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Para que Los Ciegos puedan Ver
Ceguera Espiritual
Al igual que los leprosos, los ciegos eran considerados como “muertos” por el Talmud,1 aun cuando eran tratados con una bondad y misericordia especial. La ceguera tenía un significado simbólico especial, concerniente a la condición especial de Israel. Simbolizaba la decadencia moral y espiritual y la apostasía.2 Los fariseos y los escribas estaban ofendidos por las enseñanzas de Jesús. El Señor respondió a su ofensa al instruir a sus discípulos, “Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.” (Mateo 15:14). Al sanar a los ciegos, Jesús simbólicamente testifico a los judíos que él les estaba ofreciendo alivio de la ceguera espiritual y otorgándoles una nueva luz.
La ceguera física y vista espiritual están asociadas, en el Antiguo Testamento se da testimonio de ello, cuando el Señor enfatiza que la desobediencia a sus mandamientos tenía como resultado una oscuridad espiritual. Moisés resumió esa maldición a la desobediencia de la ley en Deuteronomio: “Pero acontecerá, si no oyes la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán (Deuteronomio 28:15). La lista especifica de maldiciones continuo. Después Moisés describió la condición de desobediencia de Israel como una gente que “palparás al mediodía como palpa el ciego en la oscuridad” (Deutcronomio 28:29).
Isaías utiliza la analogía para describir la oscuridad espiritual de los últimos días. El dijo, “Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros como muertos” (Isaías 59:10). Cuando Job discutió su condición atormentada con sus amigos y asociados, él compara a aquellos con la luz de Dios con aquellos que “ van a tientas, como en tinieblas y sin luz, y los hace errar como borrachos” (Job 12:25). Sofonías describió esta oscuridad espiritual claramente. Él describió la reacción del Señor para aquellos que ni prestaban atención ni aceptaban su palabra, “Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová.” (Sofonías 1:17). La ceguera indicaba que habían perdido la luz espiritual que Dios les había dado. Así, de esta manera, ser sanado significaba la liberación del pecado y eliminación de la ceguera espiritual, (véase Isaías 29:18; Efesios 5:8). Jesús declara abiertamente que él era “la luz del mundo” (Juan 8:12). Por medio de él, su ceguera espiritual se les seria quitada. La curación de los ciegos fue la expresión de ese testimonio.
Los Dos Ciegos En La Casa
Mateo 9:27-31
27 Y cuando Jesús salió de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!
28 Y al llegar a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor.
29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.
30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.
31 Pero ellos salieron y divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.
Contra-referencia
TJS Mateo 9:36
El ciego de Jericó
Lucas 18:35-43
35 Y aconteció que, acercándose él a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino, mendigando;
36 el que, cuando oyó a la gente que pasaba, preguntó qué era aquello.
37 Y le dijeron que pasaba Jesús Nazareno.
38 Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
39 Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
40 Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando él llegó, le preguntó,
41 diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que yo reciba la vista.
42 Y Jesús le dijo: Recibe la vista, tu fe te ha sanado.
43 Y al instante vio y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.
Contra-Referencia
Mateo 20:29-34 Marcos 10:46-52
Como estos dos milagros son muy similares serán discutidos juntos en este capítulo. Mas adelante serán discutidos por tema mas bien que en secuencia.
La divergencia entre las versiones sinópticas. Solamente Marcos anota ambos milagros. Yo propongo la sugerencia que las diferencias entre Mateo y los otros dos sinópticos son quizás causados por la duplicación o por el superponer en los hechos de Mateo en el milagro de Jericó en el capítulo 9. (Las dificultades de esta área en el capítulo 9 de Mateo han sido discutidas anteriormente, véase capítulo 3, y no es necesario discutirlos nuevamente). Con esta interpretación, los hechos de los dos milagros en Mateo serian considerados a favor del milagro en el capítulo 9. Esto deja en balance los hechos describiendo el milagro de Jericó de acuerdo con Marcos y Lucas. Por consiguiente habrá dos hombres ciegos en el milagro en el capítulo 9 (los dos hombres ciegos en la casa) y solamente uno en el milagro de Jericó (el cual Marcos llama Bartimeo). Jesús toca los ojos del ciego en el milagro del capitulo 9, pero no en el milagro de Jericó. No es posible determinar si Jesús lleva acabo el milagro cuando entro (Lucas) o salió de (Mateo y Marcos) Jericó.
La petición única del hombre ciego y su persistencia. Estos fueron milagros solicitados. Los ciegos estaban en desventaja comparados con las otras personas enfermas que vinieron a solicitar ayuda de Jesús. Ellos no tenían libertad de movimiento y tenían que ser sostenidos cuando Jesús estaba presente. Una vez que estos hombres ciegos supieron que Jesús estaba en las inmediaciones, no iban a dejar pasar esta oportunidad. Gritando voces, después de él, porque eral la única manera de atraer su atención. No tenían vergüenza de sus deseos, y aunque al principio parecía que Jesús los ignoraba, no se tranquilizaron. En Mateo capítulo 9, lo siguieron hasta una casa para continuar con su petición; en el milagro de Jericó la multitud que rodeaba a Jesús quería que se callaran. Pero ellos “clamaban mucho mas,” porque esta era su única oportunidad. En ambas circunstancias era evidente que Jesús era conocido para ellos, y una vez que la oportunidad se les presento, no la perderían. Clamaban por su ayuda y su presencia demostraba su fe en su poder para restaurarles la vista.
El titulo utilizado para dirigirse a Jesús, Hijo de David. Es poco probable que estos hombres ciegos reconocían a Jesús como el Mesías. Probablemente se dirigían a él en esta manera como un titulo de homenaje. En su llamado de ayuda estaba “su esperanza” del Mesías, dirigirse a él por este nombre era una forma común de aquel tiempo,3 mas bien que un conocimiento seguro de creer que él era el Salvador esperado.4 Su llamado sin embargo dio evidencia que ellos esperaban y creían que él podía y que él los sanaría. Ellos solicitaron la misericordia del Señor, y cuando se les pregunta concerniente a sus deseos su respuesta fue directa y al punto: ellos querían que su vista fuera restaurada. Después de recibir la bendición deseada, siguieron y adoraron al Señor. Solamente en el título que ellos utilizaron hay una indicación de ninguna otra cosa que un deseo temporal para la curación de su ceguedad. El título por si solo no fue negado por Jesús; él era el Hijo de David.
La pregunta del Señor. En la pregunta y acción del Señor descansaba una ñiente de ayuda para aquellos que no podían ver. En términos de la necesidad inmediata del hombre, era superfluo que Jesús preguntara que quería el hombre ciego, porque lo que querían era obvio. Pero la pregunta permitió un fortalecimiento a la fe primero demostrada por la petición de ayuda. Jesús ignora su petición inicial, y al hacer esto fue testigo de su determinación. Sus siguientes acciones alentaron su persistente deseo. Jesús “deteniéndose” se paró a hablar con el hombre en el milagro de Jericó, y él recibió a los ciegos en la casa en el milagro del capítulo 9. Tales acciones solamente pudieron haber aumentado la confianza de los ciegos. En el milagro de Jericó, el hombre ciego ansiosamente respondió a su pregunta al contestar que él quería recibir su vista; en el capítulo 9, el ciego reconoció su creencia que el Señor podía llevar acabo ese milagro. Así, el Señor les ayuda a obtener su deseo al ayudarlos a aumentar su fe.
La reacción de la multitud en el milagro de Jericó. La reacción de la multitud en este milagro es muy interesante. El hombre ciego escucha a la multitud acercarse y pregunta quien causa tanto entusiasmo. Se le dijo con entusiasmo que Jesús de nazareno estaba pasando. El hombre ciego inmediatamente empezó a gritar a Jesús para obtener su atención. La gente “le reprendía, para que callase.” Quizás no querían que el Maestro fuera interrumpido o que fuera molestado. Jesús frecuentemente enseñaba al caminar, y la multitud quizás trataba de escucharlo. Los discípulos habían, en una ocasión previa tratado de restringir a los niños que vinieran hacia él (véase Marcos 10:13-14). En otra ocasión, cuando Jesús inicialmente ignoro la suplica de la mujer cananea, los discípulos intentaron despedirla y de callarla (véase Mateo 15:22-23). Pero ahora Jesús se detuvo y llamo al hombre, y la multitud rápidamente cambio de actitud. “Sé de buen animo, él te llama,” dijeron ellos. Pero la multitud aun estaba ciega espiritualmente. Habían tratado de callar al que tenía la vista muerta. Y quién en sus mentes estaba también espiritualmentc muerto. Pero el que era la Luz del Mundo le devolvería su vista.
La instrucción de no decir nada a nadie. Este materia! se ha discutido previamente con detalle (véase capitulo 15) y no necesita ser repetido aquí excepto para determinar su importancia en esta situación en particular. Los hombres ciegos eran sin lugar a dudas reconocidos en el área. Alababan a Jesús, seguían a la multitud, y después siguieron al Señor a la casa. Entraron ciegos y salieron viendo.
Fue virtualmente imposible evitar publicar este milagro. Él Señor sabia esto, pero su admonición buscaba dirigir la atención de la persona sanada, a la fuente del milagro más bien que al gozo de sus efectos temporales. El Señor estaba enseñando su identidad Mesiánica. Esta comprensión vendría a los hombres ciegos por medio de la contemplación y al seguir al Maestro, y no por demostrar su nueva recuperada vista. Sin embargo, los hombres escogieron “divulgar su fama.”6
Estos dos milagros testificaban de Jesús como la Luz del Mundo, y aparentemente fueron dirigidos al Israel ciego. Isaías había profetizado, “Oi bien, y no entendáis, .. ciega sus ojos; para que no vea con sus ojos,… ni se convierta, y haya para él sanidad.”(Isaías 6:9-10). Después de la parábola del sembrador el Señor les dijo (a los fariseos y escribas), “ viendo no ven; … Y han cerrado sus ojos” (véase Mateo 13:13,15). La Luz del Mundo había venido para que el ciego pudiera ver, ambos para el físicamente y espiritualmente ciego, para que pudieran ver.
























