Doctrina de Salvación Tomo 3

Capítulo 13

Israel: El Pueblo del Convenio de Dios


HIJOS DEL CONVENIO

EL CONVENIO DEL SEÑOR CON ABRAHAM. Somos pueblo de convenio, es decir, estarnos sujetos a convenios y obligaciones como miembros de la Iglesia. Siempre ha sido así. El Señor concertó convenios con Adán en el principio. Esto lo hallamos claramente declarado en el libro de Génesis, y más claramente expresado en el Libro de Moisés en la Perla de Gran Precio. Concertó convenios con Enoc, que también se declaran en esos escritos. Concertó un convenio con Noé, el cual resultó en la salvación de la familia de Noé y las grandes promesas que se le dieron al tiempo del diluvio.

Más tarde Abraham recibió convenios, convenios muy particulares e importantes que nos conciernen en forma sumamente material en la actualidad. Permítaseme una palabra tocante al convenio que se concertó con Abraham. Leo lo siguiente del Libro de Abraham: “Jehová es mi nombre, y conozco el fin desde el principio; por lo tanto, te cubriré con mi mano.” (Esto es lo que el Señor dijo a Abraham.)

“Y haré de ti una nación grande y te bendeciré sobremanera, y engrandeceré tu nombre entre todas las naciones y serás una bendición a tu descendencia después de ti, para que en sus manos lleven este ministerio y sacerdocio a todas las naciones. Y las bendeciré mediante tu nombre; pues cuantos reciban este evangelio serán llamados por tu nombre, y serán considerados como tu descendencia, y se levantarán y te bendecirán como padre de ellos; y bendeciré a los que te bendijeren, y maldeciré a los que te maldijeren; y en ti (es decir, en tu sacerdocio) y en tu descendencia (es decir, tu sacerdocio), pues te prometo que en ti continuará este derecho, y en tu descendencia después de ti (es decir, la descendencia literal, o sea la descendencia corporal) serán bendecidas todas las familias de la tierra, sí, con las bendiciones del evangelio, que son las bendiciones de salvación, si, de vida eterna.”

CONVENIO CON ABRAHAM PARA TODA SU DESCENDEN­CIA. Por supuesto, el Señor estableció este convenio más particularmente por conducto de Isaac y Jacob, y Jacob por medio de los doce hijos que están al frente de las doce tribus de Israel. Pero llamo vuestra atención a este hecho: Según Doctrinas y Convenios, Moisés recibió su sacerdocio de Jetro, que era descendiente de Abraham, mas no descendiente de manera alguna, que sepamos, de Jacob o Israel. Jetro nació de otra rama de la familia de Abraham, la de Cetura. Jetro era madianita, y sin embargo, poseía el sacerdocio.

En ocasiones pensamos, como pensaron los judíos en los días de Cristo, que todas las bendiciones de Israel corresponden únicamente a nosotros. Recordaréis qué trabajo le costó al Señor convencer a los apóstoles en aquella época temprana que el evangelio era para los gentiles. Hemos leído el relato de Cornelio, y cómo el Señor tuvo que convencer a Pedro de que el evangelio era para otros aparte de los judíos. No debemos pensar que en aquellos días nadie tenía derecho a las bendiciones del sacerdocio sino aquellos que fueran descendientes de Israel o Jacob. Esto se manifiesta claramente en este hecho, como ya se ha indicado, de que los madianitas poseían el sacerdocio.

MANERA DE OBTENER LA ADOPCIÓN EN LA CASA DE ISRAEL. ¿Se hace necesario que seamos de la casa de Israel a fin de aceptar el evangelio y todas las bendiciones relacionadas con él? Si es así, ¿cómo llegamos a ser de la casa de Israel, por adopción o por linaje directo?

Toda persona que acepta el evangelio llega a ser de la casa de Israel. En otras palabras, se convierten en miembros del linaje escogido, o en hijos de Abraham por conducto de Isaac o Jacob a quienes se hicieron las promesas. La gran mayoría de aquellos que se hacen miembros de la Iglesia son descendientes literales de Abraham por conducto de Efraín, hijo de José. Aquellos que no son descendientes literales de Abraham e Israel deben llegar a serlo, y cuando son bautizados y confirmados, son injertados en el árbol y tienen derecho a todas las facultades y privilegios de herederos.

TODAS LAS NACIONES SON BENDECIDAS POR MEDIO DE ABRAHAM. Cuando llamó a Abraham para que saliera de Ur, la tierra de sus padres, el Señor concertó ciertos convenios con él por motivo de su fidelidad. Una promesa fue que por medio de él y de su descendencia serían benditas todas las naciones de la tierra. Esta bendición se cumple de distintas maneras.

  1. Por medio de Jesucristo, el cual vino por conducto del linaje de Abraham;
  2. Por medio del sacerdocio que se confirió a Abraham y a sus descendientes;
  3. Por medio de la dispersión de Israel entre todas las naciones, mediante lo cual la sangre de Israel se mezcló entre las naciones, y de ese modo éstas participan de la levadura de la justicia con la condición de que se arrepientan, y tienen derecho a las promesas que se hicieron a los hijos de Abraham; y
  4. En el hecho de que el Señor hizo convenio con Abraham de que después de su época, cuantos aceptaran su evangelio serían llamados por su nombre, o serían contados entre los de su descendencia y recibirían el Espíritu Santo.

Todas estas promesas fueron hechas a Abraham por motivo de su fidelidad. Ninguna persona que no sea de Israel puede llegar a ser miembro de la Iglesia sin llegar a ser de la casa de Israel por adopción.

Los profetas de Israel entendían esta doctrina de adopción o injertación de las ramas del olivo silvestre en el olivo natural. Juan el Bautista y el Salvador la enseñaron, y se expresa de la manera más enfática y hermosa en la parábola del olivo natural en el quinto capítulo de Jacob, en el Libro de Mormón.

LINAJE EN ISRAEL POR CONSANGUINIDAD. ¿Se sigue el linaje de Efraín por medio de la consanguinidad, o se sigue por medio de las personas creyentes?

Cuando un hombre que es de Israel se une a la Iglesia, su relación tribal no sufre ningún cambio. Por ejemplo, un descendiente de Judá sería catalogado como de la tribu de Judá, un descendiente de Benjamín, como de la tribu de Benjamín y así sucesivamente con los de otras tribus. Efraín fue bendecido con la primogenitura en Israel, y en esta dispensación ha sido llamado para estar a la cabeza y bendecir a las otras tribus de Israel. Esta es la interpretación cual se ha hallado en los discursos de las autoridades y en las bendiciones de los patriarcas de la Iglesia desde el principio, como lo indican los siguientes extractos:

“Tenemos el hecho revelado por medio del profeta José Smith, que era del linaje de José por los lomos de Efraín, que la mayoría de aquellos que han sido los primeros en recibir el evangelio y sacerdocio de la dispensación de los postreros días, son descendientes de algunos de la casa de Efraín esparcidos entre las naciones, y por tanto, el palo de José —el Libro de Mormón— está en sus manos.

Es Efraín al que yo he estado buscando todos los días de mi predicación, y esa es la sangre que corría por mis venas cuando yo acepté el evangelio. Si hay algunos de las otras tribus de Israel mezclados entre los gentiles, también los estamos buscando. Aunque los gentiles son excluidos, no supongáis que no vamos a predicar el evangelio entre las naciones gentiles, porque se han mezclado con la casa de Israel… Vosotros comprendéis quiénes somos; somos de la casa de Israel, de la descendencia real, la sangre real.”

El presidente Brigham Young también dijo: “habéis oído a José decir que la gente no lo conocía; tenía puesta la vista en el parentesco por consanguinidad… Su descendencia de José, el que fue vendido a Egipto, era directa y la sangre era pura en él. Por eso es que el Señor lo eligió, y nosotros somos puros cuando este linaje consanguíneo de Efraín desciende en su pureza. Los decretos del Omnipotente serán enaltecidos; la sangre que en él había era pura, y él tenía el derecho exclusivo y poder legal, ya que era heredero legal de la sangre que ha estado sobre la tierra y que ha descendido por medio de un linaje puro.

LAS BENDICIONES PATRIARCALES REVELAN LA TRIBU DE QUE SE DESCIENDE. “Si el patriarca que está aquí pusiera sus manos sobre vuestra cabeza y declarara vuestra genealogía, él os diría… que, casi sin excepción, sois descendientes de Efraín.”

En la mayor parte de las bendiciones dadas por nuestros patriarcas se hallarán expresiones semejantes a estas:

“Hermano Hyde: Sello sobre ti las bendiciones de José, porque eres un descendiente puro de José por los lomos de Efraín.” (Bendición por José Smith, padre.)

“Eres del linaje de José, y coheredero de las bendiciones de Abraham.” (Bendición por José Smith, padre.)

Ocasionalmente en las bendiciones patriarcales el linaje se declara de ser de otras tribus. He aquí algunos ejemplos:

“Querido hermano: En el nombre de Jesucristo, pongo mis manos sobre tu cabeza y ruego a Dios el Padre Eterno que sea iluminada la visión de mi mente… Eres de la tribu de Dan, sin embargo, si eres fiel lograrás todas las bendiciones prometidas.” (Bendición por José Smith, padre.)

“Eres en parte del linaje de Judá.” (Bendición por José Smith, padre.)

“Eres de un espíritu lento y temeroso, pero despierta, levántate y sé enérgico, y podrás ver dentro del velo, y el Señor te hará saber tu linaje.” (Bendición por José Smith, padre.)

“Eres de la sangre de José y de la tribu de Manasés.” (Bendición por John Smith.) “Eres de la sangre de José y del linaje de Manasés”. (Bendición por John Smith.) Claramente se ve por estas bendiciones y las interpretaciones dadas a las Escrituras, que los hermanos, desde el principio de la Iglesia en estos últimos días, creyeron y enseñaron que el linaje es cuestión de parentesco consanguíneo. Sin embargo, si una persona se uniera a la Iglesia, y fuera gentil, puro, el Profeta ha dicho que sería expurgada la sangre vieja y que sería injertado en la casa de Israel. En tal caso, propiamente se podría designar a la persona a una de las otras tribus, probablemente la de Efraín.

SOLAMENTE LOS JUSTOS SON HEREDEROS DE ABRAHAM. Los términos descendencia, herederos, hijos e hijas tienen un significado mucho más profundo y mayor cual se usan en las Escrituras al referirse a llegar a ser hijos e hijas de Abraham, que el de ser sus descendientes literales en la carne. Según el significado de las Escrituras, habrá miles de los descendientes literales de Abraham, Isaac, Jacob y José que jamás serán llamados por el nombre de Abraham o serán de la casa de Israel. Esto será porque se habrán rebelado contra la verdad y no se habrán ajustado a los convenios requeridos a fin de que puedan ser herederos como hijos e hijas. En otras palabras, para llegar a ser un hijo o una hija de Abraham, la persona debe hacer “las obras de Abraham”. El Señor reconoció el hecho de que los judíos eran descendientes de Abraham, pero no podían ser aceptados como hijos de Abraham.

Debemos recordar que hay algunas bendiciones que vienen a nosotros por ser fieles miembros de la Iglesia. Aquellos que son obedientes y que guardan los convenios que el Señor requiere a aquellos que logran la exaltación, van a ser los hijos de Abraham por toda la eternidad, mientras que aquellos que se rebelen contra la verdad serán desarraigados, tal como lo fueron los judíos en los días de nuestro Salvador.

También llamo vuestra atención al hecho de que el Señor ha dicho que aquellos que reciben el sacerdocio y son fieles también llegan a ser los hijos de Moisés y de Aarón, así como los de la descendencia de Abraham, que sean rebeldes, serán desheredados y no serán llamados por el nombre de ellos. Se nos enseña que somos progenie de Dios, sin embargo, únicamente aquellos que obedezcan serían llamados hijos de Dios.

LA MISIÓN DE EFRAÍN

EFRAÍN LOGRÓ LA PRIMOGENITURA EN ISRAEL. José, hijo de Jacob, por motivo de su fidelidad e integridad a los propósitos del Señor, fue recompensado con la primogenitura en Israel. Era costumbre en aquellos tiempos conferir sobre el hijo primogénito privilegios y bendiciones especiales, y se consideraba que estos le pertenecían por derecho de nacimiento. Rubén, el primero de los hijos de Jacob, perdió la primogenitura por causa de transgresión, y se confirió sobre José, el más digno de todos los hijos de Jacob.

Cuando Jacob bendijo a José, le otorgó una porción o herencia doble entre sus hermanos en Palestina, y también la bendición de la tierra de Sión, “el término de los collados eternos”. También lo bendijo con las bendiciones de los cielos de arriba, del abismo que está abajo y de posteridad. Jacob también bendijo a los dos hijos de José con las bendiciones de su padre, las cuales ellos heredaron, y colocó a Efraín, el menor, adelante de Manasés, el mayor, y por inspiración del Señor confirió sobre Efraín la primogenitura en Israel.

EL ESPARCIMIENTO DE EFRAIN ENTRE LAS NACIONES. Tras la muerte de Salomón, su hijo Roboam fue puesto sobre el trono de Israel, pero las diez tribus del norte se rebelaron y establecieron el reino de Israel, con Jeroboam, un efraimita, como rey. El reino del sur integrado por las tribus de Judá y de Benjamín, fue conocido de allí en adelante como el reino de Judá. En las crónicas y en las profecías frecuentemente se hace mención del reino del norte como de Efraín. Hay pasajes en las Escrituras, sin embargo, que se refieren directamente a los descendientes de Efraín y las bendiciones que se pronunciaron sobre su cabeza. Estas bendiciones se han de realizar en los postreros días.

Mientras los israelitas poseyeron la tierra de Canaán, fueron rebeldes y dejaron de prestar atención a los mandamientos del Señor. Entre estas tribus no había otra más culpable de esta ofensa que la de Efraín, y por motivo de esta rebelión el Señor la castigó, mezclándola entre las naciones. Es cierto que los israelitas de las otras tribus fueron esparcidos entre las naciones, pero más particularmente sucedió esto en cuanto a los efraimitas. Las palabras de Oseas se aplican directamente a los de la tribu de Efraín cuando dice: “Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín fue torta no volteada.” Al esparcir a Efraín, el Señor tenía dos propósitos en mente:

  1. El esparcimiento iba a ser un castigo sobre un pueblo rebelde;
  2. Tenía por objeto bendecir a las gentes de otras naciones con la sangre de Israel, entre las cuales Efraín se “mezcló”. El esparcimiento de otros israelitas fue para el mismo propósito.

Tenemos muy buenas razones para creer, sin embargo, que fue la tribu de Efraín, rebelde, soberbia y terca, la que fue esparcida más que cualquiera de las otras naciones. La razón principal es que Efraín es a quien ahora se está recogiendo de entre las naciones. En estos últimos días el Señor dijo que Efraín no sería rebelde como lo fue anteriormente, y que ahora, los rebeldes no eran de Efraín y que deberían ser “extirpados”.

EFRAÍN SE HALLA AL FRENTE EN LOS ÚLTIMOS DÍAS. Es esencial en esta dispensación que Efraín ocupe su lugar a la cabeza, ejerciendo la primogenitura en Israel que le fue dada por revelación directa. Por tanto, Efraín debe ser recogido primero para preparar el camino, mediante el evangelio y el sacerdocio, para el resto de las tribus de Israel cuando llegue la ocasión en que han de ser congregadas en Sión. La gran mayoría de aquellos que han ingresado a la Iglesia son efraimitas. Es una rareza encontrar a alguno de cualquier otra tribu, a menos que sea la de Manasés.

Es Efraín, en la actualidad, el que posee el sacerdocio. Es con Efraín con quien el Señor ha concertado convenio y ha revelado la plenitud del evangelio eterno. Es Efraín el que está edificando templos y efectuando en ellos las ordenanzas tanto para los vivos como para los muertos. Cuando vengan las tribus perdidas” —y será una escena sumamente notable y cosa maravillosa cuando vengan a Sión— en cumplimiento de las promesas hechas por medio de Isaías y Jeremías, tendrán que recibir sus bendiciones de coronamiento de su hermano Efraín, el primogénitoen Israel.

ISRAEL EN LOS POSTREROS DÍAS RECIBIRÁ BENDICIONES DE EFRAÍN. Los que han dirigido a nuestros miembros desde el principio han mirado adelante hacia el gran día en que Efraín sea congregado y ocupe su lugar para coronar a las tribus de Israel. En una epístola expedida por la Primera Presidencia en octubre de 1852, se halla lo siguiente:

“La invitación es para todos, de toda nación, tribu y lengua, que quieran creer, arrepentirse, ser bautizados y recibir el don del Espíritu Santo por la imposición de manos. Venid a casa: Venid a la tierra de José, a los valles de Efraín.”

El profeta José Smith miró hacia el día en que Israel sería congregado. Declaró en una conferencia, efectuada en junio de 1831, “que Juan el Revelador se hallaba entonces entre las diez tribus de Israel, que habían sido llevadas por Salmanasar, rey de Asiria, preparándolas para volver de su larga dispersión”. El presidente Brigham Young constantemente tenía estos mismos pensamientos en mente, y frecuentemente hablaba de ellos. “Es la casa de Israel la que buscamos —dijo él— y es precisamente el jovencito sobre el cual Jacob puso sus manos, el que salvará a la casa de Israel. El Libro de Mormón vino a Efraín, porque José Smith era un efraimita puro.”

“Hoy estamos recogiendo a los hijos de Abraham que han venido por los lomos de José y sus hijos, más particularmente por conducto de Efraín, cuyos hijos se hallan mezclados entre todas las naciones de la tierra… Veo a una congregación de ellos ante mí este día.”

El presidente Young declara que José Smith era un efraimita puro. Esto es verdad, José Smith, padre del Profeta, recibió la primogenitura en Israel que él heredó por linaje de sus padres hasta Efraín y José y Jacob hasta Abraham. Por esa razón le fue conferido el sacerdocio patriarcal con el mandamiento de que debería trasmitirse de padre a hijo.

EL RECOGIMIENTO DE ISRAEL

LOS PROFETAS ANUNCIARON EL RECOGIMIENTO DE ISRAEL Moisés declaró por profecía a Israel antiguo, aun antes que tuvieran el privilegio de entrar en la tierra de su herencia, que por causa de su rebelión las tribus de Israel serían echadas hasta los cuatro cantones de la tierra, pero que en los últimos días, si se humillaban, el Señor los volvería a congregar. Los profetas de Israel, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Amós, Oseas, repitieron estas profecías constantemente; de hecho, todos los profetas han hablado del esparcimiento y del recogimiento de Israel.

 “Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. Y levantará pendón a las naciones, y juntará a los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra.”

LA IGLESIA ES EL PENDÓN PROMETIDO AL MUNDO. Hace más de 125 años, en el pequeño pueblo de Fayette, Condado de Séneca, Nueva York, el Señor levantó un pendón a las naciones. Fue en cumplimiento de la profecía hecha por el profeta Isaías, y que acabo de leer. Ese pendón fue La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, que se estableció por la última vez, para nunca más ser destruida ni dejada a otro pueblo. Fue el acontecimiento más grande que el mundo ha visto desde el día en que el Redentor fue levantado sobre la cruz y efectuó la infinita y eterna expiación. Tuvo mayor significación para el género humano que cualquier otra cosa que haya acontecido desde ese día.

Ningún acontecimiento debió haber sido proclamado entre el pueblo con mayor eficacia ni recibido con mayor evidencia de gozo y satisfacción. Las naciones deberían haberse recogido y haberlo recibido con un corazón gozoso, porque con él vino el establecimiento de la verdad divina en la tierra, a saber, el evangelio de Jesucristo, que es el poder de Dios para salvación de todos los que crean. El mundo había estado sin este evangelio por muchos cientos de años, desde la época de la gran apostasía y desviación de la verdad que la Iglesia primitiva había establecido.

Luego que se hubo levantado este pendón, el Señor envió a sus élderes, investidos con el sacerdocio y con poder y autoridad, entre las naciones de la tierra, dando testimonio a todos los pueblos de la restauración de su Iglesia, y llamando a los hijos de los hombres a que se arrepintieran y recibieran el evangelio; porque ahora se estaba predicando en todo el mundo como testimonio antes que viniera el fin, es decir, el fin del reino de iniquidad y el establecimiento del reino milenario de paz. Los élderes salieron, según se les mandó, y aún están predicando el evangelio y recogiendo de entre las naciones a los descendientes de Israel, a quienes se hizo la promesa.

ISRAEL ES CONGREGADO AL UNIRSE A LA IGLESIA VER­DADERA. De manera que nuestros padres fueron congregados y traídos al redil verdadero en cumplimiento de las promesas hechas en tiempos antiguos por hombres inspirados del Señor, de que El juntaría a un remanente de su pueblo de los cuatro extremos de la tierra. Israel esparcido está siendo congregado en el redil. Algunos han rechazado el testimonio de los élderes por motivo de la ignorancia y el prejuicio, sin comprender el significado del mensaje que les es comunicado. Otros han rechazado la verdad intencionalmente por motivo de la maldad que hay en su corazón, y por estar sujetos a la injusticia.

Muchas son las naciones que están representadas en los miembros de la Iglesia, y que hallamos en cada estaca de Sión, y han venido porque el Espíritu del Señor vino sobre ellos y no pudieron contenerse; sino que al recibir el espíritu del recogimiento, abandonaron todo por amor del evangelio y por el privilegio de ser contados entre sus correligionarios y obtener una herencia entre ellos, a saber, los Santos de los Ultimos Días.

LAS BENDICIONES DEL RECOGIMIENTO DE ISRAEL. Nuestros antepasados obraban en varias ocupaciones en sus países nativos; algunos de ellos en las minas de carbón, algunos de ellos en la industria pesquera, algunos de ellos en las grandes fábricas; y así se hallaban empleados en países extranjeros, ganando apenas lo suficiente para poder sostenerse. Escucharon el evangelio, vinieron a esta tierra, se convirtieron en labradores de la tierra y criadores de ganado principalmente, y se han dedicado más o menos, desde luego, a la compra y venta de mercancía. Se han preparado y educado en las varias profesiones: como abogados, médicos y en las artes y ciencias, privilegio que jamás habrían tenido si hubiesen permanecido en su tierra nativa, en las condiciones que allí prevalecían.

Así que el evangelio los ha beneficiado, temporal, así como, espiritualmente y todos sabemos que los ha beneficiado moralmente; que en todo particular nos hallamos en mucho mejor posición de la que nos hallaríamos si hubiésemos permanecido, o si nuestros padres hubiesen permanecido y nosotros les hubiésemos nacido en los países de donde ellos vinieron. La Iglesia en la actualidad asciende a muchos miles, y son de la casa de Israel, principalmente de la tribu de Efraín, el mismo que había recibido la primogenitura en Israel y la misión de estar a la cabeza para efectuar una obra por sus familiares de las otras tribus en la Dispensación del Cumplimiento de los Tiempos en la cual vivimos.

Así que, hemos visto el cumplimiento de la promesa que fue hecha al profeta José Smith, mediante la predicación del evangelio, así como la conversión de muchas almas de Europa, de Asia y de las islas del mar; y ahora estamos presenciando el recogimiento de los dispersados de Judá. El Señor está ahora preparando el camino para el regreso de estos expatriados que fueron esparcidos por motivo de su desobediencia y su rechazamiento del Hijo de Dios, y han permanecido esparcidos entre las naciones hasta el tiempo de su recogimiento, el cual es ahora.

SE EFECTÚA EL RECOGIMIENTO PORQUE SE RESTAURA­RON LAS LLAVES. Moisés recibió las llaves del recogimiento de Israel en el Sinaí, cuando fue llamado y enviado para conducir a Israel de Egipto a la tierra prometida, la cual el Señor había dado a su padre Abraham. Recogió a Israel, y aun cuando no se le concedió el privilegio de colocarlos en posesión de la tierra, no obstante, tenía en sus manos las llaves del recogimiento. El vino a Pedro, a Santiago y a Juan en el monte al tiempo de la transfiguración, y allí les confirió las mismas llaves para el recogimiento de Israel en la época en que ellos vivían. Fue enviado al profeta José Smith y a Oliverio Cowdery para conferir las llaves del recogimiento de Israel en la Dispensación del Cumplimiento de los Tiempos.

Es en virtud de la restauración de esas llaves que os halláis aquí presentes esta noche. Doy por sentado que estoy mirando las caras de personas que han venido de todas partes de Europa, de todas partes de los Estados Unidos, del Canadá y otras tierras. ¿Qué os trajo aquí? El evangelio de Jesucristo, y el poder y la autoridad conferidos por Moisés para que os congregaseis aquí.

En la actualidad los judíos se están recogiendo en Palestina como cumplimiento de las profecías de los antiguos profetas.

¿Por qué se están recogiendo en su patria? Por motivo de la restauración de las llaves para el recogimiento de Israel. Los judíos están siendo restaurados a la tierra de su herencia; y habrá otros recogimientos aún, porque se nos informa que se efectuará el recogimiento de las tribus perdidas de Israel, y todo esto en virtud de la restauración de las llaves del sacerdocio que Moisés poseía.

LA PLENITUD DE LOS GENTILES

EL TIEMPO DE LOS GENTILES SE ACERCA A SU FIN. Hablando acerca de la caída de los judíos y la destrucción de Jerusalén, el Señor dijo a sus discípulos: “Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan. Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.” Moroni también se refirió a este pasaje de las Escrituras cuándo visitó a José Smith en septiembre de 1823, y dijo que pronto se iba a cumplir. Declaró que la plenitud de los gentiles en breve se iba a iniciar. Las palabras de nuestro Señor son muy precisas y explícitas en cuanto al tiempo del esparcimiento de los judíos y de los días de los gentiles. Proporcionan la llave que abre la puerta al cumplimiento de esta profecía.

Todos sabemos que desde el tiempo de la destrucción de Jerusalén en el año 70 D. C. hasta cerca del fin de la Primera Guerra Mundial, Jerusalén fue hollada por los gentiles, y durante todo ese tiempo los judíos se hallaban esparcidos y casi sin privilegios en la Tierra Santa. El Señor dijo que habrían de permanecer esparcidos entre las naciones hasta que se cumplieran los tiempos de los gentiles. Moroni dijo que los tiempos de los gentiles estaban a punto de cumplirse. Hoy estamos viviendo en el período de transición; el día de los gentiles ha llegado, y está próximo el día de Judá y el remanente de Israel abatido. Se ha dado ya la señal para el cumplimiento de esta profecía.

LOS PRIMEROS SERÁN POSTREROS Y LOS POSTREROS, PRIMEROS. En la dispensación anterior, el evangelio se predicó primeramente a los judíos y luego, después que lo rechazaron, fue llevado a los gentiles. En la dispensación en que vivimos, el evangelio fue llevado primeramente a las naciones gentiles, y se recogió a los esparcidos de Israel que no eran judíos, y después de predicarse entre las naciones gentiles irá a los judíos, y los primeros serán postreros y los postreros, primeros, como lo prometió el Salvador.

En la sección 45 de Doctrinas y Convenios el Señor llama la atención al hecho de que cuando llegara la plenitud de los gentiles, resplandecería una luz entre los asentados en tinieblas, y sería la plenitud del evangelio eterno, mas lo rechazarían. Y el en esa generación se cumplirá el tiempo de los gentiles. En la sección 133 de Doctrinas y Convenios, el Señor advierte a todas las tribus de Israel a que huyan a los montes de Efraín para estar seguros, y a los judíos, que huyan a Jerusalén.

Desde la época de la destrucción de Jerusalén por Tito, hasta el año 1917, Jerusalén fue hollada por los gentiles. Después que el general Allenby, al frente de las fuerzas británicas, conquistó a Palestina, dicho país quedó libre de la tiranía y opresión del imperio turco, y después que se declaró la paz, Inglaterra envió a Palestina al doctor Herbert Samuel, un judío, para que fuera gobernador de la tierra, y fue la primera vez, en todos esos años, que un judío haya gobernado en Palestina.

EL PRINCIPIO DEL REGRESO DE LOS JUDÍOS A PALESTINA. Bajo su dirección, y con la aprobación del gobierno británico, que rige ese país, él está haciendo los preparativos para el regreso del resto esparcido, los dispersados de Judá, a su propia tierra, donde se congregarán en cumplimiento de estas profecías declaradas por Isaías y otros profetas, y citadas por Moroni al profeta José Smith, y donde también ellos tendrán el privilegio de escuchar el evangelio y aceptarlo.

Actualmente vemos que se está realizando un milagro ante nuestros propios ojos. A raíz de la guerra, y nos complacemos en llamarla la Primera Guerra Mundial, el primer ministro británico expidió una proclamación a los judíos, diciéndoles que podían congregarse, y que tendrían en Palestina un hogar judío o estado. Empezaron a congregarse allí en gran número. Al principio de este siglo las cosas en Palestina se hallaban en una condición deplorable. Estaban usando arados de madera, ruedas tiradas por animales para sacar agua de riego; tenían norias y arroyos infectados; portaban el agua en cueros como en los tiempos antiguos y la sanidad se hallaba en terrible estado.

EL LÍBANO SE ESTÁ CONVIRTIENDO EN CAMPO FRUCTI­FERO. El gobierno británico cambió todo esto cuando se le otorgó el mandato, ya que el mandato de Palestina se otorgó a la Gran Bretaña. Esta nación, así como otras, gastaron millones de libras esterlinas en la rehabilitación de esa tierra. El mar de Galilea es ahora un gran depósito y las aguas sobrantes de los varios arroyos se están encauzando para que fluyan en él.

Se han construido canales para el riego, y el Jordán ha sido alterado de su cauce natural en canales de ambos lados del lecho original. Estas aguas riegan unos tres millones de hectáreas, que de lo contrario no se podrían cultivar. Sobre estas corrientes se han construido plantas hidroeléctricas, una de las cuales se halla como a unos trece kilómetros más allá del lago de Galilea, donde existe una presa semejante a la de Hoover en Estados Unidos. Esta contiene unos veinte mil millones de metros cúbicos de agua para fines de irrigación y fuerza. Después de pasar por las turbinas, la mayor parte del agua vuelve al Jordán. Las plantas eléctricas son de suficiente amplitud para un territorio de más o menos la extensión de la República del Salvador. La Corporación Eléctrica de Palestina abastece de fuerza y luz eléctrica a toda Palestina, con excepción de Jerusalén y sus alrededores.

En 1929 y 1930, el valor de la fruta exportada de Jerusalén, de los huertos de naranjas, toronjas y limones, se calculó en un millón y medio de dólares. En 1937 se calculó que habla ascendido a veinte millones. Durante el mismo período la producción de artículos industriales del pueblo judío subió de once millones a más de cuarenta millones.

Desde 1898 hasta 1940 se había invertido en Palestina la cantidad de setenta millones de dólares por medio de los fondos nacionales. Esta es la suma que se calcula hasta el año 1937. Desde entonces ha habido una gran afluencia de judíos a Palestina y, desde luego, todo lo que os he dicho acerca del dinero que se ha invertido y lo que se ha logrado es solamente una fracción pequeña de lo que se ha logrado desde entonces. Tel Aviv, una ciudad judía fundada en 1910, es mayor que Salt Lake City en la actualidad. Todo esto ha sucedido en cumplimiento de las profecías.

JERUSALÉN YA NO ES HOLLADA POR LOS GENTILES. Inglaterra se cansó del mandato y pidió que se le relevara. El 14 de mayo de 1948 se retiró Inglaterra, y nació la República de Israel. Este es un acontecimiento muy significativo que no debemos olvidar. Es para nosotros una señal de que los tiempos de los gentiles se están aproximando a su fin, y que está cerca el día del recogimiento de los judíos y la predicación del evangelio a ellos.

Voy a leeros algunas de las palabras del Salvador con respecto al esparcimiento de los judíos y su recogimiento, cual se hallan en el capítulo 21 de Lucas: “Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay de las que estén encinta, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre ese pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.”

Cuando Tito, el general romano, sitió a Jerusalén, repentinamente retiró sus fuerzas por alguna causa desconocida. Esto sirvió de señal a los miembros de la Iglesia para que huyeran, y aprovecharon la ocasión. Tito regresó y reanudó el sitio, y fue en esa ocasión que se verificaron las cosas terribles de las que habla Moisés en el capítulo 28 de Deuteronomio.

En la actualidad los judíos están poblando los sitios desolados, fundando ciudades. Tienen su propio gobierno, tienen su propia bandera y formulan sus propias leyes. Quisiera que obtuvieseis un ejemplar de la “Voz de amonestación” por el hermano Parley P. Pratt, que escribió en 1837. El habla de todas estas cosas y cómo se van a cumplir. Hoy, más de cien años después, vernos que los judíos están regresando. Vemos que su gobierno se ha establecido, y con ello se han colocado los cimientos para el regreso de Israel y, sin embargo, los ciegos guías de los ciegos no pueden ver esto.

POR QUÉ SON LLAMADOS JUDÍOS LOS DESCENDIENTES DE LEHI

LEHI ERA JUDÍO POR CIUDADANÍA. En 1 Nefi 5:14 se nos informa que Lehi era descendiente de José, y en 2 Nefi 30:4 se declara que los nefitas eran descendientes de los judíos. En vista de que los judíos eran descendientes de Judá, ¿cómo se pueden poner de acuerdo estas afirmaciones?

Es cierto que Lehi y su familia eran descendientes de José por el linaje de Manasés, e Ismael era descendiente de Efraín, de acuerdo con lo que declaró el profeta José Smith. El hecho de que los nefitas fuesen descendientes de José viene como cumplimiento de las bendiciones dadas a José por su padre Israel. Los nefitas eran de los judíos, no tanto por descendencia como por ciudadanía, aunque en el curso de su larga descendencia de Jacob, pudo ser posible que las tribus se hayan mezclado al casarse los de una tribu con los de otra.

Debe tenerse presente que en los días de Roboam, hijo de Salomón, diez de las doce tribus de Israel se rebelaron y fueron conocidas corno el reino de Israel de allí en adelante, hasta que fueron llevadas cautivas a Asiria. Las otras dos tribus de Judá y Benjamín permanecieron fieles a Roboam, y fueron conocidas como el reino de Judá. Lehi era ciudadano de Jerusalén, en el reino de Judá. Se supone que su familia había vivido allí por varias generaciones, y todos los habitantes del reino de Judá, pese la tribu de la cual hubieran descendido, eran conocidos como judíos.

La condición se puede comparar a las situaciones actuales, por ejemplo: Muchos miembros de la Iglesia se han recogido de Inglaterra, de Alemania, de los países escandinavos y de otros países extranjeros. Al venir a este país han adquirido su ciudadanía, y entonces ellos y sus descendientes son conocidos como americanos, por ser ciudadanos de esta nación.

¿CÓMO ES QUE PABLO ERA JUDIO? Tenemos un ejemplo comparable en el caso del apóstol Pablo. Cuando fue aprehendido, al ser acusado por los judíos, el tribuno lo confundió con un egipcio que había causado una sedición, y Pablo dijo al tribuno:

“Yo de cierto soy hombre judío de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia… pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros.” Al escribir sus epístolas a los santos de Roma, Pablo declaró: “Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.” Algo semejante declaró al escribir a los santos de Filipos.

No sólo en el Libro de Mormón se llama judíos a los descendientes de Lehi, sino también en Doctrinas y Convenios. En la sección 19 se encuentra lo siguiente: “Que es mi palabra a los gentiles, a fin de que pronto vaya a los judíos, de quienes los lamanitas son un resto, para que crean en el evangelio y no esperen más la llegada de un Mesías que ya vino.” Además, al dar instrucciones a los élderes que habían viajado desde Kirtland hasta Misurí, el Señor reveló el sitio para la construcción del templo y dio instrucciones para la compra de terrenos “hacia el oeste, aun hasta la línea que corre directamente entre el judío y el gentil”. Esta línea que corría hacia el oeste era la que separaba a los blancos de los indios.