Confiar en Jesús
Jeffrey R. Holland
Una madre, luchando por sobrellevar la situación cuando a un miembro de la familia se le diagnostica una enfermedad devastadora, encuentra esperanza y fortaleza cuando su pequeña hija la abraza y le susurra al oído: “Confía en Jesús”. Esas simples palabras constituyen el fundamento del más reciente libro del élder Jeffrey R. Holland, Confiando en Jesús. “Todos enfrentan aflicciones en la mortalidad”, escribe el autor. “Todos conocen alguna pena. Todos experimentan desilusiones, incluso desesperación, y buscan maneras de sobrellevarlo y seguir adelante. La respuesta para todo tiempo y toda estación es ‘confiar en Jesús’”.
Esta colección de algunos de los discursos más memorables y poderosos del élder Holland nos inspirará a mantener nuestra fe y enfoque en la única fuente de fortaleza que nunca nos fallará: Jesucristo, el Hijo de Dios.
Incluidos en esta colección se encuentran mensajes clásicos como: “El otro hijo pródigo”, “Él ha llenado de bienes a los hambrientos”, “Venid a mí”, “Un Sumo Sacerdote de los bienes venideros”, “Un puñado de harina y un poco de aceite”, “Como palomas a nuestras ventanas”, entre muchos otros.
Los mensajes reunidos aquí nos ayudarán a recordar Sus promesas en todos nuestros días de prueba y desafío. Cuando nuestras almas estén espiritualmente agotadas, podemos confiar en que el Señor nos proveerá con el pan de vida y con aguas vivas. Cuando luchemos por cumplir con nuestros llamamientos, podemos confiar en que Él sostendrá y apoyará nuestros esfuerzos. Cuando nuestras vidas estén agitadas y abrumadas, podemos confiar en que el Señor nos bendecirá con paz. (2003)
Confiaré y no temeré;
porque mi fortaleza y mi cántico es jehová el señor,
quien ha sido mi salvación.
Isaías 12:2
Contenido
Introducción
El título de este libro y de su primer capítulo me lo dio una vecina, una niña de cuatro años. El título del último capítulo se lo dio al mundo entero el apóstol Pablo, un misionero. Una niña y un misionero—dos figuras representativas dentro de la gran familia humana—que saben que debemos “confiar en Jesús”. Cada uno de los otros capítulos aporta testimonios de diversas fuentes que animan a tener fe en el Salvador del mundo, amor por Su divino Padre y gratitud por la obra del Espíritu Santo al comunicarnos Su fortaleza, consuelo y consejo.
Jesús dijo una vez a Sus primeros seguidores: “¿Qué buscáis?” Cualquiera que haya sido su respuesta—y la nuestra—a esa pregunta, Su respuesta siempre será la misma: “Venid”, nos dice a cada uno, “Venid… seguidme” (véase Juan 1:38–43). Esa gentil invitación a confiar en el llamado del Salvador y seguir Su camino ordenado es Su constante declaración, sea cual sea nuestra búsqueda o preocupación personal. Una verdad fundamental decretada desde antes de la fundación del mundo es que Su camino es el camino de la paz en esta vida y de la vida eterna en la venidera. Es el Camino, la Verdad y la Vida.
Todos enfrentan aflicciones en la mortalidad. Todos conocen alguna pena. Todos experimentan desilusiones, incluso desesperación, y buscan maneras de sobrellevarlas y seguir adelante. La respuesta para todo tiempo y toda estación es “confiar en Jesús”. Por medio de la fe en Cristo seremos, como Alma, “sostenidos en pruebas y tribulaciones de toda clase” (Alma 36:27). Testifico que yo lo he sido, y he visto cumplida la promesa de que el Salvador es verdaderamente el “Sumo Sacerdote de los bienes venideros” (Hebreos 9:11). Mi oración por cada lector es que siempre sientan esa misma seguridad y protección. Al preparar este libro, mi deseo ha sido que ustedes confíen en que Jesús “no desfallece ni se fatiga… Da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas… los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40:28–29, 31).
Como siempre, soy yo el único responsable de las ideas y enseñanzas contenidas en esta colección. No es una publicación oficial del Consejo de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles, ni una declaración de las doctrinas oficiales de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Deseo agradecer a mi capaz y solidaria secretaria, Randi Greene, y a mis amigos de Deseret Book, especialmente a Sheri Dew, Cory Maxwell, Jay Parry y Tom Hewitson, por su constante (y en este caso, a larga distancia) contribución a este esfuerzo. Un agradecimiento especial, como siempre, va para mi amada esposa, Pat, quien no solo alentó la publicación de este libro, sino que en cada caso ha tenido que soportar la angustia y el esfuerzo que su esposo atraviesa al preparar un mensaje para ser pronunciado o un artículo para ser publicado. Estoy eternamente agradecido a ella y a los hijos, yernos, nueras y nietos perfectos que Dios nos ha dado.
Al dejar el libro en sus manos, consideren estas palabras de la fuente del Antiguo Testamento a la que Cristo se refirió con mayor frecuencia:
“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo librará Jehová… Jehová redime el alma de sus siervos, y no serán condenados cuantos en él confían” (Salmo 34:18–19, 22).
JRH
Santiago, 2003

























