Guía de estudio del Libro de Mormón
Zeniff y Noé en la tierra de Nefi
(Mosíah 7-11)
Haciendo las cosas preciosas simples
Randal S. Chase
Los eventos descritos en el libro de Mosíah no están en orden cronológico. Los primeros ocho capítulos de Mosíah son de hecho los últimos eventos en suceder cronológicamente en Mosíah 1-9. Como resultado, puede ser confuso en ciertos momentos en cuanto a cuál grupo de personas estamos leyendo, cuando vivieron, y como se relacionan a los demás.
LAS MUCHAS HISTORIAS EN MOSÍAH Y ALMA
Cuando él estaba compendiando y ensamblando los registros, Mormón puso el sermón del Rey Benjamín primero y después, la historia de la expedición de Ammón a la tierra de Nefi. Allí, él insertó el relato en primera persona de Zeniff; del pueblo que se había ido de Zarahemla setenta y nueve años antes y estaba viviendo en la tierra de Nefi (que Ammón estaba buscando). Él terminó contando todo lo que pasó después; hasta el tiempo en que todos fueron descubiertos por Ammón. El siguiente resumen da una lista de estos eventos en orden cronológico:
• 2 Nefi 5:5-8 El pueblo de Nefi se escapa a la Tierra de Lehi-Nefi (la Tierra de Nefi). Para preparar el escenario de estas muchas historias, debemos recordar que después de la muerte de Lehi, el Señor le dijo a los seguidores de Nefi que se separaran de los seguidores de Lamán. Los nefitas se asentaron en la tierra de Nefi, más tarde conocida como «la tierra de Lehi-Nefi» (Mosíah 7:1). Nefi nos dijo adiós aproximadamente en el año 550 AC. (2 Nefi 33:13).
• Omni 1:12-19 El pueblo de Mosíah se Escapa a la Tierra de Zarahemla (en el año 279 A C.) Aproximadamente 271 años después de la muerte de Nefi, los nefitas fueron guiados por un rey llamado Mosíah. El señor le mandó a huir de la tierra de Nefi con «cuantos quisieran escuchar la voz del Señor» (vv 12-13). Cuando lo hicieron, su pueblo y él descubrieron al pueblo de Zarahemla. Los dos grupos de gente se unieron y se llamaron a simismos nefitas. Mosíah fue entronizado como rey.
• Mosíah 9-10 El Pueblo de Zeniff regresó a la tierra de Nefi (200 AC.). Un grupo de nefitas se fue de Zarahemla bajo el liderazgo de Zeniff para regresar a la tierra de Nefi (véase también Omni 1:27). Estos dos capítulos son el relato de Zeniff en primera persona de lo que les pasó, el cual Mormón insertó en los registros. Allí obtuvieron tierra por medio de una tregua con los lamanitas, y Zeniff devino su rey (Mosíah 9:1-7). Los lamanitas intentaron varias veces, sin éxito, someterlos habiendo hecho la tregua sólo para engañarlos.
• Mosíah 11-17 Noé sucede a su padre, Zeniff, y reina en la iniquidad (año 160 AC.) Noé reinó en la tierra de Nefi después de la muerte de su padre. Abinadí se unió a ellos y predicó el arrepentimiento; pero ellos rechazaron sus palabras y lo mataron.
• Mosíah 17-18 Alma escapa del Rey Noé (año 148 AC.) Él guió a un grupo de personas justas y creyentes hacia el desierto, donde permanecieron por un tiempo. Enseñó y bautizó en las Aguas de Mormón. Luego huyeron más lejos, hacia el desierto para escaparse de los intentos del Rey Noé de capturarlos y matarlos.
• Mosíah 19-20 Limhi y su pueblo sufren bajo la opresión lamanita (145 AC.). El Rey Noé y su comportamiento brutal, causaron que su propia gente lo matara con fuego (como lo predijo Abinadí). Su hijo Limhi tomó su lugar, y fue más justo que su padre; pero su pueblo estaba sujeto a los lamanitas y sufrieron en gran manera (como también lo predijo Abinadí).
• Mosíah 1-6 El Rey Benjamín da su sermón del templo en Zarahemla (año 124 AC). Durante el tiempo que Zeniff y sus descendientes residieron en la tierra de Nefi, el Rey Mosíah I murió y lo sucedió su justo hijo Benjamín. El Rey Benjamín dio su gran sermón sólo tres años antes de su propia muerte. Él puso a su gente bajo convenio de tomar sobre ellos el nombre de Cristo, y nombró rey a su hijo Mosíah II.
• Mosíah 7-8 La expedición de Ammón a la Tierra de Nefi en busca del pueblo de Zeniff (año 121 AC.). El Rey Mosíah II «tuvo deseos de saber de la gente que fue a morar a la tierra de Lehi-Nefi» (Mosíah 7;1) aproximadamente setenta y nueve años antes (del pueblo de Zeniff). Él le permitió a Ammón (no el mismo Ammón, que el misionero posterior) y a unos cuantos más que guiara una expedición con este propósito. Ellos encontraron al Rey Limhi y a su pueblo en la tierra de Nefi. Ellos les enseñaron y también se enteraron de unos registros de un pueblo antiguo (los jareditas); que el pueblo de Limhi había encontrado cuando buscaban a Zarahemla. Ammón les dice que Mosíah es un vidente y que puede traducirlos.
• Mosíah 21-22 el pueblo de Limhi escapa a Zarahemla (año 121 A.C.). Estos capítulos continúan el registro histórico del pueblo de Limhi; quien había estado sometido por los lamanitas durante aproximadamente veinte años. Ellos también reiteran algunos de los hechos contados desde la perspectiva de Ammón en Mosíah 7-8 acerca el pueblo de Limhi, descubierto y convertido por Ammón así como acerca de veinticuatro planchas jareditas. Con la ayuda de Ammón, el pueblo de Limhi hizo planes para escapar de la esclavitud lamanita embriagando a los lamanitas. Ellos tuvieron éxito y Ammón los guió de vuelta a la tierra de Zarahemla.
• Mosíah 23-24 Alma y su pueblo se escapan a Zarahemla (año 120 AC.). Estos capítulos retoman el registro histórico de la gente de Alma durante los veinte años que siguieron a su huida del Rey Noé al desierto (Mosíah 17-18). Ellos construyeron una ciudad llamada Helam. Como el pueblo de Limhi, estos seguidores de Alma eran ciudadanos al tiempo del rechazo de Abinadí y de su muerte; y estaban bajo la misma maldición de esclavitud de su hermanos. Ellos estaban sometidos por los lamanitas y sufrieron en gran manera bajo Amulón, un ex-sacerdote del Rey Noé, quien los lamanitas colocaron sobre ellos. Pero el Señor eventualmente los bendijo y los liberó de la esclavitud, y ellos encontraron su camino de regreso a Zarahemla.
La inmensa complejidad de estas historias conectadas da testimonio de la autenticidad del Libro de Mormón. Sabemos de los eventos er.tre cuatro grupos diferentes de personas—la gente de Zarahemla. La gente de Zer.iff y de Noé, la gente que siguió a Alma al desierto, y Ammón y sus hermanos, quienes dejaron Zarahemla en busca del pueblo de Zeniff. Hay hechos conectados acera de estos varios grupos en Omni y en las Palabras de Mormón; así como en Mosíah. Es una historia con muchas tramas secundarias importantes, y van mucho más allá de las aptitudes académicas de un joven granjero sin educación formal como José Smith, El registro es simplemente verdadero.
NEFITAS EN DOS TIERRAS cuadro cronológico de eventos |
|||||
Referenciadeescritura |
Tierra de Nefi |
Fecha |
Tierra de Zarahemla |
||
Re |
Eventos |
Eventos |
Re |
||
Omni 12-19 |
Mosíah I |
Los justos Nefitas huyen de la tierra de Nefi |
279 AC |
Ellos encuentran los Mulekitas en Zarahemla |
Mosíah 1 |
Mosíah 9-10 |
Zeniff |
Se forma una pequeña colonia en la tierra de Nefi |
200 AC |
Zeniff retorna a la tierra de Nefi |
Benjamín |
Mosíah 11 |
Noé |
El hijo de Zeniff reina inicuamente en la tierra de Nefi |
160 AC |
— |
— |
Mosíah 11-17 |
— |
Aparece Abinadí y predica el arrepentimiento al pueblo de Noé |
150 AC |
— |
— |
Mosíah 17-18 |
— |
Matan a Abinadí quemándolo; Alma cree y se escapa |
148 AC |
— |
— |
Mosíah 19-20 |
Limhi |
Matan al Rey Noé ; Limhi deviene rey; los nefitas están en esclavitud |
145 AC |
— |
— |
Mosíah 1-6 |
— |
— |
124 AC |
El sermón del Rey Benjamín; es un nuevo rey |
Mosíah II |
Mosíah 7-8 |
— |
Ammón encuentra nefitas en la esclavitud en la tierra de Nefi |
121 AC |
Ammón va en busca del grupo de Zeniff |
— |
Mosíah 21-22 |
— |
El pueblo de Limhi escapa nuevamente a Zarahemla |
120 AC |
El pueblo de Limhi se reúne a los nefitas en Zarahemla |
— |
Mosíah 23-24 |
— |
Alma y su pueblo escapan nuevamente a Zarahemla |
120 AC |
Alma y su pueblo se reúnen a los nefitas en Zarahemla |
— |
AMMÓN ENCUENTRA EL PUEBLO DE LIMHI (Mosíah 7-8)
• Mosíah 7:1-7 La expedición de Ammón de vuelta a la tierra de Nefi. Tres años después de subir al trono (año 121 AC.), Mosíah II «tuvo deseos de saber de la gente que fue a morar a la tierra de Lehi-Nefi,… porque su pueblo nada había sabido de ellos desde que salieron de la tierra de Zarahemla» (v. 1). Habían pasado setenta y nueve años desde que se fueron. Envió dieciséis hombres en una expedición para encontrarlo, (v. 20) Su líder era un hombre muy fuerte llamado Ammón, un descendiente de Zarahemla (v. 3). Ellos vagaron por el desierto durante cuarenta días (v. 5), probablemente una selva montañosa salvaje e inhabitada. Pero eventualmente llegaron a una colina al norte de Shilom [v. 5), una de las áreas habitadas por los descendientes de Zeniff, ahora bajo el liderazgo de su nieto Limhi. Cuando Ammón y otros tres intentaron bajar hasta la tierra de Nefi, fueron capturados por los guardias del rey y mandados a prisión, (v. 7).
• Mosíah 7: 8-16 Limhi se regocijó cuando se enteró de que Ammón era de Zarahemla. Dos días más tarde, fueron traídos ante el Rey Limhi, quien les mandó a responder sus preguntas (v. 8). Él se identificó como Limhi, el hijo de Noé y nieto de Zeniff, que había venido de la tierra de Zarahemla para habitar esta tierra (v. 9). No los había matado porque tenía curiosidad de saber quiénes eran (vv 10-11). Humildemente agradeciéndole a Limhi por perdonarles la vida y por permitirles que hablasen (v. 12), Ammón dijo: «soy Ammón, descendiente de Zarahemla, y he subido desde la tierra de Zarahemla para saber de nuestros hermanos, que Zeniff trajo de aquella tierra.» Estas fueron grandes noticias para Limhi y para su pueblo (vv 14-15), los que una vez habían enviado a un grupo de gente para tratar de encontrar a Zarahemla (Mosíah 8: 7-11). Limhi explicó que ellos estaban «bajo el yugo de los lamanitas, y se nos ha impuesto un tributo gravoso de soportar.» Él expresó su deseo de que la gente de Ammón los ayudaran a escapar (v. 15). Luego liberó a Ammón y a los otros de sus cuerdas y les dio la bienvenida en la ciudad (v. 16).
• Mosíah 7:17-20 Limhi comparte estas buenas noticias con su gente. Limhi llamó a su pueblo para darle las buenas noticias y expresó su creencia de que pronto iban a ser liberados de su esclavitud (vv 17-18). Les dijo que confiaran en Dios, quien muchas veces había preservado a su pueblo, incluyendo al pueblo de Moisés y al pueblo de Lehi y de Nefi (vv 19-20). Y les recordó «es por causa de nuestras iniquidades y abominaciones que él nos ha llevado a la esclavitud.
• Mosíah 7:25-32 Limhi confiesa la iniquidad de su pueblo, la cual ha causado su sufrimiento desde que mataron a Abinadí. Ellos no obedecieron las palabras del Señor dadas a ellos por Abinadí, y ellos lo mataron y también «vertieron sangre entre ellos» entonces «¿quién se puede asombrar de que se hallen en cautiverio, y sean heridos con tan grandes aflicciones?» (vv 25-28)
Como parte de esta recitación, Limhi identifica los resultados de la esclavitud (vv 29-32) la cual aparentemente sacó de las escrituras, ya que está citando al Señor.1
- La gente no prosperará, y sus actividades serán escollos, (v. 29).
- Cosecharán la paja (en lugar de trigo en sus campos) (v. 30).
- Ellos segarán el viento solano (la sequía) y la destrucción (v. 31).
- Serán heridos y afligidos (v. 32).
El élder B. H. Roberts dijo en referencia a las consecuencias del pecado «que den testimonio de la severidad de la expiación de Cristo por los pecados de los hombres; pues se requiere todo lo que Cristo dio en el sufrimiento y la agonía de espíritu y cuerpo, para sentar las bases para el perdón y la reconciliación del hombre con Dios. La severidad de la expiación debe impresionar a los hombres con el hecho que vivimos en un mundo de realidades severas; que las acciones humanas traen con ellas consecuencias tremendas; que pudieran no ser fácilmente puestas de lado, si las acciones de las cuales ellas se originan, son erróneas.»2
El rechazo del profeta Abinadí por la gente de Limhi y su complicidad en su muerte por fuego, fueron pecados serios y con consecuencias. Aunque ahora sentían lo que habían hecho, no podían borrar las consecuencias de sus decisiones. Al igual que la pareja joven penitente que concibe un hijo fuera del matrimonio, su arrepentimiento les podrá permitir la ley de la misericordia, para borrar las consecuencias eternas de su error y hacerlos «limpios» de nuevo, pero no borra la realidad del hijo que han creado, del cual seguirán siendo responsables. No pueden simplemente desear las consecuencias de su elección. Tampoco pudo la gente de Limhi (o la gente de Alma) ser excusadas de las consecuencias de su decisión de sostener y seguir la iniquidad del Rey Noé. Esas consecuencias permanecerían por muchos años.
El élder Marión G. Romney dijo:
Cada elección que uno hace, expande o contrae el área en la cual él puede hacer e implementar decisiones futuras. Cuando una persona hace una elección, irrevocablemente se compromete a aceptar las consecuencias de esa decisión. «Jesús en Su parábola del Hijo Pródigo, da una ilustración clásica de esta verdad. Usted recordará que en ésta, un hombre joven, ejercitando su derecho inherente de elegir, toma la decisión de apropiarse de una parte de la propiedad de su padre y de ir y ver el mundo. Él hace esto; pero la naturaleza sigue su curso uniforme. Cuando el sustento del hijo pródigo es derrochado, él toma otra decisión, regresar a casa; en donde se encuentra con el ‘anillo, y la ropa, y el cordero gordo.’ Su padre feliz le da la bienvenida. Pero las consecuencias de su decisión anterior ‘lo siguen, porque la granja se ha ido. El padre mismo no puede deshacer el efecto de la inevitable elección’3.»4
Además, no hay arrepentimiento sin dolor. El pecado mismo produce pena en nuestras vidas; y no podemos evitar todo el dolor asociado a nuestras elecciones pecaminosas. Por cierto, si no hubiera castigo, no habría arrepentimiento; quizás ni siquiera fuese posible. (Alma 42:16). El élder Spencer W. Kimball dijo: «El Señor perdona los verdaderamente arrepentidos. Pero antes de que el Señor puede perdonar al pecador, éste debe abrir su corazón a Él en completa contrición y humildad.»5 Demostramos esa clase de humildad al estar dispuestos a someternos al juicio y la justicia asociados con nuestro arrepentimiento. Este fue ciertamente el caso de los antiguos habitantes del reino del Noé. El Señor requirió de veinte años de humilde sometimiento antes de que Él finalmente los liberara de las consecuenticas de sus elecciones.
Ed J. Pinegar dijo:
El arrepentimiento es un don divino facultado por la expiación de Jesucristo—pero debe ser hecho a la manera del Señor, y entonces siempre debe incluir pena divina y el dolor de una transformación contrita y una renovación. Al igual que David, todos los que han pecado, lo que significa en efecto, todos los mortales responsables— deben pasar por el proceso de arrepentimiento de sus pecados; si van a volverse puros ante Dios y dignos de Sus bendiciones más selectas … dolor de David, que fue agudo ante la consciencia de sus pecado y sus consecuencias. Él es el prototipo del hombre caído, el arquetipo del pecador atormentado. Su poesía de contrición captura por siempre el horroroso estado de una persona que no puede recuperar la inocencia perdida, quienes no pueden deshacer la obra funesta. Cuando mucho, él puede presentar su trágica historia de pena como un mensaje de advertencia para los demás sobre algo que no debió haber sucedido.6
• Mosíah 7:33 Limhi da una lista de los pasos necesarios para ser liberados del yugo. El mensaje de Limhi no fue enteramente negativo. Después de terminar sus lista de los castigos por la iniquidad, él dice: «Si os tornáis al Señor con íntegro propósito de corazón, y ponéis vuestra confianza en él, y le servís con toda la diligencia del alma… él, de acuerdo con su propia voluntad y deseo, os librará del cautiverio» (v. 33).
• Mosíah 8:1-5 Ammón le dice al pueblo de Limhi todo lo que ha sucedido en Zarahemla desde que se fue su gente. Cuando el Rey Limhi había terminado su discurso—del cual, Mormón sólo incluyó una porción en el registro (v. 1)—él permitió que Ammón les hablara. Ammón les dijo todo lo que había pasado en Zarahemla desde el tiempo que Zeniff se fue (v. 2); incluyendo las últimas palabras que el Rey Benjamín les había enseñado (v. 3).
El rey «despidió a la multitud» (v. 4) y luego hizo que las planchas que contenían su historia desde que dejaran Zarahemla fueran «traídas ante Ammón, para que las leyera» (v. 5). Supuestamente, estas planchas son la fuente de Mosíah 9-10; las cuales contienen el relato en primera persona de Zeniff relativo a su pueblo. Saber esto nos ayuda a entender por qué Mormón pondría este relato, el cual había ocurrido muchos años antes, en el Libro de Mormón inmediatamente después de contarnos estos eventos.
LA IMPORTANCIA DE UN VIDENTE
• Mosíah 8: 6-12 Limhi envió una vez cuarenta y tres personas a buscar a Zarahemla. En este punto, Limhi preguntó a Ammón si él podía interpretar idiomas, y Ammón le dijo que no podía (v. 60). El rey explicó más acerca de la excursión para encontrar la tierra de Zarahemla y obtener ayuda para liberarlos del yugo (v. 7). Ellos no tuvieron éxito en sus esfuerzos, pero descubrieron «una tierra entre muchas aguas, … cubierta de huesos de hombres y bestias, y … con ruinas de edificios de todo tipo.»
Aparentemente, la tierra había sido ocupada por «un pueblo tan numeroso como las huestes de Israel.» (v. 8). Hoy sabemos que estos fueron algunos de los jareditas; quienes habían ocupado esa tierra por siglos, antes que llegaran os nefitas (Éter 1:1-2).
Entre estas ruinas encontraron veinticuatro planchas que estaban «llenas de grabados … de oro puro» (v. 9) Ellos también encontraron grandes corazas hechas de bronce y cobre que estaban «perfectamente conservadas» y espadas cuyos mangos habían perecido y cuyas cuchillas estaban oxidadas (v. 11). No teniendo entre ellos a nadie que pudiera interpretar las veinticuatro planchas, Limhi tenía la esperanza de que Ammón pudiera hacerlo; para que ellos pudieran saber quiénes fueron estas personas y cómo habían sido destruidos (v. 12). La traducción posterior de Mosíah de estas veinticuatro planchas de oro, es la misma usada en Mormón para darnos el Libro de Éter.
• Mosíah 8:13-14 Ammón dice que Mosíah II es un vidente y puede traducir las planchas. Ammón le explica al Rey Limhi que el Rey Mosíah II en Zarahemla tiene «algo con lo que puede mirar y traducir todos los registros que son de fecha antigua; y es un don de Dios» (v. 13). Él estaba hablando del Urim y el Tumim que poseía Mosíah II. Él dijo que «las cosas se llaman intérpretes»; y nadie puede usarlas a menos que él fuese mandado a hacerlo, «a quien se le manda mirar en ellos, a ése se lo llama vidente» (v. 13). Mosíah II era tal vidente «el que tiene ese alto don de Dios» (v. 14).
Joseph Fielding McConkie y Robert L. Millet escribieron:
Aquí se hace referencia [en el versículo 13] a lo que normalmente se llama el Urim y Tumim. El Urim y Tumim consiste de piedras especiales, o como Ammón se refiere a éstas: «interpretes». Las palabas hebreas Urim y Tumim (ambas en plural) pudieran estar asociadas con las palabras luces y perfecciones … estos dispositivos «videntes» se utilizan para recibir revelaciones y en la traducción de antiguos registros bíblicos que han sido escritos en lenguas desconocidas para los traductores. Así, el contenido de tales registros puede manifestarse sólo de cuerdo a la voluntad del Señor, y sólo por medio de su profeta y vidente designado. Aunque Ammón sugiere que los indignos pueden usar estos instrumentos sagrados para su propia condenación, es dudoso que tales hombres puedan obtener alguna información de ellos. Cabe recordar que Saúl en su desobediencia, fue incapaz de obtener alguna información por medio del Urim y Tumim (1 Samuel 28:6). No hay alguna razón para suponer que estos divinos intérpretes puedan operar independientemente del «don y poder de Dios» (D&C 20:8; Prefacio del Libro de Mormón; Omni 1:20-21). Parece que el Urim y Tumim en posesión del Rey Mosíah, se remonta a su abuelo Mosíah, y hasta cuando los registros jareditas en piedra fueron traídos para que fuesen traducidos (Omni 1: 20-21). El Urim y Tumim entregado a José Smith para usar en la traducción del Libro de Mormón, sin embargo, era el mismo que tenía el hermano de Jared (Éter 3:22-28; D&C 17:1)7
• Mosíah 8:15-19 Ammón explica el papel y los beneficios de un vidente. Ammón explica que: «Un vidente es más grande que un profeta» porque «un vidente es también revelador y profeta; y no hay mayor don que un hombre pueda tener» (w 15-16). Un vidente puede ver «cosas que han pasado y también cosas futuras» convirtiéndose así en un «gran beneficio para sus semejantes» (vv 17-18). Ésta fue una noticia maravillosa para Limhi, quien dijo: «Sin duda estas planchas encierran un gran misterio, y estos intérpretes fueron indudablemente preparados con objeto de desplegar todos sus misterios a los hijos de los hombres» (v. 19).
El élder John A. Widtsoe dijo: «Un vidente es aquel que ve con ojos espirituales. Él percibe el significado que aquello que parece obscuro para los demás; entonces, él es un intérprete y clarificador de la verdad eterna. El prevé el futuro desde el pasado y también ve el presente. Esto lo hace por el poder del Señor operando por medio de él directamente o indirectamente; con la ayuda de instrumentos divinos tales como el Urim y Tumim. En resumen, él es uno que ve, que camina a la luz del Señor con ojos abiertos.»8
El élder Bruce R. McConkie dijo: «Un vidente es un profeta selecto y designado para poseer y usar estos intérpretes sagrados [el Urim y Tumim] el presidente de la Iglesia sostiene el oficio de vidente (D&C 107:92; 124:94,125). Por cierto, el oficio apostólico mismo es el un de vidente, y los miembros del Consejo de los Doce, junto con la Presidencia y el Patriarca de la Iglesia, son escogidos y apoyados como profetas, videntes y reveladores de la Iglesia. Si hay videntes entre un pueblo, ese pueblo es del Señor. Donde no hay videntes, prevalece la apostasía (Isaías 29:10; 2 Nefi 27:5).»9
El élder Boyd K. Packer dijo:
Las escrituras hablan de los profetas como «centinelas en la torre» que ven «al enemigo cuando todavía estaba lejos» (D&C 101:45, 53-54; 2 Reyes 9:17) que también han «contemplado cosas que no eran visibles al ojo natural…. El Señor ha levantado un vidente a su pueblo» (Moisés 6:36; Mosíah 8:15-17).
[Hace muchos años] los hermanos nos advirtieron de la desintegración de la familia y nos dijeron que nos preparásemos … las noches semanales de hogar fueron introducidas por la primera presidencia… los padres son provistos de excelentes materiales para enseñarles a sus hijos, con la promesa de que los fieles serán bendecidos.
Mientras que las doctrinas y la organización revelada permanecen inmutables, todas las agencias de la Iglesia han sido reestructuradas en su relación de la una con la otra y el hogar … el currículo entero de la Iglesia fue revisado—basado en las escrituras … y se invirtieron años preparando nuevas ediciones de la Biblia, el Libro de Mormón, la Doctrina y Convenios, y la Perla de Gran precio
Sólo podemos imaginarnos dónde estaríamos, si sólo ahora estuviéramos reaccionando a la terrible redefinición de la familia. Pero ese no es el caso. No estamos actuando frenéticamente acerca de tratar de decidir qué hacer. Sabemos qué hacer y qué enseñar.. el curso que seguimos no es inventado por nosotros. El plan de salvación, el gran plan de felicidad, se nos fue revelado, y los profetas y apóstoles continúan recibiendo relevaciones y la Iglesia y sus miembros, necesitan más de éstas.10
• Mosíah 8: 29-21 Un ejemplo de poesía del Cercano Oriente. Limhi entonces pronuncia un bello salmo relativo a la sabiduría y el poder de Dios; el cual tiene todas las características de la poesía del Cercano Oriente (w 20-21) Por ejemplo, nótese en el versículo 20, que se le refiere a esa sabiduría como «ella». En hebreo, y en otros idiomas del antiguo Cercano Oriente, «sabiduría» es un sustantivo femenino.
EL REGISTRO DE ZENIFF Y SU PUEBLO (Mosíah 9-10)
Los capítulos 9-10 de Mosíah están relatados en primera persona, escritos por Zeniff mismo, de lo que le pasó a él y a su pueblo cuando intentaron volver a la tierra de Nefi; la tierra ancestral de los nefitas. Mormón los insertó en los registros en este punto; aunque antecede al último sermón del Rey Benjamín (Mosíah 1-6) en setenta y seis años; y sucedieron durante el reinado del padre de Benjamín, Mosíah I. También antecede en setenta y nueve años a la autorización de Mosíah II a Ammón panpque fuera en busca de la gente de Zeniff (Mosíah 7-8). Pero sirve al propósito de contarnos lo que pasó entre la gente de Zeniff en la tierra de Nefi durante el período de tiempo cuando Mosíah I, Benjamín, y Mosíah II reinaban en la tierra de Zarahemla.
• Mosíah 9:1-4 Un espía torna excesivamente celoso. Zeniff, un hombre que era instruido en «el idioma de los nefitas y … conocía la tierra de Nefi, o de la tierra de la primera herencia de nuestros padres » (v. 1) fue enviado por Mosíah I aproximadamente en el año 200 AC., como un espía entre los lamanitas. Pero viendo lo «bueno que había entre ellos», él cesó de verlos como enemigos, y no deseó su destrucción; y quería buscar un trato con ellos (w 1-2). El comandante de esta misión de reconocimiento, estuvo violentamente en desacuerdo, y quiso matar a Zeniff, iniciando una batalla en la cual «la mayor parte de de su ejército fue destruida en el desierto» y el resto regresó tristemente a la tierra de Zarahemla (v. 2). Zeniff, quien se describe a sí mismo como «con un exceso de celo por heredar la tierra de nuestros [sus] padres, junté [ó] a cuantos deseaban ir para poseer la tierra, y de nuevo emprendieron nuevamente el viaje al desierto» Ellos fueron lentos en recordar su dependencia en Dios y sufrieron hambre y aflicciones en el camino, pero eventualmente llegaron de regreso al lugar donde tantos habían sido asesinados anteriormente (w 2-3).
• Mosíah 7: 21-22 Limhi, quien más tarde reinó sobre este grupo de gente, también describe a su abuelo Zeniff con un «exceso de celo» y dice que él guió a su pueblo hacia el cautiverio. La conveniencia de este intento de re-habitar la tierra de Lehi-Nefi es cuestionable, y no hay indicios en el texto de la escritura que el Señor aprobara esa misión. Sin embargo, después de su primer fracaso, Zeniff reclutó a otro grupo para intentarlo de nuevo. El segundo grupo sufrió hambre y aflicciones mientras fueron lentos en recordar a Dios. Sufrieron esclavitud, muerte, y dificultad hasta el tiempo de su arrepentimiento (véase también Omni 1: 27-30 para la evaluación de Amalekí de Zeniff y su pueblo).
• Mosíah 9: 5-10 Los lamanitas están de acuerdo con dejar que se quede, intentando ponerlos bajo el yugo. El rey lamanita le mandó a su propia gente a abandonar la tierra de Lehi-Nefi y la tierra de Shilom; para que el pueblo de Zeniff la pudiera habitar (v. 7). Pero las intenciones del rey lamanita todo el tiempo eran permitirles que prosperaran para esclavizarlos después.(v. 10). Ellos se mudaron al área y empezaron a construir edificios y a reparar las paredes de las ciudades (v. 8). También comenzaron a plantar cosechas de maíz, trigo, cebada, neas, sheum y varias clases de frutas (v. 9). No sabemos con certeza qué eran las «neas», ni tampoco lo que significa «sheum.»
John L. Sorenson, quien ha investigado los lenguajes de Centroamérica, sugiere:
[Sheum] recientemente se ha identificado como «una coincidencia perfecta para la palabra Akkadian s(h)e’um o ‘cebada’ del viejo asirio ‘trigo’; el nombre del cereal más popular de la antigua Mesopotamia.» El patrón de sonido de la palabra, indica que probablemente era un término jaredita. Esta buena palabra semítica del norte—era muy doméstica en todo el «Valle de Nimrod» en el norte de Mesopotamia; donde los jareditas se detuvieron y recogieron semillas antes de empezar su largo viaje a América (Éter 2:1, 3)….
«Neas»… en cuanto a nombres … podría ser tabaco (compárese con la palabra maya Mam ma’s) pero si la planta fue mencionada por su importancia práctica en la dieta, posiblemente se refería al aguacate. («Los aguacates probablemente fueron la fuente principal de grasa para los indígenas del México precolombino y Centroamérica, jugando el papel de la aceituna en el Viejo Mundo»).11
• Mosíah 9:11-19 Los lamanitas intentan y logran derrotarlos. Después que el pueblo de Zeniff había estado en la tierra por más o menos doce años (año 188 AC.), los lamanitas se sintieron incómodos con su creciente fortaleza; temiendo que no serían capaces de vencerlos (v. 11). Dentro del período de un año, ellos comenzaron a atacarlos en sus campos y a dispersar sus rebaños (v 14). Zeniff y su pueblo se armaron con arcos y flechas, espadas, cimitarras, mazas, ondas, y con cualquier otra arma que pudieron inventar y entraron en batalla con los lamanitas (v. 16). Nuevamente humillados por sus circunstancias y llamando al Señor para que lo ayuden, tuvieron éxito en matar a 3043 de los enemigos y echarlos fuera de sus tierras (vv 17-18). Pero ellos también perdieron a 279 de su propia gente, a los que enterraron con gran lamento (v. 19).
• Mosíah 10:10-18 Después de veintidós años, los lamanitas vuelven sobre ellos nuevamente. Los lamanitas no eran industriosos. Zeniff dice que eran: «una gente perezosa e idólatra; por tanto, deseaban hacernos sus esclavos a fin de hartarse con el trabajo de nuestras manos; sí, para saciarse con los rebaños de nuestros campos» (Mosíah 9:12). Ellos «nada sabían lo relativo al Señor ni la fortaleza del Señor; por tanto, dependían de su propia fuerza. Con todo, eran gente fuerte, (Mosíah 10:11), y también eran «salvajes, feroces y sanguinarios» y estaban ciegos por las falsas enseñanzas de sus padres, la cuales incluían:
- Que Lamán y Lemuel fueron echados de la tierra de Jerusalén por «las iniquidades de sus padres» (v. 12).
- Que Lamán y Lemuel fueron «ultrajados» por sus hermanos en el desierto, mientras cruzaban el mar, y «mientras se hallaban en la tierra de su primera herencia» (vvl2-15).
- Que Nefi había tomado erróneamente «el mando del pueblo» de las manos da Lamán y Lemuel (v. 15).
- Que Nefi le robó a Lamán y a Lemuel al tomar los «registros que estaban grabados en las planchas de bronce» (v. 16).
Daniel H. Ludlow dijo: «Por las falsas tradiciones que los lamanitas le habían enseñado a sus hijos para que estos odiaran, robaran y asesinaran a los nefitas, los lamanitas tenían un «odio eterno contra los hijos de Nefi» (Mosíah 10:17).»12 Esta era la lógica de la intriga del Rey Lamán para tomar ventaja de la gente de Zeniff para después destruirlos.
Hoy se podría discutir que mucha de la ceguera del mundo cristiano para con la restauración se basa en las tradiciones «ortodoxas» de sus padres, a los cuales ellos se apegan; para la exclusión de cualquier nueva revelación de Dios, que pudiera contradecir aquellas tradiciones apreciadas por ellos. Ésta fue también una gran falla de los fariseos, cuando el Señor vino entre ellos, enseñando cosas que ellos no deseaban escuchar debido a sus tradiciones falsas religiosos. Tales tradiciones se vuelven barreras para la salvación—lo cual, por definición, es condenación. El profeta José Smith dijo que [las falsas tradiciones son como] un yugo de hierro, una ligadura fuerte; son las esposas y cadenas, las ataduras y grilletes mismos del infierno (D&C 123:8).
El élder Bruce R. McConkie dijo: Dios ha plantado en nuestros corazones un deseo instintivo de adorar, de buscar la salvación, de amar y servir a un poder o ser más grande que nosotros mismos. La adoración está implícita en la existencia misma. El asunto no es si los hombres adoran, sino quién o cual es el objeto de sus devociones; y cómo ellos irán a brindarle sus devociones a sus escogido Altísimo … No hay salvación en adorar un dios falso. No importa en lo más mínimo cuán sincero es alguien que pudiera creer que Dios es un cordero de oro, o que Él es un poder inmaterial sin creación que está en todas las cosas. La adoración de tal ser o concepto no tiene poder salvador. Los hombres pueden creer con toda su alma que la imágenes, poderes, o leyes son Dios; pero ninguna cantidad de devoción a estos conceptos jamás les dará el poder que lleva a la inmortalidad y la vida eterna.13
• Mosíah 10:19-21 Zeniff mantiene a su pueblo relativamente libre de la esclavitud lamanita animándolos a la justicia y a poner su confianza en Dios. Zeniff y su fortaleza de carácter—alguna vez una debilidad que lo llevó a un celo extremo; y ahora una fortaleza por la cual él mantuvo a su gente enfocada en principios justos—continuó bendiciendo a su gente hasta el fin de su reino.
EL INICUO REY NOÉ (Mosíah 11)
Empezando con Mosíah 11, el relato retorna a la voz en tercera persona cuando Mormón empieza a compendiar los registros de Zeniff y su pueblo en lugar de usar los relatos en primera persona escritos por Zeniff y sus sucesores, Noé, y Limhi.
• Mosíah 11:1-6 al fin de su vida, Zeniff le confirió el reino a su hijo Noé; quien reinó en iniquidad. Desafortunadamente para los nefitas que vivían en la tierra de Nefi, Noé escogió no guardar los mandamientos; sino cometer pecados. Él tenía muchas esposas y concubinas e hizo que su pueblo cometiera abominaciones, fornicaciones, y «toda clase de iniquidades» (vv 1-2). Para sostener su estilo de vida glotón, recolectaba impuestos de su pueblo; un quinto de todo lo que tenían y producían (v. 3). El metal que Zeniff mencionó aquí ahora no se conoce. La palabra en hebreo se refiere a un brillo metálico. La misma palabra hebrea también se usa en Daniel 2:31 y en Daniel 4:36, donde es traducida como «brillo». El rey Noé también retiró a todos los sacerdotes que habían sido consagrados por su padre, y los remplazó con sacerdotes de su propia elección quienes se «envanecían con el orgullo de sus corazones» (v. 5).
Este nuevo grupo de líderes religiosos y políticos era «mantenido en su pereza y en su idolatría y sus fornicaciones, con los tributos que el rey Noé había impuesto sobre los de su pueblo» causando asi que el pueblo «trabajara mucho para sostener la iniquidad» (v. 6).
• Mosíah 11:7-15 el Rey Noé, como los gobernantes indignos de todas la épocas, sostenía el poder apelando a la vanidad de su pueblo con opulentos palacios y ejércitos grandiosos. Especialmente cuando la gente está oprimida o viviendo en el temor, ellos le responden favorablemente a un líder que les promete mayor gloria, poder, y riquezas. Tales déspotas han emergido en cada época. Se vio en los tiempos antiguos desde Nabucodonosor, Alejandro el Grande, y hasta los emperadores de Roma.
Y en nuestros días lo han sido desde Hitler hasta Stalin y hasta los déspotas de Kosovo, Iraq, y Corea del Norte.
Por este mismo proceso, la gente del Rey Noé fue «engañada por las vanas y lisonjeras palabras del rey y de los sacerdotes» y por los «muchos edificios elegantes y espaciosos» que él «adornó con obras finas de madera, y con toda clase de cosas preciosas, de oro y de plata, de hierro, de bronce, de ziff y de cobre» y por grandes mejoras a su su palacio y al templo (vv 7-10).
Rodney Turner dijo: «Zeniff sin duda alguna restauró el templo originalmente construido por Nefi en el siglo seis A C. (2 Nefi 5:16). El Rey Noé parece haber remodelado este mismo templo a gran escala, haciéndolo mucho más adornado y costoso que antes (Mosíah 11-10); como Herodes el grande, quien remodeló el segundo templo (aquel de Zorobabel; véase Esdras 3), el proyecto de Noé era sin duda, alguna más un asunto de vanidad personal que una genuina piedad.»14
El Rey Noé y su sacerdotes tenían sillas dentro de su palacio que «se reservaban para los sumos sacerdotes, que eran más altas que todos los demás asientos» las cuales el adornó con oro puro, y que tenían delante un antepecho en los cuales podían «sostener sus cuerpos y sus brazos mientras hablaban falsas y vanas palabras a su pueblo» (v. 11).
En cada dispensación y en entre muchos grupos diferentes de gente, el Señor ha advertido de las consecuencias de tener reyes. El pueblo de Israel quería un rey. El profeta Samuel estaba entristecido por la petición de su gente. Pero el Señor reveló el verdadero problema cuando Él le dijo a Samuel, «no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.» (1 Samuel 8:4-9). El Señor le dijo a Samuel que les concediera su petición después de advertirles de las consecuencias de sus deseos. Sabemos el resultado—una serie de reyes mayormente inicuos y caídos que eventualmente guiaron al pueblo de Israel al cautiverio.
Cuando los jareditas querían un rey, el hermano de jared les advirtió: «Esto ciertamente conduce al cautiverio» (Éter 6:23). Y justo antes de establecer un sistema de jueces electos, el Rey Mosíah II también enumeró los peligros potenciales de los reyes: «Ahora bien, os digo que por motivo de que no todos los hombres son justos, no conviene que tengáis un rey o reyes para que os gobiernen. Pues he aquí, ¡cuánta iniquidad un rey malo hace cometer; sí, y cuán grande destrucción! Sí, acordaos del rey Noé, su iniquidad y sus abominaciones, y también la iniquidad y las abominaciones de su pueblo. Considerad la gran destrucción que cayó sobre ellos; y también a causa de sus iniquidades fueron reducidos a la servidumbre» (Mosíah 29:16-18).
El rey Noé construyó una torre cerca del templo. Desde la cima de la torre, él podía ver la región entera; incluyendo la ciudad Shilom, y también las áreas controladas por los lamanitas. Él también construyó una torre alta en una colina con vista a la cuidad de Shilom (Mosíah 11:12-13) Estas torres pudieron haber sido similares a las muchas «pirámides-torres» de piedra de las cuales hoy tenemos evidencia entre las ruinas arqueológicas a través de las Américas. Para más detalle sobre éstas, vea la discusión de la torre construida por el Rey Benjamín cerca del templo en Zarahemla (Mosíah 2:7-8, en el capítulo 15 del volumen 1).
El rey Noé amaba sus muchas riquezas y «pasaba el tiempo en vivir desenfrenadamente con sus esposas y sus concubinas» y también lo hacían sus sacerdotes, quienes pasaban su tiempo «con rameras» (v. 14). El construyó muchas viñas y fábricas de vino para producir «vino en abundancia; por tanto, se convirtió en bebedor de vino» y también su gente (v.15). Un bebedor de vino es aquel que se entrega a una excesiva bebida de vino. Hoy usaríamos la palabra «ebrio» (v. 15).
• Mosíah 11:16-19 aunque son azotados por los lamanitas, la gente no se arrepiente, sino que «se envanecieron con el orgullo de sus corazones» y «se jactaron de su propia fuerza» (v. 19). Los lamanitas estaban teniendo éxito creciente en matar a sus guardias y en vencer a sus ejércitos; pero esto no parecía preocuparlos (vv 16-18). Ellos se jactaban en que «cincuenta de ellos podían contra miles de los lamanitas» y ellos «se deleitaban en la sangre y en verter la sangre de sus hermanos [los lamanitas]; y esto a causa de la iniquidad de su rey y sacerdotes» (v. 19) Entonces, podemos ver que el mismo espíritu de ociosidad y derramamiento de sangre que prevaleció entre los lamanitas, también prevalecía entre este grupo de nefitas—una señal segura de que el Espíritu del Señor se había retirado de ellos y estaban maduros para la destrucción.
En cuanto a circunstancias similares en nuestra época, el Presidente Spencer W. Kimbell dijo:
El Señor nos ha bendecido como pueblo con una posteridad inigualable en el pasado. Los recursos que han sido puestos en nuestro poder, son buenos y necesarios para nuestra obra aquí en la tierra. Pero temo que muchos de nosotros hemos sido excesivos con los rebaños y el ganado y las hectáreas y los establos y las riquezas y hemos comenzado a adorarlos como dioses falsos; ya que estos tienen poder sobre nosotros. ¿Tenemos más de estas buenas cosas que lo que nuestra fe puede soportar?
Muchas personas pasan la mayoría de su tiempo trabajando al servicio de la autoimagen que incluye dinero suficiente, acciones, bonos, portafolios de inversiones, propiedades, tarjetas de crédito, muebles, automóviles, y cosas parecidas para garantizar la seguridad carnal a través, se espera, de una vida larga y feliz … Como el Señor mismo dijo en nuestro tiempo» «No buscan al Señor para establecer su justicia, sino que cada hombre anda por su propio camino, y en pos de la imagen de su propio dios, cuya imagen es a semejanza del mundo y cuya substancia es la de un ídolo que se envejece y perecerá en Babilonia, sí, Babilonia la grande que caerá» (D&C 1:16)— Pese al deleite en definirnos como modernos, y a nuestra tendencia a pensar que poseemos una sofisticación que ninguna gente en el pasado tuvo—pese a estas cosas, somos en general un pueblo idólatra—una condición muy repugnante para el Señor.
Somos una gente belicosa, fácil de distraer de nuestras designios de prepararnos para la venida del Señor. Cuando los enemigos crecen, usamos vastos recursos para la fabricación de dioses de piedra y de acero—barcos, aviones, misiles, y fortificaciones; y dependemos de ellos para la protección y para la libertad. Cuando somos amenazados, nos volvemos antienemigos en lugar de pro-reino de Dios, entrenamos a los hombres en el arte de la guerra y los llamamos patriotas, entonces, a la manera de Satanás, contrarrestamos el verdadero patriotismo, pervirtiendo las enseñanzas del Salvador: «Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos» (Mateo. 5:44-45)….
¿A qué le tememos cuando el Señor está con nosotros? ¿No podemos tomar al Señor en Su palabra y ejercitar un poco de fe en Él? Nuestra asignación es afirmativa: renunciar a las cosas del mundo como fines en si mismos, dejar la idolatría y seguir adelante en la fe; para llevar el evangelio a nuestros enemigos, para que ellos ya no sean nuestros enemigos.15
LA PRIMERA MISIÓN DE ABINADÍ (Mosíah 11)
• Mosíah 11: 20-25 Abinadí aparece entre los sujetos de Noé, llamándolos al arrepentimiento. No sabemos de dónde vino, sólo que él fue llamado por Dios aproximada-mente en el año 150 AC. para llamar al pueblo del Rey Noé al arrepentimiento, diciendo: «He visto sus abominaciones, y sus iniquidades, y sus fornicaciones, y a menos que se arrepientan, los visitaré con mi ira … y serán reducidos al cautiverio, y serán afligidos a mano de sus enemigos … y nadie los liberará, salvo el Señor, el Dios Todopoderoso.» (vv 20-23) Sabiendo que cuando ellos estén oprimidos orarán para ser liberados, el Señor advierte, «cuando ellos clamen a mí, seré lento en oír sus lamentos; sí, y permitiré que sus enemigos los aflijan» (v. 24) una advertencia que fue cumplida más tarde (Mosíah 21:15).
En cuando a la misión de Abinadí, Rodney Turner dijo:
Abinadí es el Juan Bautista del Libro de Mormón. Como Juan, él era un profeta solitario que predicó brevemente a un pueblo comprometido con la ley de Moisés, que sabía poco del Mesías que vendría y nada de Su divinidad. Como Juan, Abinadí predicó el arrepentimiento, advirtió sobre los inminentes juicios de Dios, y testificó del Mesías que vendría. A ambos profetas se les opusieron los líderes religiosos de su época; ambos fueron víctimas de las supercherías sacerdotales—la máxima hipocresía. Ambos denunciaban la conducta inmoral de sus rerspectivos reyes y murieron en forma violenta bajo sus manos. Tanto Abinadí como Juan, sirvieron como profetas transicionales conectando el viejo y nuevo convenio— la ley de Moisés y la ley de Cristo. Al hacer esto, funcionaron como «Elias», preparando el camino para la primera venida del Mesías.16
• Mosíah 11: 26-29 En lugar de arrepentirse, Noé reaccionacon ira y trata de matar a Abinadí. El Señor salvó a Abinadí de sus manos (v. 26), y el orgulloso rey Noé demando saber «¿Quién es Abinadí, para que yo y mi pueblo seamos juzgados por él?, o ¿quién es el Señor para que traiga sobre mi pueblo tan grande aflicción?» (v. 27); una pregunta común formulada por aquellos que están practicando la iniquidad y no desean ser criticados por hacer esto. Noé afirmó «[Abinadí] ha dicho estas cosas para incitar a los de mi pueblo a la ira de los unos con los otros, y para suscitar contiendas entre los de mi pueblo» y entonces Noé prometió matar a Abinadí (v. 28). El pueblo le creyó al rey y «endurecieron sus corazones contra las palabras de Abinadí, y trataron de apresarlo desde ese momento en adelante» y ni el rey o el pueblo se arrepentirían [v. 29).
• D&C 1:38 El Señor sostiene las palabras de Sus profetas, y debemos prestarle atención. En nuestros días, el Señor declaró «Lo que yo, el Señor, he dicho, yo lo he dicho, y no me disculpo; y aunque pasaren los cielos y la tierra, mi palabra no pasará, sino que toda será cumplida, sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo. Debemos considerar estas palabras con seriedad, sobre todo cuando tenemos la tentación de criticar el consejo de nuestros apóstoles y profetas porque nos ofenden.
El Presidente Harold B. Lee dijo:
Ahora la única seguridad como miembro de esta Iglesia es hacer exactamente lo que el Señor le dijo a la Iglesia en ese día cuando la Iglesia fue organizada. Debemos aprender a prestar atención a las palabras y a los mandamientos que el Señor dará a través de Su profeta «según los reciba, andando con toda santidad delante de mí… con toda la e y paciencia como si viniera de mi propia boca.» (D&C 21:4-5).
Habrán algunas cosas que requieran paciencia y fe. A usted no le podrá gustar lo que viene de la autoridad de la Iglesia. Podrá contradecir sus puntos de vistas políticos. Podrá contradecir sus puntos de vista sociales. Podrá interferir con su vida social. Pero si escucha estas cosas, como si vinieran de la boca del Señor mismo, con paciencia y fe, la promesa es que «las puertas del infierno no prevalecerán contra vosotros; sí, y Dios el Señor dispersará los poderes de las tinieblas delante de vosotros, y hará sacudir los cielos para vuestro bien y para la gloria de su nombre» (D&C 21:6).17
Una de las más recientes advertencias para el mundo entero está en la Proclamación para las familias—una afirmación oportuna acerca de las consecuencias de la destrucción de las familias tradicionales, la cual fue sólo el comienzo; pero que ahora se ha vuelto una epidemia. Ya que el Señor tiende a enviar tales advertencias antes de (esperando evitar) la destrucción de la gente que ofende, debemos tomar esta advertencia con mucha seriedad.
La Proclamación para la Familia dice:
ADVERTIMOS que las personas que violan los convenios de castidad, que maltratan o abusan de su cónyuge o de sus hijos, o que no cumplen con sus responsabilidades familiares, un día deberán responder ante Dios. Aún más, advertimos que la desintegración de la familia traerá sobre las personas, las comunidades y las naciones las calamidades predichas por los profetas antiguos y modernos.
HACEMOS UN LLAMADO a los ciudadanos responsables y a los funcionarios de gobierno de todas partes para que fomenten aquellas medidas destinadas a fortalecer la familia y a mantenerla como la unidad fundamental de la sociedad.18
Notas
- Monte S. Nyman, «Bondage y Liberación,» en Estudios de las escrituras, Volumen 7: de 1 Nefi a Alma 29, editado por Kent P. Jackson, 1987, pág. 264.
- Curso del Setenta en Teología,5 volúmenes, 1907-12,4:127-28.
- Collins, Tal es vida,85-88.
- En Reporte de La Conferencia, octubre de 1968, pág. 65.
- El milagro del perdón,1969, pág. 325.
- Enseñanzas y comentarios sobre el Antiguo Testamento,Ed J. Pinegar y Richard J. Alien, 2005, pág. 473.
- Comentario doctrinal del Libro de Mormón, 4 volúmenes, 1987-92, 2:190-92.
- Evidencias y Reconciliaciones,organizado por G. Homer Durham, 1960, pág. 258.
- Doctrina mormona,a edición, 1966, pág. 700-1.
- En Reporte de La Conferencia, abril de 1994, 24-25; o revista Ensign,mayo de 1994, 20.
- Un Entorno Americano Antiguo para el Libro de Mormón,1985, pág. 86.
- Un compañero para su estudio del Libro de Mormón,1976, pág. 182.
- En Reporte de La Conferencia, octubre de 1971, pág. 167; o revista Ensign,diciembre de 1971, pág. 129.
- «Dos Profetas: Abinadí y Alma,» en Estudios de las escrituras, Volumen 7: de 1 Nefi a Alma 29, editado por Kent P. Jackson, 1987, pág. 257.
- «Los dioses falsos Adoramos,» revista Ensign,junio de 1976, págs. 4-6.
- «Dos Profetas: Abinadí y Alma,» págs. 240-41.
- En Reporte de La Conferencia, octubre de 1970, pág. 152.
- Alocución a la Junta General de la Sociedad de Socorro, Salt Lake City, 23 de septiembre de 1995; en revista Liahona, enero de 1995, págs. 101,102.

























