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Nacido de buenos padres
El 2 DE MAYO DE 1374 el rey Roberto II de Escocia firmó un documento que confirmaba un título real de tierras a nombre de William Hunter, el terrateniente (señor o propietario) del Castillo Hunterston, “por su fiel servicio prestado y a prestarnos.” William, el décimo heredero de Hunter de Hunterston, era descendiente de una familia normanda que había inmigrado desde el norte de Francia después de que el duque Guillermo de Normandía conquistó Inglaterra en 1066. Una historia de Hunterston explica que la familia “arribó a Escocia probablemente a invitación de David I, quien con su hermana fue convocado ante la Corte Normanda, a comienzos del siglo doce, cuando se les concedieron las tierras de Arnele-Hunter, las que con el tiempo llegarían a conocerse con el nombre de ‘el pueblo de Hunter’ [Hunterston].”1 Allí, en esa heredad de cuatrocientas hectáreas, la familia Hunter construyó un impresionante castillo en el siglo trece.
El 20 de octubre de 1987, Charles Hunter, el hombre a quien le correspondía el título de Decimotercer Señor de Hunterston, llegó a Salt Lake City para rendir homenaje a un descendiente de aquella familia, Howard W. Hunter, entonces Presidente del Consejo de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Durante un almuerzo en la Casa del León, uno de los edificios de mayor significado histórico de Utah, Charles Hunter entregó al presidente Hunter un certificado que lo declara miembro vitalicio del “Clan [Familia] Hunter,” refiriéndose a él como “uno de los más nobles vastagos de una noble raza, y uno de los más extraordinarios entre todos los Hunter.”2
Jamás en la vida podrían John William (Will) y Nellie Ras-mussen Hunter haber previsto este honor que se le concedería a Howard, su primogénito y único hijo varón, cuando éste nació en aquel humilde hogar de Boise, Idaho, unos ochenta años antes. En cierto modo, había sido realmente notable que Will y Nellie se hubieran aun conocido, porque ambos procedían de raíces totalmente diferentes. Y aunque su hijo no habría de caracterizarse como “uno de los más extraordinarios entre todos los Hunter”, por cierto que haría eco a las palabras de Nefi al considerarse que había “nacido de buenos padres”, porque era un descendiente de personas fieles y diligentes que siguieron los dictados de su conciencia al dejar sus hogares ancestrales y establecerse en el oeste norteamericano.
Los Hunter de Escocia
JOHN HUNTER, el bisabuelo de Howard W. Hunter, nació en Paisley, Renfrewshire (Escocia), no muy lejos del Castillo de Hunterston. Cuando joven, fabricaba ropa y otros productos textiles que en su mayoría eran del colorido estilo característico de la región. Más adelante contrajo matrimonio con Mar-garet Carse (o Carss) y tuvieron tres hijos: John (el abuelo de Howard), James (que falleció a los cinco años de edad) y Robert.
En 1860 los misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días llegaron a Paisley con su mensaje del evangelio restaurado y entre los primeros en ser bautizados se encontraban John y Margaret Hunter. En aquella época la Iglesia alentaba a sus nuevos miembros para que se congregaran en el valle del Lago Salado, por lo cual los misioneros sugirieron a los Hunter que emigraran a Utah. Esto le presentó a John Hunter un problema difícil porque ello significaba que debía abandonar un negocio próspero y que la familia debía dejar atrás la comodidad de su hogar.
Su hijo John escribió muchos años más tarde que, para su padre, la decisión se basó en “los muchos atractivos y el futuro brillante que para su tipo de negocio le esperaban en Utah, lo cual había sido irrefutablemente manifestado por personas influyentes que investigaron ese inmenso territorio primitivo escogido por los Mormones para vivir en paz y armonía.”3 La familia decidió entonces emigrar a Utah.
La travesía del Océano Atlántico fue muy triste porque Margaret dio a luz a un niño que falleció a poco de nacer y debió ser sepultado en alta mar. Más aún, al arribar al valle del Lago Salado a fines de septiembre de 1860, John Hunter se desilusionó y, como luego lo describió John, su hijo, “finalmente, él y la familia se apartaron de la Iglesia,… dejando así a los suyos sin orientación en un país extraño.”
Gracias al dinero que John obtuvo de la venta de su propiedad en Escocia, la familia pudo contar con los medios para subsistir hasta restablecerse. Pocos meses después de su arribo, John adquirió cuatro yuntas de bueyes y contrató a alguien para que le ayudara a transportar productos agrícolas y otros comestibles al territorio de Montana. Su familia permaneció en Camp Douglas, en Salt Lake City, donde Margaret y sus hijos John y Robert trabajaban para el gobierno de los Estados Unidos. John Hunter hizo dos viajes provechosos a Montana, pero en un tercero lo sorprendió una tempestad de nieve y perdió todo su ganado y los productos que llevaba consigo.
Durante la primavera de 1866 la familia se mudó a Fort Bridger, en Wyoming, donde John consiguió empleo como albañil para el gobierno y comenzó a construir su propia casa. En agosto de ese año Margaret dio a luz a una niña a quien también se le dio el nombre de Margaret, la cual falleció una semana después.
Aproximadamente dos años más tarde, la familia se mudó a South Pass City, otra localidad en Wyoming, donde construyeron una casa grande de troncos en la reserva de los indios Washakie. A poco de terminar de construirla, se les obligó a salir del territorio sin que recibieran compensación alguna por la casa. De allí se trasladaron al valle de Wind River y construyeron otra vivienda—esta vez con troneras en las habitaciones superiores que les permitieran utilizar rifles para protegerse de las agresiones de los indios Sioux. A raíz de estar siempre en peligro de perder la vida (tenían que portar armas cada vez que salían de la casa, aun cuando iban a trabajar al campo), debieron regresar a South Pass City y tiempo después a Fort Bridger. Allí permanecieron durante varios años y luego se establecieron en Ogden, Utah, en la década de 1880. John Hunter murió en Ogden en 1903, a la edad de setenta y ocho; su esposa Margaret falleció seis años más tarde, pocas semanas antes de cumplir los ochenta y seis.
Su hijo John, que tenía dieciséis años de edad cuando la familia se estableció en Wyoming, había comenzado a trabajar en aquel entonces para el gobierno como carretero. Con su familia se mudó a South Pass City, luego al valle de Wind River, y cuando regresaron a Fort Bridger nuevamente trabajó como carretero. En cierta ocasión se le encomendó que arreara setenta y cinco muías de carga hasta el campamento del General Custer, en el fuerte Russell. Una vez que hubo llegado, se le pidió que continuara hasta el fuerte Fetterman, a unos 160 kilómetros al norte de allí. Después de entregar los animales a uno de los oficiales de Custer, regresó a Cheyenne, donde se enteró de que por poco no había sido testigo de la masacre que la historia registra como “la última parada de Custer.”
En 1876, los propietarios del hotel de Fort Bridger fueron a visitar a algunos amigos en Salt Lake City, donde invitaron a la hija de éstos, Josephine (Josie) Nowell, para que regresara con ellos de visita a Wyoming. John, que en ese entonces tenía Veintiséis años de edad, conducía la ambulancia del gobierno que atendia las necesidades de los trenes de la Union Pacific. Enterado de que una bonita muchacha visitaría Fort Bridger (en donde habitaban muy pocas jóvenes solteras con quienes salir en citas), limpió entonces su carro hasta dejarlo brillante.
Despues de su primer encuentro con ella, John cortejó a Josie durante dos años, principalmente por carta. Mientras tanto, se asoció con un juez llamado Cárter en el negocio de construir amplios corrales para ganado en la estación Hamp-ton del ferrocarril Union Pacific desde donde enviar miles de animales a Chicago. “Edificamos una casa de dos pisos para alojar a los arrieros”, escribió en su diario personal, “y yo planeaba arreglar una parte de la misma para nuestra comodidad, en la cual la señorita Nowell y yo confiábamos vivir al contraer matrimonio.” Un obispo de la Iglesia Episcopal los casó el 2 de mayo de 1878 en el hogar de los Nowell, en Salt Lake City.
La Familia Nowell
WILLIAM NOWELL, el padre de Josie, era descendiente de los primeros inmigrantes ingleses que colonizaron Nueva Inglaterra [Estados Unidos]. Sus antepasados de la línea Nowell se establecieron en la Colonia de la bahía de Massachu-setts, en Salem, y a mediados de los 1600 residían en North Berwick, estado de Maine. Sus antepasados de la línea materna Hatch vivieron en los años 1700 en Falmouth, Massa-chusetts, y luego se trasladaron a Pittston, Maine. Los padres de William, Silas Nowell y Nancy Hatch, se casaron en 1825 en North Berwick. William, el mayor de sus siete hijos (algunos de los cuales fallecieron en la infancia) y que había de ser el bisabuelo de Howard W. Hunter, nació tres años más tarde.
A mediados de 1830, Silas y Nancy Nowell se mudaron a Lapeer, una aldea al este de Flint, en Michigan. Allí trató Silas de ganarse a duras penas la vida como granjero, pero sus esfuerzos fueron continuamente imposibilitados por las nieves invernales y el intenso frío que duraba hasta fines de la primavera. A los pocos años, comenzó a hacer planes de mudarse al sur, al estado de Ohio. sobre la relación que mantenía con el Señor, su gratitud por sus bendiciones, su anhelo de saber qué se esperaba de ella, y su búsqueda del evangelio puro de la época antigua, como lo indican las siguientes anotaciones:
[Sábado 25 de julio de 1840] Estando convencida de que muchas cosas dependen de nuestro esfuerzo personal, yo creo que es el deber y la obligación de toda criatura de Dios obrar y hacer todo lo que sus habilidades le permitan, y al máximo de su potencial, para edificar y fomentar la causa de Dios mediante la difusión universal de su glorioso evangelio en todo el mundo.
[Sábado 2 de abril de 1842] La misericordia de Dios me ha permitido ver la conclusión de una semana más. Con frecuencia pienso para qué habré de ser preservada; ¿por qué se prolonga mi vida infructuosa de semana en semana y de año en año?
[Lunes 4 de abril de 1842] Lo que percibo actualmente de la iglesia de Dios en todo el mundo me hace sollozar. Me parece que ha decaído de su santidad y pureza primitivas como institución, aunque algunas personas podrían disfrutarla en tanto que la luz del espíritu de Dios pueda manifestarse al alma a través de las tinieblas de la incredulidad . . . No solamente ha perdido su santidad y su pureza, sino su poder y su fortaleza. ¿Dónde encontramos aquella fe pujante y poderosa, con todos los dones del Espíritu, que una vez se disfrutó bajó la dispensación del evangelio?
[Sábado 9 de abril de 1842] He sentido hoy la necesidad de regocijarme en el espíritu al meditar sobre la gloria de los últimos días, la cual creo que se acerca.
| Martes 13 de septiembre de 1842 (la última anotación de Nancy) | He presentado la súplica de mi causa al gran Juez de toda la tierra al encomendarme a mí misma y todo cuanto poseo en Sus manos, y por consiguiente, debo permanecer en silencio y someterme en paciencia, sabiendo que El es omnipotente, omnipresente y omnisciente, y que es mi amigo Yo puedo sentir el amor de Dios.1
A poco de haber hecho Nancy su última anotación en su diario, un misionero mormón fue a Lapeer, desde Nauvoo, Illinois. Después de escuchar su mensaje y de haber orado al respecto y recibido “el testimonio de que dijo la verdad”, Nancy decidió ir a Nauvoo para saber más acerca de la Iglesia. En su diario personal escribió: “Fui a escuchar al predicador mormón [José Smith] con gran cautela, esperando no ser engañada. Su tema fue la segunda venida de Cristo. Tuve el testimonio de que habló con veracidad y que José Smith verdaderamente era un profeta, llamado y ordenado por Dios para efectuar una gran obra, porque presentó la verdad tal como la enseñó Jesucristo. Y pedí ser bautizada.”
Nancy y Silas, con su familia, se mudaron a Nauvoo en 1843 y en enero de 1844 tuvieron otro hijo, Oliver. En junio de ese año, después de que el Profeta y su hermano Hyrum fueran asesinados, Nancy asistió a los funerales. Muy poco se sabe sobre las experiencias vividas por la familia Nowell en Nauvoo, pero es obvio que Silas también se unió a la Iglesia porque, de acuerdo con los registros del Templo de Nauvoo, ambos recibieron sus investiduras el 28 de enero de 1846. Un tiempo más tarde, Silas y Nancy se separaron.5 Ella emigró a Utah en 1852 y permaneció fiel a la Iglesia hasta el día de su muerte, el 13 de julio de 1902.
Después de que la familia Nowell saliera de Nauvoo, William, el hijo mayor de Nancy, vivió varios años en St. Joseph, estado de Misurí, donde en 1860 se casó con Rebecca Crites. Sus dos hijos—Josephine (Josie, la abuela de Howard W. Hunter) y Edward—nacieron en St. Joseph antes de que la familia se mudara en 1864 a Salt Lake City para estar más cerca de la madre de William. Tras haber sido un contratista y constructor de renombre, éste murió en Salt Lake City en 1882. Rebecca, su esposa, falleció en 1916.
Inmediatamente después de su casamiento con John Hunter en 1878, Josie y su esposo se mudaron a Wyoming donde, como lo expresara él en su historia personal, Josie “pasó a ser la reina de Hampton.” Al llegar el otoño, la sociedad que John había formado con el juez Cárter parecía ser muy promisoria cuando un tal Hawkins llevó desde Oregón más de 3.000 cabezas de ganado a sus corrales en Hampton. Gracias a las sugerencias de John en cuanto al arte de vender ganado, Hawkins hizo un viaje muy provechoso hasta los corrales de Chicago y de lowa. De regreso, se detuvo en Hampton y convenció a John de que debía renunciar “por completo a su situación y asociarse con él” a principios del año siguiente. Después de cancelar su sociedad con el juez Cárter, John recibió la ingrata noticia de que su nuevo socio, Hawkins, había muerto repentinamente antes de formalizar el contrato.
Obligado a encontrar un nuevo empleo, John y Josie se mudaron a Salt Lake City, donde por algunas semanas él trabajó en una mina en la localidad cercana de Alta. Más tarde fue agente ferroviario en Park City (Utah), en Granger (Wyoming), y en Pocatello (Idaho). En 1887 se mudó con su familia a Boise [capital de Idaho], donde llegó a ser el primer agente ferroviario local de la línea Oregon Short. Un año más tarde se interesó en algunas minas de oro existentes en una región desértica a más de 200 kilómetros al norte de Boise. Tiempo después hizo negocios de minería en Pearl, a unos 50 kilómetros de la ciudad, antes de reintegrarse a sus ocupaciones ferroviarias.
El mayor de los siete hijos de John y Josie, John William (Will) Hunter, nació en Salt Lake City el 16 de abril de 1879. Este había de ser el padre de Howard W. Hunter.
Cuando tenía unos veinticuatro años de edad, Will trabajaba con su padre en las minas cerca de Pearl y algunos de sus amigos le presentaron a Nellie Marie Rasmussen, una atractiva joven seis años menor que él que hacía poco había llegado a Boise para vivir con sus tíos, Bertha Christina (Christie) Christensen y Wylliuel Wood (Fred) Moore. Siendo que Will trabajaba y residía a cierta distancia de la ciudad, el cortejo fue mayormente por correo, con algunos paseos en carricoches cuando iba Boise a visitar a su familia.
Los Rasmussen y los Christensen
NELLIE MARIE RASMUSSEN era descendiente de pioneros que habían ayudado a colonizar Mount Pleasant, en el valle de Sanpete, a unos 200 kilómetros al sudeste de Salt Lake City. Su abuelo materno, Morten Rasmussen, nació en 1834 en Braendekilde, Odense, Dinamarca, donde su familia había residido durante varias generaciones.
Los misioneros de la Iglesia llegaron a Braendekilde en 1851. Morten aceptó su mensaje—el único miembro de su familia en convertirse—y fue bautizado en noviembre de 1851, cinco semanas después de cumplir los dieciocho años de edad. Menos de tres años después emigró a los Estados Unidos para unirse a los Santos de los Últimos Días en el Valle del Gran Lago Salado. Tras cruzar las llanuras norteamericanas en una carreta tirada por bueyes, arribó al valle el 5 de octubre de 1854. Tres años más tarde se mudó a Ephraim, un pequeño pueblo en el valle de Sanpete, donde el 1o de abril de 1859 con-trajo enlace con Karen Maria Christiansen, otra danesa convertida a la Iglesia.
Karen nació en 1842 en Lunge Gelsted, Odense, Dinamarca; sus padres fueron Christian Nielsen Christiansen y Ane Margrethe Jensen. Los tres se unieron a la Iglesia en Dinamarca en 1854 y tres años después emigraron a Utah. Después de vivir un tiempo en Ephraim, Christian y Ane se establecieron en Mount Pleasant.
Aproximadamente en la época de su casamiento, Morten Rasmussen fue llamado por Brigham Young para que ayudara en la construcción de un fuerte en Mount Pleasant y a colonizar la nueva comunidad. El primero de los doce hijos de Morten y Karen, a quien llamaron Martin (el abuelo de Howard W. Hunter), nació en diciembre de 1859 en una gruta sobre la margen de un arroyuelo que corría a través del fuerte. Al fallecer unos veinticinco años más tarde, Morten había lle-gando a ser un prominenie granjero, hombre de negocios y lider de la Iglesia y de la comunidad.
Martin Rasmussen, el hijo de Monten, se caso con Nicoline Christensen, una joven de Mount Pleasant, en la Casa de Investiduras en Salt Lake City, en mayo de 1880.
Los padres de Nicoline, tal como los de Martin, habían emigrado de Escandinavia. Su padre, Anders Christensen (el bisabuelo de Howard W. Hunter), nació en Stillinge, Condado de Soro, Dinamarca, en 1828, y fue bautizado en la Iglesia en marzo de 1853. Sus padres, Christen y Karen Jensen Andersen, su media hermana Maren y sus hermanos menores Jens y Niels Christian fueron bautizados poco después. Jens emigró a los Estados Unidos en enero de 1855 y Anders y Niels Christian le siguieron cinco años más tarde. Sus padres inmigraron en 1862, haciendo el trayecto a pie desde Florence, Nebraska, hasta Salt Lake City, y se establecieron en Mount Pleasant.
Anders tenía veintiún años de edad cuando cruzó las planicies con la décima compañía de carros de mano que partió de Florence el 6 de julio de 1860 y llegó a Salt Lake City el 24 de septiembre. Este fue el último y, contando con 124 miembros, el más pequeño de los grupos de carros de mano que arribaron a Utah entre 1856 y 1860.6 Una de las integrantes de esa compañía era Nilla Pedersen, una joven noruega de veintiún años de edad, miembro de la Iglesia, a quien había conocido en el barco durante su travesía del Océano Atlántico.
Nilla (la bisabuela de Howard W. Hunter) había nacido en 1840 en Skedsmo, Noruega, y fue bautizada en 1858. Sus padres se llamaban Berthe Nielsen y Peder Torgensen.7 Nilla fue la primera de la familia en emigrar al Valle del Lago Salado, viajando en compañía de otros miembros de la Iglesia procedentes de Europa. Su madre, dos de sus hermanas y un hermano también se unieron a la Iglesia y emigraron a Utah. Su padre falleció en Noruega dos años después de que Nilla hubiera viajado a los Estados Unidos, mientras que su hermana menor nunca se unió a la Iglesia y decidió permanecer en Noruega.
Aparentemente, Anders y Nilla se enamoraron durante su viaje con los carros de mano, porque contrajeron matrimonio dos meses después de haber llegado a Utah. Entonces se establecieron en Mount Pleasant, donde al principio vivieron en el fuerte para protegerse de los indios. Anders excavó luego en el exterior del fuerte un refugio subterráneo con techo Cubierto de pasto, y fue allí donde, en octubre de 1861, nació su hija Nicoline.8
En el verano de 1865, cuando Nicoline tenía tres años de edad, su padre tomó una segunda esposa, llamada Kristen Nielsen, quien se había divorciado del hermano de aquel, y la cual tenía tres hijos. Entonces trasladó a sus dos familias, como también a sus padres y a su hermana, a Richfield, unos 120 kilómetros al sur, para ayudar a colonizar esa región pero, a raiz de las graves dificultades e invasiones de los indios, todos regresaron a Mount Pleasant dos años después. Del matrimo-nio de Anders con Kristen nacieron dos hijos; un tercero nació muerto y ese mismo dia también Kristen perdió la vida.
Nilla cuidó dé los hijos de Kristen junio con los seis suyos (otros tres murieron en la infancia), hasta el día de su muerte, el 8 de enero de 1876. Siendo la hija mayor, Nicoline asumió, a los catorce años de edad, la responsabilidad de criar a su cinco hermanitos y a los dos hijos de Kristen. Cinco meses más tarde, Anders se casó con Christina Jonsson, que era viuda y tenía un hijo. (En 1884 también contrajo matrimonio con Christina Frantsson.) Anders falleció en noviembre de 1917.
Nellie Marie Rasmussen
DESPUÉS DE SU CASAMIENTO y sellamiento en la Casa de Investiduras, Martin Rasmussen y Nicoline, su joven esposa de dieciocho años de edad, regresaron a Mount Pieasant, donde él construyó una casa de troncos a una cuadra del hogar de su padre, Morten Rasmussen. En esa nueva casa les nacieron tres hijos: Henry Arthur, el 8 de marzo de 1881; Lawrence Martin, el 17 de diciembre de 1882; y Nellie Marie, el 30 de mayo de 1885.
A principios de diciembre de 1887, Martin se encontraba en el estado de Colorado trabajando con su hermano John en un proyecto ferroviario cuando recibió la noticia de que Nicoline estaba gravemente enferma. Salió de inmediato rumbo a su hogar y cabalgó durante dos días sin detenerse, excepto para permitir que descansaran sus caballos. Cuando llegó a Mount Pieasant, se enteró de que Nicoline había fallecido tres días antes, el primero de diciembre, y que la habían sepultado una pocas horas antes de que él arribara. Nicoline tenía entonces veintiséis años de edad.
Antes de morir, Nicoline había pedido que Annie Cecelia, su media hermana, cuidara de su hijita de dos años de edad.9 Cecelia era aún una adolescente y vivía entonces con su abuelita, Karen Jensen Andersen, que era viuda. Cuatro años más tarde, Cecelia contrajo matrimonio con William Burt Reynolds y Nellie vivió con ellos hasta 1895, cuando cumplió diez años de edad. Fue entonces que los Reynolds decidieron mudarse a Colorado, y se hallaban ya en la estación ferroviaria esperando el tren cuando de pronto llegó Martin Rasmussen y no permitió que Nellie se fuera con ellos.
Dos años y medio después del fallecimiento de Nicoline, Martin contrajo enlace con Emma Elizabeth Jeffs. Cuando Nellie tenía diez años de edad, se fue a vivir con su padre y su madrastra, quien ya había tenido dos hijos (uno de los cuales murió en la infancia). En los once años subsiguientes, los Ras-mussen tuvieron cuatro hijos más. Nellie vivió con ellos unos tres años, quedándose en la casa sin asistir mucho a la escuela para cuidar de los niños menores. Un día, cuando su padre pensó que su esposa ya se había aprovechado demasiado de Nellie, dispuso que la niña fuera a vivir con su abuela, Karen Marie Christiansen Rasmussen. Nellie residió con su abuelita hasta que ésta falleció en marzo de 1900.
En aquel tiempo Nellie tenía casi quince años de edad y fue a vivir en el hogar de Andrew Christensen, el hermano de su madre, en Castle Dale, a casi cien kilómetros de Mount Pleasant. También en Castle Dale residía John Rasmussen, el hermano de su padre, así que Nellie vivió alternadamente con las familias de sus líos durante casi dos años. Luego la invitaron a vivir en Salt Lake City con su tía materna, Christie, y el esposo de ésta Fred Moore.
Nellie permanecio con los Moore unos dos años, asistiendo a la escuela y trabajando parte del día en el hogar de una familia de apellido Metras, donde finalmente se quedó cuando los Moore se mudaron a Boise [Idaho]. Después de que Christie Moore perdiera, dos años más tarde, a uno de sus hijitos, Fred invitó a Nellie para que fuera a vivir con ellos en Boise.
Nellie, quien para entonces tenía diecinueve años de edad, no tuvo dificultad alguna en encontrar empleo. Durante un tiempo trabajó de mesera y de recepcionista en el Hotel Idanha y luego consiguió empleo en la compañía de teléfonos. Poco después de haber arribado a Boise le presentaron a Will Hunter.
Matrimonio y familia
DESPUÉS DE CORTEJAR a Nellie principalmente por correspondencia, Will decidió abandonar la minería y regresar a Boise. Por una temporada trabajó en la linea ferroviaria Oregon Short y después aceptó un cargo en otra compañía de trenes en la ciudad de Boise, dedicada al transporte postal y de pasajeros entre Boise y varias localidades hacia el oeste de esa ciudad. Teniendo entonces un empleo seguro, en la primavera o a principios del verano de 1906, Will le propuso matrimonio a Nellie y solicitó a Fred Moore el correspondiente permiso para la boda.
No muy segura de si debía casarse con alguien que no fuera miembro de la Iglesia, Nellie le indicó que necesitaba
tiempo para pensarlo. Ese verano fue a Sanford, en Colorado, a visitar a su tía Cecelia y, encontrándose allí, conoció a un joven que le propuso matrimonio pero ella no le aceptó y viajó a Mount Pleasant para visitar a sus familiares. Preocupado por su larga ausencia, Will Hunter fue a donde estaba Nellie y logró que asintiera en casarse con él.
El 3 de diciembre, Will y Nellie viajaron en tren a Manti [Utah], obtuvieron de las oficinas del condado una licencia matrimonial y tomaron el tren de regreso a Mount Pleasant. Mientras tanto, algunas de sus familiares le confeccionaron a Nellie un vestido de bodas y esa misma tarde la pareja con-trajo enlace en el hogar de María Sophia Rasmussen Madsen, tia de Nellie, ceremonia que fue efectuada por el hermano de su padre, Daniel Rasmussen. Varios amigos y familiares, incuso su padre, estuvieron presentes en la ocasión para expresarle sus buenos deseos. Al día siguiente, los recién casados regresaron en tren a Boise, donde habrían de establecer su hogar.
Después de permanecer algunos días con la familia Hunter, Will y Nellie alquilaron una casita en la esquina noreste de las calles Once y Sherman, en la cual nació su primer hijo, Howard William Hunter, el 14 de noviembre de 1907. El Dr. John Beck, quien sería el médico de cabecera durante los veinte años subsiguientes, asistió a la madre en el nacimiento e hizo los arreglos necesarios para que una enfermera la atendiera por varios días.
A los cinco meses, el 5 de abril de 1908, Nellie llevó a Howard a una reunión de testimonios en la Rama de Boise de la Misión Noroccidental, en la que el presidente de la misma, Heber Q. Hale, le dio una bendición.
En esa época, al igual que otros estados del oeste norteamericano, Idaho experimentaba un rápido crecimiento. Entre 1900 y 1910 se duplicó la población del estado, el que había sido incorporado a la Unión en 1890, llegando a tener más de trescientos veinticinco mil habitantes. La población de Boise, la ciudad capital, aumentó aún más en proporción y en 1910 contaba con más de diecisiete mil habitantes. El automóvil era todavía una novedad (Henry Ford introdujo su modelo “T” en la época en que Howard cumplió su primer año de edad) y las calles no habían sido pavimentadas aún. Pero las viviendas y los negocios proliferaban por doquier y los confines de la ciudad se expandían cada vez más.
La Iglesia Mormona, aunque sólida en la región oriental de Idaho casi en el límite con Utah, no era muy fuerte en el oeste del estado a comienzos del siglo. La primera reunión de la Iglesia en Boise se llevó a cabo en una hostería el 18 de enero de 1903 con la asistencia de ocho hombres, algunos de los cuales eran miembros de la legislatura estatal que se hallaban en Boise para una sesión legislativa. Después de la reunión se comunicaron con las autoridades de la Iglesia en Salt Lake City, quienes a la semana siguiente enviaron algunos representantes para estudiar la situación y consultar con sus miembros. Por recomendación de éstos, la Iglesia organizó una rama el 8 de febrero de 1903, como parte de la Estaca Union del este de Oregón.10 Al año siguiente, la rama fue asig-nada a la Misión de los Estados del Noroeste. Heber Q. Hale ocupó el cargo de presidente de la rama desde 1905 hasta el 3 de noviembre de 1913, cuando se organizó la Estaca de Boise y la antigua rama pasó a ser barrio.
Nellie fue siempre activa en la rama y hacía que sus hijos asistieran con regularidad a las reuniones y recibieran una educacíón religiosa tanto en la iglesia como en el hogar. Aunque Will no era miembro de la Iglesia, nunca se opuso a la participación de su familia y en ocasiones, cuando su tra-bajo se lo permitía (con frecuencia debía trabajar en el día domingo), solía asistirá las reuniones sacramentales con ellos.
Cuando Howard tenía unos dos años de edad, su familia se mudó a otrá casa que su arrendador tenía a la vuelta de la esquina, la cual era un poco más amplia que la otra y fue allí donde, el 1 de noviembre de 1909, Nellie dio nuevamente a luz, esta vez una niña a la que llamaron Dorothy Elaine.
Poco después del nacimiento de Dorothy, Nellie había puesto a hervir un olla de agua sobre la estufa de calefacción en la sala. Al retirarla, colocó la olla sobre el piso para que se enfriara cuando de pronto entró Howard corriendo. El niño cayó en el agua hirviente cubriéndose el rostro con su mano izquierda, la cual se le quemó de gravedad. Años más tarde, describió lo ocurrido de esta manera en su diario personal:
“Llamaron al médico de inmediato y éste recomendó que se me empastara el brazo con puré de papas y se me vendara. Algunas señoras del vecindario acudieron en mi ayuda. Recuerdo haberme sentado sobre el escurridero para los platos de la cocina mientras hervían las papas, las machacaban, me hacían compresas en el brazo con la pasta y rasgaban telas en tiras para vendármelo. Afortunadamente, aquella seria quemadura no afectó para nada el desarrollo de mi brazo pero me quedó la cicatriz para toda la vida.”11
- Cuando el presidente Hunter visitó el castillo de Hunterston el 2 de junio de 1992, obtuvo un folleto en el que aparecía la historia de la familia y sus propiedades, la cual hizo que se escribiera a máquina en su diario y que aparece bajo esa fecha. Esta cita se ha tomado de esa transcripción.
- “President Howard W. Hunter Honored by Scottish Clan”, Ensígn, enero de 1988, pág.
- Aproximadamente en 1939, el abuelo de Howard, John Hunter, quien entonces vivía en San Francisco, escribió la historia de su vida, intitulada “To the Children: Early Life of Your Father” (A los hijos: un relato de la vida de su padre). Esta cita y la información posterior, concerniente a la familia Hunter, se ha tomado de ese documento y de una versión condensada escrita por Howard. Ambos manuscritos, sin fecha e inéditos, están en posesión de miembros de la familia.
- Nancy F. Nowell, Testimony ofNancy Nowell. A Copy of My Journals. Commenced in Lapeer, Michigan, A Daily Account ofthe Devotíonal and Devout Exercises ofMy Heart and the Testimony ofthe Truth (Salt Lake City: George Q. Cannon and Sons, 1892). Nancy hizo que se publicara el manuscrito como un legado para sus descendientes.
- No se sabe mucho en cuanto a lo que les sucedió a Nancy y a Silas en Nauvoo. Este aparentemente se oponía a viajar hacia el oeste con los Santos, pero ella estaba resuelta a irse y a llevar consigo a dos de sus hijos. Cuando acababa de abordar el barco para cruzar el Misisipí, unos hombres que la habían ayudado le gritaron para avisarle que Silas se aproximaba. Antes de que pudieran zarpar, Silas llegó al muelle y sacó del barco a uno de los niños. El y la criatura desaparecieron, y sus descendientes nunca han llegado a saber qué fue de ellos.
- LeRoy R. Hafen y Ann W. Hafen, Handcarts to Zion (Glendale, California: The Arthur H. Clark Company, 1960), 193. Esta fuente señala que Anders tenía veintinueve años de edad; en realidad tenía veintiuno. Asimismo menciona incorrectamente el nombre de Nilla como Nellie.
- En algunos registros familiares y de la Iglesia, el nombre de Nilla aparece como Nilla Torgersen.
- En diversos registros familiares y de la Iglesia, el nombre de Nicoline aparece también como Nicholine, Nicolene y Nicolina. Su familia la llamaba Lena.
- Por un tiempo, los hijos de Nicoline vivieron con su padre, y luego se mudaron con sus abuelos a Mount Pleasant.
- Andrew Jenson, Encyclopedic History ofThe Church of Jesús Christ of Latter-day Saints (Salt Lake City: The Church of Jesús Christ of Latter-day Saints, 1941), 75—76.
- Howard Hunter llevó un diario desde el 5 de agosto de 1918, tres meses antes de cumplir once años, hasta el 6 de enero de 1919. Cuando su orquesta, los Hunter’s Croonaders (los Vocalistas Sentimentales de Hunter) salieron en un crucero al oriente el Io de enero de 1927, llevó un diario detallado de las actividades de cada día. Continuó escribiendo en dicho diario hasta fines de ese año. A través de los años llevó registros meticulosos de fechas y acontecimientos importantes en su vida; y a principios de la década de 1970, valiéndose de esos registros y de los recuerdos de los miembros de la familia, escribió una historia de su vida hasta octubre de 1959, cuando fue llamado al Quórum de los Doce. Desde ese período, tomaba apuntes de las actividades de cada día, los cuales dictaba a su secretaria para que ésta los transcribiera. La transcripción de esos diarios ascienden a un total de casi tres mil páginas en cuatro tomos. Con el permiso del presidente Hunter, las citas que se hacen en esta biografía se han tomado tanto de su historia como de sus diarios. Las citas adicionales que se le atribuyen a él provienen de artículos de los periódicos y de las revistas, cuyas fuentes se identifican al final de las citas, así como de entrevistas personales.
























