¿Quién fue Melquisedec?
por O. Preston y Christine H. Robinson
El profeta Amos ha declarado: «Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.» Es interesante notar que tanto los que estudian la Biblia hebrea como la cristiana están dispuestos a aceptar el hecho de que los antiguos profetas recibieron revelaciones; no obstante, no están dispuestos a creer que tales instrucciones del Señor puedan revelarse a los profetas en los tiempos modernos. Esta incompatibilidad debe indicar que, o creen que Dios ha cambiado y no es el mismo ayer, hoy y siempre, o que Sus hijos modernos no necesitan más de su guía.
Es conmovedor y confortable saber que los documentos antiguos, recientemente descubiertos o que están en proceso de traducción, proporcionan nueva evidencia y atestiguan del evangelio restaurado. Esta nueva evidencia proviene de muchas fuentes y direcciones. Las cavernas del Mar Muerto continúan proveyendo un extraordinario apoyo a la afirmación de la Iglesia en cuanto a la revelación en su organización y administración. Por ejemplo, un fragmento de una de las cavernas vierte nueva luz sobre la personalidad de Melquisedec y sobre la naturaleza de su Sacerdocio. La interrogante acerca de la personalidad de Melquisedec ha perturbado a los eruditos bíblicos a través de las edades. ¿Existió en realidad? Si es así, ¿quién fue? ¿Probó de la muerte, o fue traspuesto como Enoc y Juan el Amado y por tanto tenía «ni principio de días, ni fin de vida?» Si era un sacerdote, ¿cuál fue la naturaleza de su Sacerdocio?
En el Antiguo Testamento se hace referencia a Melquisedec en sólo dos ocasiones, y en el Nuevo Testamento sólo una. En Génesis está escrito que cuando Abram volvía de la batalla de los reyes, salió a su encuentro Melquisedec, rey de Salem, quien «sacó pan y vino; y lo bendijo.» Ahí se describe a Melquisedec como el sacerdote del Dios Altísimo y a quien Abram le pagó los diezmos de todo. (Génesis 14:18-20)
En Salmos 110, David escribe acerca de un cierto personaje que se sentará a la diestra del Señor hasta que ponga a sus enemigos por estrado de sus pies. Más adelante se hace referencia a este gran personaje: «Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden del Melquisedec.»
Es a este Salmo que el autor de la Epístola de los Hebreos se refiere cuando declara que Jesús fue este personaje y quien fue «hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.» (Hebreos 5:6, 10; 6:20; 7:17) Estas escrituras del Nuevo Testamento exponen claramente que el autor de esta epístola creyó que el Salmo 110 se refería al esperado Salvador o Redentor. El registro Hebreo también cuenta la historia del Melquisedec y la experiencia que tuvo cuando el patriarca Abraham le dio los diezmos de todo. (Hebreos 7:1-4)
Estos limitados informes acerca de Melquisedec no han sido de gran ayuda para los eruditos bíblicos. Es muy probable que todos hayan llegado a la conclusión de que Melquisedec fue un personaje irreal y ficticio. Por ejemplo, el «Diccionario de la Biblia» de Hasting, comenta:
«Se ha dudado del carácter histórico del relato en que se menciona a Melquisedec basándose en ciertas improbabilidades que contenía … los eventos en él comprendidos no han sido corroborados por ninguna otra fuente . . . todavía no se ha obtenido ninguna evidencia que confirme el nombre y personalidad de Melquisedec.» En respecto al relato como se encuentra registrado en Hebreos, esta misma fuente continúa: «En este pasaje, la mayor parte del argumento del autor es imaginativa, el relato de Génesis en el Antiguo Testamento escrito en un estilo rabínico y el paralelo entre nuestro Señor y Melquisedec basado principalmente en la omisión de ciertos detalles que obviamente no probaron nada.»
Por tanto, bajo estas circunstancias, no es de asombrarse que las iglesias hebreas y cristianas, excluyendo a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, hayan fracasado al entender la importancia del alto puesto que tuvo en el Sacerdocio. Esta es una de la razones de porqué uno de los eruditos que entrevistamos en Jerusalén deseaba saber de cuál fuente había obtenido la Iglesia su detallada información acerca de Melquisedec y del Sacerdocio que se había nombrado después de él.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enseña clara y autorizadamente que Melquisedec fue en realidad un personaje verdadero. José Smith, en su Versión Inspirada de la Biblia declara: «Melquisedec fue un hombre fiel que trabajó por la justicia; y quien, habiendo sido aprobado por Dios, fue ordenado sumo sacerdote según el orden del convenio que Dios hizo con Enoc. Siendo según el orden del Hijo de Dios; cuyo orden, vino no del hombre, ni de la voluntad del nombre; ni del padre ni la madre; ni del principio de días ni fin de años; sino de Dios.»
En el Libro de Mormón, el profeta Alma registra: «Pues bien, este Melquisedec era rey del País de Salem; y su pueblo había aumentado en maldades y abominaciones; sí, se habían extraviado todos; se habían entregado a iniquidades de toda especie; pero después de manifestar una fe poderosa, y habiendo recibido la dignidad del sumo sacerdocio según el santo orden de Dios, Melquisedec predicó el arrepentimiento a su pueblo. Y he aquí, la gente se arrepintió, y Melquisedec estableció la paz en el país durante sus días; por tanto fue llamado el príncipe de paz, pues fué rey de Salem.» (Alma 13:17-18)
El Sacerdocio de Melquisedec es el poder delegado para seleccionar a los siervos en la tierra, y mediante el cual pueden actuar en lugar de Dios para la salvación de la familia humana en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esta es la autoridad que Dios confirió a sus santos profetas desde la fundación del mundo.
A pesar de ser un sólo Sacerdocio, está organizado en dos divisiones: el de Melquisedec y el Aarónico. Dichas divisiones llevan el nombre de grandes profetas y siervos del Señor para de esta manera evitar la repetición continua del nombre de Dios.
Como lo indicó el apóstol Pablo, quien se cree fue el autor de la epístola a los hebreos, Melquisedec fue un gran sumo sacerdote: tan valiente y fiel que aun Abraham le pagaba sus diezmos. (Hebreos 7:4) El Sacerdocio mayor, que llevó el nombre de Melquisedec, fue conferido a Adán, Enoc, Metusalén, Noé, Melquisedec, Abraham, Moisés y sin duda a muchos otros profetas antes del nacimiento de Jesús.
Cuando Jesús nació, la justicia y conveniencia de Dios decretaron que El también actuaría mediante el poder del santo Sacerdocio. Como se registró en Hebreos: «Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.» (Hebreos 5:8-10)
Entonces, una parte fundamental del evangelio que Jesucristo restauró fue el poder del Sacerdocio mayor según el orden de Melquisedec. Fue este poder y autoridad que confirió a sus discípulos en Cesárea de Filipo cuando Jesús les preguntó que quién decían los hombres que Él era. Se recordará que Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.» Entonces Jesús respondió, diciéndole: «A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.» (Mateo 16:14-19) Jesús confirió este mismo poder a todos sus escogidos y discípulos ordenados, a quienes también concedió el poder de perdonar los pecados aquí en la tierra y en la vida venidera. (Véase Mateo 18:18; Juan 20:22)
En un artículo «Melquisedec y el Hijo del Hombre», el Dr. David Flusser hace referencia a un estudio publicado por el profesor A. S. van der Woude, en el cual éste interpreta un fragmento de los Rollos del Mar Muerto, ahora en posesión de la Academia Real Holandesa de Ciencias. El Dr. Flusser señala que el motivo central de este fragmento es «la expectación de la venida de Melquisedec como el juez celestial en el juicio final». Según nuestro criterio, la línea de este fragmento podría significar que Melquisedec será uno de los jueces en el juicio final. De cualquier manera, el hecho de que Melquisedec esté descrito como juez, es otra evidencia de su personalidad al haber sido un mortal.
Ciertos eruditos que se encuentran interpretando los rollos, han llegado a la interesante conclusión de que los Hebreos del Nuevo Testamento fueron realmente un grupo de los del Pacto del Mar Muerto. Estas personas tuvieron un gran conocimiento del Sacerdocio Aarónico y sintieron gran respeto por él. El autor de la epístola de los Hebreos, al tratar de establecer la superioridad de Cristo, argumenta que Jesús fue un Mesías sacerdotal: un sacerdote de un orden superior al de Aarón. Por tanto e indirectamente, este estudio especial proporciona evidencia de que durante los tiempos del Salvador existían dos divisiones en el Sacerdocio: uno mayor y otro menor.
Al final, estas evidencias señalan claramente que al restaurar la organización de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, José Smith recibió revelación de Dios para guiarlo en la enorme responsabilidad que tenía. Sin esta ayuda Divina le hubiera sido completamente imposible lograr esta grande tarea.


























que magnifico fue este gran sacerdote y hoy tenemos la oportunidad de tener este gran sacerdocio y actuar bajo su autoridad.
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MELQUISEDEC gran Sumo Sacerdote…Rey de Salem …Principe de Paz… justo…Valiente ….Fiel…estará como Juez en el juicio Final .
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Melquisedec fue un gran sacerdote una gran persona fue fiel a nuestro padre celestial
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