Los Archivos de Mentinah Volumen Tres

Capítulo Seis

Ahora bien, consideramos las palabras de Timoteo de gran valor, porque él fue uno de los Tres a quienes el Señor dio poder sobre la muerte. Y nos dijo que estos mismos Tres tendrían mucho que ver con la restauración de Su evangelio para nuestra posteridad en los últimos días. Por lo tanto, he registrado sus nombres para el recuerdo del pueblo, y también para que puedan ser añadidos a los nombres que celebramos en los meses fríos del año. Sí, celebramos sus nombres y sus hechos con las historias de los héroes de nuestro pueblo.
Sí, el Señor ha predicho un tiempo en el que la verdad será restaurada por la boca de Su profeta, pero la restauración de esa verdad será perturbada y comenzará a flaquear. También nos ha hablado de un tiempo lejano en el futuro en el que nuestros propios descendientes se habrán vuelto ignorantes de muchos de sus propios antepasados, así como de sus costumbres y caminos. Sí, y también ha profetizado sobre un tiempo venidero en el que incluso Su propia iglesia y sus pastores serán un gran tropiezo para los justos. Por lo tanto, considero sabio registrar los nombres de aquellos que harán una gran obra al restaurar todas las cosas para nuestra propia posteridad.
Y, nuevamente, los nombres de los Tres a quienes Él dio poder sobre la muerte, para permanecer hasta que Él venga nuevamente, son Nefi, Mathonihah y Timoteo, los hijos de Nefi. Y Nefi llamó a su hijo Nefi en honor a ese gran profeta y padre de nuestro pueblo. Y nombró a otro hijo Mathonihah por la palabra y voluntad de Dios, que había recibido de la boca de un Ángel. Y nombró a otro hijo con ese mismo nombre, Timoteo, también por la palabra y voluntad del Señor. Porque Nefi fue un profeta de Dios y caminó y habló con Dios, y con Sus Ángeles, en el Camino.
Ahora bien, esto me parece importante. Porque Mathonihah significa «honrado por Dios» y Timoteo significa «regalo de Dios». Sin embargo, creo que Nefi recibió del Señor una visión de los llamamientos de sus hijos y los nombró según esa visión de su futura obra que le fue dada desde el Cielo. Porque su hijo Nefi fue ese gran profeta a quien el Señor se apareció en el Templo en la Tierra Abundante cuando toda la faz de la tierra cambió. Lehi Mathonihah fue verdaderamente honrado por el Señor cuando Él lo hizo uno de los Tres. ¿Y acaso no podemos decir, y quién puede negarlo, que el regalo dado a Timoteo por Dios no fue un gran regalo?
Y esto se ha convertido en una costumbre entre los Nemenhah: dar nombres relacionados con sus futuros llamamientos a hijos e hijas, incluso cuando esos nombres puedan sonar y significar lo mismo. Por esta razón, muchos de nosotros ahora llevamos más de un nombre, algo muy poco común en el pasado.
Ahora bien, he aquí, todas mis generaciones, estos son los nombres de los Tres como los conocimos, y permanecerán en este mundo hasta que Cristo venga nuevamente. Y serán conocidos por todos los pueblos del mundo por muchos nombres, pero sepan que estos son los nombres por los cuales eran conocidos entre nosotros durante nuestra estancia en esta tierra bendita. He aquí, así habla el Espíritu a mí, que en un tiempo futuro estos nombres serán importantes para aquellos de mi posteridad que deseen salir de Babilonia. Por lo tanto, los registro.
Y ahora regreso a mi relato de las palabras de Timoteo a los Nemenhah de Mentinah. Porque él nos enseñó mucho más sobre los convenios y ordenanzas del Templo de Dios, o el Lugar Alto, que deben ser registrados aquí. Y nos enseñó, diciendo:
Ahora escuchen mis palabras, oh Nemenhah, y observen hacer las cosas que les digo. Porque, si lo hacen, les digo que las ordenanzas del Templo crecerán en sus mentes y ocuparán gran parte de sus pensamientos. Sí, y su motivo e intención estarán llenos de servicio a su prójimo, y se volverán grandes en sabiduría y en la realización de milagros.
Pero también reflexionen sobre estas cosas y medítenlas. Muchos preguntarán:
¿Por qué, si el Señor hizo un sacrificio mayor que el que yo puedo hacer, cuando expió por todos los vivientes, se me requiere hacer el pequeño sacrificio que puedo en esta vida? Les digo que es por el gran efecto que el sacrificio tiene en el desarrollo de su alma. Es cierto que ni ustedes ni yo podemos jamás hacer un sacrificio tan grande como el que Él hizo. No, ni podemos esperar expiar por el pecado como Él lo hizo, ni reunir todas las vidas de hombres y mujeres en una sola vida. Pero podemos unir nuestra propia vida con la Suya, y esto debe considerarse una gran cosa para nosotros, incluso una gran expiación.
Ahora quiero hablarles sobre la Ley de la Castidad. Cuando consideramos todos los convenios del Templo, debemos recordar que este se presenta en dos lugares: primero, cuando la Madre y el Padre hacen convenio de compartir su obra, y segundo, cuando nuestros primeros padres hicieron lo mismo. Porque el hombre no es sin la mujer, ni la mujer sin el hombre en el Señor. Él desea que todos hagamos convenios entre nosotros de la misma manera en que tanto nuestros padres celestiales como terrenales lo hicieron desde el principio.
Porque se nos ha dado un don que solo poseen aquellos investidos con el poder de la creación. Sí, y todos los seres vivientes también tienen este don, porque es el don de nuestra Madre en los Cielos, incluso el poder de la procreación. Por medio de este gran don nacemos y existimos. Sí, es gracias a este don que todos los seres vivientes son traídos a esta creación y tienen la oportunidad de recibir todas las cosas buenas de la mortalidad.
Ahora bien, para asegurar la preservación de raza y especie, el Señor ha hecho que sentimientos y deseos fuertes sean compañeros de este gran don. Estos deseos y sentimientos hacen que hombres y mujeres se unan para formar relaciones significativas y eternas.
Les digo, estas cosas deben mantenerse bajo un control estricto. Sí, deben mantenerse dentro de los límites que el Señor ha establecido. Observen que, en el Templo, se nos instruye que Pa Elowe hizo convenio con Shi Elowe, y Él hizo convenio con Ella, y se convirtieron en Elohim. Así debemos hacer todos si deseamos hacer eternas nuestras relaciones. También quiero que observen que Shi Elowe no hizo convenio con Pa Enits Elowe, ni con muchas Primeras Mujeres, sino que hizo convenio con Pa Elowe, y ella le dio un nuevo nombre, incluso Elohim, que interpretado significa: “Ellos son Uno.”
No estamos tan alejados de Jerusalén, nuestro pasado, ni de esa lengua hablada que nuestros padres, Lehi y Nefi, hablaban, como para que la estructura y forma del nombre, Elohim, escape de nuestro entendimiento. Porque es el mismo en nuestra lengua hoy como lo fue antiguamente: el nombre de una mujer y uno que denota más de una persona. Ahora, según la relación del Templo, aprendemos que esto no denotaba más de una esposa, porque, cuando esto fue hecho por hombres sin el mandato directo de Dios, grandes males sobrevinieron al pueblo.
Consideren conmigo las consecuencias de tomar aquello que Dios ha dado y aplicarlo fuera de los límites que Él ha establecido. Cuando los hombres toman para sí muchas esposas, simplemente porque pueden, causan que se desarrolle un aislamiento entre ellos y otros hombres. Se fortalecen a sí mismos, o al menos así lo creen, debilitando a otros. Levantan una generación que les es devota por sangre, pero no por amor.
¿Y qué pasa con aquellos que son privados de esa plenitud que viene de la relación de esposo y esposa? Son impulsados a excesos y luego hacia un amor antinatural.
Permítanme contarles de un pequeño grupo de Nemenhah, muy al norte, que han tomado la costumbre de vivir en el hielo y la nieve. Han hecho de los lobos del bosque sus sirvientes y los han calmado y domesticado para trabajar para ellos. Sí, y estas bestias viven con ellos en sus aldeas y llevan sus cargas y transportan cargamento de un lugar a otro en trineos. Y esto es una gran bendición para el pueblo, porque estos animales comen casi el mismo alimento que las personas y no hay necesidad de cultivar forraje para ellos, como con nuestro ganado.
Ahora bien, es la naturaleza de estas bestias que solo los más fuertes entre los machos se unan con las más fuertes entre las hembras. Sí, y por extraño que esto pueda parecer, todos los demás miembros de la manada, como se les llama entre los Nemenhah del país del norte, se abstienen de procrear. Esto está de acuerdo con el mandamiento dado a ellos por el Creador.
Pero los Nemenhah del País del Norte han descubierto algo extraño entre estas bestias. Cuando su población crece demasiado, los machos toman caminos antinaturales, actuando unos sobre otros, intentando procrear entre ellos. Esto divide a la manada y causa que se separe en dos o más. Y esto está de acuerdo con una ley natural provista por el Creador.
Ahora bien, esto puede parecer impropio para hablarse en este entorno, pero lo considero de gran utilidad para ustedes y para su posteridad. Porque vendrán tiempos en los que el amor del hombre se debilitará y su corazón le fallará. Y muchos se preguntarán por qué es que los hombres se vuelven hacia los hombres y las mujeres hacia un amor antinatural. Permitan que la sabiduría del mundo natural sea una guía para ustedes en esto. Porque, por esta causa, el Señor se ha asegurado de que un relato similar esté en la enseñanza del Lugar Alto.
Recuerden que, cuando los hombres fuertes tomaron para sí a todas las mujeres como esposas, y esto porque eran fuertes, los hombres más débiles y jóvenes se separaron y estaban descontentos. Entonces Satanás entró en sus corazones y los instruyó según las leyes de la naturaleza, solo corrompiendo esas leyes para sus propios propósitos. Y los hombres ejercieron la ley natural de fuerza sobre debilidad y se entregaron a deseos antinaturales sobre los más débiles de sus compañeros. El resultado fue que sus cuerpos se debilitaron y la enfermedad corrió desenfrenada entre ellos. Entonces se levantaron contra los hombres fuertes, que eran pocos, y los destruyeron, tomando a sus esposas para sí mismos y esclavizando a sus hijos.
Les declaro que el mal será el resultado cada vez que los hombres corrompan los caminos rectos del Señor.
Recuerden también que Satanás intentó justificar estos actos usando el mundo natural como ejemplo. En verdad, fue reprendido y avergonzado, y así serán ustedes si intentan justificar actos malvados de esta manera.
Ahora, como una aclaración y para que no tengan motivo alguno para confundirse en esto; porque percibo que algunos de ustedes meditan en estas cosas y se preguntan por qué encontramos en las escrituras que el Señor a veces mandó a ciertos hombres tomar muchas esposas. Sí, preguntan en sus corazones por qué Abraham, Isaac y Jacob fueron llamados a tener más de una esposa.
Escuchen mis palabras, porque así dice el Señor en este asunto. Cuando el Dios Señor ve conveniente en Su sabiduría, teniendo todas las cosas ante Él y conociendo el fin desde el principio, llamar a los hombres a actuar de esta manera, es con un propósito específico en Él. He aquí, es una dispensación especial, o una suspensión de la ley para ese propósito solamente, y no un mandamiento general para los hijos de los hombres.
Y sepan también, incluso ustedes a quienes pueda recaer este mandamiento o dispensación especial, que harán su convenio con aquella con quien esperan trabajar eternamente. Porque ahora se les llama Pa Elowe y Shi Elowe. Pero deben convertirse en Elohim, así como nuestros Padres Celestiales se convirtieron en uno en la creación. De lo contrario, no hay propósito en su existencia en este mundo, y su creación se convierte en algo vano. Les digo, ¡Esto no debe ser así! Porque son hijos e hijas de Dios.
Por tanto, se manda a todos los hombres y a todas las mujeres ser como sus padres. Por lo tanto, ustedes, hombres de los Nemenhah, elijan y amen a una sola mujer para hacerla una ayuda idónea para ustedes. Y ustedes, mujeres de los Nemenhah, elijan y amen a un solo hombre para hacerlo una ayuda idónea para ustedes. Y ustedes dos, combinados en sus corazones y en sus intenciones, se unirán para siempre, si buscan el poder de sellamiento del Espíritu Santo de la Promesa, que es el Espíritu Santo. Entonces su convenio se convierte en el de Cristo, y cualquier cosa que Él posea se convierte en eterna. Por lo tanto, su convenio queda ligado en las eternidades con un lazo que no puede romperse.
Así también fueron mandados Adán y Eva, y así deben hacer ustedes. Porque, ¿no caminamos en los mismos pasos de nuestros padres terrenales? ¿No estamos cada uno de nosotros pisando las mismas piedras sobre las que caminaron Adán y Eva? ¿No nos consideramos respectivamente, Adán y Eva, cuando estamos en el Templo?
Por tanto, les pregunto, ¿fue Adán instruido para entrar en un convenio con Eva o con muchas mujeres? ¿No fue Eva la Madre de Todos los Vivientes, o fue una entre muchas? Sí, les pido que mediten seriamente estas cosas.
Ahora bien, todo esto se relaciona con ese primer convenio por el cual nuestros Padres Celestiales se convirtieron en Elohim. Porque, cuando Pa Elowe emprendió tomar de la materia de las profundidades y hacer de ella un ser viviente, he aquí, tuvo éxito. Dio a la materia el autoconocimiento y esta percibió. Pero, ¿vivió en verdad? No lo hizo, porque no podía hacer otra cosa que volverse y percibirse a sí misma.
Y Shi Elowe, en Su poder y con Su voluntad poderosa, hizo que la materia se organizara y se convirtiera en cuerpos. Sí, hizo estrellas y planetas y lunas. Pero, ¿qué hicieron después de eso? No tenían vida en ellos para hacer nada. La materia obedecía pero no podía ser vivificada, porque la vivificación es un don exclusivo de la Madre.
Fue cuando los dos unieron sus obras y se hicieron convenios el uno al otro para unir sus obras, que los mundos se convirtieron en seres llenos de vida y poder. Y así todos los seres vivientes se convirtieron en vivientes.
Ahora, quiero que recuerden la enseñanza del Templo. Habiendo descubierto el impedimento que existía cuando intentaron crear por su cuenta, ¿regresó el Padre de donde vino y reunió a muchas mujeres? No lo hizo. ¿Y regresó la Madre de donde vino y reunió a muchos hombres? Les digo, no. Presten mucha atención a la enseñanza del Templo, porque es el Lugar Alto.
Porque, hasta cierto punto, se les había dado el privilegio de crear por ese poder dado a ellos por sus padres. Sí, es cierto que, dentro de los límites del Convenio Eterno, por el cual se hicieron poderosos para crear, hicieron mundos y creaciones. Pero todo esto fue hecho para la edificación de la gloriosa creación de sus padres. Cuando intentaron hacer una creación propia, descubrieron el impedimento para la acción singular o egoísta. No podían realizar obras celestiales para sí mismos por sí mismos, y nosotros tampoco podemos.
He aquí, hay una ley en el Cielo que es irrevocable. Cuando emprendemos satisfacer nuestro propio ego, nuestro universo se disminuye. Cuando trabajamos para el beneficio de otros por encima de la satisfacción de nuestros propios diseños, nuestros propios diseños se santifican en nosotros y nuestro universo se expande. Este es el gran mensaje y significado del primer convenio del Templo, incluso el convenio del matrimonio.
Pero, cuando los hombres y mujeres toman de las cosas que se les enseñan por seres celestiales y las modifican para servir a sus propios propósitos, no pueden esperar que de ello surja el bien. He aquí, el mal será el resultado. Esto es así para todos los seres vivientes. Así fue para nuestros Padres Celestiales, y siempre será así para nosotros.
Por tanto, cuando el Señor manda algo que parece ir en contra de todo lo que se enseña en las escrituras y por los profetas, cada uno de nosotros tiene el deber de buscar la guía del Espíritu Santo en el asunto. Porque, ¿cómo sabemos si Él está mandándonos algo basado en un conocimiento que Él posee pero que nosotros no compartimos en ese momento en el que Él puede ordenar algo? ¿Suena esto difícil?
Consideren nuevamente el mandamiento dado a nuestro padre Nefi, cuando fue mandado a matar al malvado Labán. Sí, todos debemos estar de acuerdo en que Labán era un hombre malvado y que habría tomado la vida de Nefi si lo hubiera encontrado ebrio en la calle. Pero, ¿justifica la maldad individual un asesinato? No lo hace.
Y todos debemos estar de acuerdo en que Labán era culpable de más que simple maldad individual. Porque habría sido el instrumento del desvanecimiento y la incredulidad de toda una nación. Por tanto, su maldad se expande enormemente. Pero, les pregunto, ¿previno su asesinato el desvanecimiento y la incredulidad de la nación? Consideren el estado de maldad que ahora prevalece entre los hijos de Nefi en la Tierra del Sur. Les pregunto a ustedes, que ahora pueden considerar el resultado del acto, hagan una pausa y juzguen la verdad del asunto. ¿Justificó siquiera su maldad general el asesinato de Labán, quien estaba entre los Ancianos de Israel? No lo hizo.
¿Qué debemos considerar entonces al contemplar la acción de Nefi? Debemos considerar solo que los caminos del Señor muchas veces no son los caminos del hombre y que Él puede, en Su mayor conocimiento, considerar apropiado hacer una dispensación especial de aquellas leyes que puedan parecernos inmutables. La acción de Nefi fue mandada por el Señor y no puede considerarse asesinato solo por ese mandamiento. Es por el mérito de esa dispensación especial que Nefi fue justificado y permanece sin culpa ante el Señor.
Esto se aplica también a lo que el Señor mandó a Abraham, Isaac y Jacob. Ellos conocían las ordenanzas del Lugar Alto y obedecieron el mandamiento del Señor. Entonces, ¿cómo justificaron en sus propios corazones la ley que les fue dada mediante la enseñanza del Templo? Buscaron la guía que tal aparente contradicción hace necesaria. Buscaron la guía del Espíritu Santo. Y esa guía y confirmación sobre sus propias almas les enseñó lo que debían hacer.
De vez en cuando, pueden encontrar que el Señor, por Sus grandes propósitos, parece mandar una cosa a una generación y otras cosas a otra. Esto es solo en apariencia. Él da ciertas dispensaciones especiales a algunos individuos que no da a otros. Sean muy cuidadosos en la forma en que juzgan los caminos del Señor.
Así dice el Señor a esta generación: El hombre y la mujer que se unan en matrimonio, haciendo un convenio sagrado el uno con el otro, y con nadie más, y busquen el sellamiento de su contrato por medio de ese Espíritu Santo de la Promesa, serán unidos por la aceptación de ese convenio que les es conferido por el Espíritu Santo, y eso en virtud de la expiación que el Señor hizo por todos los vivientes, por el tiempo y por toda la eternidad, y serán Elohim ante los ojos de todos los vivientes. El hombre será sellado a la mujer, la mujer al hombre, solo por esta ley y esta expiación.
Todo lo que sea más o menos que esto proviene del pecado, porque el Señor puede mandar lo contrario para Sus propósitos eternos. Pero Él ha prometido que revelará todos Sus secretos a Sus siervos los profetas, y que todos los hombres y mujeres pueden recibir una confirmación de ellos por medio del poder del Espíritu Santo. Que ninguno entre los Nemenhah busque cambiar esta ley y este mandamiento, porque grande será la enfermedad y la maldad de esa generación que busque eludir o cambiar los mandamientos de Dios.
Por tanto, con razón es el primero de los convenios presentados ante nosotros en la enseñanza del Lugar Alto acerca de nuestros Padres Celestiales. Por lo tanto, con razón es el primero de los grandes convenios que debemos considerar si deseamos ser como ellos. Y relacionado con este primer convenio está la Ley de Castidad. Y es por esta gran relación que una ley tiene con la otra que se nos pide recibir la Ley de Castidad por convenio también.
Y este convenio es, si eres hombre, que jures con un juramento vinculante en la tierra y en el cielo que no tendrás relaciones sexuales con nadie más que con la mujer con la que has hecho un convenio sagrado de matrimonio; y, si eres mujer, que jures con un juramento vinculante en la tierra y en el cielo que no tendrás relaciones sexuales con nadie más que con el hombre con el que has hecho un convenio sagrado de matrimonio.
Ahora vengan, razonen conmigo en este asunto. En la enseñanza del Lugar Alto, ¿hace Adán este convenio de matrimonio con alguna otra mujer que no sea la Madre de Todos los Vivientes? ¿Y hace Eva este convenio con algún otro hombre que no sea Adán?
He aquí, habrá quienes afirmen que lo hicieron, porque vivieron mucho tiempo. Pero les digo, esto proviene de una falta de entendimiento y de una suposición equivocada tomada de las escrituras. E incluso puede ser que, en tiempos muy alejados, algunos puedan cometer este error incluso a partir de lo que reciban mediante la revelación misma.
Porque, como he dicho, el Señor puede, de vez en cuando, hacer una dispensación especial de esta ley para Sus propios propósitos. Algunos pueden convertir esta dispensación especial en una ley general, sintiéndose justificados en ello debido a las palabras y mandamientos del Señor a otros. Pero les digo, este entendimiento erróneo vendrá en aquellos días únicamente debido a la costumbre que también habrá crecido entre los hijos de los hombres de negar la revelación. Porque, si no fuera así, el Espíritu Santo ciertamente les ayudaría a comprender los méritos de los mandamientos generales de Dios y que debemos tener cuidado en cómo aplicamos aquellas cosas mediante las cuales Él mueve a los individuos a cumplir Sus grandes propósitos.
Y he aquí, incluso los profetas pueden cometer este error si no tienen cuidado en someter todas las cosas a la confirmación del Espíritu Santo. Porque hay muchos, y habrá muchos más, que recibirán parte de la palabra y la voluntad del Señor y creerán que lo que han recibido constituye el todo. Incluso yo, que he recibido del Señor poder sobre la muerte, debo someter todas las cosas a la confirmación del Espíritu Santo.
Ahora, veo que algunos de ustedes todavía están confundidos por aquello que Dios mandó a Abraham. Razonemos, entonces, juntos. Aunque el Señor dio a nuestro padre Abraham una dispensación especial en cuanto a tomar más de una esposa, ¿sobre quién recayó el derecho de nacimiento de la nación? ¿Y las familias que surgieron de esa unión continuaron en paz durante muchas generaciones? No obstante, el Señor levantó una nación de sacerdotes para todos los pueblos a través de esta dispensación especial.
He aquí, les exhortaría, tomen ahora este conocimiento y esta consideración y sométanlos a la confirmación del Espíritu Santo. Les pediría que pidan al Espíritu Santo incluso una visión del padre Abraham tal como es hoy, y díganme lo que ven. ¿Lo ven solo o en los brazos de su compañera eterna? ¿O lo ven en un día con una esposa y en otro con otras mujeres? Y en las eternidades, ¿cómo divide sus días y sus afectos?
Les digo, si tienen el Espíritu de Revelación en ustedes, sí, si pueden reclamar ese don del Espíritu, entonces declararán lo mismo que el mismo Espíritu me ha mostrado a mí. Sí, no negarán que el padre Abraham ahora reside en el seno de la eternidad y se ha convertido en Elohim con la esposa de su corazón, incluso la misma mujer con la que hizo un convenio sellado por el Espíritu Santo de la Promesa. Y declararán que el convenio que hicieron el uno con el otro pertenece al Señor y se ha convertido en Su propio convenio en lo que a ellos respecta. Por tanto, el cielo y la tierra pueden pasar, pero ese convenio permanecerá, porque es Su propio convenio relacionado con ellos.
Pero he aquí, a aquellas otras mujeres que Dios le dio para cumplir Sus propios propósitos, Abraham las ha entregado en manos de sus propios esposos con gratitud en su corazón por la parte que Dios le pidió desempeñar en Su gran obra, por y en nombre de su hermano. Y, si esto aún les resulta difícil de entender, les pediría que consideren en qué otras formas el Señor requiere que los hijos de los hombres actúen por y en nombre de otros para cumplir Sus santos propósitos en ellos. ¿Existen otros casos en los que Él pide a los hombres realizar obras sagradas por otros hombres? Reflexionen y tomen consejo.
Ahora bien, esta Ley de Castidad atañe a todas las personas, jóvenes y mayores, casadas y no casadas. Sí, se aplica a todos como un mandamiento general. Por tanto, enseñen a sus pequeños desde el momento en que puedan entender su voz que deben obedecer esta ley y hacerla parte de la práctica de sus vidas. Porque, si lo hacen, cuando llegue el momento de hacer un convenio sagrado y vinculante de matrimonio, no les será extraño. Sí, y si lo hacen, las bendiciones del cielo lloverán sobre ellos, y no estarán cargados con esas enfermedades que siguen a los que no obedecen este mandamiento. Sí, y su posteridad permanecerá fuerte en el cuerpo y también en la fe. Y sus descendientes serán hallados íntegros en los últimos días y libres de las deformidades que son consecuentes en las generaciones de aquellos que corrompen esta ley.
Ahora bien, si las generaciones de aquellos que guardan y obedecen esta ley estarán libres de las enfermedades que siguen a quienes la desobedecen, ¿no será esto considerado una gran bendición para quienes la guardan? Por el contrario, ¿no serán llamados malditos aquellos a quienes recaigan estas enfermedades como consecuencia de la corrupción de este convenio? ¡Y cómo se rompe el corazón en el pecho de aquellos a quienes se les da la visión y revelación de todo lo que sucederá a las generaciones de los que no guardan este mandamiento y corrompen esta ley!
Porque he aquí, así como se observa en los animales cuyos linajes se vuelven demasiado cercanos en relación y cuya fuerza y vigor se pierden debido a tal mal manejo, las generaciones de aquellos que corrompen esta ley estarán malditas con debilidad en los órganos del cuerpo y en la regulación de sus movimientos, así como en la disfunción de sus extremidades. Y estas debilidades se transmitirán a las generaciones hasta que el cuerpo sea rechazado por el espíritu de aquel que ha sido preparado para entrar en esta vida y disfrutar de sus bendiciones. Y, aunque ese espíritu irá a otro cuerpo, como será preparado por el camino de todos los vivientes, ¡cuán grande será la ruptura de los corazones de aquellas mujeres a quienes esos espíritus debieron haber venido en primer lugar por los pecados de sus antepasados!
Por tanto, el Señor lo ha decretado para toda la creación: A aquellos que eludan o corrompan esta ley les vendrán dificultades, pestilencias y una disminución de las semillas. Y sus generaciones sufrirán a causa de ellos. Y también, a aquella nación que decaiga en la incredulidad, de modo que esta ley sea abolida entre ellos y olvidada, también disminuirán en poder y fuerza debido a la enfermedad.
Porque el Señor ha establecido leyes naturales para gobernar el funcionamiento de los cuerpos que nos ha dado. Y he aquí, cada vez que busquemos eludir esas leyes, traeremos sobre nosotros mismos y nuestra nación los resultados naturales de la desobediencia a esas leyes. Y el resultado natural será un azote desolador entre las generaciones de aquellos que corrompan los caminos rectos del Señor.
En verdad les digo a todos ustedes que son bendecidos con el don de la visión y que pueden ver a sus generaciones en el Camino, que verán un día en que uno de cada dos caerá por el dardo de la muerte mucho antes de su tiempo señalado. Y esto será porque la nación habrá olvidado estas verdades eternas y habrá pisoteado los mandamientos de Dios bajo sus pies. He aquí, que nadie piense que puede quebrantar las leyes de Dios sin sentir el peso de sus acciones, no solo en los juicios de un Dios justo hacia ellos mismos, sino también por los resultados naturales de sus acciones hacia sus generaciones.
Por tanto, incluso en un sentido muy real y carnal, nos convertimos en salvadores de nuestras generaciones. Porque, ¿no dependen de nosotros en este asunto? Por tanto, pongan sus corazones en aquellos que deben venir después de nosotros, oh Nemenhah. Sí, vuelvan sus corazones hacia sus generaciones. Porque he aquí, en los últimos días, el Señor pedirá a nuestros hijos que vuelvan sus corazones hacia nosotros. Consideremos su día y volvamos también nuestros corazones hacia ellos.