Conferencia General Octubre 1973
Oposición, a fin de fortalecernos

Por el élder Eldred G. Smith
Patriarca de la Iglesia
En los cielos, antes de que la tierra fuera formada, el plan de la vida en esta tierra se nos explicó a todos. Nosotros éramos entonces sólo criaturas espirituales de nuestro Padre y Madre Celestiales.
Todos aprendimos entonces que por medio de esta experiencia de vida terrenal, tendríamos la oportunidad de ir a través del mismo tipo de experiencias que ellos tuvieron y así llegar a ser como ellos son.
La historia nos dice que todos gritamos de gozo por estas gloriosas noticias. También aprendimos que para obtener tan altas metas, debemos ser hallados fieles y justos en todas las cosas y soportar las pruebas que pudiera ponernos Satanás. A pesar de todas las advertencias, estoy seguro de que todos estábamos ansiosos de venir a esta tierra. Adán y Eva fueron los primeros en venir; a ellos les fue dado su libre albedrío, sin la capacidad de conocer el bien y el mal, sino después de que participaren del fruto del «árbol de la ciencia del bien y del mal. . .» (Moisés 3:17).
En consecuencia, el Señor declaró a Adán: «.. .maldita será la tierra por tu causa. . .» (Moisés 4:23; itálicas agregadas). Muchas veces hemos oído decir que Adán fue maldecido por participar del fruto prohibido. La historia dice «la tierra» fue maldecida, no Adán. Entonces el Señor agregó: «por tu causa». Esto significa para su beneficio; también para beneficio de vosotros y mío.
Adán y Eva estuvieron en un estado de estancamiento: sin progreso, crecimiento, o reproducción. Sin un cambio, ellos habrían permanecido en ese estado por siempre. Era necesario que ocurriera un cambio. Este cambio significaba que Adán y toda su posteridad debían trabajar y vencer obstáculos con el fin de proveer para las necesidades de su vida. Después que Adán y Eva fueron echados fuera del jardín de Edén, un ángel del Señor vino y les explicó el plan del evangelio, que es el plan de vida y salvación. Les habló de un Salvador que vendría y redimiría a toda la humanidad, de manera que todos pudieran volver a su Padre Celestial.
En el libro de Moisés leemos: «Y Eva su esposa oyó todas estas cosas y se regocijó, diciendo: Si no hubiese sido por nuestra transgresión, jamás habríamos tenido simiente, ni hubiéramos conocido jamás el bien y el mal, ni el gozo de nuestra redención, ni la vida eterna que Dios concede a todos los obedientes» (Moisés 5:11).
La revelación moderna nos dice: «Y ha de ser necesario que el diablo tiente a los hijos de los hombres, o éstos no podrían ser sus propios agentes; porque si nunca tuviesen lo amargo, no podrían conocer lo dulce» (D. y C. 29:39).
Así es con nosotros ahora; debemos probar el lado amargo de la vida a fin de conocer el dulce. A veces algunos piensan que tenemos todo lo amargo y muy poco de lo dulce, pero esto es lo normal; todos tenemos nuestras pruebas en la vida, para fortalecernos. Cada uno piensa que le tocaron las pruebas más duras o las más severas, puede ser que sean las más difíciles sólo porque, para uno, son las más difíciles o duras. El diamante, aumenta en valor y belleza mediante el pulido; el acero se hace más duro y más valioso por medio de su temple. Así también, la oposición edifica el carácter del hombre.
Todo progreso se logra por vencer una fuerza opuesta. Lehi dijo a su hijo Jacob: «Porque es preciso que haya una oposición en todas las cosas. . .» (2 Nefi 2:1 1 ).
«Adán cayó para que los hombres existiesen; y existen los hombres para que tengan gozó ‘ (2 Nefi 2:25). «Dios…santificará tus aflicciones para tu provecho» (2 Nefi 2:2).
La oposición, pues, es buena para nosotros mientras no la busquemos nada más porque sí.
Esto me recuerda uno de los dichos favoritos del presidente Lee: «Está bien sacar la vaca del lodazal en domingo, siempre y cuando no la hayáis puesto ahí el sábado en la noche»
Henry Kaiser, de la industria del acero, decía que si uno desea saber quiénes son sus líderes, los cargue de trabajo; agóbielos de trabajo, y entonces sabrá quiénes son los líderes.
Quizá esto es lo que el Señor hace con nosotros. El también está tratando de desarrollar líderes.
Recuerdo una placa de latón que yo tenía en la pared de mi cuarto cuando era joven. La escena que tenía grabada mostraba a un vagabundo a punto de saltar por encima de una cerca; a su pantalón le faltaba un pedazo de la parte trasera y un enorme bulldog lo perseguía muy de cerca, llevando entre sus dientes el pedazo de pantalón faltante. El verso decía:
«Es fácil ser alegre
Cuando la vida corre como una canción,
Pero el hombre que verdaderamente vale,
Es el hombre que puede seguir sonriendo
Cuando todas las cosas le salen mal.»
(Traducción libre)
Dios sería muy injusto si dejara suelto a Lucifer para tentar al hombre, sin darle ayuda para poder vencerlo. Dios no permitirá a Satanás tener el poder de tentarlo más allá de la fuerza que El os ha dado, si buscáis y aceptáis su ayuda.
El profeta José Smith ha dicho: «Dios os dará conocimiento por medio de su Santo Espíritu, sí, por el inefable don del Espíritu Santo, conocimiento que no se ha revelado desde el principio del mundo hasta ahora;
«El cual nuestros antepasados con ansiosa expectación han aguardado que se revelara en los postreros tiempos, hacia los cuales sus pensamientos fueron orientados por los ángeles, como que estaba reservado para la plenitud de su gloria «(D. y C. 121:26-27).
Esto significa que aun nuestros antepasados vinieron adelante de nosotros para nuestro beneficio, con la promesa de que nosotros les rendiríamos un servicio a ellos.
En el principio, un ángel del Señor enseñó a Adán y Eva. El los instruyó en todas las cosas, para que ellos conocieran la voluntad del Señor.
Yo pienso que es lo mismo ahora. Debemos estudiar las Escrituras; debemos aprender qué es lo que Dios desea para nosotros; debemos aprender las consecuencias de la obediencia y de la desobediencia. El ha provisto profetas y maestros en cada dispensación para enseñarnos su voluntad concerniente a nosotros. El nos ha dado Escrituras, tales como: la Biblia, el Libro de Mormón y las revelaciones modernas; ha restaurado el evangelio en su plenitud del sacerdocio; nos ha dado el Espíritu Santo para revelarnos la voluntad del Padre y del Hijo y para instruirnos en toda la verdad; nos ha dado los templos y las llaves para oficiarlas ordenanzas.
Sí, el Señor nos ayudará si hacemos nuestra parte, no sólo debemos resistir a Satanás; debemos dar servicio a nuestro prójimo. ¿Estáis haciendo vuestra parte?
Dios ha dicho: «Porque he aquí, ésta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre» (Moisés 1:39).
Recordad que este mundo fue creado y todo el desarrollo y el progreso sobre esta tierra desde Adán hasta nuestros días, ha sido principalmente para vosotros tanto como para cualquier otro.
Cristo vino a expiar por vosotros
El evangelio fue restaurado para vosotros El Señor contestará vuestras oraciones.
El Señor os recuerda, porque sois un hijo o hija de Dios.
Es verdad que cada uno de vosotros tenéis una vida diferente y una tarea diferente que cumplir, y algunas tareas pueden ser más importantes que otras, pero vosotros, un hijo o hija de Dios, sois tan importantes para el cómo cualquier otro.
Yo pienso que el himno escrito por William Clayton es tan importante para nuestra animación hoy, como lo fue para los pioneros.
Santos venid, sin miedo ni temor,Mas con gozo andad,
Aunque cruel jornada ésta es, Tal el mal la bondad.
Mejor nos es el procurar,
Afán inútil alejar, Y paz será, el galardón ¡Oh está todo bien!
¿Por qué decís es dura la porción? Es error; no temáis,
¿Por qué pensáis ganar gran galardón, Si luchar evitáis?
Ceñid los lomos con valor,
Jamás os puede Dios dejar, Y el refrán ya cantaréis ¡Oh está todo bien!
—Himnos de Sión, No. 214.
Pueda el Señor bendeciros para que logréis vuestras metas en la vida, lo ruego en el nombre de Jesucristo. Amén.
























