Diciembre de 1983
Personajes del Libro de Mormón que José Smith conoció
Por Robert J. Woodford
Cada vez que la familia de José Smith, padre, lo veía palpar su chaleco en busca de sus anteojos, sabía que era hora de la reunión espiritual de la tarde, la que por costumbre terminaba el día con himno, oración y lectura de la Biblia, El padre dirigía dicha reunión, leía de la Biblia y oraba. Sin embargo, poco después de las primeras visitas que Moroni hizo al joven profeta José Smith en septiembre del año 1823, estas reuniones familiares adquirieron, según la madre del Profeta, una naturaleza excepcional. Sobre el particular escribe: “José continuó recibiendo instrucciones del Señor y nosotros continuamos reuniendo a los niños todas la noches con el propósito de escucharlo mientras nos daba una relación de lo mismo. Supongo que nuestra familia presentaba un aspecto tan singular como ninguna que haya vivido sobre la faz de la tierra, todos sentados en un círculo: padre, madre, nos e hijas, poniendo la más profunda atención a un muchacho de dieciocho años.
«Por las tardes, mientras conversábamos, José ocasionalmente nos relataba algunas de las narraciones más entretenidas que se puedan imaginar. Describía a los antiguos moradores de este continente, su vestuario, manera de viajar y los animales sobre los que viajaban; sus ciudades y edificaos con lujo de detalles, sus métodos de guerra; y también su adoración religiosa, Esto lo hacía con tal facilidad que aparecía como si hubiera pasado toda su vida entre ellos.»
Estas descripciones detalladas se dieron durante los cuatro años que transcurrieron entre la primera aparición del ángel Moroni y el momento en que se le permitió a José Smith sacar las planchas de oro. ¿De dónde provenía esta información? Desafortunadamente, todo lo que se registra es lo siguiente:
“Acudía al fin de cada año, y en esa ocasión encontraba allí al mismo mensajero, y en cada una de nuestras entrevistas recibía de él instrucciones y conocimiento concernientes a lo que el Señor iba a hacer, y cómo y en qué manera se conduciría su reino en los últimos días.” (José Smith—Historia 54.)
Más tarde, rara vez daría muchas explicaciones sobre los acontecimientos de esos días; sin embargo, aparece una rara excepción en una carta que envió a John Wentworth:
“También se me informó sobre los habitantes indígenas de esta tierra, quiénes eran y de dónde provenían; se me dio a conocer un pequeño resumen de su origen, progreso, civilización, leyes, gobierno, y sobre su rectitud y sus iniquidades, y cómo las bendiciones de Dios finalmente se les negaron como pueblo. También se me dijo dónde se encontraban depositadas unas planchas en las que se encontraban grabadas unas recopilaciones de registros de profetas antiguos que existieron en este continente. El ángel se me apareció tres veces durante la misma noche y me manifestó las mismas cosas. Después de haber recibido muchas visitas de ángeles de Dios manifestando la majestad y gloria de los acontecimientos que sucederían en los últimos días, en la mañana del 22 de septiembre de 1827 de nuestra era, el ángel del Señor me hizo entrega de los registros.” (Times and Seasons, el 1° de marzo de 1842; cursiva agregada.)
De esta forma, Moroni reveló al profeta José la información preliminar, pero otros ángeles agregaron revelaciones antes de que él pudiera recibir las planchas. Orson Pratt mencionó más tarde que esos ángeles eran personajes del Libro de Mormón con quienes José Smith habló cara a cara. El élder Pratt también agregó que venían a instruir a José Smith respecto al trabajo que debería de llevar a cabo, y que Moroni le dio “mucha instrucción».
Hubo otras personas asociadas estrechamente con José Smith quienes agregaron fascinantes detalles. Entre ellas se contaba a Wilford Woodruff, quien dijo que José fue enseñado por “ángeles del cielo, la voz de Dios y la inspiración y el poder del Espíritu Santo». (Journal of Discourses, 16:35.) Orson Spencer escribió como sólo «a su contacto los antiguos profetas saltan a la vida”.
Naturalmente Moroni, que poseía las llaves de la restauración del Libro de Mormón, fue el más prominente durante este período de preparación, (Véase D. y C, 27:5.) Por lo menos en veintidós visitas trabajó con el joven Profeta: tres veces durante la noche del 21-22 de septiembre de 1823, una vez más al día siguiente cuando José regresaba desde el campo a la casa de su familia, más tarde el mismo día en el Cerro Cumora cuando José vio las planchas por primera vez, tres veces más cuando José Smith regresó al Cerro Cumora el día 22 de septiembre de 1824,1825 y 1826, y una vez durante el verano de 1827. Su padre había mandado a José con un encargo, y regresó exhausto, muy tarde aquella noche, explicando:
“Cuando pasaba por el Cerro Cumora, donde se encuentran las planchas, se me apareció el ángel y me dijo que no había estado muy interesado en la obra del Señor; que había llegado el momento de que se dieran a conocer los registros; y que tendría que poner más empeño y aplicarme más a lo que Dios me había mandado hacer.» (Lucy Mack Smith, Biographical Sketches of Joseph Smith, págs. 98-99.)
La décima visita ocurrió el 22 de septiembre de 1827, cuando José recibió las planchas. Durante el verano siguiente, el ángel retiró las planchas y el Urim y Tumim de José Smith, «como consecuencia de que yo había preocupado al Señor pidiendo el privilegio de que dejara a Martín Harris que tomara los escritos, los que había perdido por transgresión». (Historyof the Church, 1:21-22.)
Luego el mensajero regresó (la duodécima visita) para traer de nuevo el Urim y Tumim, con lo cual José Smith recibió la sección 3 de Doctrina y Convenios, en la que se le reprende por su negligencia. Después el ángel vuelve a llevarse el Urim y Tumim, pero más tarde se los devuelve junto con las planchas para que se pueda continuar la obra de traducción. (History of the Church, 1:23.) Según Lucy Mack Smith, esta decimocuarta visita ocurrió el 22 de septiembre de 1828.
David Whitmer contó a Joseph F. Smith y a Orson Pratt, en 1878, una historia en la que se incluyen tres visitas más, la decimoquinta a la decimoséptima. Viajaba con Oliverio Cowdery y José Smith hacia Fayette, en el estado de Nueva York, a terminar la traducción, cuando “repentinamente apareció al costado de nuestro carromato un agradable y bien parecido viejecito, quien nos saludó con un ‘¡Buenos días, qué calor hace!’ al momento que se pasaba el dorso de la mano por su cara o su frente. Contestamos el saludo, y a una señal de José, lo invité a subir si se dirigía por nuestro mismo camino. Pero contestó también en forma muy agradable: ‘No, voy hacia Cumora.’ Ese nombre era algo nuevo para mí; no sabía el significado de Cumora, Todos fijamos nuestra vista en él, y luego el uno al otro, y mientras yo miraba inquisitivo a José, el viejecito desapareció instantáneamente, por lo que nunca más lo vi.
“Joseph F. Smith: ¿Notó su apariencia?
“David Whitmer: Ya lo creo que la noté. Medía. . . como un metro y medio de estatura. . .; estaba vestido con ropas de lana marrón; su pelo y barba eran blancos. También noté que a su espalda cargaba una especie de mochila con algo en ella en forma de libro. Era el mensajero que tenía las planchas que se habían recibido de José justo antes de nuestra salida de Harmony. Un poco después que llegamos a nuestro hogar, vi algo que me llevó a pensar que las planchas habían estado guardadas o escondidas en el granero de mi padre. Pregunté francamente a José si mi suposición era correcta, a lo que él me contestó que lo era.» (Minutes of the School of the Prophets, Estaca Salt Lake, 3 de octubre de 1833).
Una vez que la traducción se terminó, José devolvió las planchas al ángel, quien más tarde las mostró a José, a Oliverio Cowdery y a David Whitmer y, más tarde ese mismo día, regresó a mostrarlas a Martín Harris y a José Smith.
Las últimas dos visitas registradas ocurrieron cuando José recibió las planchas del ángel y las mostró a los ocho testigos, y luego las entregó. ¡Ya van veintidós visitas!
Además de Moroni, el propio Salvador, cuyo ministerio entre los nefitas es el tema principal del libro, apareció a José en la Primera Visión, al momento de revelarse la sección 76 de Doctrina y Convenios, y en el Templo de Kirtland. (History of the Church, 1:5-7, D.yC. 76:19-24; 110:1-10.)
Se agregan a estas visitas otras del Salvador, según lo registran algunos historiadores en los primeros años de la Iglesia. Por ejemplo, al hablar ante la Escuela de los Profetas en la Estaca Salt Lake, en la que se contaban a John Taylor y a otras Autoridades Generales, Zebedee Coltrin dijo que el Salvador se había aparecido durante una reunión dos o tres semanas después de la organización de la Escuela de los Profetas original en Kirtland, Ohio. Pasó por el cuarto sin hablar, y José Smith identificó al visitante sagrado: “Ese es Jesús, el Hijo de Dios, nuestro hermano mayor.»
Varios oíros personajes del Libro de Mormón participaron durante la publicación del libro; al respecto Par ley P. Pratt dijo:
“Por intermedio de ese joven y de la ministración que recibió de ángeles sagrados, este libro salió a la luz del mundo.” (Journal of Discourses, 9:212.)
De esta manera, podemos deducir que José recibió la ayuda de la ministración de ángeles quienes habían sido nefitas durante su vida mortal.
El élder George Q. Cannon nombró a Alma y Nefi, diciendo que probablemente se contaban entre estos ángeles visitantes. (Journal of Discourses, 13:47.) En un discurso posterior, el élder Cannon dijo que José había sido visitado constantemente por ángeles, entre los que se incluía a Moroni y los representantes de varias dispensaciones, para que José Smith “rebosara totalmente con el conocimiento de las cosas de Dios y así pudiera comprender la grandeza y santidad del llamamiento que Dios había conferido sobre él”. (Journal of Discourses, 23:362.)
A esta información, John Taylor agrega;
«[José Smith] aprendió por intermedio de comunicación con los cielos de vez en cuando, sobre los grandes acontecimientos que se desarrollarían en los últimos días. Entendió cosas que habían sucedido, y captó la idea de las varias dispensaciones y de los designios de esas dispensaciones. No sólo tuvo los principios elaborados, sino que estaba muy familiarizado con las personas que tomaron parte como los líderes de esas dispensaciones, y de varios de ellos recibió autoridad, y llaves, y sacerdocio, y poder para llevar a efecto los grandes propósitos del Señor para los últimos días, y estos personajes habían sido enviados y comisionados especialmente por el Altísimo para conferirle esas llaves y esas autoridades.» (Journal of Discourses, 20:174-75.)
El élder John Taylor también identifica como visitantes a «Mormón, a Moroni, a Nefi y a otros profetas antiguos que vivieron en este continente”. (Journal of Discourses, 17:374.) En un discurso dado en Ephraim, en el estado de Utah, en 1879, el élder Tayior dijo que los doce discípulos nefitas también habían venido a José,
«Los principios que él tenía lo ponían en comunicación con el Señor, y no solamente con Él, sino con los antiguos apóstoles y profetas; hombres tales como Abraham, Isaac, Jacob, Noé, Adán, Set, Enoc, Jesús y el Padre, además de los apóstoles que vivieron sobre este continente (americano), así como aquellos que vivieron en el continente asiático. Parecía que él estaba tan relacionado con estas personas como lo estamos unos con otros.” (Véase Mi mandato del Señor, Guía de estudio personal para los quórumes del Sacerdocio de Melquisedec, 1976-1977, página 101.)
En un discurso que dio más tarde en el Barrio Catorce en Sait Lake City, el élder Taylor agregó:
«El ángel Moroni vino a él y le reveló el Libro de Mormón… Y luego vino Nefi, uno de los antiguos profetas, que había vivido sobre este continente, y se interesaba por el bienestar de las personas con quienes había vivido en aquella época….
«Nuevamente, ¿quiénes son más indicados que Mormón, Nefi y algunos de aquellos profetas que habían ejercido su ministerio entre los pueblos de este continente, bajo la influencia del mismo evangelio, para actuar como sus representantes? (Libro de Mormón, Guía del instructor [PNS10252P], volumen 2, lección 28, página 108.)
Ei élder Orson Pratt, en una carta personal dirigida a John Christensen, de Brigham City, en el estado de Utah, testificó:
«A menudo el Profeta recibía visitas de Nefi, Moroni, Pedro, Santiago, Juan (el Amado), Juan (el Bautista), Elias, Moisés, los tres Nefitas, etc.”
Debo ser muy claro en esto: La misión profética de José Smith y la traducción del Libro de Mormón eran acontecimientos por los cuales seres justos habían estado esperando y orando durante siglos. El mundo espiritual estaba cerca durante estos acontecimientos cruciales. Aquellas visitas de instrucción e inspiración al joven Profeta, comentadas con sagrada reserva por él y por sus contemporáneos, lo muestran como un vidente sin igual en esta dispensación. Las palabras de Wílliam Taylor, hermano del presidente John Taylor, pagan un justo tributo a este don especial del Profeta:
«Parecía estar tan familiarizado con el Mundo de los Espíritus y con el otro lado, como con éste.”
Robert J. Woodford, instructor de Institutos de Religión de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la Universidad de Utah, sirve como integrante del sumo consejo de la Estaca Salt Lake Winder West,
























