Guía de estudio del Libro de Mormón
José y la restauración: Los nefitas salen
(2 Nefi 3-5)
Haciendo las cosas preciosas simples
Randal S. Chase
José, el hijo de Jacob, quien fue vendido por sus hermanos a Egipto, es uno de los personajes más heroicos de todo el Antiguo Testamento. Su paciencia y fe bajo las más difíciles circunstancias nos inspira a confiar en el Señor y a saber que cada prueba eventualmente obrará para nuestra bendición y beneficio si las «sobrellevas [nosotros] bien» D&C 121:8).
Además, la historia de la vida de José y de su relación con sus hermanos es altamente simbólica del papel que sus descendientes jugarían en relación con los descendientes de todas las otras tribus de Israel. Así como José fue «consagrado de entre sus hermanos» (Génesis 49:26; Deuteronomio 33:16), entonces también lo serían las tribus de Efraín y Manasés; separadas y establecidas en su propia tierra en «el término de los collados eternos» (Génesis 49:26)— los continentes Americanos. Y así como José reunió al resto de la familia de Jacob (de Israel) y la llevó con él a Egipto para salvarlos (Génesis 45), entonces también los descendientes de José, por medio de Efraín, reunirán a todo Israel en los últimos días para salvarlos físicamente (de la venidera destrucción) y espiritualmente (TJS Génesis 48:8-11).
En este capítulo leemos la bendición patriarcal de Lehi sobre su propio hijo, José. Como parte de esta bendición, él le recuerda a su hijo de la grandeza de su ancestro José; quien fue vendido a Egipto. También comparte algunas de las profecías que José, el hijo de Jacob, habló concerniente a otro José—el gran profeta de los últimos días de la restauración. Al hacer esto, Lehi conecta a su hijo al pasado y al futuro, inspirándolo a ser un ejemplo de justicia al compartir este grande y significativo nombre.
Nosotros también leemos lo concerniente a los eventos que ocurrierieron después de la muerte del padre Lehi. La hostilidad creciente entre Nefi y sus hermanos mayores Lamán y Lemuel eventualmente lleva a la separación de su familia en dos grupos distintos—los nefitas y los lamanitas. Esta división hostil dominará la narrativa del Libro de Mormón de aquí en adelante, hasta su trágica conclusión.
JOSÉ Y LA RESTAURACIÓN (2 Nefi 3)
La bendición de Lehi a su hijo José proporcionó un marco adecuado para que él profetizara lo concerniente al gran profeta José; quien fue llevado cautivo a Egipto y también al gran profeta José, quien restauraría todas las cosas en los últimos días. Al ayudar a su joven hijo a apreciar el gran legado de su nombre, él proveyó para el resto de nosotros un mayor entendimiento del papel de la tribu de José en la obra de Dios; tanto antigua como moderna.
Los cuatro Josés
• 2 Nefi 3:1-15 Mientras bendecía a su hijo José, Lehi habla de cuatro Josés:
- José, el último hijo de Lehi y Saríah (versos 1-3), a quien Lehi estaba bendiciendo en estos versículos.
- José, el hijo de Jacob y Raquel, quien fue «llevado cautivo a Egipto» (versos 4-5).
- José Smith, un «vidente escogido» en los últimos días, a quien José de Egipto vio en una visión (versos. 3-15; Jacob 2:25; Génesis. 49:22-26).
- José Smith padre, el padre del profeta de los últimos días (v 15).
• 2 Nefi 3:22-24 Lehi habla de la grandeza del profeta José Smith. Cada profeta es llamado por Dios y fue preordenado para su obra. Hablando de sí mismo, el profeta José Smith dijo: «Cada hombre que tiene un llamamiento para ministrar a los habitantes del mundo fue ordenado para ese propósito en el gran concilio de los cielos antes de que este mundo fuese. Yo supongo que yo fui ordenado a este mismo oficio en ese gran concilio.»1
Lehi habló de la grandeza del llamamiento de José Smith cuando dijo: «Y se levantará entre ellos uno poderoso que efectuará mucho bien, tanto en palabras como en obras, siendo un instrumento de las manos de Dios, con gran fe, para obrar potentes maravillas y realizar aquello que es grande a la vista de Dios, para efectuar mucha restauración a la casa de Israel y a la posteridad de sus hermanos» (v. 24). Sería difícil no hablar en gran manera de tal persona—el profeta de la gran restauración del cual casi todos los otros profetas han escrito.
El élder John Taylor escribió: «José Smith, el profeta y vidente del Señor, ha hecho más por la salvación del hombre en este mundo, que cualquier otro que haya vivido en él, exceptuando solamente a Jesús» (D&C 135:3). El élder LeGrand Richards dijo: «El profeta José Smith nos trajo el Libro de Mormón, la Doctrina y Convenios, La Perla del gran precio, y muchos otros escritos. En cuanto a lo que nuestros archivos muestran, él nos ha dado más verdad revelada que cualquier otro profeta que jamás haya vivido sobre la faz de la tierra».2
El presidente Brigham Young dijo: «Fue decretado en los consejos de la eternidad, mucho antes de que la fundación de la tierra fuese hecha, que él [José Smith] debía ser el hombre, en la última dispensación de este mundo, para llevar la palabra de Dios a la gente, y recibir la plenitud de las llaves y el poder del sacerdocio del Hijo de Dios.. El Señor tenía Su ojo sobre él, y sobre su padre, y sobre el padre de su padre, y sobre sus progenitores hasta Abrán, y desde Abrán hasta el diluvio, desde el diluvio hasta Enoc, desde Enoc hasta Adán. Él ha observado a esa familia y esa sangre ha circulado desde su fuente, hasta el nacimiento de ese hombre. Él fue preordenado en la eternidad para presidir esta última dispensación.»3
• 2 Nefi 4:1-2 Las profecías de José en Egipto están en las planchas de bronce. Daniel H. Ludlow afirma que «las profecías de José serían, lógicamente, más completas en el «palo» o historia de José. Entonces fueron probablemente incluidas en detalle en las planchas de bronce de Labán. Sin embargo, las profecías de José no están presentes en el «palo» o historia de Judá—la Biblia. De nuevo, esto indicaría que los escritos en las planchas de bronce de Labán eran más completos que los escritos de los cuales obtenemos nuestro Antiguo Testamento.»4
Actualmente nosotros no tenemos las planchas de bronce, pero tenemos algunas de las profecías de José en la Perla de Gran Precio, y evidentemente también otras.
El doctor Ludlow continua:
Evidentemente, algunos de los escritos de José todavía existen, pero no han sido publicados al mundo. José Smith dijo que él recibió algunos rollos de papiros que contenían los escritos de Abrán y José al mismo tiempo que él obtuvo las momias egipcias de Michael Chandler. Respecto a este registro, José Smith ha escrito: «El registro de Abrán y José encontrados con las momias, esá bellamente escrito en papiro, con tinta o pintura negra, y en parte roja, en perfecta conservación.»5 El profeta luego describe cómo las momias y los escritos terminaron en su posesión y después concluye: «Entonces yo he dado una breve historia de la manera en la cual los escritos de los padres Abrán y José han sido preservados, y cómo yo terminé poseyendo los mismos—una traducción correcta, la cual está en su lugar apropiado»6 el escrito de Abrán traducido por el profeta fue subsecuentemente impreso, y es ahora conocido como el libro de Abrán de la Perla de Gran Precio. Sin embargo, la traducción del libro de José todavía no ha sido publicada. Evidentemente, el escrito de José fue traducido por el profeta, pero quizás la razón por la cual no fue publicado fue porque las grandes profecías de ellos eran «demasiado grandiosas» para la gente de esos días.7
LOS EVENTOS QUE SIGUIERON AL SUEÑO DE LEHI (2 Nefi 4-5)
• 2 Nefi 4:12-14 al poco tiempo de la muerte de Lehi, Lamán y Lemuel y los hijos de Ismael resumieron su ira y oposición hacia Nefi por las «amonestaciones del Señor» que él trató de enseñarles (Versos 12-14). Sin tener a su padre presente para mediar en estas disputas, Nefi se quedó solo para lidiar con el problema. Esto, además del lamento natural por la pérdida de su amado padre, llevó a Nefi a escribir un sentimental salmo de oración.
El salmo de Nefi
En su lamento, Nefi grabó un soliloquio que revela mucho acera de su fortaleza y carácter (2 Nefi 4:15-35). Nefi amaba las escrituras y las analizaba continuamente (versos 15-16). Él era justo, obediente, humilde, y aún dijo que él era un «hombre miserable» cuya «alma se aflige a causa de [sus] iniquidades» (versículos 17-19).
• 2 Nefi 4:17-19 Nefi dice que él es un «hombre miserable.» Ni Nefi, ni ningún otro profeta antes, ha sido perfecto. Como todos nosotros, Nefi tenía debilidades, y éstas lo invadían y lo avergonzaban. «Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí» le dijo el Señor a uno de Sus profetas (Éter 12:27). La debilidad es normal. Es de esperar. Nuestra reacción hacia ésta puede ser para salvarnos, o para condenarnos. Si reconocemos nuestras debilidades, como lo hizo Nefi, entonces «basta la gracia del Señor» para salvarnos a pesar de nuestras debilidades. Además, el Señor promete «si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos» (Éter 12:27).
El presidente Ezra Taft Benson dijo: «Así como un hombre realmente no desea comida hasta que tenga tiene hambre, tampoco desea la salvación de Cristo, hasta que él sepa por qué necesita a Cristo. Nadie, adecuadamente y apropiadamente, sabe por qué necesita a Cristo hasta que entienda y acepte la doctrina de la caída y sus efectos sobre toda la humanidad.»8
• 2 Nefi 4:20-23 Nefi tiene esperanzas a pesar de sus dificultades. Nefi encontró esperanza porque el Señor lo había ayudado en el pasado. El señor había sido su apoyo (v. 20), lo había guiado en medio de las aflicciones en el desierto (v. 20), lo había llenado con Su amor (v. 21), había confundido a sus enemigos (v. 22), había oído su lloro por ayuda (v. 23), y le había dado conocimiento por visiones (v. 23). Nefi tenía toda esperanza en que el mismo Dios que había hecho todas estas cosas por él en el pasado, haría también lo mismo ahora en su circunstancias y pruebas presentes.
• 2 Nefi 4:25 Nefi es conducido en una visión a «montañas muy altas.» Ésta es un experiencia reportada por muchos otros profetas, incluyendo a Moisés (Moisés 1:1-2), Ezequiel (Ezequiel 40:2), y al mismo Salvador (TJS Mateo 4:8). Otros,incluyendo a Isaías (Isaías 6:1), Lehi?(l Nefi 1:8), y Juan el revelador (Apocalipsis 4:1-4) hablan de ser conducidos en una visión a un templo en el cielo (recuerden nuestra discusión de los escritos de Isaías y que las «montañas altas» son una metáfora terrestre para templo). Nefi reportó: «Se me mandó que no las escribiera» (v. 25).
Esta también sido la norma para todos los profetas listados en los párrafos anteriores, quienes han visto cosas que son no lícitas: «no es lícito que el hombre las declare; ni tampoco es el hombre capaz de darlas a conocer, porque sólo se ven y se Comprenden por el poder del Espíritu Santo » (D. y C. 76:115-16). Algunas de estas cosas van más allá del lenguaje humano; para describirlas o expresarlas. Otras son muy sagradas y han sido escondidas para el hombre.
• 2 Nefi 4:26-27 Nefi revela el»pecado» que lo afecta—la ira hacia sus enemigos.
Nosotros podemos entender perfectamente por qué Nefi estaba enojado con sus hermanos y con aquellos que los seguían. Ellos habían estado en oposición a casi todo lo que él había intentado hacer desde el principio. Y ahora, ellos estaban creando una gran división en la familia que llevaría seguramente al lamento, a las separaciones y, al derramamiento de sangre. Y aún asi, él sabía que la ira es incorrecta y sintió la necesidad de arrepentirse de eso. Al discutir eso, él habló de los resultados de guardar la ira, la cual es lamento, debilidad, y la pérdida de la paz.
El Presidente Howard W. Hunter dijo: «Necesitamos un mundo más pacífico, con un crecimiento más calmo de las familias, los barrios y las comunidades. Para asegurar y cultivar tal paz, como nos enseñó el profeta José Smith ‘nosotros debemos amar a otros, aún a nuestros enemigos; así como a nuestros amigos’… Necesitamos extender la mano de la amistad. Necesitamos ser más bondadosos, más gentiles, más prestos a perdonar, y lentos para la ira. Necesitamos amarnos los unos a los otros con el amor puro de Cristo. Que éste sea nuestro camino y nuestro deseo.»9
• 2 Nefi 4:28-30 Nefi decide mejorar y regocijarse en el amor de Dios por él. Aquí, de nuevo, vemos el «fulgor de esperanza» de Nefi (2 Nefi 31:20). Vemos que él prevalecerá con la ayuda de Dios. Decidió hacer las cosas mejor y mejorar su actitud.
• 2 Nefi 4:30-35 La conclusión del salmo de Nefi es una oración para que Dios lo «libere de las manos de sus enemigos» (versículos 31, 33), hace que «tiemble al aparecer el pecado» (v. 31), lo ayuda a que «transite por la senda del apacible valle» y que se «ciña al camino llano» (v. 32) y «envuélveme [a él] con el manto de tu justicia» (v. 33). Él sabía que Dios lo amaba y que no lo abandonaría; entonces, él tenía plena confianza en que su oración sería oída.

Los nefitas y los lamanitas se separan
• 2 Nefi 5:1-5 los hermanos de Nefi continúan estando enojados. Nefi continuó orando por ayuda y el Señor le respondió al decirle que él y sus seguidores deben escapar al desierto para protegerse. Evidentemente, sus hermanos estaban intrigando para matarlo. Entonces, Nefi y su pueblo se fueron de su tierra original, la tierra de Nefi—y nunca volvieron como un grupo. Ellos se fueron de esta porción de la tierra para que los descendientes de Lamán y Lemuel la habitaran.
• 2 Nefi 5:6 Nefi menciona a sus hermanas. No sabemos cuántas hermanas tenía él. No sabemos sus nombres; ni cuántas eran mayores, o menores que Nefi. Sin embargo, tenemos la siguiente afirmación de El élder Erastus Snow: «El profeta José nos informó que la historia de Lehi estaba en las 116 páginas que fueron primero traducidas y subsecuentemente robadas; y de las cuales es dado un compendio para nosotros en el primer libro de Nefi. Esta es la historia de Nefi individualmente, siendo él mismo del linaje de Manasés; pero Ismael era del linaje de Efraín y sus hijos se casaron con la familia de Lehi; y los hijos de Lehi se casaron con las hijas de Ismael.»10
Daniel H. Ludlow afirma: «Las palabras de que los hijos de Ismael ‘se casaron con la familia de Lehi’ parecería indicar que los dos hijos de Ismael (1 Nefi 7:6) estaban casados con las hijas de Lehi (y por ende, con dos de las hermanas de Nefi) Sin embargo, las hermanas a las que se refiere en 2 Nefi 5:6, son evidentemente otras hermanas, porque las hermanas mencionadas allí siguen a Nefi cuando ocurre la separación de Lamán, por lo cual las hermanas de Nefi que estaban casadas con los hijos de Ismael, evidentemente se quedaron con sus esposos y se unieron a Lamán (Alma 3:7 and 47:35).»n
• 2 Nefi 5:6-19 Aquellos que siguieron a Nefi vivieron en paz y prosperaron:
- Ellos creyeron las revelaciones de Dios (v. 6)
- Ellos guardaron le ley de Moisés (v.10).
- Ellos eran industriosos y aprendieron habilidades (versículos 15 17).
- Ellos construyeron un templo ( v. 16).
- Ellos disfrutaron las bendiciones del sacerdocio y «vivieron [ellos] de una manera feliz» (versículos 26-27).
• 2 Nefi 5:20-25 Aquellos que siguieron a Lamán se deterioraron porque ellos:
- Fueron desterrados de la presencia del Señor. Experimentaron una «muerte espiritual” (v- 20).
- Recibieron una marca (una piel oscura) para distinguirlos de los justos (versículos 21-23).
- Se volvieron ociosos y llenos de maldad (v. 24).
Catherine Thomas dijo:
Con respecto a los hermanos hostiles de Nefi, de quienes se había separado recientemente, el Señor dijo: «Por cuanto ellos no quieren escuchar tus palabras, serán separados de la presencia del Señor. Y he aquí, fueron separados de su presencia» (2 Nefi.5:20). Ser desterrado de la presencia del Señor en esta vida significa perder el Espíritu Santo. El lector debe tener cuidado aquí en entender quién estaba maldiciendo a quién cuando el Señor puso la piel de oscuridad en los lamanitas. Los lamanitas se maldijeron a sí mismos, cuando ellos escogieron rechazar al Espíritu del Señor. El Señor, como resultado de esa elección, puso la piel oscura sobre ellos para separarlos de aquellos que no habían rechazado el Espíritu (2 Nefi 5:21-23). La maldición no era la piel oscura, más bien la pérdida del Espíritu Santo. La coloración de la piel fue sólo una marca. El resultado de perder el Espíritu fue que los lamanitas se volvieron un «pueblo ocioso, lleno de maldad y astucia» «un azote» para los nefitas, sirviendo como un recordatorio del Señor para un pueblo cuya posteridad siempre sería una bendición mezclada (2 Nefi 5:24-25). Las escrituras repetidamente ilustran que la pérdida del Espíritu en aquellos que lo han disfrutado anteriormente los impulsa a un sendero de miseria y autodestrucción.12
• 2 Nefi 5:26 Nefi consagra (ordena) a Jacob y a José en el sacerdocio de Melquisedec entonces. Ellos podrían enseñarle a la gente con autoridad y presidir después de la muerte de Nefi.
El Presidente Joseph Fielding Smith escribió:
Los nefitas eran descendientes de José. Lehi descubrió esto cuando leía las planchas de bronce. Él era un descendiente de Manasés, e Ismael, quien lo acompañó con su familia, era de la tribu de Efraín. Por lo tanto no eran levitas; los que acompañaron a Lehi al hemisferio occidental. Bajo estas condiciones, los nefitas oficiaron en virtud del sacerdocio de Melquisedec desde los días de Lehi, hasta los días de la aparición de nuestro Salvador entre ellos. Es cierto que Nefi «consagró a Jacob y a José» para que ellos fueran sacerdotes y maestros en la tierra de los nefitas; pero el hecho que se usaron los términos sacerdotes y maestros en plural, indica que ésta no era una referencia al oficio definitivo del sacerdocio en cualquiera de los casos; sino que era una asignación general para enseñar, dirigir, y amonestar a la gente. De otra manera, los términos sacerdote y maestro hubieran sido dados en singular… de estos y otros numerosos pasajes aprendemos que fue por la autoridad del sacerdocio de Melquisedec que los nefitas administraron desde el tiempo que se fueron de Jerusalén hasta el tiempo de la venida de Jesucristo.13
• 2 Nefi 5:28-34 Nefi crea las planchas menores y escribe en ellas. A este momento, Nefi había estado escribiendo en las planchas mayores de Nefi por veinte años; desde que las creó en el año 590 A. C.; inmediatamente después que él y su familia llegaron a la tierra prometida (1 Nefi 19:1-6).
Es ahora el año 570 A. C.; aproximadamente treinta años después que su familia salió de Jerusalén, que el Señor le ordena llevar un segundo registro al mismo tiempo; el cual escribe al crear algunas planchas más pequeñas. 1 Nefi y 2 Nefi fueron escritos en las planchas menores (hasta ahora en nuestros capítulos hemos estado leyendo de ese escrito), y desde ese punto de vista podemos apreciar cuánta historia anterior él tuvo que recrear en esas planchas treinta años después que ocurrieron los eventos. Desde este punto en adelante, él escribe cosas que ocurren en el momento, mientras que antes estaba escribiendo cosas que ya habían pasado.
Las planchas mayores contenían una historia secular de reyes, guerras, y cosas por el estilo. Pero el Señor mandó que estas planchas pequeñas contuviesen las «partes más claras y preciosas» (1 Nefi 19:3) de su historia—las enseñanzas espirituales de Nefi y los profetas que lo sucedieron. Nefi no sabe la razón por la cual guardar un segundo grabado; pero fue un maravilloso ejemplo de visión del Señor quien preparó todas la cosas miles de años por adelantado; para asegurar que Su obra no fuera frustrada por hombres malvados. Casi mil años más tarde, en el año 385 D. C. Mormón fue inspirado a incluir el escrito pequeño de Nefi en las planchas grandes (palabras de Mormón 1:3-7) también sin saber por qué. Pero casi 1500 años más tarde, en 1828, la razón se volvió clara cuando el Señor le dijo a José Smith que algunos hombres malvados habían robado los manuscritos que él tradujo del grabado de Lehi en las planchas mayores; y él ahora necesitaba usar las planchas menores de Nefi en su lugar para ese período de la historia de los nefitas (D. y C. 10:10-45). No leeremos sobre las planchas mayores hasta que lleguemos al libro de Mosíah.
Notas
- Enseñanzas del Profeta José Smith, escogidas y arregladas por Joseph Fielding Smith (1976), pág. 365.
- Ensign, mayo de 1981, 3 pág. 3.
- En Diarios de Discursos, 7:289-90.
- Un compañero para su estudio del Libro de Mormón (1976), pág. 130.
- La Historia de la Iglesia, 2:348.
- La Historia de la Iglesia, 2:350-51.
- Un compañero para su estudio del Libro de Mormón, págs. 130-31.
- Un Testigo y una advertencia: un ProfetaModerno Testifica del Libro de Mormón (1988, pág. 33.
- Para que nosotros tengamos gozo (1994, pág. 174.
- En Diarios de Discursos, 23:184.
- Un compañero para su estudio del Libro de Mormón, pág. 132.
- «Una gran liberación,» en Kent P. Jackson, editado por, Estudios de las escrituras, Volumen 7: De 1 Nefia Alma 29, (1987, pág. 111.
- Respuestas para preguntas del evangelio, compilado por Joseph Fielding Smith Jr., 5 volúmenes(1957-1966), 1:124-26.



























