Capítulo 1
Carácter Atributos y Perfecciones de Dios
LA TRINIDAD
EL CONCILIO SUPREMO. “Nosotros creemos en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo.”
Aceptamos a estos tres Personajes como el concilio supremo de gobierno en los cielos. El Padre y el hijo tienen cuerpos de carne y hueso y el Espíritu Santo es un personaje de espíritu. Adoramos al Padre en el nombre del Hijo, quien es el Mediador entre Dios y el hombre, siendo el suyo el único nombre mediante el cual el hombre puede ser salvo. Aceptarnos a Jesús como el Unigénito del Padre en la carne, aunque todos somos su linaje en el espíritu y por consiguiente sus hijos.
PATERNIDAD DIVINA. En las Escrituras aprendemos que Dios es, literalmente y no en sentido figurado, nuestro mismo Padre Eterno. Las palabras de nuestro Redentor dichas a María cerca de la tumba de la cual El se había levantado y obtenido la victoria sobre la muerte, son sublimes y plenas de glorioso significado: “No me toques, porque aún no be subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” Con estas palabras se proclama enfáticamente la Paternidad de Dios por su hijo Unigénito, quien declara que El es nuestro hermano y que tenemos el mismo Padre Eterno.
CONOCIMIENTO MODERNO DE DIOS
CONCEPTOS APÓSTATAS. En el año 1820, cuando tuvo lugar la Primera Visión, la doctrina general relativa a la Trinidad, tanto en el mundo protestante como en el católico, era, en substancia, como sigue:
“No hay sino un solo y verdadero Dios que es infinito en ser y perfección; un espíritu inmaculado, invisible, sin cuerpo, partes o pasiones; inmutable, inmenso, eterno, incomprensible, omnipotente, omnisapiente, santísimo, libérrimo, absoluto, que obra todas las cosas de acuerdo al dictado de su propia voluntad inmutable y justísima.”
JOSÉ SMITH RESTAURÓ EL CONOCIMIENTO DE DIOS. La visión de José Smith dejó en claro que el Padre y el Hijo son dos personajes separados, poseedores de cuerpos tan tangibles como el del hombre. Se le reveló además que el Espíritu Santo es un personaje de espíritu, distinto y separado de las personas del Padre y del hijo.
LAS ESCRITURAS MUESTRAN LA PERSONALIDAD DE DIOS. Esta verdad de capital importancia conmovió al mundo; sin embargo, al considerar las claras expresiones de los escritos sagrados, es sumamente sorprendente y causa maravilla que el hombre haya podido errar tanto. El Salvador dijo: “El Padre mayor es que yo”, e invitó a sus discípulos, después de su resurrección, a que lo tocasen y viesen que era El, pues dijo: “Un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” Los apóstoles entendían claramente las entidades del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, a los cuales constantemente se referían en sus epístolas; Pablo informó a los corintios en cuanto al hecho de que cuando todas las cosas estén sujetas al Padre “entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos”.
José Smith vio al Padre y al Hijo; por lo tanto pudo testificar con conocimiento personal que era verdadero el versículo en el que leemos: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” Esto tenía que ser entendido literalmente y no en un sentido místico o figurado.
CÓMO OBTENER CONOCIMIENTO ACERCA DE DIOS. Sé, como saben estos mis hermanos, que Dios vive; que Jesucristo es el Hijo Unigénito de Dios en la carne y el Redentor del mundo. Pero no he aprendido todo lo que hay por conocer acerca de El y de nuestro Padre; ni tampoco lo habéis hecho vosotros pues en esta existencia mortal es imposible que comprendamos cabalmente la misión de nuestro Señor y Redentor, ni conocerlo y saber exactamente quién y qué es El, ni el alcance de la gran obra que efectuó. Pero si queremos ser dignos de presentarnos ante Dios el Padre y Jesucristo su hijo, y de ser coronados allí con exaltación, será necesario conocerlos plenamente. Sin embargo, mientras no entremos en su presencia y recibamos esta gran bendición, no podremos conocer cabalmente al único y verdadero Dios ni a Jesucristo a quién El ha enviado.
CUALQUIER HOMBRE JUSTO PUEDE VER A DIOS. El Señor ha establecido en orden todas las cosas y nos ha dado un sistema perfecto el cual no podemos mejorar. Si lleváramos a cabo todo lo que el Señor ha revelado, tal como lo ha revelado, entonces todas las cosas serían perfectas, pues la organización es una organización perfecta, va que su teoría, su plan no tiene error. Si nosotros siguiésemos todas las órdenes que se nos han dado dentro del sacerdocio o, dicho de otro modo, si pusiésemos en práctica las grandes doctrinas que han sido manifestadas en las revelaciones contenidas en las santas Escrituras, solamente pasaría muy poco tiempo antes de que este gran pueblo estuviese en la misma condición, categóricamente, en que estaba el pueblo de la ciudad de Enoc. Podríamos andar con Dios, podríamos contemplar su rostro porque entonces la fe abundaría en el corazón de este pueblo al grado de que sería imposible que el Señor se contuviese y se nos revelaría tal como lo ha hecho en épocas pasadas.
EL EVANGELIO Y EL SACERDOCIO SON NECESARIOS PARA VER A DIOS. Nosotros no somos nadie para atar las manos al Señor. El Padre y el Hijo se mostraron al profeta José Smith antes que la Iglesia fuese organizada y antes que el sacerdocio estuviese restaurado en la tierra. Bajo esas condiciones el Señor podía mostrarse a uno que buscara la luz, tal como lo hizo en el caso de José Smith.
Ahora que la Iglesia está organizada y que el poder del sacerdocio está aquí, nadie puede ver el rostro de Dios, aun el Padre; sin las bendiciones del evangelio y la autoridad del sacerdocio.
ANDAR CON DIOS. La declaración de que antiguamente los hombres “andaban con Dios” es aceptada por nosotros, naturalmente, como una figura de expresión. Significa que ellos estaban en armonía perfecta con el Señor al mismo tiempo que recibían guía y revelación constantes de parte de El pero esto no quiere decir que tuviesen el privilegio de caminar por calles o caminos tal como Jesús caminó con los discípulos después de su resurrección.
TEMOR AL SEÑOR. El Señor es misericordioso y bueno y no requiere que quienes lo sirven tengan miedo y tiemblen ante El. En su corazón no hay deleite en el “temor” de los inicuos por causa de los pecados cometidos. La mayoría de los pasajes que nos hablan del “temor de Jehová” no hacen referencia al miedo.
El vocablo “temor” tiene un sentido mayor que aquel con el cual lo usamos tan universalmente. El significado bíblico es “veneración reverente”. En la “Analytical Concordance to the Bible”, por Robert Young, encontramos, bajo el vocablo “temor” varios significados, entre ellos: “terror” tomado del vocablo hebreo “emah”; “pavor”, del hebreo “pachdah”; “reverencia”, del hebreo “vare”. De manera que vemos que el vocablo “temor” tal como se usa en el idioma inglés, tenía diferentes matices en hebreo, y que esa lengua usaba diferentes palabras para expresar dichos matices.
AMOR AL SEÑOR. Cuando el Señor requiere que le “temamos” y guardemos sus mandamientos, quiere decir que debemos rendirle el culto y reverencia que le debemos a nuestro Padre Eterno y a su hijo Jesucristo. Temer al Señor es amarlo. Ese es el sentido en el cual está usada la palabra. El Señor no nos está pidiendo que le tengamos miedo, sino que nos acerquemos a El y el mayor de todos los mandamientos es que lo amemos.
COMO PROGRESA DIOS
DIOS TIENE TODO PODER Y SABIDURÍA. Mi abuelo, Hyrum Smith dijo, en el transcurso de la conferencia de la Iglesia realizada en abril de 1844: “Deseo abatir toda influencia falsa. Si yo pensase en que me puedo salvar mientras que alguno de los que hay en la congregación se puede perder, no sería feliz. Con este propósito Jesús efectuó la resurrección. Nuestro Salvador es competente para salvar de la muerte y del infierno a todos (esto es: mediante el arrepentimiento). Puedo probarlo con las revelaciones. Yo no serviría a un Dios que no tuviese toda sabiduría y todo poder.”
¿Creemos que Dios posee toda “sabiduría”? Si la tiene, entonces en eso es absoluto. Si hay algo que El no conoce, entonces no es absoluto en “sabiduría” y pensar tal cosa es absurdo. ¿Tiene El todo “poder”? Si lo tiene, entonces no hay nada en lo que se encuentre falto. Si le falta “sabiduría” y si le falta “poder” entonces no es supremo y debe haber algo mayor que El, y esto es absurdo.
JOSÉ SMITH ENSEÑA LA OMNIPOTENCIA DE DIOS. En “Lectures on Faith” (Discursos sobre la Fe), obra que aparecía en las primeras ediciones de Doctrinas y Convenios, encontramos el siguiente material preparado por el profeta José Smith:
“Hay dos personajes [esto es: de carne y hueso] que constituyen el poder supremo, incomparable y grande sobre todas las cosas, por quienes todas las cosas fueron creadas y hechas, que son creadas y hechas, ora visibles o invisibles, ora en los cielos o en la tierra, debajo de la tierra o a través de la inmensidad del espacio. Ellos son el Padre y el hijo: el Padre siendo un personaje de espíritu, gloria y poder, poseedor de toda perfección y plenitud; el Hijo, que estaba en el seno del Padre, un personaje de cuerpo físico, hecho o formado semejante al hombre o que tiene la forma y semejanza del hombre, o más bien dicho: el hombre habiendo sido formado a su semejanza y a su imagen; El es también la imagen y semejanza expresa de la persona del Padre, y posee toda la plenitud del Padre, o la misma plenitud con el Padre.”
“Dios es el único gobernante supremo y ser independiente en quien se encuentra toda plenitud y perfección; el único que es omnipotente, omnipresente y omnisciente; sin principio de días o fin de vida; y el único en quien todo buen don y todo buen principio es hallado.”
“Sin el conocimiento de todas las cosas Dios no podría salvar parte alguna de sus criaturas; pues es en razón del conocimiento que El posee de todas las cosas, desde el principio hasta el final, que El puede impartir ese entendimiento a sus criaturas, por medio del cual ellas se hacen partícipes de la vida eterna; y si no fuese por la idea que existe en la mente de los hombres de que Dios posee todo conocimiento, a ellos les sería imposible ejercer fe en El.”
PROGRESO POR MEDIO DEL AUMENTO DE SUS CREACIONES. El Libro de Moisés nos informa que la gran obra del Padre consiste en crear mundos y en probarlos: “No tienen fin mis obras, ni tampoco mis palabras”, dice, “porque, he aquí, ésta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre”. Y éste es su progreso.
Comentando sobre este asunto, el profeta José Smith ha dicho: “¿Qué hiciste tú Jesús? Hice aquellas cosas que vi hacer a mi Padre cuando tuvieron su existencia los mundos. Mi Padre labró su renio con temor y temblor y yo debo hacer lo mismo [esto es: Cristo debe hacer lo mismo]; y cuando gane mi reino, lo presentaré a mi Padre a fin de que El pueda tener reino sobre reino, y así aumentará en gloria. Entonces tendrá una exaltación mayor, y yo [Cristo] tomaré su lugar y así también lograré la exaltación. De modo que Jesús sigue los pasos de su Padre y hereda lo que Dios hizo antes y así Dios es glorificado y ensalzado mediante la salvación y exaltación de todos sus hijos.”
¿No véis vosotros que es en esta forma que nuestro Padre Eterno está progresando? No es por la búsqueda de conocimiento que no tenga, porque tal idea no puede ser mantenida a la luz de las Escrituras. No es por medio de la ignorancia y el aprendizaje de verdades escondidas que El progresa, pues si hubiera verdades que El no conociera entonces ellas serían mayores que El y esto no puede ser. ¿Por qué no podemos aprender sabiduría y creer lo que el Señor ha revelado?
EN QUE FORMA DIOS NO PROGRESA
NOCIONES FALSAS ACERCA DEL PROGRESO DE DIOS. A mí me parece muy extraño que los miembros de la Iglesia se aferren a la doctrina de que “Dios aumenta en conocimiento a medida que pasa el tiempo. O que puedan creer (como dice un artículo publicado no hace mucho): “Si la perfección absoluta fuese alcanzable, con el tiempo llegaría un momento en el que los que han elegido el camino mejor llegarían al máximo; y si lo máximo pudiese ser alcanzado, cesaría el progreso. Esto no puede ser, pues, como se ha puntualizado antes, en la naturaleza nada puede quedar estancado. Cuando el progreso abdica al trono, el retroceso es el sucesor inferior.”
Pero, ¿cómo puede alguien saberlo? ¿Dónde nos ha revelado el Señor que a El le falte conocimiento? ¿Y que aún esté aprendiendo nuevas verdades y descubriendo leyes nuevas que le sean desconocidas? Yo creo que esta clase de doctrina es muy peligrosa. Yo no conozco dónde el Señor haya declarado jamás una cosa semejante; eso no se encuentra en ninguna revelación que yo haya leído. La opinión del hombre sin el auxilio de las revelaciones del Señor, no la justifica.
LA PERFECCIÓN DE DIOS NO ES “RELATIVA”. Yo creo que Dios conoce todas las cosas y que su entendimiento es perfecto, no “relativo”. Nunca he visto ni oído de un hecho revelado que demuestre lo contrario. Creo que nuestro Padre Celestial y su Hijo Jesucristo son perfectos, y no pido disculpa alguna por la simplicidad de mi fe.
¿Quién se atreve a decir que la “virtud” es limitada en nuestro Padre y en su Hijo? ¿Es la veracidad de ellos solamente “relativa”? ¿Podrían ser más verídicos? ¿Más honorables? ¿Más virtuosos o más amorosos? ¡Cuán disparatadas son tales preguntas, y tanto mayor disparate sería la respuesta si dijésemos: “Sí, el Señor es limitado en su veracidad, en su honor y en su virtud”! Bien, si es supremo en estas cualidades, ¿se encontrará dentro del camino del retroceso en ellas? De acuerdo con la declaración mencionada así debería ser si ha alcanzado lo absoluto. Entonces ¡por qué decir que su conocimiento es limitado y que abundan leyes y verdades escondidas que El no ha descubierto! ¿Quién hizo esas leyes y de dónde provienen?
LAS ESCRITURAS PRUEBAN LA OMNIPOTENCIA DE DIOS. Acepto literalmente lo que está escrito en los versículos siguientes:
“¡Oh, cuán grande es la santidad de nuestro Dios! Pues él sabe todas las cosas, y no existe nada salvo que él lo sepa”.
“Así dice el Señor vuestro Dios, aun Jesucristo, el Gran Yo Soy, Alfa y Omega, el principio y el fin, el mismo que contempló la ancha extensión de la eternidad todas las huestes seráficas del cielo, antes que el mundo fuese;
“El mismo conoce todas las cosas, porque todos están presentes ante mis ojos.”
“Y ahora, de cierto os digo, yo estuve en el principio con el Padre, y soy el Primogénito.
“El Espíritu de verdad es de Dios. Yo soy el Espíritu de verdad, y Juan dio testimonio de mí, diciendo: El recibió la plenitud de la verdad, sí, aun de toda la verdad.”
“Ahora bien ¿no tenemos, razón para regocijarnos? Sí, os digo que desde el principio del mundo no ha habido hombres que tuviesen tan grande razón para regocijarse como nosotros la tenemos; sí, y mi gozo se desborda, hasta el grado de gloriarme en mi Dios; porque él tiene todo poder, toda sabiduría y toda inteligencia; él comprende todas las cosas, y es un Ser misericordioso, aun hasta la salvación, para con aquellos que quieren arrepentirse y creer en su nombre.”
“Alabad a JAH, porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios; porque suave y hermosa es la alabanza.
“Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infíníto.”
“El comprende todas las cosas, y todas las cosas están delante de él, y todas las cosas están alrededor de él; y él está sobre todas las cosas, y en todas las cosas, y por en medio de todas las cosas, y circunda todas las cosas; y todas las cosas son por él y de él, sí Dios, para siempre jamás.”
El versículo siguiente (42) es muy significativo y nos revela algo relativo a las leves:
“Y además, de cierto os digo, él ha dado una ley a todas las cosas, mediante la cual se mueven en sus tiempos y estaciones.”
DIOS PROGRESA POR MOTIVO DEL CONOCIMIENTO. Dios puede progresar no porque ignore la ley y la verdad sino por motivo de su conocimiento y sabiduría. En su obra el Señor usa su conocimiento constantemente; y su gran obra consiste en llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre. Creando y poblando mundos, levantando y expandiendo, El progresa pero no porque la plenitud de la verdad no sea comprendida por E1.
¿SE DESTRUIRÁ DIOS A SÍ MISMO? Yo no puedo concebir a un Dios perfecto que tenga que usar su tiempo para descubrir leyes y verdades que no conoce. Tal pensamiento me parece destructivo y nada progresivo. Si hubiera una verdad que Dios no haya descubierto, y la descubriese, y a semejanza del químico que mezcla ciertos elementos y vuela en pedazos, ¿cuándo encontrará el Todopoderoso alguna verdad o ley escondida que destruya todo? ¿No existe también el peligro de que algún otro personaje descubra alguna verdad mayor que la que conoce nuestro Padre? Si tal fuese el caso, ¿qué pasaría con Dios?
DE QUE FORMA DIOS ES SEMPITERNO
DIOS ES UN HOMBRE GLORIFICADO. Algunas personas se sienten turbadas por causa de las declaraciones hechas por el profeta José Smith y las que se encuentran en el sermón dado en Nauvoo, en 1844, durante el funeral de King Follett. El asunto que parece tan misterioso es la declaración de que nuestro Padre Celestial en algún momento pasó por vida y muerte y es un ser glorificado (exaltado). Este es uno de los misterios y para algunos parece contradecir otras declaraciones dadas en las Escrituras. Naturalmente hay cosas que no comprenderemos mientras estemos en este estado mortal y no podremos desentrañar todas las dificultades que están ante nosotros. Nuestro entendimiento es limitado y juzgamos de acuerdo con lo que conocemos y con lo que estamos familiarizados. No podremos comprender lo que se relaciona con la vida eterna mientras no alcancemos la meta de la vida eterna, oportunidad en la que todas las cosas se aclararán.
En las Escrituras leemos que Dios es “infinito y eterno, de eternidad en eternidad el mismo Dios inmutable”; que El es “el mismo ayer, hoy y para sienlpre” que es “inmutable de eternidad en eternidad”. ¿En qué forma concuerda esto con la enseñanza del Profeta: “¡Dios una vez fue como nosotros ahora; es un hombre glorificado!… en un tiempo fue hombre como nosotros; sí, que Dios mismo, el Padre de todos nosotros, habitó sobre una tierra, como Jesucristo mismo lo hizo…”?
CRISTO NACIÓ; SIN EMBARGO ES SEMPITERNO. Y bien, supongo que todos entendemos el hecho de que Jesucristo era Jehová, el que guió a Israel en los días de Abraham y Moisés, y de hecho desde los días de Adán. También que Jehová, o Jesucristo, se manifestó siendo un personaje de espíritu al hermano de Jared, y que nació como un niñito en este mundo, y en este mundo creció hasta la madurez y que, por lo tanto, no siempre tuvo un cuerpo tangible. No obstante Jesús dice de sí mismo que El es “el principio y el fin,” y que es “el principio y el fin, el mismo que contempló la vasta expansión de la eternidad y todas las huestes seráficas del cielo, antes que el mundo fuese”.
El Profeta dice: “Si Jesucristo es el Hijo de Dios, y Juan el Revelador descubrió que Dios, el Padre de Jesucristo, tenía Padre, bien podemos suponer que El también tuvo Padre.” Luego pregunta: “¿Ha habido jamás un hijo sin un padre? ¿Y hubo jamás un padre sin que primero fuese hijo?” El señala que el Salvador declaró que haría las cosas que había hecho su padre, esto es, dar su vida y volverla a tomar.
Permitidme preguntar: ¿no se nos enseña que como hijos de Dios nosotros podemos llegar a ser como El? ¿No es éste, acaso, un concepto glorioso? Empero tenemos que pasar por este estado mortal y recibir la resurrección y luego seguir hacia la perfección tal como lo hizo nuestro Padre antes que nosotros. El Profeta enseñó que nuestro Padre tenía un Padre y así sucesivamente. ¿No es esta una idea razonable, acaso, especialmente si tenemos presente que nos hace la promesa de poder llegar a ser como El es?
DE QUÉ MANERA DIOS ES DE ETERNIDAD EN ETERNIDAD. Sin embargo, el punto que parece más enigmático es la declaración de que Dios es “el mismo ayer, hoy y para siempre”; y que es “de eternidad en eternidad”. Y bien, ¿no es cierto esto y existe alguna contradicción con la idea de que haya pasado por los mismos estados que tenemos que pasar nosotros? De eternidad en eternidad significa desde la existencia espiritual pasando por el estado de probación en el cual estamos y volviendo a la existencia eterna que vendrá. Ciertamente que esto significa eterno, porque al recibir la resurrección ya nunca moriremos. Todos existimos en la primera eternidad. Creo que puedo decir por mí mismo y por otros; venimos desde la eternidad; y vamos hacia la eternidad sin fin si es que recibimos la exaltación. La parte inteligente del hombre no fue creada sino que existió siempre. Eso se aplica a cada uno de nosotros, así como también a Dios; sin embargo, hemos nacidos hijos e hijas de Dios en el espíritu y estamos destinados a existir siempre. Aquellos que lleguen a ser como Dios también serán de eternidad en eternidad.
REVERENCIA A DIOS
PROFANACIÓN DEL NOMBRE DIVINO. Nosotros deberíamos considerar el nombre de Dios con el respeto más sagrado y solemne. Pocas cosas desaniman tanto, o conmueven los sentimientos de una persona refinada, como el hecho de oír a alguna criatura tosca, ignorante o corrupta usar desaprensivamente o sin cuidado el nombre de Dios. Algunos individuos han llegado a ser tan blasfemos que parece que para ellos fuese imposible hablar dos o tres frases sin emplear el énfasis —según ellos creen— de un juramento vulgar o blasfemo. Hay quienes parecen pensar, por lo menos esa es la impresión que dejan en los demás, que si pueden usar un vocabulario blasfemo desarrollan una personalidad que los eleva por encima del común de los hombres.
LA BLASFEMIA ES INMUNDICIA. El hombre se da a conocer tanto por su vocabulario como por la clase de personas con las que se asocia. Los que juran y blasfeman pertenecen a la misma clase que aquellos que creen, o dan la impresión de creer, que el sostener en sus labios un cigarrillo, un cigarro o una pipa, presta dignidad y hombría —¿debemos decir también, femineidad?— a su carácter. La inmundicia en cualquier forma es degradante y destructiva para el alma y debe ser evitada como veneno mortífero por todo miembro de la Iglesia.
LA BLASFEMIA EN LA CONVERSACIÓN CORRIENTE. Frecuentemente sucede que lo que podría ser un buen relato se ve arruinado sencillamente porque su autor no ha entendido el uso correcto de los nombres sagrados. Cuando expresiones de naturaleza blasfema son puestas en boca de personajes que de otro modo son respetables, en lugar de realzar el relato, se le quita valor e interés. ¡Cuán extraño es que algunas personas, y por lo demás muy buenas personas, piensen que el uso de alguna expresión que involucra el nombre del Señor, añade interés, agudeza o fuerza a sus relatos! ¡Cuán a menudo se ve esto en los filmes, aun en espectáculos que de otro modo son dignos de aceptación!
Pero expresiones tales en el teatro y el uso de tabaco y licores, son perjudiciales para la moral y la espiritualidad de quienes los ven, y esto es especialmente cierto en el caso de jóvenes de tierna edad cuyo carácter está en formación. Es vergonzoso que tales expresiones se encuentren con tanta frecuencia, aun en publicaciones llamadas de mejor categoría y que entran en los hogares de los Santos de los Ultimos Días.
Por encima de todos los demás pueblos de la tierra, los Santos de los Ultimos Días deberían atesorar todas las cosas que son sagradas, en la máxima santidad y reverencia. Los pueblos del mundo no han sido entrenados como nosotros en tales asuntos, a pesar de que hay muchos constituidos por gente honesta, devota y refinada. Pero nosotros tenemos la guía del Espíritu Santo y de las revelaciones del Señor, y El nos ha enseñado solemnemente en nuestro propio tiempo los deberes que tenemos con relación a tales cosas.
ALGUNOS HIMNOS PROFANAN EL NOMBRE DE DIOS. Aun en algunos de los himnos sagrados que se cantan universalmente, el uso frecuente y familiarizado del nombre del Señor, entra en juego y corrompe su uso en lo que a nosotros atañe. Unos cuantos himnos de esta naturaleza, conteniendo pensamientos nobles y edificantes, se han abierto camino en los ejercicios musicales de los Santos de los Ultimos Días.
USO APROPIADO DEL NOMBRE DEL SEÑOR. Hay ocasiones, naturalmente, en las que el uso del nombre de Dios es perfectamente adecuado. El Señor nos ha dado tales ejemplos en las bendiciones de la Santa Cena y en la ordenanza del bautismo. Lo mismo se aplica en la ocasión de conferir el sacerdocio, pues, como se nos ha enseñado, todas las cosas son hechas en el nombre del Hijo; todas nuestras oraciones deben ser dirigidas al Padre y finalizadas en el nombre del hijo.
USO INCORRECTO DEL NOMBRE DEL SEÑOR EN LAS ORACIONES. Aun en esto, sin embargo, frecuentemente oímos expresiones inadecuadas que sacuden la sensibilidad de oídos refinados. Arriesgando ser criticado, me gustaría llamar la atención sobre algunas expresiones que sería mejor no usar. Algunas veces oímos una oración ferviente dada en espíritu de pura humanidad e inocencia y que termina con esta expresión: “…por amor de Cristo. Amén.” Nunca puedo escuchar esa expresión sin que traiga a mi mente el uso similar que le dan los blasfemos en la calle. Naturalmente, tal cosa como una expresión inapropiada nunca pasó por la mente ni fue la intención de quien ofreció la oración.
LA ORACIÓN ES PARA NUESTRO BIEN. Luego tenemos que no oramos ni dirigimos ejercicios religiosos en bien de El, sino por el nuestro propio. Nuestro Redentor ha hecho todo lo que es esencial para nuestra salvación, y nos ha enseñado que si lo servimos con toda nuestra alma y todos nuestros días, aun así somos siervos inútiles y habremos hecho solamente aquello que era nuestro deber hacer. Pablo dice que fuimos comprados por un precio y no nos pertenecemos. Nuestro Redentor tiene perfecto derecho de mandarnos y todo lo que hagamos es para nuestro bien; El puede obrar sin nosotros, pero nosotros no podemos obrar sin El. Se nos dice que somos siervos inútiles, y lo somos si es que estamos pensando en pagarle a nuestro Salvador lo que El ha hecho por nosotros, pues eso nunca lo podremos hacer; y no podemos colocar a nuestro Salvador en nuestro débito, no importa el número de obras que hagamos ni una vida plena de servicio fiel.
ORAR EN EL NOMBRE DE CRISTO. ¡Cuánto mejor es que en nuestra adoración y en nuestras oraciones, al llegar al final, terminemos lo que estamos haciendo con una declaración simple y sencilla según se nos ha mandado hacer, esto es “en el nombre” de Jesucristo, nuestro Señor!
CRISTO NUESTRO HERMANO MAYOR. Otra expresión que está encontrando lugar entre nosotros, especialmente de parte de los oradores y de los que escriben sobre temas del evangelio, es referirse a nuestro Señor como el Cristo. Naturalmente que no hay, y no puede haber, otro. Se nos ha informado, sin embargo, que su nombre es Jesucristo y que El es el Unigénito del Padre en la carne, pero el Primogénito en el espíritu. El es nuestro Hermano Mayor y fue honrado por el Padre con la plenitud de autoridad y poder como miembro de la gran Presidencia: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Fue comisionado antes que el mundo fuese formado, para venir a esta tierra y aquí ofrecerse en sacrificio, por medio del derramamiento de su sangre por los pecados de la humanidad, a condición de su arrepentimiento, y por la transgresión de nuestros primeros padres, la cual acarreó este nuestro estado mortal y caído.
CUÁNDO USAR EL TITULO: “EL CRISTO”. El nombre Cristo es un título comparado al de Mesías y significa El Ungido y tiene que ver con el oficio de nuestro Salvador. Si las palabras de un orador hacen referencia a la naturaleza y llamamiento de nuestro Señor en el oficio que El posee, entonces el artículo definido antepuesto al nombre está usado correctamente. Sin embargo, cuando hablamos del Redentor en algún otro sentido que no sea haciendo referencia a su título oficial, es mejor no usar el artículo, sino el nombre completo de nuestro Señor, o, mejor aún, a fin de evitar la frecuente repetición, podemos decir nuestro Redentor o Salvador, el Señor.
La gran lección que tenemos que aprender, en toda nuestra prédica, en nuestros escritos y conversaciones, es usar los títulos Divinos moderadamente, no con demasiada familiaridad ni con falta de reverencia.
¿COMIÓ EL PADRE CON ABRAHAM?
EL SEÑOR VISITÓ A ABRAHAM. No tenemos justificación en enseñar que nuestro Padre Celestial, con otros personajes celestiales, bajase, sucio de polvo y muy cansado, y que haya comido con Abraham. Esto no es lo que se enseña en el capítulo 18 de Génesis. El primer versículo de ese capítulo debería decir lo siguiente: “Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre.” Ese es un pensamiento completo. La segunda parte de este párrafo no tiene nada que ver con la aparición del Señor a Abraham y debería haber otro párrafo u oración expresando: “Y se sentó él a la puerta de su tienda en el calor del día; y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él.” Estos tres hombres eran mortales. Ellos tenían cuerpos y pudieron comer, lavarse y sentarse y descansar de su fatiga. Ninguno de estos tres era el Señor.
ABRAHAM AGASAJÓ A SUS HERMANOS. Os daré una clave: era natural que los ingleses tradujesen, como aparece en el versículo tres,a y dijesen “Mi Señor” al referirse a personajes distinguidos, porque esa es la forma en que ellos reconocían a tal clase de personajes; pero notaréis que el vocablo Señor en el tercer párrafo aparece con una mayúscula seguida de minúsculas, lo cual es indicación de que no se trataba de el Señor. Por otra parte, en los versículos 13, 14, 17-20 veréis que todas las letras son mayúsculas y que se refiere a EL SENOR. Y bien, de acuerdo con la revisión efectuada por el Profeta, el tercer versículo de este pasaje aparece en la forma siguiente: “Hermanos míos, si ahora he hallado gracia en vuestros ojos, os ruego que no paséis de vuestro siervo.”
¿LUCHÓ JACOB CON UN ANGEL?
EL MENSAJERO BENDICE A JACOB. ¿Quién lució con Jacob en el monte Peniel? Las Escrituras dicen que fue un hombre. Los intérpretes de la Biblia dicen que fue un ángel. Seguramente fue un mensajero enviado a Jacob para darle la bendición. Pensar que luchó y sujetó a un ángel que no pudo escapar queda fuera de discusión. El término “ángel” tal como es usado en las Escrituras, de vez en cuando, se refiere a mensajeros que son enviados con instrucciones importantes. Posteriormente en ese capítulo cuando Jacob dice que contempló al Señor, eso no era una referencia a su lucha.
























