La influencia de la mujer
por el presidente David O. McKay
Liahona Noviembre 1965
Vivimoss en un mundo inconstante. Los cambios se suceden con tal rapidez que la mayoría de las veces no nos damos cuenta cuándo se originan. Pude darme cuenta de esto durante un viaje. En agosto de 1963 fui a dedicar una capilla a Gales, lugar donde nació mi madre. Observé el progreso logrado en los medios de transporte. Sesenta y seis años antes había ido de Filadelfia a Gran Bretaña en un buque de vapor. El viaje demoró siete días y medio. Esta vez lo realicé en seis horas y media desde Nueva York. Son asombrosos los cambios ocurridos en sólo sesenta y seis años.
Uno de los cambios más notables que se han llevado a cabo en estos dos tercios del siglo, es el referente al lugar que ocupa la mujer. No sé de ningún impedimento para que entre al campo de la literatura, la ciencia, el arte o la economía social; para que estudie, progrese y adquiera toda clase de conocimientos; para que participe en cualquier actividad que la ayude a desarrollarse en su plenitud y aumente su influencia edificadora en el mundo. Pero sé de tres campos o dominios en los que reina la mujer; en ellos debería sentirse siempre la influencia de su belleza, virtudes e inteligencia.
El primero es el hogar, el segundo la enseñanza y el tercero la caridad.
No es necesario convencer a ninguno de nosotros de la importancia del hogar en la formación del carácter. Hay verdades con las cuales todos estamos de acuerdo con tan sólo mencionarlas. Podemos olvidar todo, pero las experiencias de la niñez son imborrables.
El más caro ideal de las jovencitás de hoy, es el mismo que acariciaron nuestras madres, abuelas y bisabuelas: Contraer matrimonio y crear un hogar, y esta virtud en la cual el amor encuentra su verdadera expresión, se basa en los atributos espirituales, no en nuestro aspecto físico.
Una de las necesidades más grandes del mundo actual es una maternidad inteligente y alerta, porque las virtudes fundamentales que contribuyen al bienestar y felicidad humanas, se inculcan en el hogar.
La mujer debe ser inteligente y pura porque ella es la fuente de la que brota la vida. Aquella que ensucia esta fuente con el uso del cigarrillo o drogas venenosas, contaminándose con gérmenes que afectan al ser que lleva en las entrañas; es desleal a su sexo y enemiga de la salud y perpetuidad de la raza.
Las leyes naturales y la palabra que Dios ha revelado se combinan para delegar sobre el padre y la madre la responsabilidad de dar a los niños no sólo un nacimiento limpio, sino instrucción en fe y bondad. Debe enseñárseles: “a comprender la doctrina del arrepentimiento, de la fe en Cristo, el Hijo del Dios viviente, del bautismo y del don del Espíritu Santo por la imposición de manos, cuando éstos tuvieren ocho años de edad. . . .” Cuando se descuide el cumplimiento de esta responsabilidad, “el pecado recaerá sobre las cabezas de los padres.” (Doc. y Con. 68:25)
Parece que una ola de incredulidad estuviera arrasando las naciones de la tierra; la falta de honradez está a la orden del día; se violan acuerdos en los asuntos personales, civiles e internacionales. Estamos volviendo a la ley de la selva, prevalece la ley del más fuerte.
La madre no es la única que ejerce influencia con sus enseñanzas. A veces hay en la familia una tía soltera que ejerce más influencia que la propia madre, mas a pesar de toda su labor, “sus doradas esperanzas, sus sacrificios desapercibidos, sus meditaciones solitarias, lo que ambiciona para otros; muy pocas veces ha merecido la atención del historiador o biógrafo. Ha vivido para educar y formar a sus sobrinos, se ha afanado y ha muerto sin que se le prodigara ninguna alabanza.”
Así escribió Phillips Russel en cuanto a la influencia que Mary Moody Emerson ejerció sobre su sobrino Ralph Waldo Emerson.
Lean la vida de Emerson y vean la influencia que su tía ejerció en la formación de su carácter. De niño enfermizo lo ayudó a convertirse en alguien que unánimemente es aclamado como uno de los grandes pensadores de América.
Ahora quisiera hablarles acerca de las oportunidades de enseñar que se le presentan a una joven. Prestaríamos un gran servicio a la sociedad si pudiéramos hacer comprender a nuestras jóvenes lo mucho que pueden influir en la formación del carácter de los jóvenes del sexo opuesto con quienes se asocian. Para cualquier jovencita es una protección estar consciente de que con sus palabras y conducta está contribuyendo al mejoramiento o degradación de la sociedad, y que al colocarse a la defensiva en cuanto a las intenciones dudosas de algunos jóvenes sin escrúpulos; no sólo está honrándose ella misma, sino a todas las mujeres. A los supuestos halagos de su pretendiente puede contestar dándole a entender que si verdaderamente la ama, no procurará ofenderla en ninguna forma. Una actitud así edifica, y con ello la mujer cumple la noble responsabilidad para la que fue creada.
Además de la maternidad y la enseñanza, la mujer tiene un puesto de honor en el campo de los servicios caritativos. Uno de los acontecimientos más impresionantes de la Biblia es la historia que relata Lucas:
“Y aconteció que en aquellos dias enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala.
“Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. (Una de las experiencias más interesantes del turista, es visitar hoy día esta antigua ciudad.)
“Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas.
“Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.
“Y él, dándole la mano, la levantó: entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.” (Hechos 9:37-41.)
¡Qué maravillosa historia en tan pocas palabras! Esta escena muestra la actitud amable y servicial de las mujeres en la Iglesia antigua.
El deseo de prestar servicio a los heridos, enfermos y moribundos ha producido una de las organizaciones más fuertes entre las naciones hoy en día. Me refiero a la Cruz Roja Internacional. Su árbol benefactor extiende sus ramas por todas las naciones de la tierra y esparce las semillas de amor y compasión que anidaron en el corazón de Florence Nightingale.
Permítanme aclararles que los dominios de la mujer y los del hombre no son los mismos, aunque son igualmente importantes y extensos, y hoy día la mujer participa en actividades que hasta hace poco se consideraban exclusivas del hombre. La armonía y la felicidad más grandes de la vida, se obtienen cuando la mujer actúa en las esferas para las cuales Dios y la naturaleza la han destinado. He mencionado tres dominios de la mujer. Hay muchos otros, pero a medida que el hombre honre más cabalmente a la mujer en los tres campos mencionados, habrá más felicidad en el mundo.
No hay nada tan admirable como la masculinidad, no hay tampoco nada tan sagrado como la feminidad.
Una mujer hermosa, modesta, graciosa, es obra de arte de la creación. Cuando a estas virtudes une la justicia, el amor a Dios y un deseo irresistible de hacer felices a los demás, nadie podrá negar que merece un lugar entre quienes han llegado a la grandeza.
























