Capítulo 24
LA IGLESIA DE JESUCRISTO
Introducción
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es el reino de Dios sobre la tierra.
Ahora pues, escuchad vosotros, pueblo de mi iglesia, y vosotros, los élderes, escuchad unánimes; habéis recibido mi reino.1
Y refiriéndose a los hombres que honran su llamamiento en el sacerdocio, el Señor dijo:
Llegan a ser los hijos de Moisés y de Aarón y la simiente de Abrahán, la iglesia y el reino, y los elegidos de Dios.2
Este reino es una organización oficial de las personas que han tomado sobre sí el nombre de Cristo. Toman sobre sí este santo nombre por medio del bautismo. Profetas y apóstoles, debidamente llamados y comisionados, junto con otros oficiales nombrados por Cristo el Rey, administran los asuntos de su Iglesia y reino.
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.3
Como el nombre lo indica, Cristo es cabeza de la Iglesia: es Iglesia suya y El la dirige por revelación. Dijo que ésta era la base sobre la cual se edificaría el reino.4
Directamente bajo nuestro Señor, en orden de autoridad, el Presidente de la Iglesia dirige los asuntos de la misma en nombre y representación de Cristo.
En la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la autoridad suprema, así temporal como espiritual, en cualquier asunto que sea—legislativo, ejecutivo y judicial descansa en el Presidente de la Iglesia, el cual es el profeta, vidente y revelador de la misma y Sumo Sacerdote presidente. Para ayudarlo en los asuntos administrativos tiene. . . consejeros. Estos constituyen el quorum de la Primera Presidencia.5
Sigue en autoridad, con igual poder y facultades que la Primera Presidencia, cuando ésta no existiere, el Quorum de los Doce Apóstoles. La Primera Presidencia, junto con el Quórum de los Doce y el Patriarca de la Iglesia son aceptados como profetas, videntes y reveladores. En manos del Presidente de la Iglesia y el Quorum de los Doce están las llaves del reino.
El Presidente de la Iglesia y el Quorum de los Doce han delegado una autoridad administrativa general a los Ayudantes de los Doce, al Primer Consejo de los Setenta y al Obispado Presidente. Junto con el Patriarca de la Iglesia y los antedichos quórumes de la Primera Presidencia y de los Doce, los oficiales de referencia constituyen las Autoridades Generales de la Iglesia. Su ministerio no está limitado a determinada unidad, sino que tienen jurisdicción en toda ella.
Para fines administrativos la Iglesia está dividida en estacas y misiones. Aquéllas se componen de barrios y ramas y éstas de distritos y ramas. A fin de poder desarrollar el programa completo de la Iglesia se organizan estacas. Las misiones se adaptan a las circunstancias y llevan a efecto cuanto les es posible del programa de la Iglesia.
El nombre de la Iglesia
Porque así se llamará mi iglesia en los postreros días, aun La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.6
La única Iglesia viviente y verdadera
La voz de Dios, dirigida particularmente a las naciones de la tierra, con instrucciones de que fuera publicada, declaró que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es “la única iglesia verdadera y viviente sobre toda la faz de la tierra”.7 De manera que es la única Iglesia que está autorizada para predicar el evangelio y administrar sus ordenanzas.
Está asegurado el éxito de la Iglesia
El éxito, cabal y completo de la Iglesia está asegurado. El profeta Daniel, al interpretar el sueño del rey Nabucodonosor, le dijo: “Hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios.” Entonces declaró que le había sido revelado el significado de la “piedra que fue cortada, no con mano”, la cual “fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra”.
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre.8
En 1831 el Señor se refirió a esta profecía cuando dijo:
Las llaves del reino de Dios han sido entregadas al hombre sobre la tierra, y de allí rodará el evangelio hasta los confines del mundo, como la piedra cortada del monte, no con manos, hasta que haya henchido toda la tierra.9
El Señor así lo ha dicho. La Iglesia llenará toda la tierra y permanecerá para siempre. ¡Qué bendición tan grande es pertenecer a una institución divina cuyo destino es tan seguro!
La Iglesia se organizó el día 6 de abril de 1830 con seis personas. Públicamente se inició la obra proselitista cuando Oliverio Cowdery pronunció el primer discurso público en una reunión efectuada dentro de la casa de Pedro Whitmer, en Fayette, Nueva York, el 11 de abril de 1830. Los milagros comenzaron a manifestarse en el ministerio y en abril de 1830 Newel Knight fue sanado por medio del poder divino. La primera Conferencia General de la Iglesia se efectuó en Fayette, Nueva York, el 9 de junio de 1830. En ese tiempo llegaba a veintisiete el número total de miembros.
Se necesitó un período de aproximadamente cien años para establecer las primeras cien estacas de Sion sobre la tierra. En aproximadamente diez años se constituyó la siguiente centena. En la actualidad se están organizando a razón de aproximadamente cincuenta estacas por año. En esto se observará que no es un progreso geométrico. Al grado que aumenta el número de miembros de la Iglesia, las partes integrantes no aumentan directamente en proporción, sino con una velocidad cada vez más grande: primeramente el doble, entonces diez tantos, y por fin cien veces más. Y sabemos que continuará hasta que llene toda la tierra.
Comenzando con el primer sermón público de Oliverio Cowdery en abril de 1830 y la misión subsiguiente de Samuel Smith, que fue el primer misionero de la Iglesia, tenemos en la actualidad más de 10.000 misioneros que están dedicando su tiempo entero a la obra de la misión. Sabemos que hay necesidad urgente de tener 25.000 misioneros en las filas.
El movimiento que se inició en un poblado casi desconocido de la parte occidental del Estado de Nueva York se ha extendido por toda la tierra. Tan seguro es su futuro como para nosotros difícil de concebirlo.
Las organizaciones auxiliares
Tenemos en la Iglesia organizaciones auxiliares instituidas para fines especiales con objeto de hacer frente a las necesidades que surjan. Funcionan como organizaciones auxiliares del sacerdocio, al cual prestan servicios y ayuda.
1. La Sociedad de Socorro
La organización auxiliar de mayor antigüedad en la Iglesia es la Sociedad de Socorro. Es una organización para mujeres que fue fundada el 17 de marzo de 1842 por el profeta José Smith. En la actualidad es la organización femenil más antigua de los Estados Unidos.
Son dos sus propósitos: (1) Procurar la educación y desarrollo espiritual de sus miembros; (2) prestar servicio social compasivo en bien del individuo, la familia y la comunidad. Para llevar a cabo sus fines ofrece a sus miembros cursos en teología, literatura, ciencias sociales y el manejo de la casa. Tiene una extensa historia del servicio abnegado que ha prestado. En los problema domésticos, en enfermedades, a la hora de muerte, en crisis económicas y guerras, la Sociedad de Socorro administra auxilio.
2. La Escuela Dominical
La responsabilidad de enseñar el evangelio a todos los miembros de la Iglesia descansa sobre la Escuela Dominical. Richard Ballantyne dirigió la primera Escuela Dominical de la Iglesia el 9 de diciembre de 1849 en una cabaña rústica en el valle de Salt Lake. En vista de que a esta organización auxiliar se ha concedido el privilegio de administrar la Santa Cena como parte de sus actividades, es un servicio de adoración a la vez que escuela de instrucción.
3. Las Asociaciones de Mejoramiento Mutuo
Las Asociaciones de Mejoramiento Mutuo, tanto la de hombres jóvenes como la de mujeres jóvenes, tienen a su cargo el programa recreativo de la Iglesia para todos los mayores de doce años. Se impulsan el baile, drama, declamación y otras actividades culturales. También se alienta el desarrollo físico en esta organización auxiliar y constituye la liga más extensa de competencias de basketball en el mundo. En este programa extenso e íntegro se proveen clases para grupos de varias edades. También hay lecciones para las personas jóvenes casadas en las que estudian temas religiosos y culturales.
4. La Asociación Primaria
Para satisfacer la necesidad de dar a los niños instrucción religiosa especial, así como recreo patrocinado por la Iglesia, se organizó la Asociación Primaria en 1878. Provee instrucción espiritual y actividades culturales y recreativas para los niños hasta los doce años de edad.
El Departamento de Educación
La educación siempre ha sido una de las preocupaciones principales de la Iglesia. En los días de los pioneros, fundaba y mantenía escuelas dondequiera que se establecía. A medida que los estados desarrollaron la habilidad para asumir esta responsabilidad, la Iglesia abandonó la mayor parte de la instrucción secular y se dedicó a la enseñanza religiosa. Sin embargo, sigue sosteniendo la Universidad de Brigham Young y varias otras instituciones en las que se ofrece educación secular.
Los esfuerzos principales del Departamento de Educación de la Iglesia se han dedicado a la tarea de proveer instrucción religiosa para los jóvenes Santos de los Últimos Días que estudian en las preparatorias, colegios y universidades públicas. La Iglesia ofrece clases religiosas a estos jóvenes en edificios contiguos a las escuelas. Además de la doctrina del evangelio, aplicación e historia, se proporcionan a los alumnos oportunidades recreativas y sociales.
La Asociación Genealógica
La Iglesia acepta la responsabilidad de efectuar obras vicarias por los que han muerto sin el conocimiento del evangelio. Esto requiere estudios genealógicos a fin de determinar la identificación de las personas fallecidas. El 13 de noviembre de 1894 se organizó la Sociedad Genealógica para fomentar y coordinar esta obra. Bajo esta organización se han establecido bibliotecas, archivos y extensos programas de investigación. No es raro leer que en los miles de metros de microfotografías que se hallan en sus archivos estén comprendidos todos los registros civiles y religiosos de un país.
El Plan de Bienestar
La Iglesia asume la responsabilidad del bienestar temporal de sus miembros. Para cumplir con esta comisión se inició el Programa de Bienestar de la Iglesia en abril de 1936. En una discusión subsiguiente hablaremos detalladamente de este importante asunto.
El Sacerdocio
Como hemos dicho previamente, la autoridad y organización de la Iglesia depende del sacerdocio.10
1. El Presbítero
Uno de los oficios del Sacerdocio Aarónico que actualmente existe en la Iglesia es el del presbítero.11 Es una dependencia del sacerdocio.12 Los que son llamados y ordenados con este santo llamamiento son administradores legales, facultados de Dios para obrar en su llamado. El presbítero puede desempeñar cualquiera de los deberes de un diácono o maestro, y además:
El deber del presbítero es predicar, enseñar, exponer, exhortar, bautizar y administrar la Santa Cena,
Y visitar las casas de todos los miembros, exhortándolos a orar vocalmente y en secreto, y a cumplir con todos los deberes familiares.
Y puede ordenar también a otros presbíteros, maestros y diáconos.
Y ha de hacerse cargo de los servicios cuando no esté presente ningún élder.13
Vemos, pues, que el oficio del presbítero es una parte integrante y sumamente importante del Reino de Dios. La participación en este reino debe considerarse como una de las bendiciones mayores de esta vida. Ser uno de esos oficiales, con el grado de presbítero, aumenta la gloria de esta bendición.
(1) Doc. y Con. 136:41. (2) Doc. y Con. 84:34. (3) 1 Cor. 12:27, 28. (4) Mat. 16:15-19. (5) General Church Handbook, número 18, pág. 7. (6) Doc. y Con. 115:4. (7) Doc. y Con. 1:30. (8) Dan. 2:44. (9) Doc. y Con. 65:2. (10) Léase la Unidad sobre el sacerdocio y el gobierno de la Iglesia. (11) Doc. y Con. 18:32; 20:60. (12) Doc. y Con. 107:5. (13) Doc. y Con. 20:46-49.
























