en sus relaciones con los demás y en su identidad como personas religiosas (o no religiosas). A medida que los jóvenes comienzan a compartir sus propias experiencias personales, también empiezan a desarrollar sus propias identidades religiosas. Los psicólogos sociales Dan McAdams y Kate McLean explican que “para desarrollar una identidad narrativa, una persona primero debe aprender a compartir historias… en la familia, con los compañeros y en otros contextos sociales formales e informales”. Al igual que el profeta José, cada persona tiene una historia que contar y obtiene significado y contexto a partir de las historias que ha aprendido anteriormente. Por ejemplo, en el relato de 1838 de su visión, José compara su experiencia con la del apóstol Pablo en el camino a Damasco (José Smith—Historia 1:24). Para José, la teofanía de Pablo ofrecía una estructura y un contexto que él usaría posteriormente para articular sus propias experiencias. En este sentido, las narrativas proporcionan herramientas culturales para afrontar desafíos, encontrar significado en lo cotidiano y explicar lo inesperado.
Además, los jóvenes recurren a las narrativas existentes para moldear su identidad durante la adolescencia y la adultez emergente. Desde las primeras etapas de la infancia, a los niños y niñas se les enseñan historias que los ayudan a entenderse a sí mismos y al mundo que los rodea. Aprenden sus roles en la sociedad y su relación con Dios y con la familia en base a las historias que escuchan y los ejemplos que observan. Más adelante, en la adolescencia, los jóvenes comienzan a seleccionar entre diversas identidades que observan en su entorno social. Estos años adolescentes son clave, ya que es cuando los jóvenes empiezan a decidir qué identidades desean llevar consigo a la adultez. Una vez que alcanzan la etapa de adultez emergente, comienzan a sintetizar sus experiencias anteriores, sus identidades y elecciones en una gran narrativa que compone su identidad personal general.
Ejemplo del desarrollo de la identidad de José Smith
José Smith, nuevamente, ofrece un ejemplo de este proceso de desarrollo. José tomó ejemplos contemporáneos y antiguos de su vida para desarrollar su propio sentido del yo. En sus esfuerzos espirituales por obtener salvación espiritual y encontrar la verdadera Iglesia a la cual unirse, puede verse una síntesis de los ejemplos de sus padres, José Smith padre y Lucy Mack Smith. José Smith padre resistió la presión cultural de unirse a una iglesia por simple obligación social. Lucy Mack Smith estaba decidida a vivir de acuerdo con los testimonios que había recibido de experiencias espirituales personales anteriores (lo cual se tratará con más detalle más adelante). Al considerar juntos estos dos ejemplos, puede verse cómo José Smith tuvo modelos contemporáneos en los que apoyarse mientras recorría su propio camino espiritual. José también buscó ejemplos en la vida de profetas y apóstoles antiguos (como Pablo), especialmente mientras trataba de dar sentido a su experiencia de la Primera Visión. Se dirá más sobre estos héroes espirituales, pero en resumen, el proceso de desarrollo de identidad de José estuvo influenciado por su confianza en los ejemplos de su familia y de los héroes de las Escrituras, ejemplos que luego sintetizaría en su propia descripción de sí mismo y de su jornada espiritual personal.
Ejemplos contemporáneos del desarrollo de la identidad
Además, los relatos de la Primera Visión de José Smith proporcionan un patrón narrativo que puede observarse en las historias de conversión y de desconversión de los jóvenes de la Iglesia en la actualidad. Dichos patrones han sido documentados en investigaciones previas. El sociólogo Thomas DeGloma señala que los despertadores Santos de los Últimos Días modelan su “historia autobiográfica sobre la memoria colectiva icónica de la [Primera Visión] de José Smith”. Pero DeGloma también insiste en que los exmiembros de la Iglesia “utilizan la misma fórmula narrativa para rechazar una comunidad autobiográfica que antes usaban para abrazarla”. Rosemary Avance observó de manera similar que “las narrativas de desconversión de los [ex] Santos de los Últimos Días no solo son ‘altamente formulaicas’, sino que también se asemejan a las historias de conversión de los miembros fieles”. Se vuelve cada vez más importante identificar cuál podría ser este patrón narrativo para ver cómo se manifiesta tanto en narrativas de conversión como de desconversión.
Antes de presentar el esquema, vale la pena admitir desde el principio que este modelo es altamente reductivo y se presenta solo para ilustrar posibles patrones narrativos que se asemejan a los relatos de adultos jóvenes. A pesar de sus limitaciones, puede verse cómo este modelo capta elementos esenciales del recorrido de José, elementos que también pueden ser reinterpretados para enmarcar las razones de una persona para abandonar la religión.
Considera el siguiente esquema de la experiencia de la Primera Visión de José:
- José Smith se siente desconectado de su congregación y cuestiona su condición espiritual.
- Busca respuestas entre las enseñanzas de varias comunidades religiosas que frecuenta y nota contención y contradicciones doctrinales.
- José experimenta un estado de confusión y agitación interior.
- Encuentra evidencias y dirección para resolver su sentido de oscuridad espiritual.
- Actúa conforme a esta nueva dirección y tiene una experiencia de despertar profundamente impactante (la Primera Visión).
- Comparte su experiencia con el líder y los miembros de su congregación anterior y es rechazado y más tarde ridiculizado.
- Se desvincula de su congregación anterior y espera mayor instrucción.
La experiencia de José lo acercó finalmente a Dios el Padre y a Jesucristo, y dio inicio a la Restauración de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Su experiencia es fundamental tanto a nivel institucional como personal para los miembros de la Iglesia. Como ya se ha mencionado, se anima a los Santos de los Últimos Días a seguir el patrón de la experiencia de José Smith para buscar revelación personal y saber si el evangelio es verdadero. Y, sin embargo, también se pueden observar rastros de la historia de José entretejidos en los relatos de desconversión religiosa compartidos por algunos adultos jóvenes.
Como parte de las entrevistas en profundidad realizadas en el estudio Family Foundation of Youth Development de BYU (en adelante referido como “Foundations”) en 2024, se les preguntó a los participantes jóvenes adultos sobre sus experiencias religiosas y por qué han decidido permanecer en la Iglesia o alejarse de ella. De forma abrumadora, aquellos jóvenes adultos que han dejado de identificarse como Santos de los Últimos Días (en adelante “YA Dones”) mencionaron que sentirse marginados por su familia o por la comunidad de la Iglesia fue la razón principal por la cual dejaron la Iglesia. Al igual que José, muchos reportan sentir una desconexión social con sus congregaciones, no sintiendo el mismo entusiasmo que mostraban otros. Además, estos ex miembros de la Iglesia compartieron acciones que tomaron y experiencias que vivieron que reflejan, en varios grados, el recorrido de José (véase la tabla 1). Los comentarios incluidos en la tabla 1 son ejemplos de elementos narrativos frecuentes compartidos por los YA Dones que participaron en las entrevistas de Foundations. Aunque sus nombres y datos identificativos han sido modificados, el contenido de sus experiencias resalta temas comunes presentes en las narrativas compartidas.
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Elementos comunes en las narrativas de desconversión |
Ejemplos de entrevistas con participantes de Foundations |
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Los YA Dones se sienten desconectados de su comunidad de fe. |
“Me sentí excluida muchas veces de los grupos populares de mormones.” |
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(Abby, dieciocho años, Arizona) |
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Los YA Dones buscan respuestas dentro de las enseñanzas de la comunidad religiosa y notan contención y contradicciones doctrinales. |
“A medida que asistía más al seminario, los maestros decían cosas contradictorias, lo cual no me gustaba, y eran contradicciones muy marcadas. Estas cosas me molestaban. Así que decidí que probablemente debía analizarlo por mi cuenta.” |
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(Emily, dieciocho años, Utah) |
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Los YA Dones experimentan agitación interna y buscan personalmente respuestas a sus inquietudes. |
“Pasé mucho tiempo tratando de confirmar que la Iglesia era verdadera, y realmente nunca obtuve nada. Después de uno o dos años tratando de entenderlo, creo que decidí que si eso no funcionaba para confirmarlo, entonces la Iglesia no es para mí.” |
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(Nolan, dieciocho años, Utah) |
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Los YA Dones describen evidencia de su estado de agitación. |
“Empecé a investigar por mi cuenta sobre la Iglesia. Encontré muchas cosas que la Iglesia no le dice a la gente o sobre las que podría estar mintiendo. Entonces, por la combinación de todo eso, me pregunté por qué seguiría dedicando tiempo a la Iglesia si no me está beneficiando.” |
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(Abby, dieciocho años, Arizona) |
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Los YA Dones ocasionalmente citan experiencias espirituales o impresiones que los guiaron a desvincularse. |
“Escuché una voz apacible y suave que me decía que revisara la información que mi hermana me había estado compartiendo. Y esa experiencia de seguir esa voz fue lo que finalmente me llevó a dejar la Iglesia por completo.” |
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(Parker, dieciocho años, Utah) |
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Los YA Dones con frecuencia describen haber sido rechazados por sus familias o comunidades al compartir sus nuevas perspectivas religiosas. |
“He hablado con mis padres algunas veces—pequeñas conversaciones aquí y allá—y ellos simplemente desestiman mis argumentos.” |
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(Abby, dieciocho años, Arizona) |
Tabla 1. Ejemplos de elementos narrativos de desconversión a partir de datos de entrevistas de Foundations
Estos comentarios y su relación con la narrativa de conversión de José merecen mayor atención. Lo más significativo es que ninguno de los individuos entrevistados citó la Primera Visión de José como el ejemplo que siguieron para dejar la Iglesia. Sus razones para abandonar la actividad en la Iglesia estaban más arraigadas en sus relaciones (o la falta de ellas) mientras vivían como miembros. La intención de esta tabla no es sugerir que enseñar la experiencia de la Primera Visión de José esté teniendo un efecto negativo en los jóvenes; más bien, es sugerir que los individuos pueden recurrir, aunque sea inconscientemente, a arcos narrativos y elementos de historias que les resultan familiares, incluso si esos elementos provienen de fuentes vinculadas a un pasado religioso que han abandonado.
Una posible explicación para esto podría ser que los ex miembros de la Iglesia manifiestan una forma de religiosidad residual. No debería sorprendernos ver estos patrones de apego a ciertas prácticas religiosas del pasado. Como argumentan los sociólogos Rodney Stark y Roger Finke, los individuos tienden a conservar tanto capital social y religioso como les sea posible. De manera similar, mientras más capital religioso adquieren en otros contextos, menos probable es que regresen a su fe anterior. Por lo tanto, aquellos YA Dones que pueden explicar con claridad y brevedad sus razones para dejar la Iglesia son menos propensos a sentir que alguna vez regresarán.
En resumen, aunque los miembros actuales de la Iglesia siguen el ejemplo de José Smith al describir su conversión, los exmiembros también describen su desconversión utilizando una fórmula narrativa similar. Construyen y se convencen a sí mismos de lo que parece ser un antitestimonio. Tener una comprensión incorrecta, o al menos incompleta, de la historia de José aparentemente ha proporcionado la fórmula para que nuestros jóvenes encuentren la Iglesia o huyan de ella. Las siguientes secciones sugerirán maneras en las que los jóvenes pueden construir identidades religiosas positivas que fortalezcan su fe en Dios y en Jesucristo.
Enseñar la Primera Visión para construir una identidad religiosa personal
Cuando se contempla a la luz de la formación de la identidad religiosa personal, uno comienza a ver cuán crucial es en realidad la experiencia de la Arboleda Sagrada de José, particularmente para los jóvenes y adultos jóvenes Santos de los Últimos Días. La formación de una identidad religiosa es un proceso tanto relacional como de desarrollo. Al igual que José Smith, todos estamos atrapados en el fuego cruzado de una continua “contienda de opiniones y guerra de palabras” (José Smith—Historia 1:10). Como ha señalado el élder Quentin L. Cook: “Estamos siendo bombardeados con lenguaje colérico y contencioso, y con acciones provocativas y devastadoras que destruyen la paz y la tranquilidad.” Al enseñar fielmente la experiencia del profeta José, podemos ayudar a dotar a nuestros jóvenes con herramientas para buscar a Dios y establecer un fundamento de resiliencia espiritual que les ayude a formar su propia vida religiosa.
Hay muchos jóvenes que, como José, “deseaban sentir y gritar como los demás, pero no podían sentir nada.” Al igual que los YA Dones cuyos comentarios se mencionaron anteriormente, otros jóvenes lamentablemente sienten que han “reprobado” en la Iglesia porque sus vidas personales no coinciden con las descripciones idealizadas de otros, o se han sentido rechazados por su comunidad religiosa mientras buscaban respuestas a sus preguntas. ¿Qué pueden entonces decir los maestros y los padres a aquellos que han tenido experiencias negativas significativas en la Iglesia, o a los que se enfrentan a citas o hechos impactantes de la historia de la Iglesia? ¿Qué les decimos a los que sienten que no han recibido un testimonio espiritual de la veracidad del evangelio?
Ante todo esto, se vuelve cada vez más importante ayudar a nuestros jóvenes a tener una comprensión clara y fiel del crecimiento y desarrollo de José como profeta, para que puedan usar su ejemplo como un modelo de crecimiento religioso positivo. Es esencial reconocer que el proceso revelador y de conversión de José no se limitó a su Primera Visión, sino que se extendió a lo largo de toda su vida y ministerio como profeta del Señor. Aquellos que reducen el recorrido espiritual de José a sus primeras experiencias en Palmyra corren el riesgo de subestimar el precio que debe pagarse por la verdad eterna. En efecto, tanto los que eligen quedarse en la Iglesia como los que deciden marcharse han usado el marco narrativo de la Primera Visión de José para describir sus propias experiencias religiosas, pero quienes sigan el ejemplo de vida de José hallarán herramientas y aliento para permanecer.
Fomentar la identidad religiosa a través de la Restauración continua
Al enfocarse tanto en la Primera Visión de José como en las experiencias posteriores de la Restauración, los maestros y líderes pueden fortalecer la fe de sus jóvenes para que permanezcan resilientes en lo religioso. El élder Robert D. Hales enseñó: “Obtener un testimonio y convertirse comienza con el estudio y la oración, luego vivir el evangelio con paciencia y perseverancia, e invitar y esperar en el Espíritu. La vida de José Smith y el modelo de la Restauración son excelentes ejemplos de este proceso.” La experiencia de la Arboleda Sagrada de José Smith es una verdad fundamental de la Restauración, pero no es la verdad final. Las enseñanzas de la Restauración subrayan repetidamente esta doctrina. José escribió: “Creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que actualmente revela, y creemos que aún revelará muchos grandes e importantes asuntos pertenecientes al Reino de Dios” (Artículos de Fe 1:9). El Señor inspiró a José a “echar los cimientos de ella” (Doctrina y Convenios 21:2; 1:28–39). En una publicación en redes sociales en 2023, el élder David A. Bednar comentó: “José Smith no lo recibió todo. Recibió lo necesario para echar los cimientos de la Iglesia… Esa es la naturaleza continua de la Restauración.”
La Primera Visión de José es una experiencia fundamental que debe guiar nuestra búsqueda de revelación personal, pero la forma en que José procedió después de esa experiencia proporciona las herramientas esenciales que nos ayudan a permanecer firmes en la fe. Su ejemplo ofrece lo que la teórica social Ann Swidler llama “estrategias de acción” o un “juego de herramientas” cultural—herramientas que podemos utilizar para forjar nuestros propios testimonios. Las acciones de José para arraigarse en relaciones positivas con Dios y con seres queridos de confianza tras la visión le permitieron desarrollar una identidad religiosa sólida y positiva a pesar de sentirse marginado socialmente. José se apoyó en sus recuerdos sagrados, en héroes de las Escrituras, en relaciones familiares y en su búsqueda constante de revelación divina para mantenerse espiritualmente conectado con Dios y Jesucristo, y desarrollar su propia identidad religiosa personal. La influencia de estas acciones específicas le dio a José la fortaleza espiritual y social para superar las presiones y persecuciones del mundo exterior. La siguiente sección analiza con más detalle las acciones específicas de José.
Recuerdos sagrados
En el período inmediatamente posterior a su visión, especialmente cuando se pusieron a prueba sus convicciones, José Smith se apoyó en sus propios recuerdos sagrados. “Pronto me di cuenta,” escribe José, “de que el contar mi historia había provocado mucho prejuicio en mi contra entre los profesores de religión, y fue causa de gran persecución… y a menudo fue causa de gran pesar para mí” (José Smith—Historia 1:22, 23). Ante la crítica social, José respondió diciendo: “Sin embargo, fue un hecho que yo había tenido una visión… En verdad vi una luz, y en medio de esa luz vi dos Personajes, y en realidad me hablaron; y aunque se me odiaba y perseguía por decir que había tenido una visión, sin embargo, era verdad” (José Smith—Historia 1:24–25). Para José, recordar sus experiencias sagradas con Dios y con Cristo le proporcionó el poder para resistir el rechazo social y desarrollar su propia identidad religiosa personal.
Brigham Young enseñó: “Cuando las personas son bendecidas con visiones, revelaciones y grandes manifestaciones, estén atentos, porque entonces el diablo está cerca, y serán tentados en proporción a la visión, revelación o manifestación que hayan recibido.” Nuestros jóvenes deben estar especialmente conscientes de los esfuerzos de Satanás por distraerlos y disuadirlos del discipulado. Al igual que José, nuestros jóvenes deben recordar continuamente aquellas experiencias sagradas y formativas que los conectaron por primera vez con Cristo. Los jóvenes que desarrollen la capacidad de recordar positivamente experiencias sagradas de su historia personal o familiar estarán empoderados para escribir su propia identidad espiritual. Como ha dicho el élder Neil L. Andersen: “En nuestros momentos de dificultad, el Salvador [traerá] estas experiencias de vuelta a nuestra mente.” El Señor recordará a los jóvenes sus recuerdos sagrados—aquellos momentos en los que fueron “iluminados por el Espíritu de verdad” (Doctrina y Convenios 6:15).
Encontrar héroes en las Escrituras
José encontró fortaleza adicional al comparar su experiencia con las que aparecen en las Escrituras—particularmente la conversión de Pablo. “Me sentí mucho como Pablo, cuando se defendía ante el rey Agripa”, recuerda José, “y relataba la visión que había tenido cuando vio una luz y oyó una voz” (José Smith—Historia 1:24). Pablo ofreció a José un ejemplo que ayudó al joven profeta a comprender y responder a los desafíos que enfrentaba. Andrew C. Skinner señala que “ni José Smith ni Pablo intentaron debatir con sus críticos sobre la posibilidad filosófica de la resurrección o de las visiones… Más bien, ambos ofrecieron humildemente la evidencia más poderosa posible: ¡ellos mismos vieron al Señor resucitado!” El ejemplo de Pablo dio a José confianza para resistir la tentación de entrar en disputas o debates. Como anota el propio José: “Aunque persiguiesen [a Pablo] hasta la muerte, él sabía, y sabría hasta su último aliento, que había visto una luz y oído una voz que le hablaba, y todo el mundo no podría hacerle pensar o creer lo contrario” (José Smith—Historia 1:24). A través de su estudio personal, José encontró compañerismo con Pablo en la persecución, e incluso, tal vez, en el martirio. Ese compañerismo fortaleció su propia identidad religiosa personal.
De manera similar, los maestros de seminario e instituto pueden ayudar a los jóvenes a encontrar sus propios ejemplos de héroes sagrados que puedan emular en las Escrituras y en la historia de la Iglesia. Consideremos el mensaje del presidente Jeffrey R. Holland. Él dijo: “Si están haciendo todo lo posible y viviendo correctamente, y las cosas aún parecen pesadas y difíciles, anímense. Otros han caminado por ese camino antes que ustedes.” Y continúa:
¿Se sienten impopulares, diferentes, o excluidos del centro de las cosas? Lean nuevamente la historia de Noé. Salgan y den unos cuantos golpes en el costado de su arca y vean cómo era la popularidad en el año 2500 a.C.
¿El desierto se extiende ante ustedes en una secuencia interminable de semestres? Lean otra vez sobre Moisés. Calculen la carga de enfrentarse a los faraones y luego pasar cuarenta años en el Sinaí. Algunas tareas toman tiempo. Acéptenlo. Pero, como dicen las Escrituras, “y aconteció”. Terminan.
Debemos ayudar a nuestros jóvenes a comprender que no están solos en su lucha por encontrar respuestas, aceptación o un camino claro hacia una identidad religiosa positiva. Tienen todo el derecho de reclamar parentesco con los discípulos de dispensaciones pasadas. Tal es el derecho de nacimiento de todo miembro de la casa de Israel. Nefi tuvo a su Moisés; Moisés tuvo a su Enoc; José tuvo a su Pablo, ¡y nosotros tenemos a José! Nosotros, como nuestros fieles antepasados, podemos seguir esforzándonos por alcanzar la salvación, “por los méritos, y la misericordia, y la gracia del Santo Mesías” (2 Nefi 2:8).
Relaciones familiares cercanas
No se debe pasar por alto la importancia de la familia en la experiencia de José antes y después de la Primera Visión. Más que cualquier otra influencia que moldeó su recorrido durante la adolescencia y la adultez joven—especialmente al enfrentar las implicaciones de su experiencia en la Arboleda Sagrada—el hogar de José le proporcionó un lugar de estabilidad para reflexionar y crecer. No tenemos mucha información sobre la reacción inmediata de la familia ante la visión; de hecho, no sabemos con certeza cuánto de la visión compartió con ellos en ese momento, más allá de confesarle a su madre que había “averiguado por [sí mismo] que el presbiterianismo no es verdadero” (José Smith—Historia 1:20). Pero dado el rechazo social que José sufriría en los días siguientes, está claro que su experiencia sí se divulgó. Lo que me impresiona es cómo respondió la familia—o más importante aún, cómo no respondió—ante el alboroto de la comunidad sobre José. No lo rechazaron, ni él a ellos. Sabemos que José y su familia continuaron viviendo y trabajando juntos (José Smith—Historia 1:27). Lucy Mack Smith recuerda: “José continuó, como de costumbre, trabajando con su padre, y durante ese intervalo no ocurrió nada de gran importancia—aunque sufrió toda clase de oposición y persecución de parte de las diferentes órdenes de religiosos.” Este alto nivel de confianza y respeto mutuo permitió a José sentirse cómodo para desarrollar su propia identidad espiritual sin necesidad de rebelarse contra su familia. Según los estándares de la ciencia social moderna, José y su familia desarrollaron una cultura de fortaleza y solidaridad religiosa.
Las relaciones familiares de José reflejan los factores que fomentan la fe multigeneracional. Como él mismo señaló: “Las palabras y el lenguaje [son] inadecuados para expresar la gratitud que debo a Dios por haberme dado una parentela tan honorable.” La confianza de José en sus padres refleja lo que dice la teoría social contemporánea sobre los jóvenes y la religión. Los psicólogos sociales Sam Hardy y Gregory Longo indican que los jóvenes adoptan con mayor éxito las prácticas religiosas de sus padres cuando sienten un alto grado de autonomía, competencia y conexión. Es probable que José sintiera que podía expresar sus opiniones y que estas serían respetadas en sus decisiones religiosas. Los maestros de seminario e instituto pueden ayudar a nuestros jóvenes alentándolos a compartir con sus padres y familiares lo que han aprendido en clase, fomentando así una mayor interacción entre padres e hijos. Esta interacción frecuente entre jóvenes y adultos comenzará a derribar las barreras innecesarias entre las prácticas religiosas de ambos. Los sociólogos Christian Smith y Melinda Lindquist Denton destacan la necesidad de que jóvenes y adultos se vean como más estrechamente conectados, afirmando: “Nuestro análisis y experiencia en la investigación sugieren que los adultos deberían dejar de pensar en los adolescentes como si fueran alienígenas o incluso como otros.” Nuestros esfuerzos como padres, líderes y maestros por involucrar a los jóvenes como iguales y adultos en proceso de maduración brindarán una mayor permanencia de la que imaginamos. Este tipo de obra puede llevarse a cabo en el hogar y fomentarse en el aula.
Otra lección importante que podemos aprender de las relaciones familiares de José es el efecto que pueden tener los padres al compartir sus propias experiencias espirituales personales. En el caso de José, ambos padres “tenían hambre de la verdad”. Lucy Mack Smith había compartido su experiencia de haber sido librada de una enfermedad antes del nacimiento de José. José padre, siguiendo el consejo de su padre Asael Smith, eligió mantenerse alejado de la religión organizada. José padre compartió su propio sueño, en el que visualizaba que “los predicadores contendientes eran como ganado, bramando mientras escarbaban la tierra…”, lo cual aumentó su preocupación de que sabían muy poco sobre el reino de Dios. Al compartir sus testimonios y experiencias con José, él tuvo la confianza para expresar las suyas propias. Los padres, maestros y líderes que hablan sobre sus propias experiencias espirituales personales con los jóvenes les ayudan a ver que uno puede obtener un testimonio de múltiples maneras. Compartir nuestras experiencias religiosas con nuestros hijos y jóvenes les dará el valor para buscar las suyas propias. Verán que todos son únicos, imperfectos y, en última instancia, capaces de recibir un testimonio espiritual personal de parte de Dios. En ese sentido, no es un detalle menor que Dios restauró el evangelio en el corazón de un hogar, a través de un joven cuya familia lo amaba y apoyaba.
Buscar activamente revelación de Dios
Por encima de todo, las experiencias reveladoras de José enseñan la necesidad de buscar a Dios continuamente. Los alumnos no pueden conformarse con experiencias esporádicas y momentos ocasionales de dirección espiritual. Los maestros deben ayudar a los alumnos a buscar diariamente la guía del Espíritu y, como enseñó José Smith, “crecer en el principio de la revelación.” Richard E. Bennett observó con agudeza que el ministerio inicial de José encapsula los primeros principios y ordenanzas del evangelio. Si la Primera Visión de José fue el resultado de buscar al Señor con fe, su “segunda visión” del ángel Moroni llegó porque José procuró arrepentirse (véase José Smith—Historia 1:29–30). Su “tercera visión” (o más precisamente, visitación) de Juan el Bautista ocurrió cuando José y Oliver buscaron guía divina respecto a la forma apropiada del bautismo (véase José Smith—Historia 1:68–69). Pedro, Santiago y Juan fueron enviados para restaurar las llaves del sacerdocio de Melquisedec, con autoridad para conferir el don del Espíritu Santo. El Dr. Bennett escribe que “la restauración del evangelio de Jesucristo fue un proceso deliberado de revelación continua y desarrollo personal constante… Era esencial que el mensaje del evangelio fuera vivido por el mensajero del evangelio.”
En este sentido, la vida de José Smith y su constante búsqueda de revelación subrayan la importancia de mantener una conexión continua con el cielo. Vivir el evangelio lleva a recibir más luz y conocimiento (Doctrina y Convenios 50:23–24). ¿Qué conexión harán nuestros jóvenes si logramos ayudarles a conectarse con el cielo? ¿Qué más está Dios dispuesto a darles si piden—y siguen pidiendo? José Smith enseñó: “Es el privilegio de los hijos de Dios el venir a Él y recibir revelación… Dios no hace acepción de personas; todos tenemos el mismo privilegio.”
Ejemplo moderno de búsqueda de revelación continua: Sione
Consideremos el siguiente ejemplo de un joven Santo de los Últimos Días, Sione. Él es un joven de dieciocho años de California, de ascendencia polinesia, y participante en el estudio Family Foundations of Youth Development. En etapas anteriores de la investigación, Sione se identificó como un Done (exmiembro); sin embargo, en su entrevista más reciente, Sione se vuelve a identificar como Santo de los Últimos Días. Explica esta transición en su entrevista. Sione creció en un hogar Santos de los Últimos Días muy activo, con padres que participaban intensamente en las actividades de la Iglesia y que lo incluían a él en esa participación. “Básicamente me llevaban a la Iglesia todos los días”, comparte. Sione mantuvo una conexión fuerte con su Iglesia y su comunidad polinesia hasta que descubrió que era bisexual. Al sentirse incapaz de compartir su sexualidad con su familia y amigos de la Iglesia, Sione comenzó a distanciarse de ellos. Sin embargo, después de mudarse a Utah para estudiar, conoció a miembros activos de la Iglesia que rápidamente se convirtieron en sus amigos. “Hay personas en casa que dirán cosas hirientes”, dice Sione, “pero la gente en Utah, ellos son abiertos.” Sione comparte cómo sus amigos no evitan su identidad sexual; más bien lo abrazan como individuo y como amigo. “A veces hacen algunas bromas, y todo es con buena intención, y no me duele en absoluto.” Para Sione, su relación continua con miembros fieles y receptivos de la Iglesia lo ha ayudado a reavivar la fe de su infancia, así como a abrazar tanto sus creencias como su sexualidad.
Además, Sione comparte cómo su relación constante con el Padre Celestial lo ha ayudado a afrontar los desafíos relacionados con su sexualidad y su creencia en el evangelio restaurado. En su entrevista, describe sus esfuerzos por mantenerse fiel a los mandamientos relacionados con la castidad, al mismo tiempo que reconoce su identidad como Santo de los Últimos Días bisexual. Menciona específicamente cómo su bendición patriarcal le ha brindado un apoyo especial para mantenerse arraigado en su relación con Dios. Cuando se le pregunta cómo reconcilia su sexualidad con su deseo de obedecer la ley de castidad, Sione dice:
Si siento que quiero salir con chicos, leo mi bendición patriarcal… Y cuando la volví a leer recientemente, me dio una perspectiva más grande, más amplia y duradera. Una de las promesas en mi bendición patriarcal dice que mientras me rodee de buenas personas, podré encontrar una buena esposa.
Cuando leí eso por primera vez, pensé, ¿en serio? Pero ahora es justo… lo que necesito oír. Y a veces lo que quiero y lo que necesito son cosas diferentes. La mejor forma de recordar esa promesa es simplemente volver a leer esa bendición patriarcal y pensar en el plan de Dios.
Los esfuerzos de Sione representan de manera ejemplar las historias compartidas por otros jóvenes adultos Santos de los Últimos Días que están eligiendo activamente permanecer fieles, independientemente de sus circunstancias personales. Como dice Sione: “Aunque puedas sentir ciertas cosas, a veces lo mejor es recordar que Dios tiene un plan para ti. Y aunque no siempre sea exactamente el camino que tú quieres, a veces es el que tienes que recorrer.” Al igual que Sione, muchos otros jóvenes adultos Santos de los Últimos Días se esfuerzan por fomentar su relación personal con su Padre Celestial a través del estudio personal de las Escrituras, la revisión de sus bendiciones patriarcales, la adoración en el templo, el servicio en la comunidad y la predicación del evangelio a sus amigos. Estos esfuerzos solo profundizan el sentido de identidad que puede hallarse en una vida de discipulado. Como enseñó el presidente Spencer W. Kimball al hablar sobre encontrarse a uno mismo mediante la guía divina y el servicio a los demás: “En verdad, ¡es más fácil ‘encontrarnos’ porque hay mucho más de nosotros por descubrir!”
En realidad, el impacto de buscar revelación continuamente no puede subestimarse, especialmente mientras los jóvenes desarrollan su identidad personal. Como observó el científico social Peter Berger: “La realidad subjetiva del mundo pende de un delgado hilo de conversación.” Los jóvenes deben mantener una conversación constante con Dios, con Su palabra y con las influencias rectas que los rodean si desean permanecer arraigados en la verdad. Como ha enseñado el presidente Nelson, deben aprender que “ningún identificador debe desplazar, reemplazar ni tener prioridad sobre estas tres designaciones eternas: ‘hijo de Dios’, ‘hijo del convenio’ y ‘discípulo de Jesucristo’.” A medida que los jóvenes se esfuercen por construir una relación personal con su Salvador, descubrirán su verdadera identidad y obtendrán poder para desplazar la influencia del adversario. A menos que los jóvenes mantengan ese hilo de conversación con su Padre Celestial, buscarán su aceptación en otros. Los jóvenes (como todos los demás) deben esforzarse constantemente por comunicarse con Dios mediante la oración, la meditación, el estudio de las Escrituras y el discipulado fiel. Como enseñó José más adelante en su vida: “Si los hombres no comprenden el carácter de Dios, no se comprenden a sí mismos.” A medida que nuestros jóvenes continúen construyendo una relación continua con su Padre Celestial, aprenderán quién es Él y aprenderán más sobre su identidad religiosa (Mosíah 5:13).
Conclusión
En resumen, los jóvenes y adultos jóvenes de la Iglesia están escribiendo sus propias historias de fe, conversión e identidad religiosa. Están basándose en las narrativas y enseñanzas que se les han transmitido. Sin embargo, estos jóvenes también están creciendo en un mundo donde, para algunos, la verdad parece ser cada vez más difícil de encontrar. Como han lamentado Christian Smith y Patricia Snell: “[El] mundo ha experimentado una importante ruptura epistémica y axiológica… Y [los adultos jóvenes], en nuestra opinión, no han sido provistos con las herramientas intelectuales y morales necesarias para saber qué hacer ante ese hecho.” Pero ese no tiene por qué ser el caso de los jóvenes Santos de los Últimos Días. De hecho, los científicos sociales han señalado que entre los jóvenes religiosos estadounidenses, los Santos de los Últimos Días están entre los más articulados al compartir sus creencias, lo que sugiere que las enseñanzas que están recibiendo en el hogar y en la Iglesia están teniendo un efecto positivo y estabilizador. Estos jóvenes reflejan la afirmación de José Smith, quien dijo: “He aprendido por mí mismo” (José Smith—Historia 1:20).
Hablando personalmente, he descubierto que algunos de mis momentos más selectos como maestro provienen de escuchar las historias personales y testimonios de mis alumnos. Durante mis años como maestro, he pedido regularmente a mis estudiantes que compartan una historia personal sobre sí mismos durante las primeras semanas de clase. Les pido que compartan conmigo cualquier detalle o historia de su vida que se sientan cómodos compartiendo, con el fin de conocerlos mejor. Les pregunto específicamente por qué están en la clase y cómo puedo ayudarlos a aprovechar al máximo nuestro tiempo juntos. Luego, a lo largo del curso, hago preguntas en las discusiones que les dan la oportunidad de compartir esas historias, si así lo desean. Los resultados son impresionantes. Observar cómo los miembros de la clase desarrollan una cultura de amor y pertenencia—comenzando primero conmigo como su maestro, luego entre sus compañeros, y finalmente con su Salvador—es verdaderamente gratificante. Estas aplicaciones prácticas del desarrollo de la identidad a través de la narración personal continúan bendiciendo mi vida y la de mis alumnos.
Esta exposición ha intentado ilustrar la importancia crucial de enseñar correctamente la Primera Visión, enfatizando el recurso constante de José a Dios y a Su evangelio. Como lo han demostrado los estudios, la experiencia visionaria de José es un modelo narrativo utilizado tanto por miembros como por exmiembros. Sin embargo, si los jóvenes llegan a ver la experiencia de José dentro del contexto más amplio de la Restauración continua, entenderán que las experiencias espirituales iniciales son solo el comienzo. Verán que deben seguir encontrando ejemplos dignos en las Escrituras y confiar en las relaciones que los rodean, especialmente aquellas en el hogar. Por encima de todo, aprenderán que deben buscar constantemente al Señor en busca de guía y recibir “línea sobre línea, precepto sobre precepto” (Doctrina y Convenios 98:12). Al seguir el ejemplo de José, los jóvenes descubrirán la verdad de la promesa del Señor que dice: “Si preguntas, recibirás revelación tras revelación, conocimiento tras conocimiento.” Nuestros jóvenes llegarán a conocer por sí mismos “los misterios y cosas pacíficas” del reino de Dios (Doctrina y Convenios 42:61). Que podamos nosotros, como sus compañeros discípulos, compartir la “nube de testigos” que hemos encontrado en la vida de José Smith y en las vidas de los Santos de todas las dispensaciones, ayudando a nuestros jóvenes a escribir sus propias narrativas—“puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2).

























