Conferencia General Abril 1964
La Manera del Señor—La Mejor Manera
por el Élder Eldred G. Smith
Patriarca de la Iglesia
Doy testimonio, mis hermanos y hermanas, de que, al igual que otros que han hablado en esta conferencia, sé que este es el reino de Dios, que esta es Su Iglesia. Tengo confianza en esta obra y en los misioneros que están enseñando el evangelio, pues están enseñando la verdad.
Un Padre Viviente y Amoroso
Sé que Dios vive y que es un Padre Amoroso, y que Jesucristo es Su Hijo. Sé que tiene paciencia conmigo y con todos, porque Él es un Padre Amoroso y ha pasado por experiencias como las nuestras anteriormente. De lo contrario, pensaría que las oraciones serían inútiles si Él no fuera un Padre Viviente y Amoroso que pudiera responderlas.
Su Hijo, Jesucristo
Sé que Jesucristo es Su Hijo, tanto en el espíritu como en la tierra, pues el mismo Cristo testificó que Dios era Su Padre. Sé que ambos se aparecieron a José Smith como dos Personajes distintos, y el Padre le dijo a José: “Este es Mi Hijo Amado. ¡Escúchalo!” (José Smith—Historia 1:17), estableciendo el orden adecuado de organización que ha existido desde que Adán fue expulsado del Jardín de Edén. A Adán se le dijo, al salir, que debía aprender obediencia mediante su propia experiencia. Al participar del fruto fue apartado de la presencia del Padre, pero todo lo que recibiría desde entonces le vendría a través de Su Hijo Jesucristo.
Instrucciones para Nosotros
Así también nosotros, como hijos de Adán, recibimos nuestras instrucciones de nuestro Padre a través de Su Hijo Jesucristo y estamos aquí para aprender obediencia mediante nuestra propia experiencia. El Señor nos da oportunidades en esta vida para enfrentarnos a pruebas y dificultades. Muchos de nosotros pensamos que nuestro camino es el más difícil, que lo que enfrentamos es lo más duro; pero eso nos ayuda porque probablemente necesitamos esa formación. Eso es lo que necesitamos para alcanzar la perfección, pues debemos ser capaces de pasar por todas las pruebas y dificultades necesarias en esta vida para alcanzarla.
Así, el Señor, como un Padre Bondadoso y Amoroso, nos da experiencias y obstáculos en los cuales tropezar para fortalecernos; problemas que superar para crecer; pruebas que nos permiten hacernos más fuertes y grandes, de modo que podamos alcanzar la perfección que Él ha planeado para nosotros en esta vida mortal.
Guía a Través de la Oración
Invito a todos aquellos que no son miembros de la Iglesia y que tienen el deseo de buscar a Dios a hacerlo mediante la oración, pues Él responderá a sus oraciones. Él es un Dios Verdadero y Viviente y responderá a sus oraciones. Tal vez no lo haga de la manera en que piensan, pues nuestro Padre tiene muchos “idiomas” y escogerá el que sea mejor para ustedes. Puede que la respuesta venga a través de experiencias; algunas podrían ser difíciles, pero traerán una lección que responderá a sus oraciones. Él puede responder de una manera que los haga más fuertes, que los ayude a progresar y les dé el ardor en el corazón de que este es el evangelio de Jesucristo restaurado en estos últimos días.
Su Manera es la Mejor
Testifico que este conocimiento me ha llegado, no solo de una experiencia, sino a lo largo de toda una vida. Muchas veces en mis años más jóvenes, cuando surgían pruebas y dificultades, me decía a mí mismo: “La manera del Señor es la mejor manera.” Cuando las condiciones están fuera de mi control, las dejo en manos del Señor. Solo me preocupo por aquello que está en mi control, y en esas cosas intento mejorar, pidiendo ayuda al Señor.
A lo largo de la vida, con esa guía y confiando en el Señor, he llegado a saber, sin lugar a dudas, que el Padre y el Hijo se aparecieron a José Smith; que las verdades mencionadas por otros en esta conferencia fueron dadas al profeta José Smith y a Oliver Cowdery; que el reino de Dios ahora está establecido en la tierra en esta última Dispensación de la Plenitud de los Tiempos, en la víspera del tiempo, para nunca más ser quitado de la tierra; y que este es el tiempo de preparación para la venida del milenio, cuando Cristo mismo vendrá y reinará en la tierra.
Les doy mi testimonio de que sé que esto es verdadero, sé que este es el evangelio de Jesucristo, y lo hago en el nombre de Jesucristo. Amén.

























