La Correlación trae bendiciones

por el élder Thomas S. Monson
del Consejo de los Doce
(en la reunión de oficiales de la Conferencia General Anual
de la Sociedad de Socorro, 28 de septiembre de 1966)
Cuando el Salvador caminó por los polvorientos caminos de pueblos y villas que ahora conocemos como la Tierra Santa, y enseñó a sus discípulos cerca de la hermosa Galilea, muchas veces habló en parábolas, el idioma que la gente entendía mejor. Frecuentemente se refirió a la edificación del hogar en referencia con las vidas de aquellos que escuchaban.
Declaró: “. . . Toda. . . casa dividida contra sí misma, no permanecerá.” (Mateo 12:25) Después, en esta dispensación advirtió: “He aquí, mi casa es una casa de orden, dice Dios el Señor, y no de confusión.” (Doc. y Con. 132:8) En Kirtland dijo: “Organizaos; preparad todo lo que fuere necesario; y estableced una casa, aun una casa de oración, de ayunos, de fe, de instrucción, de gloria, de orden, una casa de Dios.” (Doc. y Con. 88:119) En la actualidad el modelo para construir tal casa es el Programa de Correlación de la Iglesia.
En cada conferencia trimestral durante 1966, los directores ejecutivos de cada estaca escucharon al presidente McKay describir el propósito y fin de la correlación al citar las palabras del apóstol Pablo: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.” (Efesios 4:11-13)
Para ayudar a las mujeres de la Iglesia a alcanzar esta meta, los miembros del Comité de Adultos del Programa de Correlación, hombres y mujeres de fe, experiencia, sabiduría y llamados de Dios por inspiración, se han reunido con las miembros de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro y su Mesa General, han ayunado, orado, estudiado, planeado y han trabajado diligentemente para preparar los cursos de estudio y el desarrollo de cada aspecto de vuestro excelente programa.
Conociendo la fortaleza de la hermana Spafford y sus colaboradoras, esperamos su cooperación completa y entusiasta. Nuestras aspiraciones fueron ampliamente superadas; incluso este esfuerzo cooperativo de tanto éxito ha provisto una guía para que otras organizaciones auxiliares procedan en la misma manera. Miramos hacia el pasado con orgullo hacia el futuro con confianza. Sabemos que el resultado de este trabajo en equipo traerá bendiciones en abundancia para las mujeres en eI Reino de Dios. Voy a enumerar a continuación algunas de las bendiciones de la correlación:
BENDICION NUMERO UNO
La bendición de propósito: La correlación nos presenta más claramente el objetivo de llegar a ser los hijos e hijas de nuestro Padre Celestial. Aprendemos a hacer las cosas justas por razones buenas y a “andar rectamente delante del Señor”. Para lograr este propósito, los cursos de estudio que están estudiando las mujeres de la Iglesia presentan los principios del evangelio en tal forma que den un significado personal en el individuo, para que se sienta impulsado a poner en práctica esos principios en su propia vida lista bendición del verdadero propósito es como la luz del faro que ilumina nuestros pasos en la senda hacia la vida eterna.
BENDICION NUMERO DOS
La bendición del sacerdocio: La correlación enseña que el sacerdocio es el poder central en la Iglesia y la autoridad por la cual la Iglesia está administrada. Es el medio por el cual los miembros de la Iglesia pueden participar de las ordenanzas de salvación. Estas verdades forman el hilo con el cual se teje la tela de los cursos y de las lecciones. Al estar los programas centrados en el sacerdocio, y vuestros cursos de estudio correlacionados con el Sacerdocio y el Programa de la Noche de Hogar para la Familia, eliminamos la debilidad del hombre y la mujer solos, y la sustituimos por la fuerza de esposo y esposa caminando juntos de la mano.
BENDICION NUMERO TRES
La bendición del énfasis en el hogar: La Primera Presidencia ha declarado frecuentemente: “El hogar es la base para el vivir justo, y ninguna institución puede tomar su lugar ni cumplir sus funciones esenciales.” Esta declaración inspirada está en las mentes y corazones de aquellos que tienen parte en la preparación de vuestro programa. Los cursos de estudio para las mujeres presentan una nueva dimensión en las posibilidades de la mujer como ama de casa. Se ha dicho de las madres: “La mano que mece la cuna es la mano que rige al mundo.” En realidad esas manos hacen mucho más, porque las manos, corazones e influencia de las madres guían a sus hijos e hijas y ayudan a su padre y esposo a ganar la meta anhelada de la exaltación en el reino de nuestro Padre, para vivir con Aquel que no sólo rige al mundo, sino que lo ha creado.
La oración familiar, la Noche de Hogar para la Familia, junto con la ayuda de una efectiva orientación familiar por los maestros orientadores, puede traer las bendiciones del cielo a nuestros hogares aquí en la tierra.
Tales actividades correlacionadas enseñan a los miembros de la familia a pensar en los demás primero. En verdad, practicamos en nuestras vidas los principios enseñados por Robert Woodruff, magnate norteamericano de los negocios, y titulados por él como “Curso minúsculo de las relaciones humanas”. Ha dicho:
Las cinco palabras más importantes del idioma son:
ME SIENTO ORGULLOSO DE TI
Las cuatro palabras más importantes son:
¿CUAL ES TU OPINION?
Las tres palabras más importantes son:
HAZME EL FAVOR
Las dos palabras más importantes son:
MUCHAS GRACIAS
La palabra menos importante es:
YO
BENDICION NUMERO CUATRO
La bendición de equilibrio: La correlación tiende a eliminar la duplicación de esfuerzo. Todos los cursos de estudio en la Iglesia están correlacionados para que trabajemos juntos como miembros de un equipo. El individuo y su exaltación personal llegan a ser de suma importancia. Las reuniones llegan a ser no un fin en sí mismas, pero sí el medio para lograr el fin deseado. La literatura, el arte y la música se han unido de tal manera que permiten complementar la enseñanza de los principios del evangelio de Jesucristo. Además de esto, vuestro noble campo del servicio caritativo no ha sido suplantado sino que ha sido exaltado.
BENDICION NUMERO CINCO
La bendición de unidad: Conjunta a la bendición de equilibrio se halla la bendición de unidad. En ocasiones, la competencia destructiva caracteriza la obra de nuestras organizaciones. La correlación transforma la competencia en cooperación, y llegamos al conocimiento de que “si no sois uno, no sois míos”. (Doc. y Con. 38:27) Aunque a veces parece que nuestras metas son inalcanzables, aunque las fuerzas del maligno sean mayores, aunque el desánimo nos amenace y seamos débiles, aun así la bendición de la correlación—del esfuerzo unido nos llevará a la victoria que estamos aspirando.
Podemos fortalecernos por el ejemplo de Gedeón. Recordaréis como Gedeón y su ejército se enfrentaron a fuerzas muy superiores en número y mejor equipadas. La Santa Biblia registra que este enemigo unido, los madianitas y los amalecitas, estaban tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está en la ribera del mar. El temor debe haber penetrado en el corazón de los seguidores de Gedeón, pero su director fue al Dios Todopoderoso para pedir su ayuda. Ante la sorpresa de Gedeón, el Señor le indicó que sus fuerzas eran demasiado numerosas para que el Señor entregara a los enemigos en sus manos porque entonces dirían: “Mi mano me ha salvado.” (Jueces 7:2) Gedeón recibió la instrucción de proclamar a su pueblo: “Quien teme y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil.” (Jueces 7:3) Pero el Señor dijo: “Aún es mucho el pueblo…” (Jueces 7: 4) Por medio de la prueba de beber el agua, trescientos hombres fueron elegidos para pelear contra el enemigo. Después de orar nuevamente, Gedeón dijo: “Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos.” (Jueces 7:15) Y dividió a sus trescientos hombres en tres compañías, y puso una trompeta en la mano de cada hombre y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros, y les dijo: “Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo. Yo tocare la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jehová y por Gedeón!” El resultado de esa poderosa batalla está registrado en una frase corla: “Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto.” (Jueces 7:21) Y se logró la victoria.
Hoy en día, estamos acampados contra las huestes de pecado, vicio y maldad más grandes que jamás se hayan presentado delante de nuestros ojos. Enemigos tan formidables pueden causar que los corazones más débiles se encojan o abandonen la batalla. Pero el plan de batalla por el que luchamos para salvar las almas de los hombres no es nuestro; fue provisto a nuestro director el presidente David O. McKay por la inspiración y revelación del Señor. Sí, estoy hablando del plan que nos llevará a la victoria, el Programa de Correlación de la Iglesia, y al luchar contra aquel que trataría de impedir los propósitos del Señor y degradar y destruir el género humano, ruego que cada uno de nosotros permanezca en su puesto, para que la batalla para salvar las almas de los hombres pueda ganarse realmente, para que cuando la carrera de la vida haya sido corrida podamos escuchar la alabanza del Señor: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” (Mateo 25: 11) En el nombre de Jesucristo. Amén.
























