Guía de estudio del Libro de Mormón
Haciendo las cosas preciosas simples
Volumen 1
Reconocimiento
Este libro está dedicado a los miembros de la Iglesia de todos los lugares; quienes tienen hambre y sed de entendimiento de las escrituras. Ha sido mi privilegio enseñarle literalmente a miles de tales almas en las clases del evangelio, así como en el instituto del Sistema Educativo de la Iglesia y en las clases de educación para adultos por un lapso de muchos años. Ellos me han inspirado con su dedicación y minucioso estudio de las lecturas y al mismo tiempo, gozando del banquete de la palabra de Dios. En el proceso, he aprendido mucho de ellos.
Reconozco la ayuda y el ánimo de mi dulce esposa Deborah, quien me ha apoyado en todos mis esfuerzos por enseñar y escribir acerca del evangelio de Jesucristo. Reconozco el ánimo que me han dado muchos de mis amigos y estudiantes para escribir estas guías de estudio; así como la paciente y meticulosa colaboración de mi editor e hijo Michael Chase, quien ha sido de gran ayuda en este trabajo, y también a otros estudiantes sabios de la Iglesia; quienes me han dado sólidos consejos acerca de la forma y esencia de esta obra, y quienes me han ofrecido inestimables percepciones en muchos temas.
Reconozco a otros cultos y sabios alumnos y maestros del evangelio quienes han escrito guías de estudio similares en el pasado; las cuales he citado varias veces en este volumen, tales como las siguientes:
The Book ofMormon Student Manual (“Manual del estudiante del Libro de Mormón”) es una invaluable herramienta para todos los estudiantes del Libro de Mormón. Mucho de la cultura y otras ideas presentadas aquí fueron primeramente obtenidas de este manual.
Kent P. Jackson editó Studies in Scripture, Vol. 7:1 Nephi to Alma 29 (“Estudios de las escrituras, Volumen 7: de 1 Nefi a Alma 29”) y Studies in Scripture, Vol. 8: Alma 30 to Moroni (“Estudios de las escrituras, Volumen 8: de Alma 30 a Moroni”). Estos volúmenes, los cuales contienen capítulos de una amplia variedad de alumnos sabios del evangelio; ellos fueron una constante inspiración para la preparación de mis lecciones sobre el Libro de Mormón. Amo sus discusiones profundas de los eventos y las doctrinas del Libro de Mormón. Fueron lo suficientemente sabios para depender de estos; pero están escritos de una manera refrescante y accesible en la cual los estudiantes del evangelio de todos los niveles puedan entender lo presentado.
Joseph Fielding McConkie y Robert L. Millet escribieron los abarcadores Doctrinal Commentary on the Book ofMormon (“Comentarios doctrinales del Libro de Mormón”), los cuales proveen un análisis verso-por-verso del libro de Mormón con muchas percepciones valorables sobre el significado de las palabras y conceptos que el lector ocasional del Libro de Mormón podría ni siquiera notar. Éstas han sido de gran interés y ayuda para mí a lo largo de los años.
Daniel H. Ludlow escribió A Companion to Your Study ofthe Book of Mormon (“Un compañero para su estudio del Libro de Mormón”) como parte de una serie de tales suplementos de lectura para nuestro estudio de todas las escrituras. Estos quizás se acercan al espíritu del que trata este libro—hacer las verdades preciosas del evangelio simples para aquellos que sólo necesitan un poco de ayuda con sus estudios de la doctrina del evangelio. He tenido a algunas personas de la familia del hermano Ludlow en mis clases, y aprecio una copia firmada de su libro Selected Writings (“Escritos Selectos”) que él me dio hace unos años.
Y sobre todo, debo mencionar, que los nombrados volúmenes ya no se imprimen. Espero que la porción de estos, los cuales he citado en este volumen, continuarán propagando las percepciones de sus autores en los años venideros.
Con agradecimiento reconozco la ayuda de un artista Santo de los Últimos Días , Joseph Brickey; por su extraordinaria ayuda a este proyecto. Sus dotados retratos están indisolublemente adheridos a la espiritualidad de estas series de libros. También quiero a agradecer a Del Parson, Walter Rane, Liz Swindle, y a Robert Barrett sus contribuciones y apoyo.
Prefacio
Por muchos años, los maestros del evangelio de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días han sido entrenados con un manual titulado Teaching, No GreaterCall (“La enseñanza: El llamamiento más importante”). Creo con todo mi corazón en todos los principios expuestos en este título. Me he regocijado por más de 35 años por tener la oportunidad de enseñar el evangelio de Jesucristo con su guía. No hay un llamamiento más importante que aquel de alimentar a los hijos de Dios con la escrituras.
En un mensaje dirigido a los educadores de tiempo completo en el sistema educativo de la Iglesia, dado el 14 de octubre de 1977, el élder Boyd K. Packer dijo: “Y aquí lo tiene—su misión, su acta constitutiva, su objetivo Usted va a enseñar las escrituras Si sus estudiantes están familiarizados con las revelaciones, no hay duda alguna—sea personal, social, político, o laboral— que queden sin respuesta. Aquí está contenida la plenitud del evangelio eterno. Aquí encontramos principios de verdad que resolverán cada confusión, cada problema y cada dilema que enfrente la familia humana o cualquier individuo de ésta.”1
Nefi dijo: “Mi alma se deleita en la claridad para con mi pueblo, a fin de que aprenda” (2 Nefi ¡ 25:4)… “porque así es como el Señor Dios obra entre los hijos de los hombres. Porque el Señor Dios ilumina el entendimiento; pues él habla a los hombres de acuerdo con el idioma de ellos, para que entiendan” (2 Nefi 31:3). Comparto esta afirmación. Siento que las tareas más importantes de los maestros son (1) motivar a los estudiantes a leer las escrituras—en casa y en clase—y (2) ayudar a los estudiantes a entender lo que están leyendo y analizando exhaustivamente. He tratado de ser lo suficientemente culto y exacto, pero también trato de resumir y explicar las cosas en un lenguaje que sea sencillo para lectores de distintos niveles. Espero que usted encuentre útil esta estrategia.
De estos muchos años de enseñanza de las clases del evangelio, me doy cuenta de que hay límites en la profundidad de entendimiento que puede ser lograda en una clase de 45 minutos de la escuela dominical. Aún en un curso de 90 minutos del sistema educativo de la Iglesia o de educación para adultos, uno puede solamente empezar a explorar la profundidad y extensión de estos libros sagrados. Si los estudiantes desean verdaderamente participar en el banquete de la escrituras, ellos deben abocarse a un programa de estudio personal diario de las escrituras y no depender exclusivamente de lo que oye en las clases semanales del evangelio o de lo que lee en los libros. Tal instrucción y guías de estudio, como éstas, pueden ser útiles, pero éstas no deben ser un sustituto de la lectura de escrituras.
En 2 Nefi 25, Nefi aconseja que debemos estar familiarizados con las palabras de Dios y tener el “espíritu de profecía” (versículo 4), el cual es el testimonio mencionado en el Apocalipsis 19:10 y en Alma 17:1-4, para entender las escrituras. También debemos buscar el Espíritu. Un maestro no puede enseñar y un estudiante no puede aprender las cosas sagradas sin el Espíritu. El Señor dijo: “Y si no recibís el Espíritu, no enseñaréis” (D. y C. 42:14). Esto no es tanto un mandamiento; más bien es una advertencia—sin el Espíritu, no tendrá lugar ninguna enseñanza o aprendizaje. Esto es explicado en otra revelación: “El que recibe la palabra por el Espíritu de verdad, la recibe como la predica el Espíritu de verdad De manera que, el que la predica y el que la recibe se comprenden el uno al otro, y ambos son edificados y se regocijan juntamente” (D. y C. 50:21-22). En otras palabras, no hay transferencia de entendimiento de una persona a otra sin la ayuda del Espíritu.
Invito a cada lector a buscar el Espíritu, a leer las escrituras, y a ejercitar la fe antes de usar ésta o cualquier otra guía.
Nefi también aconseja en 2 Nefi 25:1, 6 que entenderemos las escrituras mejor si sabemos las circunstancias bajo las cuales fueron escritas—los contextos lingüísticos, culturales, históricos, y geográficos. Para facilitar esto, he incluido explicaciones de las fechas, palabras, figuras del discurso, características geográficas, y normas culturales allí donde fue pertinente. Para obtener esta información, me he basado principalmente en personas con amplio conocimiento del evangelio; en particular, en aquellos a quienes he listado en la sección de reconocimientos de este libro.
Cómo usar este libro
Para facilitar el aprendizaje, los estudiantes y los maestros pueden usar esta guía de estudio en una variedad de maneras. He sugerido dos opciones en los siguientes párrafos, sin ningún orden particular de preferencia. Escoja el método que funcione mejor para usted; pero, sea cual fuese el método que usted escoja, complete con la lectura de la escritura asignada para cada lección de la semana antes de que usted vaya a clase.
- Opción 1. Con oración, lea las escrituras asociadas con la lección del evangelio actual primero; y después lea el capítulo en este libro que corresponda a aquellas escrituras.
- Opción 2. Cuidadosamente y con oración, lea las escrituras asociadas con la lección del evangelio actual; usando esta guía como una referencia para ayudarle a entender el contexto y las consecuencias de las escrituras mientras que usted está leyéndolas. Para hacer esto, mantenga este libro abierto y úselo como una guía y comentario junto con sus escrituras.
Esta guía de estudio hace comentarios de la mayoría; pero no de todas las escrituras que se encuentran en cada uno de los capítulos de escritura listados. En lugar de hacer un análisis estilo verso-por-verso, he proveído un resumen de reafirmación de eventos, dividido en bloques de escritura con explicaciones adjuntas y con citas. Un ejemplo de cómo están organizados estos bloques de escritura y comentarios se muestra en los siguientes párrafos:
1 Nefi 3:22-27 Segundo intento de obtener las planchas: Cuando los hermanos trataron de nuevo de obtener las planchas; comprándoselas a Labán con objetos de valor que habían dejado atrás, Labán intentó matarlos y tomar sus riquezas. Ellos se escaparon de sus intrigas y volvieron a su escondite en el desierto.
En cuanto al carácter de Labán, el doctor Hugh Nibley dijo: “Unos cuantos hábiles y reveladores toques resucitan al pretencioso Labán con perfección fotográfica. Aprendemos de paso que él mandó una guarnición de cincuenta, que se reunió vestido con una armadura ceremonial completa con ‘los ancianos de los judíos’ para tener consultas secretas por la noche sobre quien tenía control de un tesoro; que era de la vieja aristocracia siendo un pariente distante de Lehi; que él probablemente sostuvo su trabajo por motivo de su ancestros,… que su casa era el almacenamiento de anales antiguos, que él era un hombre grande, de mal carácter, astuto, peligroso, y al hacer tratos, era cruel, avaro, sin escrúpulos, débil, y entregado a la bebida.”
Nota para los maestros: Los maestros deben leer sus manuales de lecciones primero y tomar notas de los principales puntos doctrinales que están listados allí. Después de hacer esto, los maestros pueden adoptar cualquiera de los métodos sugeridos en los párrafos anteriores como una manera de realzar su propio entendimiento de los eventos y de las escrituras que se están discutiendo en una lección particular. Sin embargo, los maestros deben recordar que esta guía de estudio no intenta convertirse en un sustituto de los manuales de lecciones oficiales de la Iglesia. Sus lecciones deben seguir precisamente la organización encontrada en su manual de lecciones y deben centrase en las escrituras asignadas para cada lección.

























