Es un buen día para estar agradecidos
Por Cristi y James Koch, San Antonio, Texas, EE. UU.
Descubrimos que, al infundir esperanza, nosotros la hallamos. Nuestro objetivo se convirtió en ayudar a otras personas, así como a nosotros mismos, a prepararse para la eternidad.

El día antes de casarse, Cristi y James Koch recibieron una noticia devastadora. Los resultados de las pruebas médicas mostraban que Cristi tenía cáncer de mama. Es más, el cáncer ya estaba en estadio IV, extendiéndose por todo el cuerpo.
Cristi: Me comunicaron que me quedaban unos dos años de vida. Le dije a James que entendería si esto era más de lo que él pudiera soportar. “Esta es tu oportunidad de irte”, le dije. Pero él respondió: “Preferiría estar contigo, combatiremos juntos al cáncer y haremos todo lo que podamos. Aprovecharemos cada momento de esta vida que el Padre Celestial nos conceda. Recuerda, esto es para toda la eternidad”. Y él tiene razón, ¿verdad?, un matrimonio eterno no se termina solo porque uno de los dos vaya antes a la otra vida.
James: Yo sabía que quería estar sellado a ella; los dos ya habíamos estado casados antes, y ayuné y oré durante mucho tiempo para encontrarla. Me preparé para ser digno de ella y para ser la clase de esposo que la cuidaría, no iba simplemente a huir de esta situación.

Cristi y James fueron sellados en el Templo de Draper, Utah.
Cristi: Decidimos que queríamos hacer todo lo posible por ser felices ahora y en la eternidad.
James: Siempre hemos sido físicamente activos y decidimos seguir haciendo todo el tiempo que pudiéramos las cosas que nos encantan, como correr, hacer senderismo, nadar, viajar y montar en bicicleta y en moto. También nos gusta mucho pasar tiempo con la familia. Incluso después de varias cirugías para extirparle los tumores del pecho y de la espalda, ella siguió haciendo todo lo que pudo durante el mayor tiempo posible. Al mismo tiempo, comenzó a hacer otras cosas que sentía que debían quedar hechas también.
Cristi: De matrimonios anteriores, James tenía cinco hijos y yo cuatro. Decidí que debía escribirles cartas a todos ellos, por lo que les escribí muchas, y ahora que ya han pasado varios años, mi brazo está tan hinchado y lleno de tumores que ya no puedo ni escribir. Hace tan solo unos días, traté de escribir una carta a mi hija por su cumpleaños, y me dolía tanto el brazo que apenas podía respirar. Por eso, escribir esas cartas cuando lo hice resultó ser inspirado. Me alegro de haber escuchado esa impresión, porque ahora no podría haberlo hecho.
James: Cristi posee una habilidad semejante a la de Cristo de percibir lo bueno en los demás. Tiene un profundo testimonio de su Salvador y un enorme deseo de realizar la obra misional.
Cristi: Recuerdo haber tratado de negociar con el Señor. Por un tiempo, decía algo como: “Vamos, sáname, ¡quiero recoger a Israel!”. Intenté dar órdenes a Dios, pero no funcionó. Luego pensé: “Bueno, mi nombre, Cristi, quiere decir ‘seguidor de Cristo’. Mientras todavía esté aquí, deseo llevar tantas almas a Cristo como pueda”.
James: Y eso condujo a otra impresión.

Cristi escribió sus desafíos, pero también expresó mensajes optimistas de fe.
Cristi: Comencé a publicar cada día un mensaje en las redes sociales, un pequeño mensaje de esperanza y amor. Lo titulé “Es un buen día para estar vivos”, y muchas personas comenzaron a enterarse. Mi cuñada era atea, pero me preguntó: “¿Comenzarás a enviarme tus mensajes?”. Con el tiempo llegó a ser creyente y ahora es miembro de la Iglesia. Mi hermano también empezó a leer los mensajes, que lo ayudaron a volver a encontrar la fe, y ahora está activo en la Iglesia.
James: Viajaba mucho en viajes de negocios, yendo a poblaciones pequeñas de Texas y Georgia. A menudo Cristi me acompañaba. Conocíamos a personas con las que queríamos mantenernos en contacto y ella les decía: “¿Puedo enviarle uno de mis mensajes? Puedes decidir más adelante si deseas seguir recibiéndolos”.
Cristi: El número de personas que deseaban recibir mis mensajes siguió creciendo, y ahora son unas doscientas. Algunas de ellas son miembros de la Iglesia, y otras no. Durante mucho tiempo, enviaba un pensamiento todos los días, pero ahora eso es cada vez más difícil. Pienso que mis mensajes constituirán una pequeña historia, y cuando me vaya, mi familia y mis amigos seguirán teniendo mi testimonio sobre lo que sé que es verdad.

James y Cristi estuvieron de acuerdo los dos: “Estamos en esto para toda la eternidad”.
James: Lo que ha escrito nos ayudará a mantener una perspectiva eterna. Además, me dice una y otra vez que velará por mí y que nos cuidará. Queremos ser una familia eterna, ¡ese es el auténtico objetivo!
Cristi: Han pasado siete años desde que me diagnosticaron, y a medida que escribir un mensaje diario me resulta más complicado, en ocasiones lo titulo: “Es un buen día para estar agradecidos”. Estoy muy agradecida por Jesucristo y Su expiación, y pienso en la letra del himno “Cuenta tus bendiciones”1. Aunque perdamos todo en esta vida, aún tenemos la promesa de que las familias pueden ser eternas. Siempre podemos tener en cuenta esa bendición, que nos edificará.
Nota de los editores: Poco después de que se escribiera este artículo, Cristi falleció con James a su lado.

Cristi infundió esperanza en su vida y ayudó a los demás a hacer lo mismo.
¡Sigue esforzándote!
Sin importar por lo que estuviera pasando físicamente, Cristi transmitió un espíritu de esperanza, de fe y de buen ánimo. Estos son extractos editados de algunas de sus muchas publicaciones.
Empatía
Desde que el cáncer se cruzó en mi camino, he aprendido a sentir realmente empatía por los demás. Mi corazón se conmueve por todos los que sufren. Testifico que hay un Dios, que somos Sus hijos e hijas y que Él nos ama a cada uno de nosotros. Él nos ayudará a superar las aflicciones y las pruebas de la vida terrenal.
Busca lo bueno
¡Asegúrate de buscar lo bueno hoy y ver la mano de Dios obrando en tu vida!
Recuerda quién eres
Podemos acudir a nuestro Padre Celestial en oración y buscar la verdad en el evangelio de Su Hijo Jesucristo; de este modo recordaremos quiénes somos y hallaremos nuestro propósito en la vida.
Cuenta nuestras bendiciones
El sol brilla, aunque cerremos los ojos. Sin Dios, la luz se apaga y la esperanza es difícil de comprender. Sin embargo, nuestros días se iluminan si lo buscamos por medio del estudio, la oración y el contar todas nuestras bendiciones. Dedica tiempo a pensar en las cosas buenas de la vida. Te aseguro que las bendiciones siempre superan a las cosas malas.
Un futuro glorioso
¡Ojalá pudiéramos mirar más allá del horizonte de la vida terrenal y vislumbrar lo que nos espera después de esta vida! ¿Es posible imaginar un futuro más glorioso que el que nuestro Padre Celestial ha preparado para nosotros? Gracias al sacrificio de Jesucristo, no tenemos por qué temer, porque viviremos para siempre y nunca volveremos a experimentar la muerte; y, gracias a Su expiación infinita, podemos estar limpios del pecado y ser puros y santos ante el tribunal de Dios. “… Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para aquellos que le aman” (1 Corintios 2:9).
El Gran Médico
Jesucristo es el Gran Médico, ¿y quién en este mundo no necesita a un Gran Médico? De algún modo, todos estamos enfermos, afligidos o con dolor, pero Él sabe cómo sanarnos. Me encanta que haya un Salvador que pueda consolarme, que me ama y me conoce de manera perfecta. Sé que puedo confiar en Él.
Todavía puedo correr cojeando
El otro día salí a correr. Bueno, seamos sinceros, en realidad es la cojera del tumor. Practico ejercicio para seguir respirando correctamente y mantener los pulmones despejados. Sin embargo, es difícil cuando los tumores me duelen tanto. Lloré y luego oré para que el Padre Celestial me ayudara. Me vino a la mente la letra de un villancico de Navidad, y comencé a cantar:
“Te pido, Jesús, que me guardes a mí,
amándome siempre, como te amo a Ti”2.
Seguro que parecería y sonaría muy cómica, pero a estas alturas eso ya no importa, solo me siento agradecida por la letra de esta canción.
Justo después, me llamó mi prima para contarme que su hija acababa de someterse a su segunda cirugía del cerebro. ¡Ella me recordó que es una bendición que yo todavía pueda correr cojeando! Nada había cambiado, el dolor aún seguía ahí, pero me sentí aliviada, sabía que podía pasar el día lo mejor posible.
Si algo te agobia y piensas que las cosas son demasiado difíciles de soportar, canta la tercera estrofa de “Jesús en pesebre”, y nuestro Señor estará contigo.
La gratitud es gozo
La gratitud puede sanarnos el corazón y acercarnos más a Dios. Todos sufren, pero la gratitud mitiga el sufrimiento. Sin mi libertad para escoger sentir gratitud, me marchitaría y moriría. ¡La gratitud es gozo! Sigue esforzándote, rebosando gratitud, y tendrás gozo pase lo que pase,

El nacimiento de un nieto produjo mucho gozo.
Depende de nosotros
¿Qué prueba o campo de prueba es fácil de superar? Las pruebas nos llegan a todos los hijos de Dios. En ocasiones, sufrimos por culpa de los errores de los demás, y a veces sufrimos por los nuestros. En otros momentos, suceden cosas malas simplemente porque vivimos en un mundo imperfecto, pero depende de nosotros decidir cómo afrontar lo que nos ocurra.
- “Cuenta tus bendiciones”, Himnos, nro. 157.
- “Jesús en pesebre”, Himnos, nro. 125.
























