El Reino de Dios

Capitulo 6

EL ESPIRITU SANTO

El Espíritu Santo

El Espíritu Santo es el tercer miembro de la Trinidad. No tiene un cuerpo tangible como los que tienen el Padre y el Hijo. Aun cuando tiene la forma de persona, es, sin embargo, “un personaje de espíritu.”1

Si bien es cierto que el Espíritu Santo es un personaje de espí­ritu, su persona no puede estar sino en un solo lugar a la vez.2

Nuestro Señor claramente distingue a los miembros de la Trinidad y nos da información particular sobre el Espíritu Santo. “Y yo rogaré al Padre — declaró — y os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros … El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho.”3

En esta disertación, Jesucristo, el Hijo de Dios, (miembro de la Trinidad), dice que rogará a Dios el Padre (otro miembro de la Trinidad), que envíe a sus discípulos el Consolador, el Espíritu de Verdad, el Espíritu Santo (el tercer miembro de la Trinidad).

En el caso anterior, nuestro Señor dijo que el Espíritu Santo “estará con vosotros”. Es propio y correcto decir que el poder e influencia de este personaje es el Espíritu Santo. A este poder se estaba refiriendo Juan el Bautista cuando explicó su bautismo: “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”4

El Espíritu Santo puede ser omnipresente. Es decir, la in­fluencia del Espíritu Santo puede manifestarse al mismo tiempo por toda la extensión del espacio.5

Misión y propósitos del Espíritu Santo

La misión y propósitos del tercer miembro de la Trinidad, el  Espíritu  Santo,  son  distintos  de  los que tienen los otros dos miembros. José Smith nos proporcionó información muy im­portante sobre la forma en que están repartidas las obras entre los miembros de la Trinidad. Dijo así: “Antes de la organización de esta tierra, tres Personajes hicieron un convenio eterno que se relaciona con lo que se dispensa a los hombres en la tierra; estos Personajes, según los anales de Abrahán, se llaman:

Dios el primero, el Creador;
Dios el segundo, el Redentor;
Dios el tercero, el Testigo o Testador.6

La misión del Espíritu Santo es testificar. “El Espíritu Santo … da testimonio del Padre y del Hijo.”7 Jesús declaró que cuando el Espíritu Santo venga a los hombres, “él dará testimonio de mí”.8

La sabiduría mundana se obtiene por medio de la disciplina mental: uno aprende acerca de la historia estudiando acontecimien­tos pasados; uno progresa en el conocimiento de métodos cientí­ficos en el laboratorio, etc. Es decir, las cosas del mundo se conocen por el método del mundo, pero las cosas del espíritu se dan a conocer por el Espíritu Santo. “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios sino el Espíritu de Dios.”9

Así es como el mundo obtiene las verdades espirituales conteni­das en las Escrituras. Los hombres justos son inspirados y escriben para iluminar el mundo. Pedro declaró al respecto: “Ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nun­ca la profecía fué traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu San­to.”10 También inspira al que lee estos escritos, susurrándole al oído que son verdaderos.11

Otro de los propósitos del Espíritu Santo es santificar y purificar las almas de los justos.12

Dones del Espíritu Santo

Existe una diferencia entre el Espíritu Santo y los dones del Espíritu Santo.13 El don del Espíritu Santo es algo así como un derecho legal. Es decir, es un don o derecho conferido sobre uno para que disfrute la asociación constante del Espíritu Santo, de acuerdo con su fidelidad. El Espíritu Santo no morará en un tabernáculo impuro.14 Uno podrá tener el derecho legal de recibir el Espíritu Santo, pero puede privarse de la experiencia real de disfrutar de esta influencia si no cumple con los mandamientos.

El don del Espíritu Santo se confiere mediante la imposición de manos después del bautismo de agua.15 Esta ordenanza es conocida como la confirmación.

La influencia del Espíritu Santo puede obrar en cualquiera persona justa. El don del Espíritu Santo está reservado para los miembros de la Iglesia de Dios. Como lo expresó Pedro: “Arre­pentios, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesu­cristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”16

Los dones del Espíritu

En las instrucciones que dió después de su resurrección, y poco antes de ascender al cielo, nuestro Señor dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura … y estas señales seguirán a los que creen.”17 Entonces enumeró algunas de las señales o dones espirituales que seguirían a los que creyeran y se bautizaran. Algunas de estas señales serían: Sanar a los enfer­mos, echar fuera demonios y hablar en lenguas.18 El apóstol Pablo citó una lista más comprensiva de los dones espirituales. En sus escritos menciona: (a) Palabra de sabiduría; (b) palabra de ciencia; (c) fe; (d) dones de sanidades; (f) profecía; (g) dis­cernimiento de espíritus; (h) géneros de lenguas; (i) interpre­tación de lenguas.19

Estas señales son dadas como bendiciones y se prometen a todos los que creen y se bautizan correctamente. La presencia de estas bendiciones es indicación del evangelio verdadero. Si han cesado estas evidencias, es por motivo de la incredulidad de la gente.20

Los que disfrutan de los dones espirituales lo hacen bajo la influencia del Espíritu Santo. La participación en ellos depende de la justicia personal.21 Si deseamos disfrutar de la vida abun­dante, deberá lograrse por medio de estos dones. Por cierto, la persona sólo está medio viva si ha muerto en cuanto a las cosas del espíritu.

Por medio del Espíritu Santo Dios dispensa muchos de los gozos y bendiciones mayores que se pueden recibir en esta vida o en la venidera.


(1) Doc. y Con. 130:22. (2) Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 338; Gospel Doctrine, por Joseph F. Smith, págs. 61, 62. (3) Juan 14:16, 17, 26. (4) Mat. 3:11. 5) Gospel Doctrine por Joseph F. Smith, págs. 73-75. (6) Enseñanzas del Profeta José Smith, página 228. (7) Doc. y Con. 20:27. (8) Juan 15:26. (9) 1 Cor. 2:4, 5, 9-16. (10) 2 Ped. 1:20, 21. (11) Moroni 10:4, 5. (12) 3 Nefi 27:19-21. (13) Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 240. (14) 1 Cor. 3:16, 17; 6:19. (15) Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 240. (16) Hech. 2:38. (17) Marc. 16:15-17. (18) Marc. 16:17, 18. (19) 1 Cor. 12. (20) Moroni 7:36, 37. (21) 3 Nefi 8:1: Moroni 7:43.

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