El Reino de Dios

Capitulo 9

RESURRECCION Y GLORIA

Resurrección

Resurrección es la reunión del cuerpo y del espíritu después de la separación transitoria llamada muerte. Cuando esto sucede, el cuerpo y el espíritu quedan reunidos inseparablemente y constituyen un alma inmortal.1 En vista de que el espíritu nunca más volverá a ser separado del cuerpo, no habrá más muerte, No habiendo más muerte, no habrá más descomposición o corrupción.2

La palabra resurrección viene del verbo latín resuscitare; “re” que significa de nuevo, y “suscitare”, despertar.

El cuerpo resucitado o alma es un cuerpo tangible de carne y huesos que se puede aparecer a los seres terrenales.3

Toda persona que nace sobre la tierra ha de resucitar, haya sido buena, mala o indiferente. “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”;4 nos dice el apóstol Pablo.

Los santos hombres de Dios han enseñado este concepto fun­damental de la inmortalidad y la vida eterna desde el principio.5 Adán recibió instrucciones de un ángel en este respecto.6 Enoc,7 Job,8 David,9 Daniel,10 Ezequiel11 e Isaías12 enseñaron la resurrec­ción. Todos ellos vivieron antes del ministerio terrenal de Jesús.

Una de las grandes esperanzas del mensaje cristiano es que Cristo fué las primicias de la resurrección.13 “Y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de sus sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.”14

Todos los hombres han de resucitar; pero no todos saldrán de una vez ni se hallarán en la misma situación, sino “cada uno en su debido orden”.16 Algunos resucitarán para ser ángeles, otros para ser dioses.16

Hay dos épocas generales de resurrección, la de la resurrección de los justos y la de la resurrección de los injustos.17 La primera será una resurrección de vida, la segunda de condenación.18

La mañana de la primera resurrección

Muchos de los que han salido de sus sepulcros hasta el día de hoy han resucitado con cuerpos celestiales y heredarán el reino celestial.19 La resurrección de Cristo era conocida entre los que vivieron antes de El como la mañana de la primera resurrección.20

Para aquellos de nosotros que habremos vivido después de la época de nuestro Señor, la mañana de la primera resurrección será al tiempo de la segunda venida de Cristo.21

Algunos serán arrebatados para recibir al Señor en su segunda venida.22 Estos “son de Cristo, las primicias”,23 y tendrán cuerpos celestiales.24

Después de ellos habrá algunos que resucitarán durante el milenio. De éstos se ha dicho “que son de Cristo en su venida”, y tendrán cuerpos terrestres.25

La segunda resurrección

La segunda época general de la resurrección no comenzará sino hasta después del milenio que se iniciará con la segunda venida de nuestro Señor y durará mil años. Concerniente a los que saldrán en la segunda resurrección, está escrito que “no vuelven a vivir sino hasta que pasen los mil años.”26 Estas almas tendrán cuerpos telestiales;27 y en cuanto a algunos de los que resuciten durante la última parte de la segunda resurrección, tendrán cuerpos que no podrán resistir ningún grado de gloria. Se dice que aquellos que no puedan resistir ninguna gloria, “permanecerán sucios aún”.28 Estos son los hijos de perdición que también resucitan pero no reciben ninguna gloria; no pueden ser redimidos.29

Resurrección o restauración

La resurrección nos restaurará precisamente lo que merez­camos. Cualquier grado de inteligencia que uno logre en esta vida, la será restaurado.30 Nuestra actitud y hechos, todo lo que uno llegue a ser en esta vida nos será perfectamente restaurado para nuestra exaltación o condenación.31

Tres grados de gloria

En toda la eternidad del espacio no hay espacio donde no haya reino ;32 “y a cada reino se ha dado una ley, y cada ley tiene también ciertos límites y condiciones.”33

Hay en la eternidad tres reinos de gloria. Todas las personas resucitadas serán consignadas a uno de ellos. La única excepción será en cuanto a los hijos de perdición, y respecto de ellos no sabe­mos cuál será su castigo. Los tres reinos de gloria son conocidos como el celestial, el terrestre y el telestial. Todos son reinos de gloria, y en cada uno de ellos existe una gloria que en la actualidad no podemos comprender.34

El reino telestial

El reino telestial tiene una gloria menor que los otros reinos.35 Sus habitantes tendrán que padecer en el infierno antes de poder resucitar ;36 sin embargo, será el más poblado de todos los reinos. Lo habitarán aquellas personas que viven de acuerdo con las costum­bres del mundo, en contraposición a vivir de acuerdo con el Espíritu de Dios.37 Allí morarán “todos los soberbios y todos los que hacen maldad”.38

Los que se encuentren en la gloria telestial podrán recibir el ministerio del reino terrestre,39 pero donde moran Dios y Cristo nunca podrán estar, por los siglos de los siglos.40

El reino terrestre

La magnitud de la gloria del reino terrestre queda entre la del reino celestial y el telestial. Se distingue de lo celestial, como la luna se distingue del sol.41 Sus habitantes no reciben la plenitud del Padre42 y permanecen sin exaltación por todas las eternidades.43

Las personas consignadas a este reino serán:

  1. Aquellos qúe murieron sin ley44 (salvo aquellos que acep­tan la obra vicaria45 y los niños pequeñitos);46
  2. Aquellos que rechazan el evangelio en esta vida, pero lo aceptan en el mundo de espíritus ;47
  3. Los hombres honorables que son cegados por las arti­mañas de los hombres ;48 y
  4. Los miembros de la Iglesia que no son valientes en su testimonio.49

El reino celestial

El mayor de los reinos de gloria es el reino celestial.50 Sólo aquí podrán los santos fieles obtener su herencia eterna con Dios.

Es el reino de Dios.51 Si uno obedece las leyes celestiales recibirá un cuerpo que podrá resistir la gloria celestial de este reino de exaltación. Los que se hallen preparados recibirán “la plenitud de la gloria del Padre” y serán glorificados en Cristo como El lo es en el Padre.52 Esto es lo que significa la exaltación: recibir la plenitud de la gloria celestial.53 Dentro del reino celestial hay tres cielos o grados,54 de manera que uno puede entrar en el reino celestial sin recibir la plenitud. El bautismo es la puerta que conduce al reino celestial. El matrimonio celestial o sea el matri­monio en el templo es la puerta que conduce al reino celestial. El matrimonio celestial o sea el matrimonio en el templo es la puerta que conduce a la exaltación allí.55

Ninguna cosa impura puede entrar en este reino. Se instituyó el plan entero de salvación a fin de que el hombre pudiera ser limpiado y santificado para permitirle volver a la presencia de Dios.56

Jesús dijo: “Este es mi evangelio; y vosotros sabéis las cosas que tenéis que hacer en mi iglesia; pues las obras que me habéis visto hacer, esas mismas haréis.”57 Este es el camino que conduce al cielo más excelso.58


(1) Doc. y Con. 88:15; 93:33. (2) 1 Cor. 15; Alma 11:37-46; 12:12-18. (3) Luc. 24. (4) 1 Cor. 15:22. (5) P. de G. P., Moisés 1:39; 4:1-4. (6) P. de G. P., Moisés 5:6-15; Doc. y Con. 19:42-50. (7) P. de G. P., Moisés 7:62. (8) Job 19:25-27. (9) Salmo 16:9-11; 17:15. (10) Daniel 12:1-3. (11) Eze. 37:1-4. (12) Isa. 20:19. (13) 1 Cor. 15:23. (14) Mat. 27:52, 53; Helamán 14:25. (15) 1 Cor. 15:23. (16) Doc. y Con. 132. (17) Juan 5:28, 29; Apo. 20. (18) Juan 5:28. (19) Doc. y Con. 88:98. (20) Mosiah 15:21-25; Alma 40. (21) Doc. y Con. 88:96-104. (22) Doc. y Con. 29:13; 43:18. (23) Doc. y Con. 88:97, 98; 76:50-70. (24) 1 Tes. 4:16,17; Apo. 20:3-7. (25) Doc. y Con. 88:99; 76:71-80. (26) Doc. y Con. 88:100-101; Apo. 20:5. (27) Doc. y Con. 76:81-112. (28) Doc. y Con. 88:102; 2 Nefi 9:14-16. (29) Alma 12:17, 18. (30) Doc. y Con. 130:18, 19. (31) Alma 41:13-15. (32) Doc. y Con. 88:37. (33) Doc. y Con. 88:38. (34) Doc. y Con. 76; 1 Cor. 15:39-42; Apo. 21. (35) Doc. y Con. 76:81-112; 1 Cor. 15:41. (36) Doc. y Con. 76:84. (37) Doc. y Con. 76:82-83. (38) Mal. 4:1. (39) Doc. Y Con. 76:86. (40) Doc. y Con. 76:112. (41) Doc. y Con. 76:71. (42) Doc. y Con. 76:77. (43) Doc. y Con. 132:17. (44) Doc. y Con. 76:72. (45) Doc. y Con. 128:12. (46) Moroni 8. (47) Doc. y Con. 76:73. (48) Doc. y Con. 76:75. (49) Doc. y Con. 76:79. (50) Doc. y Con. 76:70. (51) Doc. y Con. 76:50-70, 92-96; 1 Cor. 15:39-42. (52) Doc. y Con. 93:16-20. (53) Doc. y Con. 132:19, 20. (54) Doc. y Con. 131:1-4. (55) Doc. y Con. 131:1-4. (56) [1] Nefi 27:21. (57) 3 Nefi 27:20. (58) Doc. y Con. 131:1-4.

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