Los Archivos de Mentinah Volumen Tres

Capítulo Cinco

Ahora bien, Timoteo nos enseñó muchas cosas, y no puede escribirse ni la centésima parte de lo que enseñó, porque llenarían muchos libros. Y he aquí, muchas de las cosas que nos enseñó me mandó que no las escribiera, porque no son apropiadas para este registro. Sin embargo, hice fielmente un relato de todas las cosas que nos enseñó y escribí esas cosas en este pequeño registro que me mandó escribir. Pues recibí un testimonio de que serían una gran bendición para mis descendientes en los últimos días.
Y me parece que, debido a que el Espíritu manifestó la necesidad de estas cosas, debería registrarlas en un libro y que deberían transmitirse a mis descendientes. Puede ser que en alguna generación posterior mis descendientes hayan perdido un poco las doctrinas, los convenios y los consejos del Templo. Porque todas las cosas que Timoteo me mandó escribir parecen estar relacionadas con las ordenanzas y los convenios del Lugar Alto. Por lo tanto, oh hijos míos, presten atención a estas cosas. Porque creo que serán para ustedes como una restauración de cosas perdidas. Sí, lean estas cosas y recíbanlas para su salvación.
Y este Timoteo era hermano de Nefi y de Lehi, quien también era conocido como Mathonihah. Y estos tres estaban entre aquellos a quienes el Señor llamó Sus apóstoles en la Tierra del Sur. Pero esto no es todo. He aquí, cuando Él preguntó a aquellos a quienes había llamado a este santo llamamiento, preguntó a cada uno de ellos los deseos de sus corazones. Y la mayoría de los apóstoles declaró que, cuando terminaran su obra y dejaran esta existencia, su deseo era venir rápidamente al Señor en Su reino. Y he aquí, este era un deseo justo y el Señor se complació.
Pero hubo tres que se apartaron y no declararon abiertamente su deseo como lo hicieron los demás. Ellos eran Nefi, el profeta, y sus hermanos, Lehi, quien también era llamado Mathonihah, y Timoteo. Y cuando el Señor los vio, percibió los deseos de sus corazones y los llamó más benditos. Y he aquí, concedió que permanecieran hasta que Él viniera nuevamente en Su gloria, y hasta que se cumplieran los propósitos del Padre en Él. A estos mismos tres se les ha llamado «Los Tres» por este pueblo desde entonces. Y no probarán la muerte ni el sufrimiento, salvo por los pecados del mundo.
Y ahora regreso a mi relato de las enseñanzas de Timoteo, uno de los Tres.
Y cuando Timoteo terminó de hablar sobre los trabajos de la fe y el sacrificio, fue con nosotros al Templo y subió al Lugar Alto. Y, mientras nos dedicábamos a participar en las ordenanzas de ese lugar, él enseñó más completamente el significado de cada uno de los puntos de doctrina y los principios del Templo. Por lo tanto, pasamos un día en esta instrucción y aún no completamos toda la obra. Y he aquí, permaneció con nosotros otro día en el Templo, pero tampoco completamos la obra ese día debido a la gran instrucción que dio sobre los convenios y los principios y ordenanzas de allí. Y pasamos aún otro día y completamos la obra.
Y he aquí, el Espíritu obró en nosotros una sensación poderosa. E indagamos por qué debería ser tal cosa. Porque habíamos recibido las ordenanzas del Lugar Alto incluso de la boca del Señor Jesucristo. Y Sus palabras habían sido transmitidas incluso desde mi padre, Ougou, quien las recibió directamente del Salvador. Y no nos habíamos desviado de la doctrina original, por lo tanto, ¿por qué deberíamos sentir el Espíritu de manera tan apremiante en este instante? ¿Por qué debería esta enseñanza ser diferente, o más bien, por qué deberíamos sentirnos diferentes con esta enseñanza de lo que habíamos sentido con las enseñanzas del profeta?
Y Timoteo respondió a nuestra súplica con estas palabras:
He aquí, el Espíritu Santo tiene solo dos propósitos. Uno de ellos es instruir más completamente vuestras mentes para que puedan tener un entendimiento más completo de la palabra de Dios. De esta manera, magnifica vuestro espíritu, imprimiendo en ustedes el mismo evangelio de paz. En verdad, testifica a ustedes sobre la veracidad de todas las cosas y les trae todas las cosas a la memoria.
El otro propósito es hacer que toda verdad se convierta en parte de ustedes. En otras palabras, todas las cosas se convierten en parte de ustedes y de vuestra creación. El Espíritu Santo es el Espíritu Santo de la Promesa, y es por este Espíritu que pueden ser sellados a Cristo y convertirse en Suyos. En verdad, en verdad, les digo: A menos que sean sellados a Cristo, cuando el cielo y la tierra pasen, también pasarán y no se encontrarán en este Nuevo y Sempiterno Convenio.
Pero cuando este Espíritu Santo de la Promesa ejerce Su función sobre ustedes, cuando el cielo y la tierra pasen, aún permanecerán, porque se han convertido en de Cristo. Este es el poder de sellar. Es por esta razón que suben al Lugar Alto para hacer convenios con su Dios. En verdad, no hay otra razón para caminar por estos pasillos, si no es para entrar en la presencia de su Señor.
Ahora bien, consideren lo que significan estas palabras. Si el Espíritu Santo de la Promesa cumple Su deber con ustedes, quienes han demostrado fidelidad al Señor, entonces un cambio poderoso debe ocurrir en ustedes. Porque ahora deben estar preparados, incluso en el cuerpo, para estar en la presencia de otros instructores. Sí, si fuera necesario a los ojos del Señor que estuvieran en la presencia de seres exaltados, su cuerpo debe ser cambiado. Porque he aquí, sin tal cambio, si entran en la presencia de un ser exaltado, su propio elemento se derretiría y no podrían permanecer en el cuerpo, sino que su espíritu se apresuraría rápidamente hacia esa porción del paraíso de Dios asignada para él, y su probación mortal llegaría a un fin repentino.
Pero, si el propósito de estar en la presencia de tales seres es ser instruidos, entonces el Espíritu Santo de la Promesa los habrá sellado a Cristo. Por lo tanto, no teman. Porque su cuerpo, aunque tal cambio pueda ser imperceptible para ustedes, habrá cambiado ciertamente de tal manera que puedan hacer las cosas que el Señor les requiera. En ese momento, habrán sido introducidos en el Mundo Terrestre, tal como Adán y Eva fueron introducidos. Aunque permanezcan en esta forma corruptible, su corruptible habrá sido hecho algo menos corruptible. Sí, estarán incluso en la presencia de tales seres y serán instruidos por ellos, porque este es el propósito del Lugar Alto.
Ahora bien, ustedes me preguntan cómo es que han sentido una palabra profética más grande o más segura a partir de mis palabras y enseñanzas. He aquí, así será para todos los que no rechacen la profecía y la revelación. Sí, así será para todos los que se acerquen al Señor con ese sacrificio que Él llama digno, incluso un corazón quebrantado y un espíritu humillado por el sacrificio. Sí, y así será para todos los que obedezcan las palabras y mandamientos que reciben de Jesucristo. Porque es de la naturaleza de los convenios y de hacer convenios que, cuando son verdaderos y fieles, Jesús los bendecirá con la intención y el propósito de su corazón. ¿Y cuál puede ser su intención al venir a este Lugar Santo, sino también entrar en Su presencia?
Por lo tanto, el Espíritu ha obrado más plenamente en sus corazones solo porque se han tomado el tiempo de permanecer más tiempo en las palabras de Cristo de lo que están acostumbrados. Sí, les he instruido más completamente en el entendimiento de los convenios del Lugar Alto. Y han regocijado conmigo en ellos durante tres días. Por lo tanto, el Espíritu consuela sus cuerpos y sus almas con mayor poder debido a su mayor entendimiento. Esto deben recordar y siempre hacerlo. Permanezcan en las palabras de Cristo y mediten plenamente en los convenios que hacen en este Lugar Santo. Porque, si lo hacen, seguramente recibirán una palabra más segura de profecía, y Cristo hará Su morada con ustedes.
Y he aquí, cuando Jesús haga Su morada con ustedes, Él los llevará al Camino y tendrán conversación con sus padres, tal vez incluso diariamente. ¿Y no es esto lo que más desean? Les digo, debería serlo. Por lo tanto, si alguno viene entre ustedes y los critica por el mucho tiempo que pasan realizando las ordenanzas del Lugar Alto, no le presten atención.
Ahora bien, quiero hablarles más sobre la obra que deben hacer en el Lugar Alto. Porque es un lugar para que hombres y mujeres se preparen para ver el rostro de su Salvador. Sí, es un lugar de sacrificio viviente; porque los vivos hacen un sacrificio digno a Sus ojos.
Pero esto no es todo. También vendrán al Lugar Alto después de haber hecho su sacrificio viviente. Sí, vendrán nuevamente y harán los mismos convenios muchas veces a lo largo de sus vidas. Porque, aunque los hayan hecho antes para ustedes mismos, cada vez que regresan y ofrecen el mismo sacrificio, lo hacen por y en representación de todos aquellos con quienes tienen que ver. En otras palabras, pueden ayudar a aquellos que vinieron antes que ustedes, quienes en su propio día no pudieron hacer los convenios que ustedes hacen, para que también entren en la presencia de Jesús y sean más completamente instruidos por Él. Porque he aquí, ellos están en ustedes. Por lo tanto, pueden hacer una oblación por ellos como procuradores.
Porque he aquí, en el día de su probación, puede que no hayan conocido a Cristo. Consideren cuántas son las generaciones de hombres en las que no se predicó el evangelio. ¿Supone que un Dios amoroso dejaría a Sus hijos desamparados? ¿O suponen que haría una expiación por todos, pero no les dejaría manera de beneficiarse de esa expiación? No, no lo crean.
Vengan al Lugar Alto y participen en las ordenanzas de este, por y en representación de sus parientes que no tuvieron tal oportunidad. No piensen en cómo podrían saber quiénes son, simplemente actúen en el espíritu de sacrificio humilde y permitan que los efectos de la oblación fiel surtan efecto para ellos, quienes hicieron posible que ustedes vinieran al mundo en este momento. ¿O suponen que han sido retenidos hasta este tiempo, cuando las ordenanzas del Lugar Alto se encuentran entre los hijos de los hombres, con ningún otro propósito que salvarse a ustedes mismos? No, les digo que no pueden ser salvos en el Reino de Dios, en ningún tiempo en que las ordenanzas del Lugar Alto se encuentren entre los hijos de los hombres, sin que se esfuercen también en proporcionarles una oportunidad para arrepentirse de cualquier maldad en ellos, y para hacer convenios sagrados que sean sellados por el sacrificio del corazón quebrantado y el espíritu contrito que ustedes ofrecen libremente por ellos y en su nombre. En verdad, este sacrificio será sellado para ellos por el Espíritu Santo de la Promesa debido a su fiel servicio por ellos.
¿Es esto algo difícil de entender? ¿Que se les permita actuar en nombre de otro y ofrecer un sacrificio que sea justificado por el Señor? ¿Es difícil para ustedes entender que pueden convertirse en Salvadores en el Monte Sión? No sugiero que puedan hacer lo que el Gran Cristo hizo cuando ofreció un sacrificio por todos. Pero sí sugiero y les exhorto que pueden hacer algo semejante a Él, por y en nombre de sus parientes fallecidos.
Realicen esta obra en este Lugar Santo. Pero también les advierto, no permitan que este lugar se convierta en un lugar de adoración muerta y sacrificio vacío. Si resulta que la mayor parte de su obra aquí es por los muertos, entonces deben comenzar de nuevo en el espíritu de verdadera instrucción. No permitan que la obra por los muertos ensombrezca la preparación de los vivos. Porque si los vivos fallan en buscar el rostro de Cristo, prefiriendo servir enteramente con el propósito de salvar a los muertos, entonces un espíritu viviente de sacrificio no será transmitido en la ordenanza. No supongan que alguno de sus parientes muertos estará interesado en tal vanidad. No, el espíritu de sacrificio viviente debe estar en sus corazones para que sea transmitido a aquellos que puedan beneficiarse de él, tanto vivos como muertos.
Mediten estas cosas en sus corazones. Porque en verdad les digo, llegará el día en que sus descendientes subirán al Lugar Alto y ofrecerán oblación al Señor por y en nombre de los muertos, así como espero que ustedes lo hagan en adelante, pero no se detendrán en las palabras de paz. No, no tomarán ningún tiempo en la instrucción y la meditación. He aquí, serán como ganado en el establo, haciendo solo lo necesario y en el menor tiempo posible. He aquí, bien podrían haberse quedado en casa en sus camas. Porque sus parientes muertos no tendrán interés en tal autoservicio.
Sí, les digo, se servirán a sí mismos y se enorgullecerán de su servicio. Se levantarán y se alabarán a sí mismos por la gran y gloriosa obra que están haciendo en el nombre del Señor.
He aquí, en esos días, una gran maldición estará sobre el pueblo. Sí, se creerán bendecidos por encima de todos los pueblos de la tierra. Proclamarán su dignidad unos a otros en palabras y señales, y difundirán su justicia a todo el mundo, colocándose como una luz en una colina para que todos la contemplen.
Sin embargo, les digo, y quisiera que recordaran mis palabras porque todas se cumplirán, que serán maldecidos por encima de todos los pueblos. Porque, donde pudieron haber disfrutado la instrucción de los Ángeles e incluso la misma presencia de Dios, en el día en que se enorgullezcan de su servicio, sus oblaciones se volverán vacías y sus ordenanzas serán vanidad. Rechazarán la instrucción de los Ángeles y perseguirán a los pocos que tengan tales visitaciones.
¿Y no es esto una maldición para aquellos que podrían haber sido bendecidos por encima de toda bendición? Consideren mis palabras y medítenlas en sus corazones. Porque no quisiera que hicieran una burla de las ordenanzas y convenios del Lugar Alto.
Y así fue como Timoteo nos instruyó.