19
El Mensaje de los Milagros
Los milagros que Jesús lleva acabo dramáticamente caracterizaban su personalidad. Reflejaban su amor, su compasión, su bondad, y su preocupación personal por la humanidad. Enseñaban y eran testigos de los principios del evangelio y testificaban del tan esperado Mesías.
Los evangelios perseveran solamente una breve visión de la vida de Jesús. Para anotar todo lo que él llevo acabo requeriría de muchos tomos. Por medio de la expiación, él tomó los pecados del mundo; por medio de los milagros también “sufrió nuestros dolores,” (Isaías 53:4). La gente venia a él a dondequiera que se encontrara. Traían a los enfermos y afligidos de toda clase, y con su ilimitada compasión él los sano a todos.
Los milagros individuales que se encuentran en la Biblia fueron anotados por razones especificas. Enseñan doctrina, fueron testimonio de la divinidad de Cristo, y daban evidencia de su amor y preocupación por los pequeños problemas más comunes. Cristo dio testimonio de su divinidad a la gente y con los gobernantes, él se apelaba a su ley. La gente reconoció las señales del tan esperado y recordado Mesías, pero en su mayor parte no aceptaban a Jesús en ese papel. Los demonios del mundo de los espíritus malvados lo reconocían y lo obedecían, pero su gente escogida no lo aceptaba. El abiertamente afirmaba ser el Mesías, y llevo acabo milagrosas hazañas para sellar su testimonio, pero se le acusa de hacerlos con el poder de Belcebú. La gente amaba su ley, mas que al otorgador de la ley. Isaías exactamente profetizo que la gente diría en los días de Cristo, “lo tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.” (véase Isaías 53:4).
El Señor echó fuera demonios y les dio vista a los ciegos. Hizo que los cojos caminaran y curo toda clase de enfermedades, ambas públicamente y en privado. Finalmente, él resucita a los muertos como testigos específicos a su poder, majestad, y enseñanza. Sano por su palabra, en etapas, por el tacto, y a la distancia.
El hizo que los milagrosos llegaran a ser normales entre la gente, y él demostró que él gobernaba las leyes naturales y los elementos. El enseña a los Apóstoles de su gran poder, y les ayudo a desarrollar su fe y autoridad que él les dio. Perdono los pecados del hombre, ambos grandes y pequeños. Y aun cuando lo arrestaron para matarlo, él sano una vez mas, para que solamente él sufriera.
Cristo cura el cuerpo para que el espíritu pudiera mas libremente creer. Ofreció bendiciones temporales con la esperanza que los hijos de Dios pudieran aceptar sus bendiciones eternas. Algunos estuvieron satisfechos solamente con la bendición temporal, pero otros vieron entre la fachada de la carne y vieron un el significado espiritual en todo lo que él hizo.
El mensaje de los milagros no es diferente hoy en día de lo que fue cuando Jesús lo entregó. Algunos ven, y quieren aun otra señal; algunos aceptan las bendiciones inmediatas que solamente mejoran su existencia temporal; pero sus ovejas escuchan su voz, sin importar como les llama. En los tiempos del Nuevo Testamento los milagros del Señor crearon odio, incredulidad, coraje, y rechazo; También crearon fe, creencia, esperanza, aceptación, y salvación. Es lo mismo hoy en día con los milagros de Jesús el Mesías.
























