El Teorema de Kólob

Resumen y Conclusiones


Muchos principios del evangelio se consideran en este libro. El significado de las escrituras es grandemente realzado cuando éstas se exponen en la secuencia del Teorema de Kólob y se comparan con descubrimientos recientes de la ciencia de la astronomía, los cuales, en muchos casos, están alcanzando y comprobando lo que los profetas han dicho desde hace mucho tiempo. Después de una debida reflexión sobre los datos presentados en este libro, abajo enumeramos el resumen y las conclusiones de lo que sentimos son probables explicaciones de la estructura del universo.

CAPÍTULO 3
EL TRONO DE DIOS ASÍ COMO KÓLOB POSIBLEMENTE ESTÁ EN EL CENTRO DE LA GALAXIA DE LA VÍA LÁCTEA

Abraham vio, a través del Urim y Tumim, la gigantesca estrella Kólob, que “se hallaba más próxima al trono de Dios” (Abraham 3:2); que Kólob es la primera de todas las creaciones de Dios y la más grande (en masa) de todas las estrellas (Abraham 3:16), y que rige “a todas las que pertenecen al mismo orden que ésa [la tierra] sobre la cual estás [Abraham]” (Abraham 3:3). Las escrituras establecen que el trono de Dios “está en medio de todas las cosas” (D&C 88:13). El Teorema de Kólob propone que éste es el centro de la galaxia de la Vía Láctea.

CAPÍTULO 4
POLVO INTERESTELAR IMPIDE QUE DESDE LA TIERRA SE VEA EL CENTRO DE LA GALAXIA O CIELO

El hombre natural se “marchitaría y moriría” en la presencia de Dios, pero si mirara con “ojos espirituales,” como lo hizo Moisés cuando la gloria de Dios descansó sobre él, podría ver su rostro porque fue “transfigurado en su presencia” (Moisés 1:11). La gloria, luz brillante y enorme radiación proceden de la presencia de Dios para llenar la inmensidad del espacio (D&C 88:12). La tierra está escondida y protegida de esta ardiente gloria con un velo de polvo interestelar.

CAPÍTULO 5
NO PODEMOS CONTAR TODAS LAS ESTRELLAS Y PLANETAS EN LA VÍA LÁCTEA, SIN EMBARGO, CADA UNA ES CONOCIDA POR DIOS

Dios le reveló a Moisés que había creado “incontables mundos” (Moisés 1:33). También que “así como dejará de existir una tierra… así aparecerá otra” (Moisés 1:38). Pero la creación de mundos es para Dios una tarea secundaria. Su principal enfoque y esfuerzo es el progreso de Sus hijos. Porque Dios dijo “ésta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39). Para lograr esto, Dios tiene que construir muchos soles y tierras como las residencias de Sus muchos hijos. Aunque el hombre no puede contarlas, Dios las conoce a todas y les ha dado un nombre a cada una.

CAPÍTULO 6
UNA GALAXIA PUEDE ESTAR DIVIDIDA EN TRES REGIONES

En la resurrección hay tres grados de gloria descritos en maravilloso detalle (D&C 76). Pablo comparó estos grados con el sol, la luna y las estrellas (1 Cor. 15:40-42). Cada uno de estos tres lugares, Celestial, Terrestre y Telestial, será la residencia final de parte de la humanidad después del juicio y la resurrección, su lugar estará basado en sus obras y su fe mientras estuvieron en la tierra. La localización de cada uno de estos reinos de gloria está en los anillos concéntricos de la galaxia de la Vía Láctea con el trono de Dios, el reino celestial, en el centro.

CAPÍTULO 7
HAY UN LUGAR PARA LAS “TINIEBLAS DE AFUERA”

Se teoriza que la localización de las “tinieblas de afuera”, el lugar final para el diablo, sus ángeles y los hijos de perdición es afuera de los límites de la Vía Láctea en donde es frío y oscuro.

CAPÍTULO 8
LA TIERRA ESTÁ VIVA Y HA SEGUIDO UNA SECUENCIA SIMILAR A LA DE UN ALMA HUMANA

La tierra está viva y cambia de cuando en cuando. El Señor explicó que “la tierra obedece la ley de un reino celestial, porque cumple la medida de su creación y no traspasa la ley… a pesar de que morirá, será vivificada de nuevo” (D&C 88:25-26).

La tierra tiene un espíritu porque fue creada espiritualmente antes de que se volviera temporal (Moisés 3:4-5). Fue revestida con vegetación espiritual y vida animal. Los animales también tienen espíritus (D&C 77:2, Moisés 3:5). Después, la tierra se convirtió en el terrestre Jardín del Edén (Moisés 3:8). Después de la caída de Adán, la tierra fue maldecida o “telestializada” un lugar apropiado para el hombre mortal (Moisés 4:23-25) y quedó sujeta a la muerte. El profeta Enoc, séptimo desde Adán, registra que él escuchó la tierra hablar, diciendo, “Estoy afligida.. .por causa de la iniquidad de mis hijos” (Moisés 7:48). La tierra también pidió poder descansar (Moisés 7:48). Esta oración le será atendida después de la segunda venida durante los mil años de paz que dure el Milenio (Moisés 7:64). Finalmente la tierra será celestializada cuando retorne a su órbita original alrededor de Kólob.

CAPÍTULO 9
EL PADRE CELESTIAL TIENE OTROS HIJOS A QUIENES COLOCA EN OTRAS TIERRAS EN LA GALAXIA DE LA VÍA LÁCTEA

La progenie de Dios es ubicada en otros mundos así como en esta tierra (D&C 76:24, 88:51-57).

Cristo asistió al Padre en la creación de todos estos mundos. También Cristo es el Redentor de cada uno de estos otros mundos. El profeta Joseph Smith nos enseñó que los habitantes de otros mundos son “salvados por nuestro mismo Salvador.” Así mismo muchos de estos otros mundos están ahora habitados por otros hijos de nuestro Padre Celestial.

CAPÍTULO 10
DIOS Y LOS SERES ESPIRITUALES SE PUEDEN MOVER Y COMUNICAR A ALTAS VELOCIDADES

Dios maneja Su reino de manera muy eficiente. Tiene medios muy rápidos de transporte y comunicación; una velocidad mayor que la de la luz.

El desplazamiento entre diferentes lugares en el reino de Dios puede ser llevado a cabo por seres espirituales cerca o a la velocidad del pensamiento.

El tiempo en la tierra (24 horas/día y 365 días/año) empezó con la caída de Adán (Abraham 5:13) y finalizará al comienzo del Milenio (D&C 84:100). El tiempo de Dios pasa mucho más despacio que el tiempo del hombre; la relación es de uno a 365.000 (Abraham Facsímile 2:1).

CAPÍTULO 11
LAS COSAS EN LA TIERRA ESTÁN DISEÑADAS DE ACUERDO CON LAS COSAS EN LOS CIELOS

Las cosas en la tierra temporal se parecen a sus contrapartes espirituales, las cuales Dios ha creado en los cielos (D&C 77:2). Los seres humanos, hombres y mujeres, fueron creados en la tierra a imagen y semejanza de Dios en los cielos (Génesis 1:27). De esta manera podemos entender mejor las cosas espirituales y celestiales al observar las cosas en la tierra, porque la tierra, y todo lo que está en ella, es a imagen y semejanza del cielo.

CAPÍTULO 12
DIOS TIENE LA HABILIDAD DE CUMPLIR SUS PROMESAS A SUS HIJOS FIELES

Dios ha prometido todo lo que El tiene como herencia para Sus hijos fíeles (D&C 84:38, 132:16-17,29, 37). Recibir todo lo que el Padre tiene es llegar a ser un “dios” (D&C 76:58). El plan del universo de Dios debe incluir materia y espacio para que estas nuevas herencias sean organizadas y dadas a todos aquellos que sean exaltados en el cielo más alto. Esto no significa que estos hijos fíeles de Dios van a tomar el lugar de nuestro Padre Celestial, sino que se convertirán en los dioses de sus propios hijos espirituales (D&C 76:58; 132:20).

Esta idea está en agudo contraste con la idea actual de que el cielo es un lugar de dicha, en el que descansaremos sobre nubes ondulantes, tocando arpas y cantando alabanzas. Rechazamos la idea de no tener familia, ni propósito, ni crecimiento ni logros y de estar completamente estancados.

CAPÍTULO 13
LAS MUCHAS GALAXIAS QUE VEMOS MÁS ALLA DE LA VÍA LÁCTEA NO SON CREADAS POR NUESTRO PADRE CELESTIAL SINO POR OTROS DIOSES

Nuestro padre Elohim, tuvo un padre. Esta revelación al profeta Joseph (aunque conocida antes, Apocalipsis 1:6), abre una ventana para entender todo el cosmos. Ahora podemos visualizar todo el panorama; se despliega ante nosotros como billones de galaxias. Sin importar en qué dirección miremos no tienen fin. Cuando observamos estas galaxias, afuera de la Vía Láctea, nos damos cuenta de que no son las creaciones de Elohim sino posiblemente de sus antepasados y parientes quienes son dioses también. Pero para nosotros solo hay un Dios el Padre y solamente un Señor Jesucristo a quienes adoramos.

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