Conferencia General Octubre 1978
Seamos uno con el Profeta
Elder F. Burton Howard
del Primer Quórum de los Setenta
Mis hermanos, me siento sumamente agradecido por el amor y la confianza de la Primera Presidencia, y por el voto de sostenimiento que he recibido en esta conferencia, y que me ha traído ante vosotros en esta oportunidad. Amo al Señor y a su obra.
Aun a riesgo de ser indebidamente personal, quisiera deciros que amo el evangelio, no porque haya sido compelido por falta de una mejor selección o por las circunstancias, ni por la irreflexiva adopción de normas foráneas; no porque haya sido manipulado, sino por la actuación consciente, constructiva, con un serio propósito, y brindando la ofrenda voluntaria de mi corazón. Deseo llevar a cabo la obra del Señor, humilde, total, positiva y honestamente; sin subordinar mi alma a otras personas, ni buscar el dominio de las mismas, sino siendo uno, por mi libre elección, con aquellos que son del Señor; compartiendo y poniendo todo mi ser en la obra, agradecido por ser parte de la misma dondequiera que deba estar; no tratando de escapar a la soledad, ni tratando de llenar la vida con una actividad destinada a engañarme, sino llevando a cabo consciente y voluntariamente todo aquello que deba ser hecho. Deseo ser un siervo agradecido, que con amor ponga su hombro en el desarrollo de Sión, brindando mi corazón y mi aliento a una gran causa.
Deseo permanecer firme y sin temores, sin debilidades —porque la debilidad implica la presión externa— irradiando fortaleza y caridad desde lo más íntimo de mi ser; ofensivamente —no defensivamente— entusiastamente, con dulzura, con fidelidad, en eterna armonía con el Señor. Que todos podamos llegar a ser uno con El y con su Profeta, y podamos así brindar armonía a la obra en que estamos embarcados, dondequiera que la llevemos a cabo, y en cualquier tierra. Ruego por cada uno de nosotros y muy especialmente por mí, al reconocer mis debilidades delante de vosotros para aceptar este gran llamamiento, en el nombre de Jesucristo. Amén.
























