Conferencia General Abril 1992

SESIÓN DEL SABADO POR LA MAÑANA
«Recuerdos del ayer y consejos para hoy» Thomas S. Monson
Sanidad espiritual James E. Faust
La ley real Marión D. Hanks
«El amor puro de Cristo» Yoshihiko Kikuchi
Apacentemos el rebaño de Cristo Alexander B. Morrison
Venid a la Casa del Señor David B. Haight
La lengua puede ser una espada aguda Marvin J. Ashton
SESIÓN DEL SÁBADO POR LA TARDE
«Mas los obreros [son] pocos» L. Tom Perry
Paciencia en las aflicciones Ángel Abrea
Desenredemos nuestra vida William R. Bradford
Escuchad el llamado Adney Y. Komatsu
Cómo sanar las trágicas heridas del abuso Richard G. Scott
La Sociedad de Socorro y la Iglesia Dallin H. Oaks
SESIÓN DEL SACERDOCIO
«Mi siervo José» Neal A. Maxwell
¡Sed hombres! Carlos E. Asay
Un prisionero de amor Vaughn J. Featherstone
«Un discípulo de Jesucristo» L. Aldin Porter
Aprendamos, hagamos, seamos Thomas S. Monson
«Creed a sus profetas» Gordon B. Hinckley
SESIÓN DEL DOMINGO POR LA MAÑANA
Una actitud agradecida Thomas S. Monson
Un camino más excelente Howard W. Hunter
Gratitud por la bondad de Dios Robert D. Hales
Nuestro ambiente moral Boyd K. Packer
«Linaje escogido» Gordon B. Hinckley
SESIÓN DEL DOMINGO POR LA TARDE
Las puertas de la muerte Russell M. Nelson
Las bendiciones que vienen del sacrificio M. Russell Ballard
Una potente fuerza en pro de la rectitud Ardeth G. Kapp
No estamos solos Janette C. Hales
«Tome su cruz» Han In Sang
La fe y las buenas obras Stephen D. Nadauld
¿Qué hacéis por Cristo? Sam K. Shimabukuro
Busquemos lo bueno Joseph B. Wirthlin
Nuestra gran misión Gordon B. Hinckley
CONFERENCIA DEL SESQUICENTENARIO DE LA SOCIEDAD DE SOCORRO
«La caridad nunca deja de ser» Elaine L. Jack
Saliva, lodo y kigatsuku Chieko N. Okazaki
Miremos a lo alto y sigamos adelante Elaine L. Jack
El espíritu de la Sociedad de Socorro Thomas S. Monson