Capítulo 9
Evolución
ORIGEN DE LA VIDA
TEORÍA DE LA GENERACIÓN ESPONTÁNEA. La teoría que hoy en día prevalece en relación al origen del hombre, dice que toda forma de vida ha surgido de un origen común, espontáneamente: el hombre, los peces, las aves, las bestias y aun la vegetación que hay sobre la tierra, todo ha surgido del mismo germen original, el cual se formó por sí mismo en el mar, hace millones de años, en un pasado distante y vago.
Esta teoría supone como un hecho, que la vida, hace millones de años, se originó espontáneamente por sí misma. Este es el fundamento de la teoría de la evolución. Dado el caso, ahora surge una pregunta: si la generación espontánea fue posible entonces, ¿es aún posible actualmente? Si no lo es, ¿por qué?
LA VIDA FUE TRANSPLANTADA DE OTRAS TIERRAS (MUNDOS). Os digo, la vida no comenzó espontáneamente sobre esta tierra. No fue así su origen. La vida ya existía mucho antes de que nuestro sistema solar fuese traído a la existencia. El hecho en sí es este: no ha habido nunca una época en la que el hombre —hecho a imagen de Dios, varón y hembra— no haya existido. El Señor le reveló a José Smith esta verdad: que en el principio el hombre estaba con Dios.
El Señor nos ha dado la información concerniente a sus creaciones y cómo El ha hecho muchas tierras (mundos), porque nunca hubo un principio, nunca hubo una época en la que el hombre no haya existido en alguna parte en el universo, y cuando llegó el tiempo de que esta tierra fuese habitada, el Señor, nuestro Dios, transplantó en ella, tomándola de otro mundo, la vida que aquí se encuentra. Al hombre lo creó a su propia imagen y semejanza. Si fuera nuestro el privilegio de ir a visitar otras creaciones, otros mundos en el espacio, descubriríamos que están habitados con seres que son como nosotros, pues, ellos también son hijos de Dios y son del mismo linaje del cual nosotros descendemos. Tal vez ellos sean más glorificados que nosotros pero, aun así, serán a imagen de Dios así como lo somos nosotros. Adán no fue un “cavernícola” sino posiblemente el hombre más perfectamente parecido en forma y rasgos, a nuestro Padre y Creador.
FALSA TEORÍA EVOLUCIONISTA. Esta idea de que todo comenzó a partir de un pequeño principio, de la espuma de la superficie del mar, desarrollándose gradualmente hasta llegar a todas las formas de vida tales como: las bestias del campo, las aves del aire, los peces del mar y todas las plantas sobre la superficie de la tierra… habiendo brotado todos de aquella fuente, es una absoluta falsedad. No hay ninguna verdad en ella. Dios nos ha dado su palabra mediante la cual podemos saber —y todos los que son guiados por el Espíritu de Dios pueden entender mediante ese Santo Espíritu—, la verdad de estas cosas…
¡Cuán disparatado, limitado, y deleznable es que hombres que profesan ser hombres de inteligencia y poseedores de conocimiento y sabiduría científica, declaren que toda forma de vida sobre esta tierra es espontánea y que confiesen que nada saben en cuanto a vida alguna en otros mundos, y, además, que declaren que la vida aquí se ha desarrollado, en todas sus manifestaciones, a partir de una fuente única y simple!
DIOS: ÚNICA FUENTE DE VIDA. Es cierto que toda forma de vida proviene de la misma fuente, pero ella no es la espuma del mar, ni una medusa, ni un renacuajo, Dios, nuestro Padre, es el creador de la vida y El puso vida en esta tierra en distintas formas, así como lo hizo en otros mundos. El continuará su obra en esta tierra y también en otros planetas, los cuales tomarán el lugar de ésta cuando ella sea exaltada y pase a su gloria celestial. El continuará realizando sus propósitos, poblando mundos y llevando a cabo la inmortalidad y la vida eterna de sus hijos.
Y bien, yo creo que esta es una idea noble. Pienso que iluminará la mente de los hombres y los sostendrá, además fortalecerá nuestra fe y nos dará valor para continuar haciendo el bien, porque nos da la esperanza de cosas mejores, aun inmortalidad y vida eterna como hijos de Dios. Pero esta falsa teoría que tanto prevalece en el mundo, nos rebaja y es denigrante.
LA EVOLUCIÓN Y LA RELIGIÓN NO PUEDEN ESTAR EN ARMONÍA
ADÁN NO EVOLUCIONÓ A PARTIR DE FORMAS INFERIORES DE VIDA. ¿Creéis que Adán, este príncipe grande e importante, el arcángel en la presencia de Dios, era un “hombre mono”? En otras palabras, ¿que él se habría desarrollado gradualmente de alguna forma de vida del reino animal, a tal grado que el Señor pudo poner en él un espíritu y lo llamó hombre? ¿Creéis eso? Hay quienes lo creen, por eso es que os hago esa pregunta.
Naturalmente, pienso que aquellos que se aferran al punto de vista de que el hombre ha surgido a través de esas épocas y a partir de la espuma del mar, atravesando billones de años, no creen en Adán. Honestamente no sé cómo pueden creer eso, no obstante os voy a mostrar que realmente no creen. Hay algunos que intentan hacerlo pero no son coherentes —absolutamente incoherentes—, porque esa doctrina es tan incompatible, tan extremadamente fuera de armonía con las revelaciones del Señor, que el hombre no puede creer en ambas.
NO SE PUEDE CREER A LA VEZ EN EL EVANGELIO Y EN LA EVOLUCIÓN. Digo muy enfáticamente, no podéis creer en esta teoría del origen del hombre y aceptar, al mismo tiempo, el plan de salvación tal como ha sido establecido por el Señor nuestro Dios. Debéis elegir uno y rechazar el otro, pues se encuentran en conflicto directo y hay un abismo que las separa, el cual es tan grande que no puede ser saltado, no importa cuánto se intente hacerlo.
Si creéis en la doctrina evolucionista, entonces debéis aceptar que el hombre es producto de la evolución de formas inferiores de vida a través de remotas edades, pasando por distintos estados de vida animal, para llegar finalmente a la forma humana. El primer hombre, de acuerdo con esta hipótesis conocido como el “hombre de las cavernas”, era una criatura totalmente ignorante y carente de todo rasgo de inteligencia superior a las bestias del campo.
LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN NIEGA A CRISTO. Luego Adán, y con eso quiero decir el primer hombre, no era capaz de pecar. No podía transgredir y al hacerlo, acarreaba la muerte al mundo; pues bien, de acuerdo con esta teoría, la muerte siempre había estado en el mundo. Si, por lo tanto, no hubo caída, no hubo necesidad de una expiación y por lo tanto la venida del Hijo de Dios al mundo como el Salvador, resulta una contradicción, una cosa imposible. ¿Estáis preparados para creer una cosa semejante? ¿Creéis que el primer hombre fue un salvaje? ¿Que tenía carencias en su inteligencia? ¿Que ha estado en el camino de la progresión constante? Estas son las enseñanzas de tales teóricos.
TODOS PODEMOS CONOCER EL ORIGEN DE LA VIDA EN LA TIERRA. ¿De dónde vino el hombre? ¿Cuál es su destino? Para mí es sumamente extraño que los hombres viajen tan lejos, siguiendo una meta engañosa hasta verse metidos en el lodazal, y rechacen la verdad que está a la puerta. En respuesta a estas preguntas, ¿por qué no aceptar la declaración de Aquel que todo lo sabe? Este conocimiento está al alcance de todos. La historia es sencilla, pero su grandeza está muy por encima de la doctrina de los evolucionistas, así como los cielos están por encima de las profundidades del infierno.
DILEMA DE LOS EVOLUCIONISTAS TEÍSTAS. Cierto es que la escuela de los evolucionistas está dividida en dos grandes clases: la rama teísta y la ateísta. Pero el evolucionista teísta es un religioso de rodilla débil y bastante incrédulo, alguien que constantemente está dando disculpas por los milagros descritos en las Escrituras y que no cree en la misión divina de Jesucristo.
Nuevamente repito, ningún hombre puede aceptar firmemente la doctrina evolucionista y también creer en la misión divina de nuestro Redentor. Las dos ideas son opuestas totalmente. Uno no puede hacerlas armonizar y servir a dos señores.
SI LA EVOLUCIÓN ES VERDADERA, LA IGLESIA ES FALSA. Si la vida comenzó en la tierra, según lo sostienen Darwin, Huxley, Heackel (el cual ha sido pescado in fraganti perpetrando un fraude) y otros de esta escuela, ya sea por casualidad o por alguna mano insidiosa, entonces la doctrina de la Iglesia es falsa. Luego no hubo Jardín de Edén, ni Adán ni Eva, y no hubo Caída. Y si no hubo Caída, si la muerte no vino al mundo como las Escrituras han declarado y para ser coherentes, si vosotros sois evolucionistas, debéis aceptar este punto de vista, luego, no hubo necesidad de redención y Jesucristo no es el Hijo de Dios y no vino a morir por la transgresión de Adán, ni por los pecados del mundo. ¡Por tanto, tampoco ha habido resurrección de los muertos! En consecuencia y lógicamente, no hay otro punto de vista, no hay otra alternativa. Bien, hermanos míos. ¿estáis preparados para aceptar este punto de vista?
LOS EVOLUCIONISTAS RECHAZAN LA PATERNIDAD DE DIOS. El mundo moderno está dando cumplimiento a las Escrituras que dicen que en los postreros días los hombres “siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad”. Hoy día, el mundo ha descartado la gran verdad concerniente a la paternidad de Dios y se ha vuelto a las fábulas. Ha adoptado y está promulgando en los textos de estudio y en las escuelas, la degradante doctrina de que el hombre no es el fruto de Dios, sino la consecuencia natural de una evolución a través de remotas edades que parten de formas inferiores de vida física hasta alcanzar su forma e inteligencia presentes.
Una doctrina así es un insulto a nuestro Padre, a cuya imagen fuimos creados, y sin embargo es con esta enseñanza que enormes multitudes parecen gloriarse. Pablo vio nuestra época y por visión profética declaró que tales condiciones prevalecerían en esta dispensación y que el Señor enviaría “un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.”
LA VIDA: SU CREACIÓN Y CAÍDA. Toda forma de vida que hay en esta tierra procede de una vida anterior. El hombre nunca ha podido crear la vida, a pesar de sus muchos intentos de hacerlo.
Toda forma de vida, habiendo sido creada por nuestro Padre Eterno, debe ser eterna como El es eterno.
Si toda vida es eterna, entonces debe haber estado sujeta a la Caída.
Si toda vida ha caído por la transgresión de Adán, entonces toda forma de vida tiene el derecho de resucitar, mediante la expiación de Jesucristo.
Si la vida se produjo, o puede producirse espontáneamente sin el poder de Dios, pero en estado natural, entonces tal tipo de vida no tendría derecho a la redención o restauración, ya que nunca habría tenido un estado previo al cual pudiera ser restaurada.
INTELIGENCIA DE LOS ANTIGUOS
LOS HOMBRES DE ÉPOCAS ANTERIORES ERAN INTELGENTES. Generalmente es aceptado que la gente que vive en la actualidad es más inteligente que la que vivía en épocas pasadas. Yo no puedo aceptar este concepto porque, con la comprensión que tengo de la restauración del evangelio y de los tratos de nuestro Padre Eterno con sus hijos desde el principio mismo, sé que El no elegiría para enviar a este mundo, en el principio, inteligencias inferiores para situarse a la cabeza de su obra.
LAS INTELIGENCIAS SE DESARROLLARON EN LA PREEXISTENCIA. Se nos ha informado que en los concilios que se efectuaron en los cielos, cuando se efectuaron pruebas, los espíritus de los hombres, viviendo entonces en un estado premortal en la presencia del Padre y del Hijo, fueron elegidos para estar en la tierra en distintas épocas de la historia del mundo a fin de desempeñar cargos particulares de responsabilidad a causa de la inteligencia superior que demostraron en el mundo espiritual. A mí me satisface la idea de que entre estos espíritus no había nadie mayor, con excepción del Salvador del mundo, que el que fue llamado para estar a la cabeza de la familia humana.
CIERTO CONOCIMIENTO FUE RESERVADO PARA ESTA DISPENSACIÓN FINAL. De manera que no es por causa de una mayor inteligencia sino porque, sin duda, ha habido una mayor acumulación de conocimiento, junto con la inspiración que viene del Señor según El lo concede a los hombres, y es por eso que nosotros recibimos el beneficio de estas bendiciones de los postreros días. Ha llegado el tiempo de que el Padre reúna todas las cosas en Cristo, tanto las que están en el cielo como las que están en la tierra, a fin de que sea consumada la plenitud de su obra. Por esta razón estamos presenciando y gozando de las grandes ventajas de nuestra época. Estoy seguro de que los profetas de la antigüedad hablaron de estos acontecimientos maravillosos que iban a ocurrir en la Dispensación del Cumplimiento de los Tiempos.
LAS INVENCIONES MODERNAS FUERON RESERVADAS PARA LOS POSTREROS DÍAS. Abraham, sentado en su tienda, no podía recibir las noticias del mundo publicadas en diarios y entregados a su puerta; él no podía apretar un botón y encender una lamparilla eléctrica, pero ¿significa eso que Abraham era menos inteligente que los hombres que hoy en día moran en la tierra?
La verdad del asunto es que estas cosas no fueron pensadas para la época de Abraham y no serían conocidas y utilizadas hoy en día si el Señor no las hubiese revelado a los hombres y si no hubiese inspirado a muchos para que efectuasen descubrimiento tales como los que se han hecho, por los cuales podemos recibir las noticias que se recogen en el telégrafo y en la radio y se imprimen por medio de máquinas eléctricas.
Nosotros podemos sentarnos cómodamente en nuestros hogares y encender la luz apretando un botón; podemos leer o escuchar las noticias y sabremos lo que está aconteciendo en todo el mundo; pero ¿significa eso que hoy en día somos más inteligentes, o que tenemos mayor comprensión que Abraham, Moisés, Elías o cualquiera de los profetas de aquellos tiempos antiguos, en relación a las cosas que son esenciales para la salvación de la humanidad? ¡De ningún modo!
LOS ANTIGUOS PROFETAS VIERON NUESTRA CIVILIZACIÓN. Leo en las Escrituras, si es que las entiendo correctamente, que muchos de los profetas de la antigüedad, al desplegarse su visión, vieron escenas correspondientes a la historia de los hijos de los hombres hasta el fin de los tiempos y el Señor les reveló las condiciones que prevalecerían en la tierra en esta generación.
Ellos vieron, si comprendo correctamente el asunto, nuestros automóviles, nuestros ferrocarriles; vieron, muy probablemente, la comunicación que se efectuaba sobre la faz de la tierra tan maravillosamente por la radiotelefonía o mediante alambres por los que las noticias eran transmitidas. Vieron, supongo, a los aviones volar en medio de los cielos, porque podemos leer en las profecías de estas antiguas Escrituras, muchas cosas que indican que todo esto les fue revelado a los profetas de la antigüedad.
LAS INVENCIONES FUERON NEGADAS A LOS HOMBRES EN LA ANTIGÜEDAD. Pero estos maravillosos descubrimientos y conveniencias no fueron pensados para la época de ellos. Ellos no podían viajar de ciudad en ciudad sentados en automóviles, ni viajar cómodamente por ferrocarril, no podían viajar en carruajes modernos tirados por caballos, sino a lomo de asno viajaban de un lugar a otro, o caminaban al lado de sus animales de carga recorriendo unas pocas millas por día y a esto lo llamaban camino de un día.
Sin embargo, los profetas vieron la época de los postreros días cuando un estandarte sería levantado para que todos los que se estuviesen congregando en Sión viniesen prestamente; no estarían cansados ni necesitarían dormir, ni aflojarse sus cinturones ni quitarse los zapatos.
LOS INVENTORES SON INSPIRADOS POR DIOS. Pero estas ventajas no eran para la época de ellos y las costumbres y las condiciones que prevalecen ahora fueron mantenidas en reserva, no porque seamos mejores o más dignos que los santos de épocas anteriores, ni porque tengamos mayor inteligencia, sino porque estamos viviendo en la Dispensación del cumplimiento de los Tiempos, cuando el Señor está recogiendo todas las cosas en una y preparando a la tierra para el gran reinado milenario; y es necesario que todos estos descubrimientos, estas maravillosas invenciones y conveniencias, sean dadas a conocer a los hijos de los hombres.
Los que efectúan estos descubrimientos son inspirados de Dios, de lo contrario nunca lo harían. El Señor le dio inspiración a Edison, a Franklin, a Morse, a Whitney y a todos los inventores y descubridores, y mediante la inspiración ellos obtuvieron el conocimiento necesario y pudieron fabricar e inventar, tal como lo hicieron, para beneficio del mundo. Sin la ayuda del Señor habrían estado tan imposibilitados como la gente de otras épocas.
ABRAHAM: EL MÁS GRANDE ASTRÓNOMO DE TODOS LOS TIEMPOS. Abraham conocía en su época mucho más, en relación a los planetas y a las grandes estrellas fijas en el espacio, que lo que conocen hoy en día los más grandes astrónomos. ¿Cómo obtuvo su conocimiento? No fue mediante el telescopio; no fue mediante el espectroscopio, sino mediante la visión desplegada por el Espíritu de Dios. El aprendió del Señor mismo, quien le reveló todas estas cosas y le explicó en cuanto a los grandes cuerpos celestes y sus revoluciones; también en cuanto a la tierra, en una forma que nunca ha sido alcanzada ni puede ser experimentada por el científico con todos sus instrumentos que le sirven de ayuda y con el conocimiento del mundo. ¡Y no lo olvidéis vosotros!
Estos antiguos videntes y santos eran tan inteligentes como lo somos nosotros. Estaban igualmente llenos de inspiración. Tenían el Espíritu del Señor para guiarlos y eran dirigidos por El. Le prestaban atención a las cosas que Dios enseñaba y comprendieron la verdad y supieron mucho más de lo que es esencial, en un minuto, que lo que los llamados científicos —que declaran que la vida es espontánea y que comenzó sobre esa tierra— puedan conocer en un año.
DEGENERACIÓN DE LA CIVILIZACIÓN, NO EVOLUCIÓN
EL VERDADERO PRINCIPIO DE LA EVOLUCIÓN. No fue sino hasta que el hombre desechó la guía divina que el Señor siempre ha estado deseoso de extenderle, cuando se estableció el retroceso. El “hombre de las cavernas” y el salvaje son productos de la transgresión y del pecado; pues, en el principio el hombre era inteligente, y estaba dirigido por la luz y la verdad, aun por el Salvador, Jesucristo, quien es el Mediador entre el hombre y Dios. El destino del hombre es llegar a ser, a través de las etapas de progreso, semejante a su Padre; y después de la resurrección de los muertos, se le añadirá, como dicen las Escrituras, hasta que reciba todas las cosas “que el Padre tiene”, y será contado como hijo y coheredero con Jesucristo, primicias de la resurrección y Salvador del mundo.
LA EVOLUCIÓN ES UN PRINCIPIO DEL DIABLO. Esta, entonces, es la verdadera evolución, la cual todos los Santos de los Ultimos Días aceptan. En esta forma de considerar las cosas, hay algo inspirador, ennoblecedor y grande, pero el otro punto de vista —el cual es la doctrina del diablo, quien desea que todos los hombres sean miserables como él, pues se le ha negado poseer un cuerpo y tener el privilegio de progresar sobre esta tierra— nos rebaja y no contiene una sola idea que nos eleve o ennoblezca.
LOS HOMBRES SE VOLVIERON SALVAJES POR CAUSA DEL RETROCESO. No fue sino hasta después que el hombre se rebeló y rechazó la palabra de Dios, cuando vino a caer en la degeneración mental y perdió el poder de comunicarse con un lenguaje escrito. El hombre era inteligente en el principio y comprendía las verdades fundamentales, pero al rehusar recibir la guía divina, el Espíritu del Señor se alejó y entonces fue abandonado y se convirtió en un salvaje, pues la luz que había en él se convirtió en tinieblas.
Tubal-Caín fue “maestro de todo el que trabaja el bronce y el hierro”, mucho antes del diluvio. Sin embargo, muchos años después, en la mitad del siglo 19, cuando Speke, Grant, Livingstone y otros exploraron las regiones indómitas de Africa, encontraron a los descendientes de Caín viviendo de manera salvaje en las profundidades de la “edad de piedra”. Colón, en 1492, encontró la “edad de piedra” floreciendo en toda su gloria aquí en América. Del mismo modo nuestros pioneros de Utah, en 1847, descubrieron condiciones semejantes en los valles de estas montañas.
LA EDAD DE PIEDRA PUEDE SUCEDER A LA MÁS ELEVADA CIVILIZACIÓN. ¿Vamos a sostener por esto, que el salvaje ignorante y empobrecido de Africa, y el indígena de América igualmente inculto, fueron más lentos en su desarrollo que la gente de Europa y Asia? Si lo hacemos, nuestra conclusión sería muy apresurada, sin investigar todos los hechos que deben ser considerados. La “edad de piedra”, la “edad de cobre”, la “edad del hierro” y la edad de la cultura y del refinamiento, corren en dirección paralela al unísono, pero la edad del conocimiento y la inspiración precedió a todas éstas.
El hecho de que ha habido una “edad de piedra”, una “edad de cobre” y cualquier otra edad o grado de desarrollo en la civilización del mundo, no prueba que haya habido un adelanto constante en conocimiento habilidad desde el principio, no importa cuándo haya sido eso. La evidencia histórica es abundante para mostrar pruebas suficientes, de que donde la civilización ha prevalecido y los hombres han rehusado continuar en la luz, las influencias degeneradoras se han arraigado y las edades de bronce, cobre o piedra tienen todas las probabilidades de ser una consecuencia de la edad del progreso y desarrollo, tanto como de poder precederla.
DESARROLLO Y CAÍDA DE LAS CIVILIZACIONES. Muchas naciones se han levantado hasta alcanzar gran poder y dominio, para después entrar en decadencia y ser desplazadas por otras naciones. Así ha sido desde el principio. Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia y Roma… todas tuvieron su día de grandeza, cultura y poder, pero su gloria ha desaparecido. En algunos aspectos, también mucho de su cultura y conocimiento de las artes y ciencias pereció junto con ellas, y no puede ser repetido en esta gran edad de avance maravilloso. Todo esto nos hace recordar las palabras de Byron, tan acertadamente expresadas:
Ahí está la moraleja de todos los relatos humanos:
No es sino la repetición del pasado.
Primero Libertad y luego Gloria; cuando eso fracasa:
Riqueza, vicio, corrupción; barbarie al fin.
Y la Historia, con sus amplios volúmenes,
No ocupa sino una página.
DECADENCIA DE LA CIVILIZACIÓN JAREDITA. Aquí en América, miles de años antes, floreció una civilización igual, si no superior, a la que se podía encontrar en Egipto o Asia en la misma época. Aquel antiguo pueblo desarrolló las artes y fue especialmente hábil en la agricultura en un grado bastante avanzado.
Sin embargo, este pueblo abandonó al Señor, se apartó de los convenios que había establecido con El, y surgió la contención, a la cual siguieron los conflictos sangrientos, hasta que todos los habitantes de aquel pueblo fueron destruidos. Existen lugares de los Estados Unidos y de otras partes de este continente, en los que se encuentran mudas evidencias de esta antigua gloria. En Michigan se han descubierto las ruinas de antiguas minas de cobre.
Del mismo modo, en otras localidades hay indicios de que allí se extrajo mineral de la tierra, y se formaron grandes montículos que aún existen. ¿No fue eso hecho por estos pueblos antiguos?
DECADENCIA DE LA CIVILIZACIÓN NEFITA. Seiscientos años antes del nacimiento de Cristo, otra civilización reemplazó a aquella previamente mencionada y que fue destruida en esa misma época. Cuando esta segunda civilización floreció durante unos mil años, la gente se multiplicó y se esparció sobre la faz de todo el continente. Era un pueblo sumamente culto y cuando sus habitantes escucharon la voz de los profetas y obedecieron los mandamientos del Señor, prosperaron y, como la nación que les precedió, llegaron a ser expertos en el tejido de toda suerte de telas de lino fino y otros tejidos. Labraban la tierra y excavaban, teniendo entre ellos “ingeniosos artífices que trabajaban y refinaban toda especie de metales; y de este modo se hicieron ricos”.
Pero, tal como sus predecesores, se olvidaron del Señor; el Espíritu de El se retiró y la mayor parte del pueblo fue destruida. Pereció su civilización, los que quedaron se tornaron feroces y sedientos de sangre. En su decadencia perdieron su conocimiento de la agricultura y del trabajo de los metales y se convirtieron en tribus nómadas. Sus descendientes, los indios americanos, andaban errantes en su estado salvaje cuando los colonos europeos se establecieron permanentemente en esta tierra.
























