Capítulo 5
El número de las creaciones de Dios
COROLARIO 3:
EL NÚMERO DE LAS CREACIONES DE DIOS
Aunque la cantidad de creaciones de Dios está más allá de la capacidad del hombre para contarlas, cada una es conocida para Dios. Estas creaciones son finitas en número en un momento dado en el tiempo y se componen de alrededor de 150 billones de estrellas, más sus planetas asociados tal y como existen actualmente en la Vía Láctea.
LOS PRINCIPIOS DEL EVANGELIO EN LOS CUALES SE BASA ESTE CAPÍTULO
Dios le reveló a Moisés que Él había creado “incontables mundos” (Moisés 1:33). También “así como dejará de existir una tierra… así aparecerá otra” (Moisés 1:38). Pero la creación de mundos es para Dios su tarea secundaria. Su enfoque y trabajo principal es el progreso de sus hijos, porque Dios dijo “ésta es mi obra y mi gloria: llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39). Para llevar a cabo esto, Él tiene que construir muchos soles y tierras como las moradas mortales y temporales de sus muchos hijos.
¿ES LA VÍA LÁCTEA MUY PEQUEÑA?
Algunos pueden pensar que la Vía Láctea es muy pequeña como para contener los dominios de nuestro Dios. Examinemos las escrituras que definen el alcance de las creaciones de Dios. En la Perla de Gran Precio leemos:
Las palabras de Dios, las cuales habló a Moisés…
He aquí, tú eres mi hijo; mira, pues, y te mostraré las obras de mis manos; pero no todas, porque mis obras son sin fin, y también mis palabras, porque jamás cesan.
Por consiguiente, ningún hombre puede contemplar todas mis obras sin ver toda mi gloria; y ningún hombre puede ver toda mi gloria y después permanecer en carne sobre la tierra [Moisés 1:1,4-5, énfasis añadido].
Podemos ver menos de nuestra galaxia que de cualquier otra galaxia externa. Nuestra teoría sugiere que estamos “bloqueados” a propósito con velos de polvo que nos impiden contemplar todas las creaciones del Padre Celestial y de contemplar su resplandeciente trono. La entrevista de Moisés con el Señor continúa:
Y he creado incontables mundos, y también los he creado para mi propio fin; y por medio del Hijo, que es mi Unigénito, los he creado.
Pero solo te doy un relato de esta tierra y sus habitantes. Porque he aquí, hay muchos mundos que por la palabra de mi poder han dejado de ser. Y hay muchos que hoy existen, y son incontables para el hombre; pero para mí todas las cosas están contadas, porque son mías y las conozco [Moisés 1:33,35].
De la conversación de Moisés con el Señor, aprendemos que los mundos de Dios están contados para él, y por lo tanto su cómputo es un número finito en ese momento en el tiempo. Este número es tan grande que no puede ser contado por el hombre. Los Salmos nos recuerdan que aunque hay un número muy grande de estrellas, Dios conoce el número y nombre de cada una.
«Alabad a JAH… Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres” (Salmos 147:1,4). De nuevo, estas declaraciones son tan verdaderas para nuestra galaxia como lo son para el universo, porque el hombre no puede contar los soles o los planetas de ninguno. Son simplemente innumerables. La inhabilidad del hombre para contar los mundos no tiene que ver con su habilidad para expresar números finitos grandes, sino que el hombre no podría contar esas cantidades tan grandes ni siquiera en el curso de muchas vidas.
Al igual que Moisés, Enoc también tuvo una visión acompañada de una entrevista con la Deidad. Adorando al Señor dijo: “Y si fuera posible que el hombre pudiese contar las partículas de la tierra, sí, de millones de tierras como está, no sería ni el principio del número de tus creaciones” [Moisés 7:30].
En realidad, todas las partículas de millones de tierras sería un número grande. Nos preguntamos si podemos considerar está declaración de Enoc una hipérbole en su adoración.
Un cómputo más exacto de todas las creaciones de Dios podría ser estimado en lo mínimo. Cada una de los 150 billones de estrellas que se estima que tiene nuestra galaxia podría tener varios planetas. Digamos que tres planetas más el sol (nuestro sol tiene diez) nos da un total de 150 billones X 4 = 600 billones de creaciones. Este número está más allá de la comprensión del hombre, pero para Dios cada parte está contada y tiene un nombre. En este cómputo pasamos por alto todas las lunas, asteroides y cometas que deben existir alrededor de cada planeta como existen alrededor del nuestro. Si contáramos estos, tenemos un número verdaderamente grande.
No hemos encontrado ninguna escritura que refute está idea del Teorema de Kólob, de que Dios puede contar Sus mundos y soles, pero que el hombre no. Creemos que todas las escrituras que describen las creaciones de Dios permiten que todas encajen dentro del gran sistema de la Vía Láctea.
MIDIENDO GRANDES DISTANCIAS
El Teorema de Kólob sostiene que las creaciones de Elohim están contenidas dentro de los límites de la Vía Láctea. Nuestra galaxia es un sistema de billones de estrellas y mundos tan extenso que su inmensidad excede la habilidad que tiene el hombre para comprender esto. Medir en millas es inadecuado. Si usáramos la circunferencia de la tierra (25.000 millas), o la distancia hasta la luna (250.000 millas), o la distancia hasta el sol (89’000.000 millas) como unidad de medida, los números serían todavía demasiado grandes para comprenderlos. Los astrónomos se han visto forzados a inventar una nueva unidad de medida que permita algún entendimiento de la extensión de los cielos.
La luz viaja a la más alta velocidad conocida por la ciencia – 186.000 millas por segundo. En un año, la luz viaja seis trillones de millas. Esta distancia es conocida como un año-luz. Esto equivale a 250 millones de circunferencias de la tierra.
La estrella más cercana a la tierra es Alfa Centauro. La luz de Alfa Centauro llega a la tierra después de viajar cuatro años; por lo tanto se dice que está a una distancia de cuatro años-luz. Cuatro años-luz es más conveniente que decir 24.000.000.000.000 millas. El uso de años-luz ayuda con la expresión de distancias interestelares, pero no con la comprensión de ellas. ¿Puede alguien en realidad comprender lo que son veinticuatro trillones de millas? Considérese la estrella Alderbaran, a 60 años-luz de distancia -quince veces más lejos que Alfa Centauro. Pero éstas son solo las estrellas más cercanas. ¡Nuestra galaxia es inmensa!
La tierra está localizada a 27.000 años-luz de Kólob, la cual está en el núcleo brillante de nuestra galaxia. Piense en esta enorme distancia. ¡Hay 162 cuatrillones de millas (162.000.000.000.000.000) entre la tierra y Kólob! La radiación y los rayos-x recibidos sobre la tierra desde el corazón galáctico fueron emitidos desde el núcleo hace 27.000 años. La tierra está cerca de 13.000 años-luz del borde externo de la galaxia. Así que, estamos localizados a cerca de dos tercios del radio galáctico desde el núcleo, teniendo la galaxia 80.000 años-luz o 480.000.000.000.000.000 millas (480 cuatrillones) de diámetro.
¿Hay en realidad algún hombre que pueda comprender el volumen cúbico de nuestra galaxia? Los números están simplemente más allá de toda comprensión. Nosotros lo único que podemos hacer es reportar los números que representan los totales sin ninguna comprensión real de cada pieza en el total; imaginemos lo que sería enumerar y nombrar cada una de las creaciones como lo hace nuestro Padre Celestial. Así que, hay suficiente espacio para que Dios cree todos los reinos o mundos que quiera con espacio de sobra dentro de la Vía Láctea.
El sistema observable en el universo parece ser más y más galaxias, cada una alejándose de la otra. Cada galaxia parece en su mayoría independiente de las otras y controlando el movimiento de sus propias estrellas, precisamente como sería predicho por el Teorema de Kólob, el cual sostiene que el núcleo de cada galaxia es el asiento de una deidad gobernante.
LA GRAVEDAD – LA LEY DE DIOS
Por incontables eternidades, las estrellas de nuestra galaxia han estado rotando alrededor de Kólob. La gravedad, la fuerza de atracción entre una masa y otra tal y como la masa central de la galaxia y sus satélites (incluyendo nuestro sol), fue primeramente descrita por Isaac Newton. Esta fuerza es poderosa y universal. Es uno de los muchos poderes de Dios. La gravedad alcanza la más distante de sus estrellas y la atrapa en una órbita elíptica alrededor de Kólob. El Dignatario Orson Pratt dijo que este poder era una de las leyes de Dios. Dijo:
Cuando emprendemos la investigación de las leyes que gobiernan los varios departamentos de la naturaleza, estamos investigando las leyes de Dios. Dice alguien, ¿‘Ud. quiere decir que la ley de gravedad, que fue descubierta por Sir Isaac Newton, por medio de la cual todos los cuerpos en el universo se mantienen en su apropiada posición, es una ley de Dios?’ Sí.32
El poder gobernante de la gravedad debe ser uno de los poderes del sacerdocio de Dios por medio del cual El regula y ordena Sus dominios, porque Abraham dijo que había grandes estrellas que estaban agrupadas cerca del trono de Dios. “Y el Señor me dijo: Estas son las que rigen; y el nombre de la mayor es Kólob,… a ésta la he puesto para regir a todas (soles y mundos) las que pertenecen al mismo orden que ésa sobre la cual estás” [Abraham 3:3]. Tal parece que este control es hecho por medio de la gravedad, una de las leyes de Dios.
LOS ASTRÓNOMOS APRENDEN ACERCA DE LA VÍA LÁCTEA
La humanidad no siempre ha concebido los cielos tal y como lo hacemos hoy. Ptolemy sostenía que la tierra era el núcleo de los cielos. Copérnico siguió con la noción de que todas las creaciones se concentraban alrededor del sol. Sólo en tiempos recientes se ha descubierto y aceptado el presente modelo del universo. Podemos darle el crédito al astrónomo americano Harlow Shapley por su “excéntrica” idea del universo, primero descrita en el año 1925. Su teoría sostiene que la tierra y el sol están alejados del núcleo de la galaxia, y que el sol avanza en una órbita alrededor del núcleo de la galaxia.
Un cuidadoso cómputo de estrellas por unidad de espacio, incluso a simple vista, muestra un marcado incremento a medida que se aproxima a la Vía Láctea, la cual se extiende a través del cielo nocturno. Un simple telescopio de tres pulgadas mostrará tres o cuatro veces la densidad de estrellas en la Vía Láctea como se muestra en una dirección perpendicular a ella. Usando un telescopio de 15 pulgadas, la relación se vuelve casi de diez a uno.
Además de este visible incremento en la densidad de estrellas, la Vía Láctea también se ensancha a lo largo de su extensión hasta alcanzar la dirección de Sagitario, el cual se tiene como el núcleo y área más grande de concentración de estrellas. Al principio, los astrónomos pensaban que la Vía Láctea era una región borrosa de nubes luminosas y llegó a ser llamada “nebulosa,” palabra que en latín significa “nube”. Más tarde los astrónomos descubrieron que lo que parecía ser algo borroso era de hecho una densa concentración de billones de estrellas.
Antes del descubrimiento de Dr. Shapley en 1925, la teoría de la época decía que nuestro sol tenía la posición central en nuestra nebulosa y que ésta contenía todas las estrellas del universo. La ciencia ahora sabe que estas dos ideas son falsas. No sorprende a los Santos de los Ultimos Días saber que 85 años antes del Dr. Shapley, Joseph Smith declaró que el sol giraba alrededor de Kólob (Abraham Facsímile 2:5), y por lo tanto, no podría ser el núcleo del universo.
LA CANTIDAD DE ESTRELLAS EN LA GALAXIA DE LA VÍA LÁCTEA
Dentro de nuestra galaxia, la cual tiene forma de rueda, existen entre 100 y 200 billones de estrellas. Este número es una estimación, porque jamás ningún astrónomo las ha contado o las ha visto. Muchas están alineadas detrás de estrellas más cercanas y muchas otras están escondidas detrás de velos de polvo. Aunque las pudiéramos ver todas, nos tomaría 4.500 años contarlas todas a razón de una por segundo, 24 horas al día, 365 días del año. Si Ud. fuera Noé y hubiera vivido desde el diluvio hasta el día de hoy, y hubiera usado todo su tiempo en contar, en este momento estaría terminando la tarea. Este número es solo las estrellas, ¿cuántos más mundos y lunas existen? El número de las creaciones del Padre Celestial puede bien ser descrito como “incontables para el hombre”.
LA VELOCIDAD DE LA ROTACIÓN GALÁCTICA
Nuestro sol, llevando la tierra, la luna y todo el sistema solar consigo, está viajando a través del espacio a una velocidad impresionante. La velocidad de la órbita solar alrededor del núcleo de la galaxia es de 135 millas por segundo o 504.000 millas por hora (más de medio millón de millas por hora). El sistema solar es atraído constantemente hacia el núcleo de la galaxia por la gravedad, y expulsado hacia afuera del núcleo por la fuerza centrífuga. Estas fuerzas se igualan entre sí, encerrando el sol en una órbita elíptica alrededor del núcleo de la galaxia. Pero nosotros no sentimos el movimiento. Este viaje continúa todo el día, la noche, siglo tras siglo. No hay evidencia de que el movimiento del sol alrededor del núcleo galáctico haya disminuido su velocidad o aflojado su paso. El sistema no se debilita ni pierde poder ni momentum. Nada indica que pueda haber peligro de que el sol choque con alguna de las otras 150 billones de estrellas que pertenecen a este sistema y que también rotan alrededor del núcleo de la galaxia. A este movimiento hay que sumarle las 65.500 millas por hora a las cuales nuestra tierra gira alrededor del sol. Que supremo orden y aparentemente fácil y continuo movimiento. ¿Puede algo tan elaborado y poderoso haber sido creado sino por un omnisciente Dios? Ciertamente, no se creó a sí mismo ni vino por casualidad. Bien dijo Jesús concerniente a los cielos, “He aquí, todos éstos son reinos, y el hombre que ha visto a cualquiera o al menor de ellos (las estrellas), ha visto a Dios obrando en su majestad y poder” (D&C 88:47).
DINÁMICA DE LA ROTACIÓN GALÁCTICA
Los billones de soles en la Vía Láctea son cada uno independiente de los otros (exceptuando las estrellas binarias). Cada estrella tiene una órbita y velocidad separada alrededor del corazón de la galaxia. La Tabla 1 muestra datos que ilustran la naturaleza fluida de nuestra galaxia. Estrellas a una distancia de 5000 años-luz de Kólob se mueven a una velocidad de 350,000 millas por hora. A esta velocidad, le toma a las estrellas 56 millones de años completar una revolución galáctica. La velocidad aumenta a medio millón de millas por hora a una distancia de 25.000 años-luz de Kólob, luego empieza a disminuir hacia el borde externo de la galaxia.
TABLA 1
Velocidad Tangencial de las Estrellas de la Via Láctea y Duración del Año Galáctico a Diferentes Distancias del Centro Galáctico*»
| DISTANCIA GALÁCTICA DESDE EL NÚCLEO | VELOCIDADTANGENCIAL | NÚMERO DE AÑOS TERRESTRES PARA COMPLETAR UNA ROTACIÓN GALÁCTICA | |
| Años-Luz | Millas por hora | Millones de años terrestres | |
| Núcleo |
?** |
?** |
?** |
| (Kólob) | 5.000 | 350.000 | 56* |
| 10.000 | 425.000 | 89* | |
| 15.000 | 493.000 | 114* | |
| 20.000 | 515.000 | 147 | |
| 25.000 | 500.000 | 188 | |
| NuestroSol | 27.000 | 481.000 | 200 |
| 30.000 | 475.000 | 237 | |
| 35.000 | 439.000 | 301 | |
| Periferia | 40.000 | 403.000 | 374 1 |
* Valores inciertos
** Aunque estos movimientos en nuestra galaxia son inciertos, las velocidades radiales en galaxias con agujeros negros han sido medidas usando el efecto Doppler. para estar a 957,000 millas por hora a 25 años-luz del núcleo, lo cual es increíble.
Mientras que la periferia hace una rotación de la galaxia, las estrellas en órbitas internas hacen muchas rotaciones anuales. Nuestro sol, por ejemplo, ha completado 1.9 rotaciones galácticas anuales al tiempo que la periferia completa una de estas rotaciones. De este modo, los brazos largos de las galaxias espirales se arrastran detrás de las apretadas y retorcidas regiones centrales.
EDAD DE LAS ESTRELLAS
Los astrónomos han medido la temperatura de la superficie, el brillo y el color de las estrellas locales y han encontrado que varían grandemente. Es posible clasificar la mayoría de las estrellas de acuerdo con estas medidas a lo largo del “diagrama H-R de la secuencia principal” de las estrellas. Las estrellas más jóvenes son
calientes, de un azul blancuzco, ardiendo a temperaturas en la superficie de 50.000 grados Fahrenheit y radiando 10.000 veces la energía del sol. Nuestro sol está en la mitad del camino a lo largo de esta secuencia de edades. Es una estrella promedio y arde a una temperatura en su superficie de aproximadamente 40.000 grados Fahrenheit y es de color amarillo. Las estrellas más viejas en la secuencia principal arden con color rojo y con una temperatura relativamente fresca de 5.000 grados Fahrenheit. También hay estrellas que no encajan en la secuencia principal. Estas incluyen las “enanas blancas” y las “gigantes rojas”.
Las estrellas jóvenes de color azul blancuzco se encuentran más que todo en los anillos y brazos exteriores de galaxias espirales, tal y como la Vía Láctea. Las estrellas más viejas en la secuencia principal son estrellas rojas frescas que se encuentran en el núcleo de galaxias espirales. Estos dos datos son dignos de atención: tal parece que las estrellas jóvenes tienden a aparecer en las regiones telestiales, mientras que las estrellas más viejas se encuentran en el núcleo, el lugar de la primera creación de Dios.
CRISTO COMO EL CREADOR, CRISTO DESDE LA ETERNIDAD
El aprecio por nuestro Dios y Su Cristo aumenta grandemente cuando consideramos la inmensidad de Sus creaciones y el tiempo que les tomó hacerlas.
Nuestra fe en El, crece al tiempo que nos damos cuenta de que El vino como el humilde bebé de Belén y, como un hombre, caminó esta tierra, una de las billones que Él creó. ¿Por qué esta tierra en particular? Él explicó a Jacob y a Enoc que esta tierra era el único planeta cuyos habitantes eran suficientemente inicuos como para matarlo (2 Nefi 10:3; Moisés 7:36). Aun así, la Expiación que llevó a cabo por la humanidad sobre esta tierra es igualmente efectiva para todos los mundos que Sus manos han creado.
Joseph Smith escribió un poema que fue publicado en el periódico de la Iglesia, en Nauvoo, antes del martirio. En el poema, Joseph repite su visión de los tres grados de gloria:
Y escuché la gran voz dando testimonio desde el cielo, El [Jesús} es el Salvador y único engendrado por Dios; Por El, de El, y a través de El los mundos fueron hechos. Aun todo lo que se mueve en la inmensidad de los cielos. Cuyos habitantes, también, desde el primero hasta el último, son salvados por nuestro mismo Salvador. Y por supuesto son hijos e hijas engendrados por Dios, a través de las mismas verdades y los mismos poderes.34
Esta idea es reforzada por la explicación simplificada del Señor de Su visita a Sus otros doce, “reinos” o mundos uno después del otro, posiblemente durante el período milenario de cada uno de ellos. Dijo que visitaría cada uno sucesivamente y que cada uno se alegraría “con la luz del semblante de su Señor” [D&C 88:51-57].
Entendemos que esto significa que la Expiación de Cristo es válida para todos los mundos del Padre Celestial. Verdaderamente, que gran gloria poseyó el Salvador en el mundo premortal, y que gran “condescendencia” (INefi 11:16) ejerció al venir como un hombre a esta tierra, humillándose El mismo y llevar a cabo las maravillas de la Expiación.
W.W. Phelps fue un confidente tan próximo al Profeta Joseph Smith, que la familia de éste le pidió que predicara en su funeral. Seis meses más tarde, el hermano Phelps le escribió una carta a William Smith, hermano del profeta, explicándole lo que estaba sucediendo en Nauvoo. En esta carta, publicada en el periódico de la Iglesia en 1845, el hermano Phelps da alguna información aparentemente del Profeta, pero no se publica en ninguna otra fuente. Phelps muestra que Cristo, el Creador, ¡ha estado en los negocios de Su Padre por más de dos billones y medio de años! El hermano Phelps escribió:
Pues bien, hermano William, cuando la casa de Israel comience a asimilar los gloriosos misterios del reino, y sepa que Jesucristo, cuya presencia, como dijeron los profetas, ha existido desde tiempos antiguos, desde la eternidad; y que la eternidad de acuerdo con los registros encontrados en las catacumbas de Egipto, ha transcurrido en este sistema, (no en este mundo) casi dos mil quinientos cincuenta y cinco millones de años:… ¡es una tentación grande para la carne volar hacia Dios, o reunir la suficiente fe para ser trasladado como Enoc y ver y conocer cómo somos vistos y conocidos!35
Una eternidad, de acuerdo con el hermano Phelps, es dos billones, quinientos, cincuenta y cinco millones de años (2.555.000.000). Asumiendo que estos son años terrestres, los podemos convertir al tiempo de Dios. Ya que 1000 años terrestres son un día para el Señor, (Abraham Facsímile 1:1) 365.000 años terrestres es un año para Dios. ¡Por lo tanto estos dos billones y medio de años expresados en años de Dios son 7000 exactamente!
| Una eternidad = 2.555.000.000 = años de Dios |
|
365.000 años terrestres |
Los Santos de los Ultimos Días deberían estar impresionados con el número redondo de arriba; porque 7.000 coincide exactamente en años terrestres con la duración del período temporal o probatorio de la tierra (D&C 77:6). Igualmente, 7.000 años de Dios es la duración de una eternidad. Pero al decir que Él fue de eternidad (hace 2.5 billones de años) en eternidad (quizá otros 2.5 billones de años) nos da una idea para entenderlo mejor. Quizá estos números nos dan el significado exacto de la venida del Salvador en el meridiano de los tiempos (Moisés 5:57). El término “hermano mayor” difícilmente nos habla de la gran antigüedad de este “primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29). Estos hechos deben aumentar nuestro amor y admiración, si no nuestro asombro, por Él, nuestro Jehová, el Señor Omnipotente.
¿HAY UN LÍMITE PARA LAS CREACIONES DE DIOS?
El Señor le dijo a Enoc que él había creado incontables mundos (Moisés 1:33). Debemos aceptar esta declaración desde el punto de vista de los hombres en esta tierra; que para el hombre las creaciones de Dios están más allá de poder ser contadas. El Profeta Joseph Smith enseñó que hay otras deidades, también. Dijo que hay muchos Señores y Dioses y que él no “moría de susto por la doctrina” (Teachings of the Prophet Joseph Smith, p. 373). Estas deidades de seguro tienen creaciones y dominios comparables a los de nuestro Padre Celestial, por lo tanto, hay mundos remotos, estrellas, y creaciones que no son hechura de nuestro Padre Celestial.
Sin embargo, en otro sentido, El está íntimamente ligado y relacionado con todos los Dioses y galaxias externas del globo universal. Es muy probable que Dios esté unido a través de ordenanzas del sacerdocio a Sus Padres antes que Él, y ellos a sus hijos, de tal manera que cada galaxia con su deidad que la preside está probablemente conectada en una extensa familia eterna de Dioses.
Puede que el Teorema de Kólob choque con varias creencias ampliamente aceptadas y valoradas acerca de nuestro Padre Celestial y Sus obras. Algunos pueden pensar que es una blasfemia enseñar que Dios está limitado en manera alguna. Sin embargo, desde el punto de vista del hombre, Elohim, nuestro Padre, es el más Grande, el más Poderoso, el más Sabio, “y la magnitud de sus obras nadie la puede saber” (D&C 76:2). Él posee estos atributos en su plenitud y perfección. Para nosotros, en todas las generaciones de dioses, creemos que no hay nadie más sabio ni más importante que lo que Él es para nosotros.
Al puntualizar que los dominios de Dios están dentro de la Vía Láctea, estamos declarando que Dios ha creado un número finito (aunque extremadamente grande) de creaciones hasta la fecha. El Teorema de Kólob no está limitando el número final de Sus creaciones o mundos. La galaxia parece estar en equilibrio. Dios le dijo a Moisés, “Y así como dejará de existir una tierra con sus cielos, así aparecerá otra; y no tienen fin mis obras” (Moisés 1:38). Quizá el material de la galaxia es reciclado y reusado (véase “Agujeros Negros,” capítulo 3).
LIMITES ESTABLECIDOS PARA LOS CIELOS
La idea de que debe haber un límite para las creaciones de Dios es dado a entender en la revelación dada a Joseph Smith en la cárcel de Liberty:
Vendrá un tiempo en el que nada se será retenido, sea que haya un Dios o muchos dioses, serán manifestados.
Todos los tronos y dominios, principados y potestades, serán revelados y señalados a todos los que valientemente hayan perseverado en el evangelio de Jesucristo.
Y también, si se han fijado límites a los cielos, o los mares, o a la tierra seca, o al sol, a la luna o a las estrellas,
Todos los tiempos de sus revoluciones, todos los días, meses y años señalados; y todos los días de sus días, meses y años, y todas sus glorias, leyes y tiempos fijos, serán revelados en los días de la despensa de plenitud de los tiempos – [D&C 121:28-31; énfasis añadido]
CONCLUSION
Concluimos que los mundos creados por nuestro Padre Celestial son tantos que no pueden ser contados por el hombre. Sin embargo Él los conoce. Todos ellos pueden caber dentro de la inmensa Vía Láctea. Su tamaño es gigantesco, está en movimiento rotatorio y se mueve con el poder y majestad de Dios. También concluimos que debe haber tomado no menos de dos billones y medio de años construirla.
32 Orson Pratt, ibid.
33 Basado en datos de Bok & Bok, ibid
34 Times and Seasons (Tiempos y Estaciones), agosto 1843, Vol 4:4, énfasis añadido.
35 William W. Phelps, Times andSeasons, enero 1, 1845, Yol. 5, No. 24.
























