Liahona Diciembre 2022

Una luz que nunca se apaga

Por JoLyn Brown
Revistas de la Iglesia

Darme cuenta de que hay luz en mi interior me ayudó a reconocer la luz que me rodea.

El año pasado experimenté un aumento de ansiedad y depresión. Aunque siempre he tenido dificultades de salud mental, esta vez fue mucho peor. Finalmente busqué ayuda médica, pero una parte esencial de mi sanación también se centró en acudir a mi Salvador.

Al orar para pedir alivio, me sentí inspirada a buscar la luz en el mundo que me rodeaba. Hice lo mejor que pude. Hubo ocasiones en las que sentí que la luz que encontraba era un destello que se apagaba rápidamente. Muchas veces, imaginaba que me quedaba en la oscuridad esperando el siguiente amanecer, sabiendo que su resplandor se desvanecería otra vez por la noche. Sentía que la luz era fugaz y temporal.

Luego de sentirme así por meses, acudió a mí un profundo pensamiento: “Hay luz en mi interior”. En Doctrina y Convenios 88:13 se enseña que la luz de Cristo está “en todas las cosas” (véase también el versículo 7). No tengo que perseguir cada día los rayos de luz que se desvanecen. Puedo llevar la luz conmigo en todo momento.

Comencé a verme a mí misma como alguien que comparte una parte de la luz divina de mi Padre Celestial y de Jesucristo, y me di cuenta de que tenía acceso a una luz que nunca se apaga. Al acudir a mi Salvador, descubrí por mí misma que “[d]ebido a que el universo está lleno de la luz de Cristo, podemos aprender, progresar y crecer espiritualmente”1.

Cuando pienso en la luz de Cristo, me atrae la idea de que todos tenemos la capacidad de aumentar la luz que ya llevamos dentro de nosotros y de que podemos inspirar a los demás a hacer lo mismo.

Más información

Encuentra apoyo para la salud mental en mentalhealth.ChurchofJesusChrist.org.

Aprende más sobre cómo hallar fortaleza y luz por medio de Jesucristo en:

Potencia a diario tu luz interior

“[E]sencial para nuestra vida espiritual es la luz que emana de nuestro Salvador […].

“Al intensificar nuestra fe en Cristo, recibimos luz en una medida cada vez más intensa hasta que esta disipa todas las tinieblas que pudiesen acumularse a nuestro alrededor […].

“Así como la luz del sol baña diariamente a la tierra para renovar y sostener la vida, ustedes pueden diariamente hacer más brillante la luz que hay en su interior cuando eligen seguirlo a Él, a Jesucristo.

“Agregan más luz cada vez que buscan a Dios en oración, al estudiar las Escrituras para escucharlo o al actuar conforme a la guía y revelación de nuestros profetas vivientes, y al obedecer y guardar los mandamientos para ‘[andar] en todas las ordenanzas del Señor’ [Doctrina y Convenios 136:4].

“Cada vez que se arrepientan, permitirán que la luz del sol espiritual penetre su alma y que la paz ingrese a su vida. Al participar de la Santa Cena todas las semanas a fin de tomar sobre ustedes el nombre del Salvador, recordarlo siempre y guardar Sus mandamientos, Su luz brillará en ustedes.

“Hay gozo en su alma cada vez que comparten el Evangelio y dan su testimonio. Cada vez que se sirven unos a otros como lo hizo el Salvador, sentirán Su calidez en el corazón. La luz del Padre Celestial siempre reside dentro de Su santo templo y sobre todos los que se presentan en la Casa del Señor. Su luz en ustedes se incrementa con sus actos de bondad, paciencia, perdón y caridad, y se manifiesta en su semblante feliz”.
Timothy J. Dyches, “La luz se allega a la luz”, Liahona, mayo de 2021, págs. 113–114.