Isaías para Hoy

Isaías para Hoy
por Mark E. Petersen

Capítulo 5

Los Métodos De Senaquerib


Senaquerib, un poderoso hombre de guerra, era el terror de muchas tierras. Utilizó todos los medios de ataque contra Judá, incluyendo mucha persuasión verbal y amenazas de acción militar. Con la ayuda de Isaías, sin embargo, Ezequías se mantuvo firme en la fe y así alentó a su pueblo.

“Y cuando Ezequías vio que Senaquerib había venido, y que su propósito era pelear contra Jerusalén, tuvo consejo con sus príncipes y con sus hombres valientes para tapar las aguas de las fuentes que estaban fuera de la ciudad; y ellos le ayudaron.

“Así se reunió mucho pueblo, y taparon todas las fuentes y el arroyo que corría por en medio del territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vengan?

“Después se animó, edificó todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera; fortificó además a Milo en la ciudad de David, e hizo muchas espadas y escudos.

“Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los reunió en la plaza de la puerta de la ciudad, y habló al corazón de ellos, diciendo: Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene, porque más hay con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.

“Después de esto Senaquerib, rey de Asiria, mientras sitiaba a Laquis con todas sus fuerzas, envió sus siervos a Jerusalén para decir a Ezequías rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén:

“Así ha dicho Senaquerib rey de Asiria: ¿En quién confiáis vosotros, que permanecéis en Jerusalén bajo sitio?

“¿No os engaña Ezequías para entregaros a morir de hambre y de sed, al decir: Jehová nuestro Dios nos librará de la mano del rey de Asiria?

“¿No es Ezequías el mismo que ha quitado sus lugares altos y sus altares, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: Delante de un solo altar adoraréis, y sobre él quemaréis incienso?

“¿No sabéis lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de las tierras? ¿Pudieron los dioses de las naciones de esas tierras librar su tierra de mi mano?

“¿Qué dios hubo entre todos los dioses de aquellas naciones que destruyeron mis padres, que pudiera librar a su pueblo de mis manos, para que vuestro Dios pueda libraros de mi mano?

“Ahora pues, no os engañe Ezequías, ni os persuada de este modo, ni le creáis; porque ningún dios de ninguna nación ni reino pudo librar a su pueblo de mi mano, y de la mano de mis padres; ¿cuánto menos vuestro Dios os podrá librar de mi mano?

“Y aún hablaron sus siervos contra Jehová Dios, y contra su siervo Ezequías.

“Además de esto escribió cartas en que blasfemaba contra Jehová el Dios de Israel, y hablaba contra él, diciendo: Como los dioses de las naciones de las tierras no libraron a su pueblo de mis manos, así tampoco el Dios de Ezequías librará al suyo de mis manos.

“Y clamaron a gran voz en judaico al pueblo de Jerusalén que estaba sobre los muros, para espantarlos y atemorizarlos, y tomar la ciudad. Y hablaron contra el Dios de Jerusalén, como contra los dioses de los pueblos de la tierra, obra de manos de hombres.

“Mas el rey Ezequías y el profeta Isaías hijo de Amoz oraron por esto, y clamaron al cielo.

“Y Jehová envió un ángel, el cual destruyó a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Volvióse, por tanto, con vergüenza de rostro a su tierra. Y cuando entró en el templo de su dios, allí lo mataron a espada sus propios hijos.

“Así salvó Jehová a Ezequías y a los moradores de Jerusalén de las manos de Senaquerib rey de Asiria, y de las manos de todos; y les dio reposo por todos lados. Y muchos trajeron a Jerusalén ofrendas a Jehová, y ricos presentes a Ezequías rey de Judá; y fue muy engrandecido delante de todas las naciones desde entonces.” (2 Crónicas 32:2-23).